Eugenio Espejo da un poder en Ambato por estar acusado de estupro. 1777    

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Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés

Cronista Oficial de Ambato

Para entender la acusación que se le imputa al nada menos que pro hombre de la historia cultural ecuatoriana, el doctor  Eugenio de Santa Cruz y Espejo, partamos de la palabra contenida en el propio documento colonial con la que se autodenuncia: ha incurrido en “violento estupro cometido con Josepha de Paredes”.  El estupro, según la Real Academia es el “acceso carnal del hombre con una doncella logrado con abuso de confianza o engaño”. En diccionarios más elementales se define como una “violación a una mujer virgen”.  También resulta válida la cuestión histórica  de la edad de la perjudicada, para asuntos legales. En la España de la época se tenía varios códigos, pero la doncellez iba con el estupro cuando la virgen tenía entre los 12 y los 23 años. Cuando se lograba un coito con las viudas sin su libre consentimiento también se aplicaba este calificativo legal. 

Lo cierto es que el doctor Eugenio Espejo anda radicado por estos lares de Hambato entre enero y febrero de 1777 metido en tremendos problemas con la justicia, pero, según una escritura de poder que subsiguientemente a la del estupro que tiene fecha 18 de enero, y que la he podido localizar con fecha 22 de febrero, se encuentra probablemente de huésped de Don Pedro Fernández de Cevallos, (abuelo del historiador Pedro Fermín), pues firma como testigo de su anfitrión en otro lío, el de un remate de las haciendas que constituían las actuales parroquias de Cotaló y Huambaló. Y para firmar estas escrituras se encuentran “en las casas de la morada del Señor Don Pedro Fernández de Cevallos, Teniente General y Justicia Mayor de la Villa”. Este problema es en cambio con el Maestre de Campo de Riobamba, un tal don Félix de Velasco, que trabajaba para la iglesia de Riobamba, y que no le pagaba los tributos a don Pedro Fernández de Cevallos. 

Para mi entender, los dos documentos guardan íntima relación. En el del 18 de enero se lee: “Ante el escribano público y numerario y testigos pareció presente el Dr. Dn. Francisco Eugenio de  Santa Cruz y Espejo, vecino natural de la ciudad de Quito, y al presente residente en dicha villa…otorga que da todo su poder cumplido que según por derecho se requiere y sea necesario a Don Francisco Xavier  Barbosa, Procurador de Causas de los de Número de la Real Audiencia de la Ciudad de Quito, para que en nombre del otorgante y representando su misma persona, derechos y acciones pueda comparecer y comparezca ante cualesquiera jueces y justicias de Su Majestad, juzgados y tribunales superiores e inferiores de uno y otro fuero de dicha ciudad, siguiendo o contestando todos o cualesquier demandas y causas que sean peculiares al otorgante,  ya sea como actor o ya como reo en todas y cualesquier figuras de juicios, grados e instancias.

Especial y señaladamente, en una causa que en grado civil y criminal se le ha movido ante el juzgado de un señor alcalde ordinario de dicha ciudad, por parte de Nicolás de Paredes, sindicándole violento estupro cometido con Josepha de Paredes, su hija, contestándole por todos los términos y trámites legales sin reserva de ninguno que sea necesario hasta vindicar al otorgante de la causa y todos sus resultados en sentencia definitiva que se pronuncie, apelando y suplicando de ella donde y como competa y obrando finalmente en todo cuento conduzca al éxito de esta causa y otras que ocurran pertenecientes a los derechos del otorgante. Con tanta libertad y franqueza…le comunica este poder con substitución y relevación de costas…a cuyo cumplimiento se obliga con su persona y bienes muebles y raíces, derechos y acciones habidos y por haber con poderío y sumisión de fuero y renunciando el suyo en forma y conforme a derecho. Y en su testimonio así lo otorga y firma, siendo testigos Don Ventura López de la Huerta, don Joaquín Bonifacio Viteri y Matías Corella, presentes. Firma Dr. Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo, ante el notario Joaquín Viteri».

Por noticias de la historia sabemos que fue una acusación política en contra de Espejo; pero hipotetizando con estos documentos tenemos especulaciones que los escándalos bien pudieron ser por retaliaciones económicas, caso contrario, Espejo no habría tenido el valor de concurrir ante el notario y firmar el poder que ahora se publica (2009. Archivo Histórico Ambato).