Por: Dr. Fander Falconí
*El 18 de abril de 2012 la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Ecuador, celebró otro hito en la renovación del papel de las universidades ecuatorianas y latinoamericanas, la inauguración del moderno edificio de su BIBLIOTECA.
En esa ocasión, el Dr. Fander Falconí, máxima autoridad de la SENPLADES, que asistió en representación del Presidente Rafael Correa, dijo:
“Hace apenas 20 años, FLACSO fotocopiaba documentos. En aquel tiempo no contábamos con los textos originales. Hoy la universidad cuenta con una biblioteca de punta.
La nueva adquisición de FLACSO es una biblioteca multifuncional, pues ofrece al usuario-lector varias alternativas de acercamiento a la lectura y a la investigación:
Más allá de los 48.000 volúmenes que tiene, cuenta con bases de datos de revistas científicas, con miles de artículos, y, si bien es cierto que su especialidad son las Ciencias Sociales, cabe mencionar que atiende al complemento inevitable del quehacer humano, que son las artes.
Como bien dice Adrián Bonilla, el director de FLACSO Ecuador: “No hay política de investigación posible que no comience por la recolección y sistematización de información en una biblioteca”.
Toda biblioteca ha sido siempre, desde los tiempos de Alejandría, el paso Alfa de todo conocimiento. Más aún, cuando se trata de una biblioteca especialmente diseñada para ser un ejemplo de las bibliotecas ecuatorianas y latinoamericanas: siete pisos, 10.000 m2, salas de cine, auditorios, decenas de computadoras, configuran un magnífico espacio arquitectónico, hecho y consagrado para el conocimiento. Con todo esto, nuestra biblioteca, se constituye en un referente necesario y modélico.
En este tiempo, en que se produce un cambio tecnológico importante en el tema de los libros, cuando aparece el e-book como una nueva plataforma de lectura, la biblioteca de FLACSO nace ya actualizada, cuenta también con apoyos digitales que se suman a los tantos ejemplares, que ahora nos rodean, como un gran cerco de sabiduría hecha a lo largo de los milenios, que defiende nuestro ser, eminentemente cultural.
Pues hay que decir que no importa el soporte del libro: papiro, papel o pantalla, como dice Julio Neveleff, no importan: porque el libro es más que su soporte. Es la ceremonia del autor y del lector, que intercambian, a veces, a través de los milenios y las distancias, un mismo rito de información y comprensión, siempre interactuada, pues no hay lector inerme, ya que cada palabra propuesta es un reclamo de debate y discusión, que el lector responde con aceptaciones y rechazos que terminan por configurar, por completo, esa eterna complicidad que mantienen los dos, el autor y el lector, y que garantizarán para siempre la permanencia de los libros, como insumos propios de la condición humana.
¡Felicitaciones FLACSO!
