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Los valores de la cultura

Por: Vinicio Vásquez Bernal

La identidad de los pueblos es entendible únicamente cuando sus valores culturales son comprendidos a cabalidad. Esta condición básica, muchas veces es trastocada por los defensores del materialismo que creen que las manifestaciones bulliciosas y brillantes pueden resumir el sentir de los pueblos, llegando incluso a deslegitimar las costumbres y demás manifestaciones que muestran la realidad intangible de los pueblos.

El ser humano inteligente sabe que su presencia no responde a la inmediatez del tiempo, está ligada a la historia y al devenir de los días, donde lo circunstancial es amalgama concreta del pasado y de la interacción social.

La cultura, por tanto, cobra importancia mayor por cuanto resume los pensamientos, las acciones pasadas, las creencias ancestrales y el anhelo de superación que caracteriza a determinada geografía. En tal sentido, es de importancia suprema el lograr que los auténticos valores de la cultura sean debidamente entendidos y presentados a las futuras generaciones. Además, son esos valores de la cultura los que mayormente se alinean a la identidad de cada pueblo y la enriquecen, por lo que es impensable que algo exógeno, fruto de la publicidad, pueda irrespetar lo auténtico.

Una de las características de la publicidad y del marketing es que justamente la efectividad de la aceptación social de cualquier producto es consecuencia directa de que las acciones respeten de forma integral las costumbres de los pueblos. Pero el materialismo y sus ingentes recursos de conquista de mercado, han logrado que la bambalina de las marquesinas y el afán de vender propicien escenarios donde el estar a la moda importen más que las directrices de la cultura, buscando que la mente del ser humano sean llenados con falsos valores para que las directrices de cultura sean relegados a espacios secundarios.

La cultura del pueblo Cañarí, ha resistido miles de años, ha resistido los embates de feroces conquistas, desde siempre ha hecho gala de una identidad tan fuerte que ha logrado asimilar esos ataques para amalgamarlas a su color y a su circunstancia. La cultura Cañari ha engrandecido sus horizontes con elementos y procesos que dignifican su estirpe y sus valores. La ferocidad de los Incas, la ambición de los conquistadores, los dolores de la migración o los efectos inhumanos de la globalización no han logrado que los hijos de la Guacamaya se desvíen de ese sendero de dignidad que sus hijos han establecido.

Los días que vendrán nos obligan a mantener la ruta, nuestra realidad histórica. La riqueza cultural que nos han legado las voces preclaras que desde esta geografía han reclamado justicia y libertad para el hombre deben embriagarnos de sustancial satisfacción por cuanto los mismos constituyen los auténticos valores de nuestra cultura, que nos muestran como un pueblo con capacidad de proyectarnos con éxito al mañana, sin olvidar que ante todo nuestro pueblo es en esencia un sueño dormitado en la cima del Ande, donde el Cóndor se resiste ante lo que algunos aprovechados llaman modernidad.

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