Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva 

Realmente, el Estado requiere de una prensa crítica, independiente y de investigación, con el fin de hacer ver lo positivo y lo negativo de un gobierno. Se debería asegurar la existencia de una prensa crítica porque es la garantía de una verdadera democracia.

El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama el derecho de todo individuo a «investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Reafirmemos nuestro compromiso con este principio básico de democracia, desarrollo y paz.

La libertad de prensa es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tengan el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado. Se entiende que: “todo hombre o mujer puede publicar sus ideas libremente y sin censura previa”.

Carolina Botero Cabrera, considera que en el mundo actual debemos proteger la libertad de expresión también en internet.

Nuestro ex -Vicepresidente de Ecuador, Lenin Moreno, preferiría un poco de excesiva libertad de expresión a ninguna. Refiriéndose al proyecto de Ley de Comunicación decía: «La norma tiene que ser lo más permisiva posible» con «un debate lo más amplio posible, pero creo que el resultante debe ser como gran objetivo nacional la libertad de expresión».

Qué bueno citar lo que dice Nelson Mandela sobre la prensa: “Una prensa crítica, independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia. La prensa debe ser libre de la interferencia del Estado. Debe tener la capacidad económica para hacer frente a las lisonjas de los gobiernos. Debe tener la suficiente independencia de los intereses creados que ser audaz y preguntar sin miedo ni ningún trato de favor. Debe gozar de la protección de la Constitución, de manera que pueda proteger nuestros derechos como ciudadanos».

La humanidad está luchando por la libertad de expresión porque la misma es una garantía para la democracia.