La comunidad internacional, guiada por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Agenda de Acción de Addis Abeba y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, se ha comprometido a poner fin a la pobreza para 2030 con políticas sociales, económicas y ambientales integradas que surtan efecto.
Estos planes históricos en pro de un mundo mejor ofrecen herramientas valiosísimas y un proyecto convincente para satisfacer las necesidades de la generación de hoy sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas.
La justicia social debe ocupar un lugar central en nuestras iniciativas. Ahora que hemos visto en el Ecuador que está aumentando la inclusión, debemos redoblar los esfuerzos para que todas las personas, sin discriminación alguna, tengan oportunidad de mejorar sus condiciones de vida y las de los demás. Tenemos que construir una sociedad inclusiva, promover el trabajo decente, reforzar los niveles mínimos de protección social e incluir a quienes viven marginados, tal como ha sucedido en la última década.
En todos nuestros esfuerzos es esencial el trabajo en conjunto. El desarrollo sostenible se puede lograr únicamente con la colaboración activa del gobierno, la Asamblea Nacional (el parlamento), los empleadores, los trabajadores, la sociedad civil, el sector privado y otros agentes de cambio.
Trabajemos juntos para forjar nuevas vías integradas de desarrollo social, ambiental y económico arraigadas en la justicia social y la promesa de un futuro mejor para todos.
Exhortamos a mantener las conquistas sociales alcanzadas en la última década, y encontrar nuevas alternativas políticas para ofrecer oportunidades de trabajo en buenas condiciones, además de generar prosperidad y estabilidad.
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