Conceptos de cultura

Por: Marco Vinicio Vásquez Bernal

A decir de algunos pensadores de nuestro tiempo, la cultura es en sí una realidad dinámica y cambiante que genera respuestas en cada circunstancialidad, para así mostrar sus valores. Idea que contrasta radicalmente con ese concepto que supone a la cultura como unas normas determinadas y perennes que intentaban asociar el accionar culto con un respeto a las buenas costumbres y lo establecido.

La cultura es también cambio, por eso se diferencia de la identidad que a su vez presenta los insumos sociales como bases sólidas para direccionar los devenires de los pueblos. Mas para los vocablos “cultura” o “identidad” no existen definiciones lo suficientemente significativas como para que sean aceptadas de manera general. Reconocidas personalidades han propuesto sus definiciones, muy buenas, más estas no pueden desligarse de sus subjetivismos filosóficos, ideológicos, religiosos y sociales. Haciendo de su intento un esfuerzo más.

Hay que recordar también que la “cultura” ha sido utilizada como arma para conquistar y avasallar pueblos. La acusación de barbaros y salvajes por el hecho de mantener costumbres distintas, ha servido para justificar atrocidades, abusos y delitos.
No es posible hablar de cultura cuando se irrespeta al semejante que piensa distinto, peor aun cuando se irrespeta tradiciones y costumbres que responden a las identidades de los pueblos. La Cultura es sobre todo un voz que reclama ante las injusticias y que no se esconde de la verdad; es el derecho a ser diferente y la razón que no requiere explicación porque se manifiesta en la paz y en la tolerancia de la humanidad.

La cultura siempre es vital y activa, se alinea a los derechos del hombre y a esas propuestas de amnistía para los presos de conciencia. Es el sentido pleno de estructurar sociedad desde el hogar y por supuesto se apoya en el amor al prójimo y en el respeto a la opinión contraria. Más no es ni sumisa ni se alinea con el silencio conveniente.

Hay que decir también que el hombre se caracteriza por crear de su intelecto para adornar su entorno, tangibilizando lo que siente en resultados de belleza estética que generan alegría para todos. Así cada individuo presenta su mensaje al espacio infinito, para sentirse merecedor de su especial sendero y aspirar la única trascendencia válida, esa del recuerdo sincero y del respeto de los tiempos.

Es la palabra entonces lo que ha de caracterizar la dignidad del hombre. Cuando el individuo no sea capaz de actuar por compromiso hacia su identidad y no pueda cumplir su palabra de nada servirán las letras plasmadas en papeles de oro ni los castillos ni las vanidades de poderes temporales. La cultura no significa formalidades de acción, se sustenta en formalidades de convicción. ¿Será por eso que nuestros jóvenes buscan alternativas exógenas? ¿Será por eso que en este tiempo todo se compra y se vende? ¿Será por eso que algunas sociedades requieren de becerros de oro para acallar esa pesadumbre?

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