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La magia de los niños

Por: Fernando Naranjo Villacís
fnaranjo@gye.satnet.net

Siendo un joven de 14 años, leí un pensamiento del genio de la pintura Salvador Dalí. Me pareció tan intenso que lo repasé y no solo me quedó grabado, sino que es parte de mi comportamiento, de mi actitud. Decía Dalí: “Para existir hay que ser y ser es ser diferente. Cuando 7 personas piensan lo mismo, automáticamente yo estoy pensando todo lo contrario”. Posiblemente influenciado por su máxima, es que no me gusta lo masivo, aprendí a ser selectivo. Hay mucha gente que habla de la masa, de la defensa de las masas. La masa, para mí, no existe. Yo creo en la persona, en el individuo, en lo particular de su pensamiento y de su acción. Como la huella digital, cada una es única, distinta. Un humorista decía: La masa… para el panadero.

Por eso anoto en este comentario, lo interesante que sería el poder revisar lo que sucede con la pedagogía escolar. Ahora hay que tener especial cuidado con la selección de los profesores de primaria. Cuál es la actualización de conocimientos para sus clases. Los niños de hoy, juegan con la tecnología, hay concursos de robótica, donde los pequeños tienen un rol alucinante, son mini genios. Estudiar un nuevo idioma es importante, tienen interés por aprender. Un niño al terminar la primaria, fácilmente puede hablar dos idiomas. Es necesario ahondar en el pensamiento crítico, para que vayan creciendo con una forma fascinante de razonar, a tono con el mundo que les toca coexistir.

Esto no es una ilusión, lo he puesto en práctica con algunos familiares, especialmente mis sobrinos y puedo dar fe de su resultado. Me causa enorme alegría saber que tienen bien formado su criterio y sus objetivos. Uno de ellos vive en New York, trabajó en una fábrica y tuvo un jefe que luego fue subalterno suyo; ahora tiene su propia empresa. Otro, comenzó asistiendo a su madre arquitecta en la realización de unos trabajos; seguía estudiando, se graduó; posteriormente se hizo cargo de otra obra, la culminó y luego construyó dos edificios, uno de 6 pisos con departamentos, todos vendidos y el otro de 10 pisos en su etapa final.

A los niños, especialmente en estos momentos, hay que darles un trato diferente, hay que conversar de a poco, temas importantes, de actualidad, para que vayan entendiendo la realidad de un mundo competitivo, inseguro y violento. Eliminando al temible “cuco” para que el “miedo” no sea una pesadilla en su vida.

En los niños hay que sembrar vigorosos estados emocionales; fortalecer el amor, el respeto y sobre todo el sentido de responsabilidad. Dirán que es mucho pedir para un niño. Todo es cuestión de aplicar la pedagogía lúdica; los niños aprenden jugando. La vida es como un juego de naipes, hay que saber barajarlos y usar las cartas correctas para ganar la partida, para triunfar en la vida. Eso los niños lo perciben. Somos los adultos, los que posiblemente hemos agotado el entusiasmo o extraviado el plan de enseñanza dichosa y de crianza venturosa.

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