¡La educación y la ciencia forman parte de los pilares de una sociedad que quiere avanzar!

Por: Arturo Luque González, Ph.D.

Investigador en la Universidad Técnica de Manabí, (Ecuador) y en el Observatorio de Políticas Públicas y Calidad Democrática en la Universidad Rey Juan Carlos (España).

 

Desde la Red Ecuaintegra consideramos que se deben crear mejores condiciones que habiliten diferentes espacios para la puesta en marcha de iniciativas a nivel académico y por qué no decirlo, renovadas reglas del juego asociadas a los nuevos tiempos en consonancia con la compleja realidad socioeconómica actual.

Esta afirmación parte del entendimiento de la educación como un medio y no como un recurso al servicio de intereses particulares y/o disruptivos. La gestión y promoción del establecimiento de redes de investigación científica por parte de “extranjeros” en otros países es un proceso complejo, aunque necesario.

En palabras del microbiólogo Francis Mojica (2020) -considerado como uno de los máximos exponentes en la técnica de edición genética CRISPR-, los investigadores/as españoles “tienen una imagen estupenda en el extranjero”;una explicación subyacente es que su labor científica se ha tenido que desarrollar bajo el amparo de la emigración y las crisis económicas. Además, estos científicos han conformado redes de investigación que suscitan buenas opiniones en la comunidad académica internacional “es increíble la actividad que tienen, las ganas que tienen de trabajar y la pasión que tienen por transmitir los valores de los españoles investigadores en todas partes”.

En Ecuador la complejidad no lo es menos, lo cual no deja de resultar reconfortante los espacios que se generan debido a su apuesta nacional por la Educación -Superior-. Entre 1980 a 2007 la educación sufrió un proceso de estancamiento en medio de iniciativas de reformas que finalmente fracasaron. Sin embargo, las reformas hechas a partir del año 2007 con la emisión del Mandato No 14 constituyeron un nuevo cambio de paradigma en la educación convirtiendo al país latinoamericano en un referente en América Latina y el Caribe. Esto se conoce como la década ganada.

A partir de la nueva Constitución de Montecristi en del año 2008 la República del Ecuador se posicionó subsecuentemente a nivel global. Se establecieron procesos de atracción de talento científico en una clara y decidida postura por el mejoramiento de la calidad en la Educación Superior y por la investigación.

Véase a través de programas como Prometeo y posteriormente mediante la selección directa de talento humano por parte de diferentes instituciones.

Además, se crearon nuevas universidades como UARTES – Universidad de las Artes, IKIAM- Universidad Regional Amazónica, YACHAY- Ciudad del Conocimiento y UNAE- Universidad Nacional de Educación; y se cerraron trece  universidades conocidas como de garaje. Dejando patente por parte del gobierno y de su ciudadanía el alto compromiso por mejorar la transferencia de conocimiento, con el fin de cambiar su matriz productiva.

Tales circunstancias vinieron acompañadas de innumerables beneficios a la nación como fueron el aumento de recursos y la internacionalización de la Educación Superior junto con un gran interés por la publicación de artículos científicos (anterior al 2007 era porcentualmente irrelevante la cantidad de publicaciones existentes). Igualmente, se propició el establecimiento de convenios entre universidades, centros de investigación y gobiernos.

De manera inherente se generó un ambiente de estabilidad para los profesores contratados con una amplia oferta de nombramientos (el equivalente al funcionario español), en especial para el profesional ecuatoriano que se encontraba a veces subsumido en la precariedad.

Con estos mimbres y al calor de políticas públicas bien definidas se avanzó en la educación y en la investigación. Todas estas políticas educativas siempre fueron apoyadas por instituciones españolas como se demostró con el Marco de Asociación País (MAP) que contribuyó a la mejora de la enseñanza primaria y técnica. Además, este marco de asociación apoyó la mejora de la calidad de la educación superior y de la investigación. Asimismo, con el Programa de canje de deuda firmado en el 2005 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero se destinó un monto de más de 20 millones de euros a programas y proyectos de educación en Ecuador.

En los ámbitos colegiados de todo el mundo, las instituciones ecuatorianas a través de proyectos con la comunidad académica española lograron poner el nombre de Ecuador en lo más alto. El país latinoamericano parecía tocado y conformado por la magia de sus volcanes y de su naturaleza, así como por una cosmovisión andina repleta de lenguas y tradiciones milenarias junto a una incipiente creatividad y camaradería que se hacía eco de su cultura por todo el mundo a modo de un “país de países”. La situación de la “familia universitaria” española residente en el país creció de igual modo que aumentó la sociedad académica ecuatoriana en España. Esta sinergia generó estrechas redes de colaboración con sus interesantes quehaceres académicos y profesionales.

Los procesos de mundialización, que -también- impregnan al sector académico, junto a la buena voluntad de sus autoridades propiciaron un entendimiento extraordinario entre instituciones transatlánticas especialmente en las últimas décadas. En la actualidad, más de 5.000 alumnos ecuatorianos viajan a estudiar por el mundo. Al menos un 33% de ellos escogen estudiar en países de la Unión Europea. No es insignificante que España represente aproximadamente un 10% de los estudiantes extranjeros.

Por todo lo anterior mencionado y en base a la conformación de redes científicas (en concreto de la comunidad española en Ecuador, conocido en la red como @redcientificos), autoridades políticas y académicas de ambos países han sugerido la necesidad de elaborar esta guía. La finalidad de este manual es examinar algunas de las vicisitudes surgidas por estos procesos migratorios y recomendar volver a (re)ordenar parte de sus procedimientos administrativos. Se incluye de igual modo una herramienta de primeros auxilios a nivel académico y laboral, orientada a la comunidad ecuatoriana con el fin de aglutinar y clarificar algunos de los principales trámites burocráticos de cara a la realización de másteres y doctorados procedentes del Reino de España. Así mismo, puede resultar de gran utilidad para alcanzar mayor certidumbre en su toma de decisiones.

En la actualidad, debido a los procesos de internacionalización, las redes académicas están más vivas que nunca. Nuestras investigadoras e investigadores demuestran una vez más que el conocimiento no tiene fronteras y que está por encima de restricciones políticas, administrativas e incluso económicas. La multiculturalidad, la tecnología y la cooperación junto a su adaptación en las plataformas digitales han producido un nuevo impulso en la ciencia.

Se evidencia un fuerte compromiso entre la comunidad académica española y su homóloga ecuatoriana. Todos estos acuerdos se extienden con buena voluntad y forman parte de la realidad socioeconómica. Existe un compromiso de incorporar la I+D+i al servicio del tejido social ecuatoriano-español (¿o el tejido social al servicio de la ciencia?), circunstancia ejemplificada mucho antes de los problemas acaecidos por la pandemia del coronavirus (covid-19).

Tales aspectos, evidencian hoy más que nunca el poder y la necesidad en los procesos de elaboración de redes de investigación científica con un llamado a una cobertura ética y legal multilaterales en unas condiciones estables de trabajo para sus docentes e investigadores. Así como la obligación de proteger y generar proyectos de investigación -y sus medios- que generen un verdadero valor añadido a la sociedad, donde la igualdad de oportunidades sea una prioridad y no una utopía.

Tanto en una sociedad avanzada, como en aquella que anhela ese deseo, el conocimiento (y la promoción del mismo) debe ser entendido como un elemento vehicular a través del cual, y de manera consustancial, se ejerza un verdadero fortalecimiento que impulse de manera positiva a la democracia en todas sus dimensiones.

¡La educación y la ciencia forman parte de los pilares de una sociedad que quiere avanzar!