Por: Dr. César Hermida
En estos buenos tiempos de integración sudamericana y latinoamericana, bien vale recomendar el libro Los cien nombres de América, del chileno Miguel Rojas Mix. El autor analiza cómo, a partir de las independencias en el siglo XIX, y la formación de las nuevas repúblicas criollas, con la lengua, raza e historia continental común, se iniciaron las diversas denominaciones de lo que ahora es Nuestra América, como la denominara José Martí (1891). Efectivamente, por criolla y por su lengua, Hispanoamérica fue una de las primeras y más comunes denominaciones.
Asegura que “el primer hispanoamericanismo (fue) una identidad criolla”. Vale puntualizar que, como nueva nacionalidad, la criolla quería disponer de su propio Estado, y, como patricios que eran, lo denominaron Patria. El autor asegura que “la política creó nacionalismos que dividieron”, por razones de propiedad y poder, continuando las subyugaciones coloniales. Se trataba, dice, de civilizar, pues los europeos juzgaban a los americanos como bárbaros.
La barbarie eran las huellas que había que esconder o borrar. La civilización era el progreso, por eso Alberti aseguraba que “más que cualquier congreso, lo que unirá a la Argentina será el ferrocarril”, la civilización. Y el argentino Sarmiento proponía “seamos como ellos”, como los europeos, mientras el médico español Laín Entralgo planteaba que “la hispanidad (es) un peculiar modo de cumplir la misión europea”.
Rojas señala que ‘Panamericanismo’ fue el concepto propuesto en el Destino manifiesto de los Estados Unidos, con su política del gran garrote y la diplomacia del dólar. Un Panamericanismo que significó las invasiones a República Dominicana, Panamá, Grenada, y el apoyo a las dictaduras militares.
Rojas asegura que Nuestra América es la de Martí, “la otra”, “la mestiza”, la “antielitista y anticapitalista”, pues la élite es blanca mientras la masa es morena. Haya de la Torre propuso, con el APRA, el concepto de Indoamérica (1924) y Mariátegui, con sus propuestas socialistas, respaldó el concepto de lo ‘indoamericano’.
La denominación de América Latina la utilizó primero el chileno Francisco Bilbao en 1856 y luego el colombiano José María Torres, asegura Rojas. Actualmente Nuestra América es la América Mestiza de la que habla William Ospina, que es, en realidad, Indoafrolatinoamericana.
Para nosotros es el Abya Yala de las culturas ancestrales, Nuestra América, Nuestra Tierra, la Pacha Mama.