Agradecemos al Ministerio de Coordinación de la Política, por el envío del Cuaderno Nº 3 de “Discursos de la Nueva Política”, en la que el Presidente de la República, economista Rafael Correa Delgado, en una alocución hecha en el 2010 en la Universidad Central del Ecuador, puntualiza qué es lo que se pretende con “una transformación radical de la universidad ecuatoriana”.
Entre otras cosas, el Primer Mandatario de la Nación afirma: “… El país ya no tolera más esa caricatura de universidad, que fabrica peones del sistema sin sentido crítico. En el Ecuador, los hombres y mujeres de la Patria, la Revolución Ciudadana, necesitamos con toda urgencia contar con las nuevas universidades, que están llamadas a ser centros más elevados de producción intelectual; necesitamos contar con universidades renovadas, con verdadero espíritu crítico, revolucionario, capaces de transformar en función de tres ejes, que son de urgente aplicación, y que no van a surgir, por generación espontánea ni con virtud decantada por la inercia del tiempo; surgirá por voluntad expresa, por decisión política, por actos de valentía y honestidad a toda prueba, por el imperio de la razón, no el imperio de los mitos, dogmas, catecismos ideológicos, etc.
Por eso hemos propuesto una revolución para diseñar la universidad que el Ecuador necesita aquí y ahora. Los ejes son, a mi criterio, al menos: el primero, la consecución de la excelencia, sin claudicaciones, sin contemplaciones, sin la excelencia académica, no existe universidad; el segundo, la vinculación de la universidad con la sociedad actual, sobre todo en la línea de la investigación científica y el desarrollo tecnológico, como mencionaba el señor rector (rector de la Universidad Central), la conexión inexorable de la universidad con al sociedad; y, el tercero, la rendición de cuentas.
Debemos trabajar para conseguir universidades con excelencia académica; la universidad exige académicos que estén preparándose día a día, que estén por encima del nivel de aquellos a los que están educando, instruyendo…” .
Abierta al pensamiento del mundo
En otra parte de su intervención, el Primer Mandatario dice:”… La universidad contemporánea tiene que estar abierta al pensamiento del mundo, sin rechazar nada de lo que produce la inteligencia humana en ningún lugar del planeta; pero tampoco puede renunciar al derecho, que es al mismo tiempo un deber, de producir un pensamiento propio, sin el cual no hay otra alternativa que la perenne dependencia. Más aún: consideramos que es preciso privilegiar el pensamiento propio, cuyo desarrollo no puede estar condicionado por ninguna coerción externa, venga de donde venga. Solo en la medida en que seamos capaces de pensar por nosotros mismos, en nuestra realidad, seremos también capaces de generar respuestas propias, imaginativas, innovadoras, para nuestros problemas…”.