Por Tomer du Sautoy,
Cofundador y director ejecutivo de Atom Grants
Como cofundador de Atom Grants, una plataforma de IA creada para ayudar a los investigadores a encontrar y redactar subvenciones, he hablado con cientos de investigadores en los últimos dos años. Sus experiencias son unánimes. Las cargas administrativas, específicamente en torno a la redacción de subvenciones, están afectando negativamente el núcleo de la investigación científica: la creatividad.
La carga creativa de la redacción de subvenciones
La ciencia es el esfuerzo más creativo del planeta. Requiere pensar fuera de la caja y la libertad de explorar. Sin embargo, el modelo de financiación actual ha creado un entorno que no es propicio para este tipo de pensamiento creativo.
Una sola solicitud de subvención puede consumir hasta 200 horas del tiempo de un investigador. No se trata solo de rellenar formularios, sino de planificar futuras investigaciones con un nivel extremo de detalle. Si bien algunos argumentan que esta planificación es beneficiosa, a menudo obliga a los investigadores a predecir metodologías con años de anticipación, un concepto que está en desacuerdo con la naturaleza impredecible de la ciencia innovadora.
Como reveló un destacado investigador de Stanford, por cada subvención que presentan, «están despiertos al menos una noche, toda la noche». Este nivel de inversión de tiempo podría ser justificable si el éxito fuera probable, pero con tasas de éxito promedio que rondan el 10 por ciento, los investigadores están gastando grandes cantidades de tiempo en trabajo administrativo especulativo en lugar de investigación real.
La olla a presión de la dependencia de la financiación
La presión para asegurar la financiación va más allá del consumo de tiempo. Para muchos investigadores, especialmente los que están al principio de sus carreras, todo su sustento depende de la obtención exitosa de subvenciones. Esto crea un ambiente de olla a presión que es antitético al pensamiento creativo.
Se puede esperar que un profesor asistente presente hasta una beca por mes. Este ciclo constante de solicitud y rechazo puede conducir a una mentalidad de aversión al riesgo. Es posible que los investigadores se encuentren adaptando sus ideas a los criterios de financiación en lugar de buscar conceptos verdaderamente innovadores. Esto puede llevar a una comunidad científica que cada vez está más a lo seguro, potencialmente perdiéndose descubrimientos que cambian el mundo.
Como fundador, he tenido la desagradable experiencia de preocuparme por la procedencia de tu próximo cheque de pago. Puedo decirles por experiencia personal que esto no es propicio para el tipo de pensamiento creativo requerido para construir un producto técnico, y mucho menos para ampliar las fronteras del conocimiento humano. El estrés constante de la inseguridad financiera puede conducir a una reducción del enfoque, con los investigadores incapaces de participar en el tipo de pensamiento amplio e interdisciplinario que a menudo conduce a grandes avances.
Los costos ocultos del sistema actual
Los impactos del sistema actual van más allá de los investigadores individuales. Las personas con talento se ven cada vez más alejadas de las carreras de investigación públicas, incapaces de justificar la constante lucha por la financiación, lo que provoca una importante fuga de cerebros en diversos campos.
Además, la naturaleza competitiva de la financiación de las subvenciones puede desalentar el intercambio abierto de ideas, lo que limita los esfuerzos de colaboración que a menudo impulsan grandes avances. Esta falta de colaboración, combinada con el tiempo que los investigadores dedican a tareas administrativas en lugar de a la investigación real, está ralentizando el ritmo general de los descubrimientos científicos. Por último, la presión constante para encontrar financiación puede tener un coste significativo en la salud mental y el bienestar de los investigadores, lo que agrava aún más los retos a los que se enfrenta la comunidad científica.
FUENTE:
Revista QS Insights
Número 22 Octubre 2024