Este ha sido uno de los eslóganes más coreados en la manifestación del Orgullo en Vigo este año. Probablemente, se gritaría en numerosos otros pueblos y ciudades, en los que el ambiente festivo no acalla la crítica. Hay bastante que festejar, pero hay mucho más por reivindicar porque la comunidad LGTBIQ+ aún enfrenta diversas violencias y desigualdades.
Para que estas manifestaciones – y algún desfile – puedan celebrarse, muchas personas han peleado con uñas y dientes, muchas han dejado su sangre en las porras y en las manos de sus agresores, o incluso sus vidas. Cada paso contra la violencia y la discriminación, cada derecho alcanzado, ha sido posible tras una lucha en la que nadie les ha regalado nada.
Quedan muchos motivos para la reivindicación porque hay múltiples violencias y desigualdades que afectan a estas personas. Algunos ejemplos: mujeres y hombres trans que han vivido excluidas del sistema laboral y siguen luchando para conseguir los tratamientos médicos que les corresponden. Personas no binarias que no pueden cambiar su nombre en el registro civil porque han quedado fuera de la legislación.
Los derechos alcanzados, la consecución de los que quedan pendientes y de la igualdad real, se encuentran hoy en peligro por el avance de la extrema derecha
Discursos de odio
Los derechos alcanzados y la consecución de los pendientes, y de la igualdad real, peligran ante el avance de la extrema derecha. Censurar obras culturales y películas infantiles, vetar actos por el Orgullo y prohibir las banderas arcoíris en las instituciones parecen pequeños actos sin importancia, pero van acompañados de discursos de odio que están detrás de las estadísticas: cada vez se comenten más delitos de odio de carácter LGTBIfóbico, aunque solo una pequeña parte se denuncia. Las agresiones a lesbianas, bisexuales, gais, personas trans y no binarias están aumentando. Los asesinatos también.
Cada vez se comenten más delitos de odio contra personas LGTBIQ+, aunque solo una pequeña parte se denuncia
Las personas LGTBIQ+ salen a la calle un año más a lucir la diversidad de sus colores y gritarle al mundo que están orgullosas de ser como son y amar a quien aman. Pero sobre todo, salen a la calle a manifestarse por su derecho a la vida, a la dignidad y a la igualdad.
Referencia:
Soledad Torres Guijarro es profesora e investigadora en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad de Vigo, socia de AMIT y presidenta de la asociación Nós Mesmas.
Elisabet Pérez es educadora social, fundadora y coordinadora de Nós Mesmas, asociación por la defensa de los derechos LGTBIQA+