En homenaje a tan ilustre personaje, excelente investigador, escritor e historiador, me refiero a su voluminoso libro, La formación de una nación, de audiencia de Quito a República del Ecuador,(1722-1830), impreso en julio de 2020 en Bogotá, bajo los auspicios de las Academias Nacionales de Historia del Ecuador y de Colombia, de las que era miembro, lamentablemente ausente ahora por su desaparición física el 1° de noviembre de ese año, después de una larga y dolorosa enfermedad, pero manteniendo lúcida su mente. Adquirí el libro en Quito, en la Academia de Historia, para leerlo con mi esposa, Fina Guerrero Cassola, infatigable lectora desde su juventud.
Estamos de acuerdo en que el libro merece ampliamente una segunda edición, pues debe ser leído por profesores y alumnos en todo el país. Jenny Londoño, viuda del autor, acogió como importante la sugerencia y que tendrá en cuenta para “una próxima edición, recogiendo tus datos” Basta con ojear la tabla de contenido para comprender la importancia del libro, y leer el prólogo del Presidente de la Academia Colombiana de Historia, Eduardo Durán Gómez PhD, en el que reconoce que fue el historiador Jorge Núñez quien elaboró el interesante trabajo, “dedicado con extrema paciencia a auscultar los más interesantes textos y documentos, relacionados con la formación de la República del Ecuador, y analizar a fondo los escenarios de territorio, población, recursos naturales, economía y círculos de poder, observándose una abundante y novedosa información que deja para las nuevas generaciones…un afortunado compendio, que constituirá sin duda un referente para todo aquel que quiera acercarse al estudio de esa formidable nación”.
Concuerdo con esta afirmación sobre la valía del libro, empero, con una acotación en la página 469 sobre la Revolución de Quito de 1809, cuyo primer párrafo resume todo, aunque deja un vacío sobre la importancia de la reunión en casa de Manuela Cañizares y la presencia del líder Juan de Dios Mejía, quien puso a discusión el borrador del acta de la reunión, en la que se hizo la primera proclamación de la Independencia de Quito, circunstancias e información que conocía muy bien el Dr. Núñez y había destacado él mismo en el prólogo de ‘Historia del Acta de la Independencia de Quito del 10 de Agosto de 1809’, donde se encuentra la siguiente afirmación incial:
La publicación del Acta manuscrita de la proclamación de la Independencia de Quito, la primera en toda América, considerada piedra angular de la independencia ecuatoriana y partida de nacimiento de la patria a la vida, constituye un fragmento histórico de la identidad institucional del Ecuador.
Me permito añadir, que a raíz de la Revolución de 1809, Quito fue conocida como Luz de América, como es ampliamente conocido.
Asimismo, sugiero que se incluya en una nueva edición la copia original del acta que fue descubierta en el archivo histórico Restrepo de Bogotá, y cuya copia fue entregada a la Alcaldía de Quito. Por sugerencia del Dr. Núñez, Guido Días Navarrete, director ejecutivo del Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural, Fonsal, emprendió la tarea, encargando al Dr. Núñez del prólogo.