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La Crisis Global

Por: Rodolfo Bueno 

A diferencia de la Gran Crisis de 1929, la actual se agudiza debido a que el mundo está concatenado y las riquezas de la madre naturaleza se agotan. En ese entonces, el Estado intervino y el problema se resolvió, pues los recursos naturales sobraban; pero ahora que la población es tres veces mayor y se vive algo semejante a la época de las vacas flacas, cualquier solución que logre que las industrias crezcan de manera incesante, para que el mundo funcione tal como lo exige el modelo económico actual, es imposible. La civilización ha alcanzado el límite de su propio desarrollo.

Pese a que el petróleo se agota, en las últimas décadas su explotación se incrementó, pero ésto no puede continuar sin fin y su producción declinará en la próxima década, luego de alcanzar su cenit; el problema del gas es semejante. Esta reducción obliga a racionarlos y afecta a todo tipo de transporte, por lo tanto el comercio internacional decrecerá causando la bancarrota de la globalización.

Además de energía, el actual modo de producción requiere de grandes cantidades de agua dulce, cuya disponibilidad para el consumo disminuye de manera alarmante, pues, a pesar de que ya es escasa, se la bombea de los posos acuíferos en cantidades tan grandes que éstos no alcanzan a nivelarse. Debido a la intensificación de la agricultura, los causes de los ríos se secan a nivel mundial. La sobre explotación del campo, el riego frecuente, que saliniza la tierra, y la utilización indiscriminada de fertilizantes, herbicidas y pesticidas, que elimina la vida orgánica necesaria para la conservación del suelo cultivable, hace que éste disminuya irreversiblemente al mismo tiempo que cada día hay más bocas por alimentar. Se contamina el aire y el agua; por otra parte, el calentamiento global deshiela los polos y los glaciares.

Toda esta problemática subyace bajo la actual recesión económica que, en la medida en que el petróleo y el gas natural sean menos disponibles, hará que la producción de alimentos disminuya, lo que conlleva hambruna para la población actual, pues el costo de los alimentos se incrementará. El Ecuador debe prepararse para sobrevivir al caos bajo el cual fenece la actual civilización, cuyos problemas, cada vez mayores, amenazan con destruirlo todo a corto plazo.

Muchos esperan que la ciencia saque al mundo del berenjenal en que se encuentra, pues la superstición por ella es más fuerte que las supercherías religiosas del medioevo; pero ni siquiera su hija mimada, la tecnología, puede resolver los problemas creados por el capitalismo, cuya voracidad arrasa con todo. La energía solar, la eólica, la de las olas marinas y la geotérmica es tan escasa que no los resuelve; tampoco lo hace la energía nuclear, que produce residuos peligrosos e imposibles de eliminar. La escasez energética frena el modelo de desarrollo actual y provoca el declive de toda actividad económica; por otra parte, las grandes potencias son proclives a guerrear para acaparar toda la energía que puedan. Así es que, Presidente Correa, prepárenos para este futuro sombrío y ajústenos los cinturones.

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