Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato
Algunos hombres que en la calle tienen aspecto de serios reclamadores, no dejaban de argumentar su extrañeza de que las justicias estén siguiendo trámite después de dos años de que el fraile había hecho su fuga en 19 días del mes de noviembre de 1688. Las citaciones dicen haber dejado al Bachiller Manuel García Maldonado, presbítero de dicho convento, por orden del gobernador don Nicolás de Andagoya. Comentaban que el viejo de las pulgas había insistido en que “halló que todos los presos de riesgo se hallaban quietos y sosegados, de manera que atribuyendo el ruido referido a que se habría derrumbado algún lienzo de los del cuarto que estaba y corresponde a la sala del Real Acuerdo que de ordinario se está desmoronando sosegaron y se recogieron sin que les causase cuidado el registrar el cuarto convecino del de la vivienda de este testigo porque les pareció que fray Nicolás Vaca que allí estaba no era preso de riesgo ni que trataría de fuga alguna”.
El escribano Calderón ha escrito en un papel cacado de pulgas la declaración que le atraía a la memoria a tanto perro vagabundo que había por las calles quiteñas llenas de cruces de piedra, meadas religiosamente en sus cimientos por los depauperados hijos de los galgos y de tantos perros nobles que no hace mucho en la historia, tenían cadena de oro por sus brillantes servicios prestados a la conquista. Tratando de evitar las remembranzas ha puesto en la declaración del viejo de las pulgas que “como a las cinco horas de la mañana poco menos habiendo dispertado este testigo oyó diferentes voces de presos que decían que el fraile se había huido por una soga; que levantándose este testigo salió del cuarto y entró al del dicho religioso lego que estaba sin candado ni llave ni jamás la ha tenido, donde asomando el cuerpo y la cabeza por un abujero y rotura que de antes estaba abierta y servía de alacena para poner coles y otras cosas en la pared a mano derecha como se entra al dicho cuarto, y vido que dicha rotura correspondía al buque de una chimenea donde estaba el altar de la capilla de San Benito, que según su formalidad corresponde dicho buque hasta el techo del confín de esta dicha cárcel.
Y reconoció que desde dicho techo estaba pendiente un cavo de cordel de cabuya nuevo por donde se dijo haberse convoyado el dicho religioso y hecho fuga, y que agora se acuerda este testigo que el dicho religioso se había valido de muchos medios de ruegos y representaciones de cartas al emperlado fray Agustín Sancho, su prior de dicho su convento, y otras personas, para que intercedieran con su provincial en ordenar su soltura, y que juntamente había presentado en la real audiencia …. En la misma razón se le ha mando ocurriese a su perlado.
Y demás de esto, se acuerda que un niño bermejuelo que no sabe quién, era un indiezuelo que decían ser del convento de San Francisco, solían venir con papelillos que no sabe quién se los escribía ni lo que contenía, porque el dicho religioso los leía para sí y solo decía que le daban mala nueva, y que consiguientemente habrá 3 o 4 días que una india picado el rostro de virgüelas, con liquida de bayeta azul y anaco negro, que no sabe quién es ni a dónde fuere, llegó a las rejas de fierro donde estaba este testigo y otros presos, y oyó que la dicha india dio una voz llamando al dicho religioso por su nombre, y como él estaba es su cuarto inmediato a la calle, la oyó y bajó a dicha reja donde dicha india se le acercó a hablar y le dijo estas razones: Padre, una mujer conocida de un padre largó de su convento, le dijo a tu madre que tú tenías mal pleito y que tu provincial te quería desterrar en una enjalma, y que esto lo dijo la dicha india en lengua de el inga, y con esto se había ido.
Allegado oyó decir este testigo que con el temor desta amenaza y desconfianza de su buen suceso se supondrá a hacer dicha fuga, y que él mesmo les decía a los presos que tenía mal pleito , nunca por eso dio sentimiento de semejante disposición ni se dijo tal por no parecer a todos… pues por la misma razón habiendo hecho fuga salvaron del robo… y otros del calabozo fuerte inmediato al callejón, mudó de allí el alguacil mayor de corte a que don Manuel … a que quiten a los presos que se han quedado, y fueron Joan Meléndez y Gregorio Sagal, y poniendo mujeres puso a los susodichos en el calabozo inmediato donde estaba el dicho religioso a quien mandó si hubiese al cuarto de dicha grada, pareciéndole ser comunes seguro, y que dicho religioso no era preso de cuidado; que ahí el dicho alguacil mayor como el dicho alcaide que no estaba sano tenían cuidado de rondar a los presos y sus prisiones sobre tarde todos los días y a deshora de la noche, sin que en dicha fuga haya … este testigo haber de su parte fraude ni permiso para ningún temor ni intereses ni que otras personas de dentro ni de afuera hayan dado fomento ni ayuda al dicho religioso.
Ni sabe que el dicho alguacil mayor se ausentó de esta ciudad hubiese entregado al capitán Antonio Laso al dicho religioso ni héchole cargo de su persona, que después de dicha fuga acudió el dicho capitán don Antonio a dicha cárcel, entonces le oyó decir que de aquel preso no se le había hecho cargo, y que en cuanto al seguro de prisiones las tienen todos los que son de delitos graves, y que el dicho religioso no las tuvo por no haberlas por estar aupadas en los demás, y esto dijo ser la verdad so cargo de el dicho juramento en que se afirmó y ratificó, habiéndosele leído y mostrado… y que es de la edad de 36 años y que no le tocan ninguna de las generales de la ley y lo firmó… f) Alonso Falcón, ante mi Manuel Calderón.”
Después de tener esta declaración, las justicias se acordaron que tienen un preso importante en la Cárcel Real y que es el Alférez Gerónimo de Villamayor. Parece que en esta cárcel están presas muchas pulgas gordas, comentaba el populacho. A esas pulgas creo que les van a reventar juntando unas buenas uñas que tienen los dedos pulgares de ciertas autoridades. La gente decía que los dedos se llaman pulgares porque sirven sobre todo para reventar pulgas como si fuese tostado.
Lo que no se sabe ni se sabrá, son las verdaderas causas de la prisión del lego, ni la del alférez. Todo el mundo sabe que el alférez “está preso en esta prisión y vive en el calabozo grande que corresponde por lo alto a la calle”. En su declaración ha dicho que “estando durmiendo, ayer jueves en la noche, oyó ruido hacia la grada y texado de manera que parecía se venía la cárcel al suelo, y por estar enfermo no trató de inquirir la causa y oyó voces que daba Alonso Falcón a los indios guardas, diciendo viesen quién hacía ruido, y a la mañana oyó decir se había ido un religioso lego del orden de San Agustín llamado fray Nicolás Vaca, que estaba preso de orden de su prelado, y que sabe por haberlo visto que el alguacil mayor de corthe… teniéndolos con prisiones y a las horas que tienen obligación, y que no sabe qué persona alguna de dentro ni de afuera de dicha cárcel haya dado fomento al dicho religioso para dicha fuga, y que por parecerle al dicho alcaide que el dicho padre era preso seguro y de poco cuidado, lo pasó de orden de dicho alguacil mayor a un calabozo alto pequeño de dicha grada sin ponerle candado por de fuera, y que dicha fuga según ha reconocido le parece la hizo por una chimenea que confina con el tejado, y que esto que ha dicho y declarado es la verdad so cargo del juramento que tiene fecho…y que es de edad de 46 años…f) Gerónimo Villamayor, ante mi M. Calderón…”. (Extractos investigados en Quito, en el AHN)