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En sus marcas, listos ya

Por: Dr. César Ulloa Tapia Ph.D

Vicerrector del Instituto de Altos Estudios Nacionales

Las maquinarias electorales vienen aceitando sus motores antes de que inicie oficialmente la campaña. Lo propio, las encuestadoras y, por otra parte, los analistas que no han parado de trazar escenarios y consultar los oráculos metafóricamente. Los principales problemas del país siguen siendo los mismos que hace tres años: inseguridad, desempleo y mala situación económica. Es decir, no hemos avanzado como país. De la misma manera, los ecuatorianos creen cada vez menos en las autoridades que deben resolver estos problemas. Me refiero a la Asamblea y los partidos políticos, sin perder de vista el sistema de administración de justicia. El principal reto es que los actores políticos vuelvan a generar credibilidad. ¿Cómo? Con honestidad, profesionalismo y cambiando las cosas.

En este último mes se habla, una vez más, de un voto mayoritario de polarización: correísmo versus anticorreísmo. El primero representado por cualquier candidato de la Revolución Ciudadana y el otro en la imagen de cualquier candidato que se ponga en las antípodas de esta tienda partidista. Al respecto surge una pregunta: ¿por qué no ha surgido otra alternativa que dispute la presidencia y también tenga una importante votación para la conformación de la Asamblea? Primero, porque a la Revolución le interesa que todos vayan fragmentados y además tener unos cuantos movimientos satélites y en segundo lugar, porque la oposición al correísmo no ha logrado reinventarse, por tanto no hay una alternativa.

Tampoco es menor los montos del financiamiento de la política que dificultan la competencia partidista por parte de actores nuevos. ¿Qué fuerza alternativa compite con el entramado de la Revolución Ciudadana, los candidatos con grandes chequeras y, peor aún, con la infiltración de los dineros del narco en la política? Entonces, la ausencia de una alternativa a la polarización del voto pasa por visión y estrategia política, financiamiento y voluntad de otros sectores que curiosamente tienen propuestas muy valiosas. Solo de la sociedad civil, por ejemplo, han salido las mejores propuestas para un Ecuador digno. Ejemplo, el combate a la desnutrición crónica infantil.

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