La Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático COP 21

Este lunes 30 de noviembre de 2015 arranca en París (Francia), la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático, más conocida como “COP 21”. Delegados de 196 países de las Naciones Unidas, incluido el Ecuador, se reúnen para lograr un acuerdo por el cambio climático. Todos los gobiernos del mundo han estado negociando, desde hace cuatro años, un nuevo acuerdo global para combatir esta gran amenaza. La contaminación de océanos, lagos y represas, el calentamiento global y la consecuente aparición de eventos climáticos extremos no son el futuro, sino una realidad actual.

Se estima que a la COP 21 asistirán más de 50.000 personas que incluyen 25.000 representantes de los gobiernos. La cumbre no solamente será recordada por lo que se acuerde, sino también como un acto de solidaridad universal con el pueblo de Francia y con la Ciudad Luz.

Hace 36 años, la Academia de Ciencias de los Estados Unidos señaló al presidente Jimmy Carter que existía la suficiente evidencia científica para afirmar que estaba en marcha un calentamiento global como producto de la actividad humana, y recomendó adoptar de inmediato políticas para enfrentarlo, al afirmar en forma contundente: “Una política de ver y esperar podría significar esperar hasta que sea demasiado tarde”.

Durante estos 36 años, el mundo ha estado en la política de “esperar y ver”. Y no se cuenta con otros 36 años para la inacción, puesto que si no se hace nada de aquí al año 2050, para ese entonces la temperatura superará los 2 °C en el promedio de la superficie de la Tierra, en relación con la época preindustrial, un límite más allá del cual se considera peligroso.

De allí la importancia de la cumbre de París, que, inevitablemente, y ante la situación descrita, señalará un camino y detonará la puesta en marcha de unas medidas concretas para comenzar a superar el fracaso.

El Papa Francisco pidió a los líderes mundiales alcanzar un acuerdo global y transformador en la Cumbre sobre el Clima de París que se base en la solidaridad, la justicia, la igualdad y la participación y subrayó que transformar los modelos actuales de desarrollo constituye una obligación política y económica.

El Papa hizo especial énfasis en la necesidad de que se adopten sistemas que tengan bajas emisiones de carbono y de que se ponga fin a la “cultura del desperdicio” que tanto contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Sería muy triste, y me atrevo a decir, catastrófico que prevalezcan en París intereses particulares sobre el bienestar común. En este contexto internacional, nos enfrentamos a una elección que no podemos ignorar: o mejoramos o destruimos el medio ambiente”, aseguró el Jefe de la Iglesia Católica.

El Papa consideró que la COP21 representa un importante escenario para el proceso de desarrollo de un nuevo sistema energético que sea dependiente de un uso mínimo de combustibles fósiles, que procure la eficiencia energética y que haga uso de las fuentes de energía que tengan poco contenido o ningún contenido de carbono.

Si no se logra un acuerdo en la COP 21, el planeta estará expuesto, según han dicho los científicos, a fenómenos extremos y peligrosos como las sequías, elevación del nivel de océanos y desplazamiento de las poblaciones.

EcuadorUniversitario.Com

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