Las fechas cívicas de noviembre

Por: Vinicio Vásquez Bernal.

El ser humano en su intento de valorar su pasado, en el calendario presta especial interés a ciertas fechas que representan hitos importantes en su historia. Pero muchas veces se pierde esa premisa, derivando en manifestaciones que no guardan relación con lo intrínseco de tal o cual acontecimiento.

La historia es mucho más que un compendio de fechas, nombres y actos muchas veces sobredimensionados. Es la explicación crítica de acciones que derivan en nuestra realidad actual, narrada con el subjetivismo del autor, más siempre buscando el objetivismo de la verdad.

Nuestra circunstancia como pueblo es rica en acontecimientos que merecen ser recordados con orgullo, por que evidencian la prestancia y el valor de nuestros antepasados, mujeres y hombres que antepusieron el bien común sobre los intereses individuales y con su comprometido accionar construyeron lo que hoy es nuestra circunstancia, ante lo cual es imprescindible que se explique y se entienda el porqué de sus actos y la consecuencia de los mismos, ya que en estos elementos radica la importancia del mismo.

La pregunta que siempre surge cuando se trata este tema es ¿cómo festejar esas fechas?, cuya respuesta directa sería entender a cabalidad la significancia histórica de esos hechos, para proponerlos como ejemplo de acción a las presentes y futuras generaciones. Es en ese sentido donde, a mi parecer, existe una falencia, lo que se ha difundido sobre los acontecimientos de noviembre de 1820, suscitados en la provincia del Cañar no guardan relación con la relevancia de los mismos. Hay que recordar que lo que origina esta proclama de libertad es el apresamiento del gobernador de Cuenca, por su apego a las ideas libertarias, hecho que motivó que ciudadanos del actual Cantón Cañar, organicen un rescate, mismo que se dio en el sector entonces denominado Tambo Viejo, hoy parroquia Honorato Vásquez, lo que a su vez derivó en la revuelta y proclamación de la independencia, donde además se declara la creación de la Republica de Cuenca, que será disuelta en Verdeloma el 20 de diciembre, en razón de una batalla por demás desigual, donde las tropas realistas superiores en número, capacidad, preparación y logística, acallaron el sentimiento patriótico de hombres y mujeres de Cañar, más no lograron el objetivo de anular sus intenciones, ya que en una posteridad cercana alcanzarán sus consignas, haciendo que la existencia de la Republica de Cuenca, de tiempo efímero, legue a la posteridad un mensaje claro y profundo, erigiéndose como ejemplo para quienes en ese entonces, a lo largo de toda América, anhelaban libertad.

Los historiadores, de hecho tienen información precisa y debidamente fundamentada sobre lo aquí citado, que evidencia la importancia de estos hechos, que constituyen sentimientos de orgullo para los que hemos nacido en esta geografía, ya que estos actos se basaron en sentimientos de compromiso y dignidad de esos hombres y mujeres, muchos de ellos con nombres que la eternidad se ha guardado, más cuyo valor ayer, hoy y siempre se constituyen en ejemplos a seguir.

Sobre esto falta mucho que investigar, a pesar de ser hechos relativamente recientes, su significado en el contexto de las luchas libertarias no ha sido debidamente explicado y difundido. Como pueblo nos significa una enorme deuda con aquellos que en Inganilla, Chuquipata, Cuenca y Verdeloma pagaron con su vida su lealtad a los ideales de libertad. Es prioritario que en estas fechas, como un acto de absoluta justicia, valoremos ese sacrificio que se convirtió en insumo vital para lograr la independencia que tanto apreciamos.

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