Es imposible prever lo que los niños de hoy tendrán que afrontar durante su vida adulta, de modo que los docentes de ahora y de mañana necesitan las competencias, los conocimientos y el apoyo que les permitan satisfacer las distintas necesidades de aprendizaje de cada niña y niño de hoy.
Son numerosos los países donde la calidad de la enseñanza se ve afectada por la escasez de maestros. Según el Instituto de Estadísticas de la UNESCO, hay un déficit de docentes del orden de 1,4 millones en las aulas del mundo entero y esos profesores son indispensables para alcanzar la educación primaria universal de aquí a 2015.
A la escasez numérica se añade el problema de la calidad: con frecuencia, los docentes tienen que desempeñar su labor sin los recursos necesarios ni la capacitación adecuada. Es un desafío de gran importancia, porque actualmente nos enfrentamos a una crisis mundial en materia de aprendizaje: hay 250 millones de niños que no logran adquirir las competencias básicas de lectura y escritura.
En este Día Mundial de los Docentes, la UNESCO y sus asociados exhortan a todos a que contribuyan a difundir el mensaje de que la inversión en los docentes es fundamental. A fin de cuentas, la calidad de cualquier sistema educativo se basa de manera importante en la calidad de sus docentes.
«La UNESCO y sus asociados trabajan para ofrecer a cada estudiante los profesores capacitados profesionalmente, motivados …», expresó Irina Bokova, Directora General de la UNESCO
A medida que los países apresuran el paso con miras al año 2015 y que se van elaborando los nuevos programas de desarrollo, es fundamental que los docentes sigan recibiendo atención prioritaria.
Los gobiernos y la comunidad internacional deben brindar un apoyo unánime a los docentes y al aprendizaje de calidad en el mundo entero, especialmente en los países que cuentan con el mayor número de niños sin escolarizar.
Este 5 de octubre es una fecha muy oportuna para expresar todo nuestro apoyo al Gobierno Nacional y al Ministerio de Educación por los esfuerzos que realizan para preparar mejor a los docentes, pagar salarios dignos y elevar el nivel y la calidad de la educación en el Ecuador.
De acuerdo con los datos obtenidos por la evaluación efectuada por el CONEA en el 2009, el 84% de las personas que han obtenido un título profesional en el área de educación lo hicieron en instituciones públicas de categoría distinta al grupo A. En relación con las universidades particulares, a pesar de que el porcentaje es menor (59%) no deja de ser alto.
Esos datos evidencian que, a nivel nacional, el 75 % de los profesionales graduados en el 2011 se han formado en instituciones educativas que representan deficiencias en la calidad, por lo que la creación de la Universidad Nacional de Educación (UNAE) se orienta a fortalecer el sistema educativo para brindar un marco educativo de calidad a los futuros docentes del sistema nacional de educación, los cuales asegurarán una mejor formación para sus estudiantes, abriendo un campo de oportunidades para impactar en el cambio de la matriz productiva, pues estas personas serán hacedoras de conocimientos de bienes y servicios para el país. De esta manea la UNAE será un referente para la formación de docentes y otras figuras profesionales educativas, que contribuirán con la colectividad y con el desarrollo de la matriz de conocimiento, generando respuestas culturales y científicamente fundamentadas a través de la investigación aplicada.
Por lo antes mencionado, se puede concluir que la oferta de educación superior para la formación de profesionales de la educación debe cambiar de manera responsable para brindar a la población educación de calidad, que responda a la matriz de conocimiento y constituya la ecología de saberes como una práctica natural en el aprendizaje de los ecuatorianos. Por lo tanto, uno de los puntos clave es el mejoramiento de la práctica como elemento fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje y no únicamente como la última fase, aislada de la teoría, la investigación y la reflexión, que además requiere de un acompañamiento y guía permanente. Al mismo tempo, surge la necesidad de formar profesionales de la educación capaces de indagar e investigar en su ejercicio profesional y de incluir la investigación como elemento de aprendizaje tanto para el docente como para los estudiantes.
El cambio de la educación de nuestro país dependerá fundamentalmente de la gestión y calidad de los docentes, ya que éstos deberán ser actores protagónicos de todas y cada una de las transformaciones en los ámbitos académicos, investigativos y de vinculación con la colectividad.
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