Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva.
El Estado debe garantizar la permanencia de las universidades particulares del Ecuador, especialmente, de las autofinanciadas, como es el caso de la Universidad Iberoamericana del Ecuador -UNIBE-. Debe señalar su norte, proyectarlas hacia el futuro, fortalecerlas y crear planes para su desarrollo.
En el Ecuador requerimos del pensar positivo y debemos educar a los ecuatorianos para que sean ciudadanos de bien. Defendamos a nuestras universidades particulares que no solo son proyectos sino sueños. Si la universidad debe cambiar, debe ser con iniciativas que sean fruto del análisis y diálogos con libertad, originados en la propia universidad, digna de mejores días.
La Universidad Iberoamericana del Ecuador -UNIBE- ha subido a la categoría B, lo cual es digno de felicitación, especialmente, a su fundador: Dr. Jaime Castro Segovia y su equipo de trabajo, quienes han logrado cambios sustanciales y de calidad, con el fin de que el CEAACES tome una resolución acertada y justa.
La UNIBE es una universidad pequeña, no masificada, de carreras no tradicionales, lo cual es importante para el desarrollo del país. Debe ampliar su oferta de carreras siguiendo las pautas trazadas por el gobierno, es decir, con carreras que tengan que ver con la productividad. La UNIBE debería tener un Instituto Tecnológico adscrito con carreras que tengan que ver con la nueva matriz productiva del Ecuador, que forme tecnólogos en productividad, en diferentes áreas, que vayan a la UNIBE a obtener su Ingeniería. Ser una universidad pequeña o mediana también es una ventaja, ya que se las puede administrar de mejor manera y su desarrollo debe ser sustentable.
Es la concepción de un nuevo tipo de universidad, pequeña, pero, de calidad, lo que posibilitó la creación de la UNIBE, en razón de que el Dr. Castro estudió y se graduó en Europa y fue Director de la Universidad de Zaire. Esa experiencia tan importante ha logrado la acreditación de esta universidad destinada a perdurar.