Por: Wilson Zapata Bustamante
Director de Ecuador Universitario
Un estudiante de periodismo de la Universidad Técnica de Ambato, en la que fui catedrático, me dijo que había llegado a estudiar la carrera de comunicación social para tomar parte de los acontecimientos sociales y acercarse a los postergados, así como también para ayudar a tomar conciencia de lo que ocurre en el mundo y en el país.
Los estudiosos de la comunicación y especialmente de la prensa, sostienen que en líneas generales se puede decir que la función atribuida al periodismo moderno es la de informar, interpretar y guiar a la sociedad de la que forma parte. Sin embargo, otros consideran que esos tres elementos -informar, interpretar y guiar- no muestran más que la «superficie de una compleja relación social», en la que los medios de comunicación tienen el doble papel de unidades de producción y de reproductores ideológicos.
Armand Mattelart, sociólogo, sostiene que, gracias al desarrollo de las técnicas de la difusión, representaciones colectivas que no emanan de una base económica, tienen la posibilidad de invadir todas las capas sociales «y hacer progresar las conciencias (…) más allá de las fuerzas productivas».
Otros analistas sostienen que «el desarrollo de las actividades relacionadas con la comunicación moderna, tanto en sus aspectos técnicos como sociales, guardan un evidente paralelismo con la evolución de la economía y el acceso de las manifestaciones culturales a nuevos estratos sociales, determinados a su vez, por la liberación de las fuerzas productivas traída por el capitalismo y por su consecuencia política: la democracia.
El nuevo periódico digital colaborativo LA CLAVE, que se presentó la noche del viernes 22 de enero de 2021 en la ciudad de Cuenca, será -según sus promotores- un medio activo, vivo, participativo e independiente, sin obediencia ideológica, política, institucional o económica. Personajes de la academia, la ciencia, la cultura y la comunicación que están tras este nuevo proyecto cultural de la Atenas del Ecuador, afirman, que, Cuenca, «una ciudad moderna necesita un periódico a su altura.
LA CLAVE, con periodicidad quincenal, será un nuevo periódico para conocer la realidad». Será: «Serio, riguroso y profesional». «Una mirada diferente de ver al mundo». «Un compromiso por Cuenca, Ecuador y el Mundo». Un ejemplo de buen hacer, para ser leído lentamente, analizado con paciencia y comentado con generosidad de tiempo.
LA CLAVE tendrá actualizaciones parciales diarias o semanales, en sus distintas secciones. Tendrá todo el tiempo necesario para construir sus reportajes y sus historias concretas, con la contribución de varios académicos, estudiantes universitarios, personajes de la cultura, la ciencia y la educación. Será “una escuela de formación de nuevos periodistas y de nuevos ciudadanos”.
LA CLAVE utilizará los servicios de Internet como canales de distribución de información relevante haciendo uso de recursos como la fotografía, el video, el texto y el audio para comunicar de forma más completa en una misma plataforma.
El escritor y filósofo italiano, Umberto Eco, en su novela ‘Número cero’, en la que critica el mal periodismo, la mentira y la manipulación de la historia, aconseja: “Para no morir, el periódico tiene que saber cambiar y adaptarse. No puede limitarse a hablar del mundo. Ya lo he dicho: tiene que opinar mucho más del mundo virtual. Un periódico que sepa analizar y criticar lo que aparece en Internet tendría una función. En cambio, el diario funciona todavía como si la Red no existiera. ¡Es como si no se ocuparan nunca de su mayor adversario! ¿Es su adversario? Sí. Porque lo puede matar…”
UMBERTO ECO, partidario de los semanarios, precisa que habría que hacer un periódico que se convierta no sólo en la crítica de la realidad cotidiana, sino también en la crítica de la realidad virtual. Es un posible futuro para un buen periodismo.
Saludo emocionado el nacimiento de LA CLAVE y le auguro muchos éxitos, porque conozco la capacidad y valía de todos los intelectuales y gestores que están conformando este nuevo proyecto cultural. Estoy seguro que como Fray Vicente Solano, fundador del primer periódico azuayo y varios más, -entre otros La Escoba-, marcarán la tónica del periodismo cuencano: seriedad intelectual, enciclopedismo, valoración del talento y desprecio por las limitaciones mentales, capacidad de diatriba, polémica enconada, humor cruel y demoledor.
¡FELICITACIONES!