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Marco Aurelio Bracho Ortiz

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Nació en la ciudad de El Ángel, provincia del Carchi, el 8 de diciembre de 1921 y falleció en la ciudad de Macas, provincia de Morona Santiago, el 18 de mayo de 2015. De origen humilde. Su madre Mercedes Ortiz, modista, falleció muy joven, cuando él tenía 7 años y pasó necesidades. Vivió con sus tías: Amada, Evangelina y Delia, hermanas de su padre: José Manuel Bracho De la Cadena, en El Ángel. A los 17 años ingresó al Ejército ecuatoriano, primero como conscripto del servicio militar y, luego, como soldado, de la carrera militar. Ex – combatiente en la guerra de 1941, en la provincia de Loja. Fue designado al Destacamento Militar de Méndez y el 27 de abril de 1945 contrajo matrimonio con Carmela Vélez González y procreó con ella siete hijos: Bella, Graciela, Aníbal, Beatriz, María de Lourdes, Mercedes y Rosario Bracho Vélez.

En su vida civil, en la provincia de Morona Santiago, fue Secretario en la Tenencia Política de la parroquia Huambi del cantón Sucúa y, en la ciudad de Macas, trabajó, en forma eficiente y responsable, en el Registro Civil y como Jefe Político del cantón Morona, de 1988 hasta 1992. Varias veces fue encargado de la gobernación de la provincia. Fue socio del “Club Deportivo Macas”, admirador del ex –Presidente Jaime Roldós Aguilera y afiliado al Partido Izquierda Democrática, del ex –Presidente Rodrigo Borja Cevallos. Una de sus mejores cualidades fue dar ejemplo de trabajo a sus compañeros, en los lugares en donde laboró.

Se destacó por su servicio a la comunidad, especialmente, por su contribución a la construcción en el Quílamo del Monumento a la Purísima de Macas y su participación en la Fundación que lleva su nombre. Ferviente devoto católico, apreciado por la comunidad salesiana de Macas y por toda la ciudadanía, ya que en su vida solo hizo amigos y era apreciado por la comunidad. Si bien no recibió formación educativa superior, fue un autodidacta, porque logró con sus propios medios y recursos, formarse como buen orador y calígrafo, escribía de la mejor manera y tenía capacidad para hablar en público, a través de sus discursos, siendo ejemplo para su familia.

Llegó a querer a Zoilita Oña como su segunda madre y a sus hermanos: Jorge, Aníbal, Alfredo, Inés y José Bracho Oña. Siempre recordó a su prima María de Lourdes Bracho de Robalino.

Establecido en Macas, adquirió una finca en “Río Blanco” y trabajó en ella casi toda su vida. Hace muchos años, estando en el Recinto “Padre José Carollo”, vimos, a lo lejos, que se acercaba al recinto un “campesino” que llevaba un costal en su hombro y caminaba con el machete en su mano, botas de caucho y ropa de trabajo, dándonos la sorpresa de encontrarnos con Marco Bracho Ortiz, quien recibió el fraternal abrazo y felicitaciones de todos los presentes, por su trabajo en el campo. Donó 1 hectárea de terreno para la Iglesia y Escuela de Río Blanco.

El 30 de agosto del 2001, Marquito Bracho escribió lo siguiente: “El consuelo más grande y sublime de saber que Dios jamás abandonó mi hogar; él abonó mi tierra para que sea fértil, él plantó la semilla y la hizo germinar”.

A sus funerales en Macas asistimos muchas personas, a la misa y al cementerio, en donde recibió la despedida de su nieto: Mauricio Espinoza Bracho, con las canciones que más le gustó en su vida: el himno de los gitanos: “Linyera soy” y “Viejo, mi querido viejo”, del cantante Piero.

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