Las universidades son instituciones de educación superior cuya misión es cultivar las ciencias, las humanidades, las artes y las tecnologías, así como también crear, preservar y transmitir conocimiento, y formar graduados y profesionales. Corresponde a las universidades contribuir al desarrollo de la cultura y la satisfacción de los intereses y necesidades del país. Éstas cumplen con su misión a través de la realización de docencia, investigación, creación artística, innovación y vinculación con el medio. La formación de graduados y profesionales se caracteriza por una orientación hacia la búsqueda de la verdad y hacia la capacidad de desarrollar pensamiento autónomo y crítico sobre la base del conocimiento fundamental de las disciplinas.
Después de que el Pleno de la Asamblea Nacional aprobara, el pasado 15 de mayo, las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) que actualmente reposa en poder del Ejecutivo para su aprobación u objeción total o parcial ¿cuáles son las nuevas condiciones que la universidad debe crear a su interior para incidir en la transformación de la realidad y para que realice aportaciones científicas, tecnológicas, humanistas y culturales al desarrollo nacional? ¿De qué manera puede la universidad influir más directamente en la evolución social?
La respuesta lógica sería: Crear condiciones que garanticen la razón de ser de la Universidad, su naturaleza, su “ethos académico” de crear conocimiento y formar profesionales críticos, capaces de lograr el cambio de la matriz productiva y de construir una sociedad más justa, equitativa y ética.
La educación superior es un derecho, cuya provisión debe estar al alcance de todas las personas, de acuerdo a sus capacidades y méritos, sin discriminaciones arbitrarias, para que puedan desarrollar sus talentos; asimismo, debe servir al interés general de la sociedad.
La educación superior cumple un rol social que tiene como finalidad la generación y desarrollo del conocimiento, sus aplicaciones, el cultivo de las ciencias, la tecnología, las artes y las humanidades; así como también la vinculación con la comunidad a través de la difusión, valorización y transmisión del conocimiento, además del fomento de la cultura en sus diversas manifestaciones, con el objeto de aportar al desarrollo sustentable, al progreso social, cultural, científico, tecnológico del país y de la comunidad internacional.
Asimismo, la Universidad debe brindar una formación integral y ética de las personas, orientada al desarrollo del pensamiento autónomo y crítico, que les incentive a participar y aportar activamente en los distintos ámbitos de la vida en sociedad, de acuerdo a sus diversos talentos, intereses y capacidades.
Para garantizar la calidad las instituciones de educación superior deberán efectuar un esfuerzo sostenido con el fin de encarar las transformaciones que en el interior de cada institución sean necesarias. En este sentido la estrategia de articulación cumple un objetivo fundamental para mejorar la calidad, el desarrollo de proyectos conjuntos entre las universidades como los que están en marcha, producto de acuerdos y convenios, debe posibilitar la circulación de los estudiantes a través de circuitos curriculares que permitan la obtención de certificaciones y/o la continuación de estudios de grado / posgrado en cualquiera de las instituciones que participen en el convenio como así también la conformación de programas de investigación, transferencia y extensión; en síntesis, todas aquellas modalidades de articulación que tiendan a optimizar el uso de los recursos en sus más diversos aspectos, atender al mayor número de estudiantes de grado y de posgrado garantizando la calidad y el mejor cumplimiento de las funciones de las universidades en particular y de las instituciones de educación superior en general.
Las instituciones de educación superior y el Sistema de que forman parte deben orientarse a la búsqueda de la excelencia; a lograr los propósitos declarados por las instituciones en materia educativa, de generación del conocimiento, investigación e innovación; y a asegurar la calidad de los procesos y resultados en el ejercicio de sus funciones y el cumplimiento de los criterios y estándares de calidad, cuando corresponda, establecidos por el todavía vigente CEAACES.
En la búsqueda de la calidad, las instituciones de educación superior deberán tener en el centro a los estudiantes y sus aprendizajes, así como la generación del conocimiento e innovación.
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