Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Su afán de contribuir con el desarrollo educativo del país, hizo que, a su regreso de Europa, funde el Instituto Tecnológico Cellini, en la Ciudad de Quito, base para la futura creación de la Universidad Iberoamericana del Ecuador –UNIBE-.
Invirtió todo su capital bien adquirido en esta institución educativa sin fines de lucro y de costos accesibles, lo cual constituye una acción positiva para quienes ven en la educación el futuro del país.
La UNIBE recibió la tradición educativa del Instituto Tecnológico Cellini y el auspicio de la Fundación Castro. El Instituto cumplió su misión y con bases firmes y experiencia se creó la nueva universidad, de carreras no tradicionales y de carácter innovador, con el aval de la Universidad Técnica del Norte –UTN-.
Esta Universidad tiene perspectivas para el futuro. El Dr. Jaime Castro Segovia, su fundador, debería ser condecorado por esta obra sin costo para el Estado, al igual que Estados Unidos hizo con John Harvard, quien tiene un monumento a la entrada de la Universidad que lleva su buen nombre, fundada mediante la donación de sus bienes. Debería tomarse en cuenta todo el trabajo e inversión realizadas por un ciudadano de bien con grandes deseos de aportar al desarrollo de nuestro país.
Los estudios de Derecho fueron importantes en la Universidad y sus graduados ocupan importantes funciones, pero, lamentablemente, no se están continuando. Se debe firmar un Convenio con la Universidad Técnica del Norte, que inicia estos estudios en Ibarra, para que la UNIBE pueda nuevamente ofrecer la Carrera de Abogacía en la Ciudad de Quito, avalizado por el Consejo de Educación Superior –CES-.
El trabajo, sin descanso, del doctor Castro, permitió que la UNIBE actualmente tenga la categoría B. Tiene un programa de publicaciones que le ha dado prestigio, se preocupó especialmente de la biblioteca y tuvimos la oportunidad de colaborar para su implementación con obras de actualidad para los estudiantes.
Quienes colaboramos en este proyecto, consideramos que, en reconocimiento a la noble labor del doctor Jaime Castro Segovia, el Campus de Quito debe llevar su nombre, porque es el lugar en donde trabajó arduamente para lograr el actual desarrollo de la universidad que fundó.