Eres preciosa mujer ¡levántate!

Por José L. Pantoja

Hoy es un día especial. Hoy es el día que celebramos a la abuela y a la madre que pasaron largas noches esperando a nuestra llegada a este mundo, a la hermana que con un abrazo nos da aliento en los momentos más difíciles, a la hija que con su ternura puede robarnos mil sonrisas y hacernos sonrojar con una sorpresa, a la novia o esposa que con su calidez y cariño nos hace sentir queridos, a la amiga que con una palmada en la espalda nos anima a seguir adelante, a la compañera de trabajo que nos brinda una guía en los proyectos laborales, a la Sra. que trabaja arduamente para llevar comida a sus hijos… En fin, hoy es el día de toda mujer, aquel ser maravilloso que Dios creo para hacernos compañía en el camino de la vida. No deberíamos dedicarles solo un día… eso es seguro… pues su presencia la deberíamos celebrar los 7 días de la semana y los 365 días del año. Para darnos cuenta de cuan importantes son ellas en nuestras vidas solo basta preguntarnos ¿Dónde estaríamos si no contáramos con su presencia?

Querida mami, ñaña, mi querida novia…Uds. son maravillosas en mi vida pues me dan una y mil razones para continuar con mis metas. Las quiero mucho. Igualmente, queridas amigas y compañeras que participan de mí caminar, les agradezco por todo lo que hacen por nosotros, todas Uds. son preciosas… pero ante todo, son personas capaces y luchadoras. Nuestra sociedad simplemente no funcionaría si no estuvieran Uds. Su trabajo y empeño es digno de destacar, pues cada vez se superan más y asumen mayores responsabilidades. Un Dios les pague o un ramo de rosas no es suficiente este día para agradecerles todo lo bien que Uds. representan para nuestro existir.

Mujeres preciosas que forman parte de mi familia, amigas chéveres que conozco y con las que he podido compartir momentos de júbilo, y mujeres que no conozco pero que también valen mucho y que pueden leer este mensaje. Es posible que sepa algo de ti… pero también es posible que no sepa tu nombre, ni desde dónde estás leyendo esto, ni la situación por la que estés pasando en este momento. Pero en estas líneas quiero decirte algo con mucho cariño: “Tu eres un gran ser, una persona que nació para triunfar… Tienes tus propios propósitos en la vida, pero el propósito más grande es quizá el que te ha dado la naturaleza (y Dios)… que es el propósito de dar vida. Una bendición y una responsabilidad grande para la cual ha sido elegido un ser muy especial que tiene la capacidad de hacer algo tan maravilloso… ese ser eres tú, y debemos sentirnos felices de tenerte”.

Es cierto que ha habido desigualdad y que, en la mayoría de los casos, esa desigualdad ha sido más dura contigo por el simple hecho de ser considerada “el sexo débil”. Sé que has tenido que enfrentar muchos retos para vencer esa desigualdad y que a veces, nosotros “los que nos consideramos el sexo fuerte”, no hemos sido totalmente recíprocos con tu voluntad de ser mejor y tampoco te hemos brindado las mismas facilidades que se ofrecen a los hombres para superarte y para que puedas alcanzar tus metas.

Pero sabes algo ¡te admiro!… te admiro sin necesitar conocerte, porque a pesar de tener algunas desventajas con respecto a nosotros… ¡tú sigues para adelante siempre! Te admiro porque ¡no quieres rendirte! Te admiro porque ¡no necesitas ir al gimnasio a llenarte de músculo para demostrar que en realidad tú eres la parte fuerte de esta sociedad!

Tú tienes la calidez y la sensibilidad para entender las penurias de los demás… a veces haciéndolas incluso parte de ti misma. También tienes la fortaleza para superar las dificultades que la vida te pone en frente y para extender tu mano a aquellos que lo necesitan. Solo tú eres capaz de ser empleada de una empresa, ama de casa, madre, amiga, compañera, novia, esposa… y muchas otras cosas más. No sé cómo o de dónde sacas tiempo y fuerzas para hacer todo eso.

Hoy te enfrentas a muchos retos académicos y profesionales… pero también tienes la tarea de formar el presente y el futuro de nuestra sociedad, pues sigues siendo el eje de la familia. No digo que los hombres no seamos parte de esa tarea… sino que hemos creado una sociedad en la cual tú, mujer y madre, tienes mayor influencia en los hijos que nosotros. Con tu ejemplo debes formar hijos triunfadores y guiarlos hacia una vida de respeto y compromiso con el mundo.
Gracias por existir mujer preciosa, gracias por ser nuestra luz en momentos de oscuridad. Si te sientes débil y vencida… lucha, y levántate. Tú puedes llegar muy lejos porque en realidad tú eres el sexo fuerte. También enséñanos a valorarte para que ya no existan hombres que crean que merecen más que ti. Enséñanos a quererte como tú te mereces.

¡Dios te bendiga preciosa mujer!

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