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La pirámide diabólica

Por: Rodolfo Bueno

Los especialistas afirman que son cuatro los problemas que provocarán una nueva crisis, peor que las anteriores: la caída en la bolsa de valores de China, la crisis general de la eurozona, el bajo precio del petróleo y demás materias primas y la deuda pública de EE.UU., que ha tomado visos de ser una dolencia incurable. Ninguno de estos males es tan grave como el último, al que el multimillonario Warren Buffett describe para los ciudadanos de a pie como una “bomba financiera de relojería”.

El culpable de este descalabro es el Sistema de la Reserva Federal de EE.UU., la FED, una institución privada de servicio público que responde a los intereses de Wall Street. Es un banco central independiente que, desde su creación en 1913, pertenece a doce instituciones financieras cuyas decisiones no tienen que ser ratificadas por el Presidente de EE.UU. ni por ningún otro órgano ejecutivo del Gobierno. La FED emite acciones al interés del 6%, parte de las cuales compran gobiernos extranjeros; de manera que la FED también es propiedad de otros Estados.

Pese a que en el primer artículo de la Constitución de EE.UU. se lee: “El Congreso tiene el derecho de acuñar moneda, reglamentar su valor y el de las monedas extranjeras…” esta función la realiza la FED. Por estar en manos de esta corporación privada, el dólar estadounidense no es de propiedad del Estado. Si el Gobierno de EE.UU. necesita dinero, se dirige a la FED, que lo imprime y se lo presta a cambio de bonos. En otras palabras, se crea dinero de la nada. Luego los bonos se comercian en el mercado de valores, donde los compran los inversores. La tasa de interés de estos bonos recae sobre el hombro del ciudadano norteamericano, que paga de interés cerca de 500.000 millones de dólares por año por una deuda de casi 18,5 billones de dólares, más que el doble del valor de todo el oro extraído hasta la fecha en el mundo entero.

Esta capacidad de crear dinero de la nada se ha convertido en el mayor recurso de EE.UU., ya que pueden imprimir lo que necesitan y consumir las riquezas del mundo sin haberlas trabajado. Su deuda pública es su mayor riqueza, porque mientras nosotros sudamos la gota gorda para producir lo que exportamos, ellos nos entregan papeles a cambio de nuestros productos. Si nos negamos, nos asfixian.

La FED, un verdadero parásito económico que hace lo que le viene en gana, compra a la clase política norteamericana igual que usted adquiere productos en los supermercados. La falta de regulaciones le permite imprimir dinero a su gusto y paladar, lo que convierte a las finanzas mundiales en un albur en el que solo los banqueros poderosos pueden ganar. Se trata de un juego sin reglas, mejor dicho, con reglas impuestas para favorecer solo a ellos, los demás deben acudir a agoreros de todo tipo con el fin de sobrevivir a la quiebra catastrófica que ineludiblemente va a llegar cuando se derrumbe la pirámide diabólica financiera de EE.UU.

Para que no le quepa duda alguna, entre en: http://www.usdebtclock.org: real time. Algo no apto para cardíacos.

Agosto 24 de 2015

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