Matemáticas innovadoras

Por: Marco Vinicio Vásquez Bernal

Piaget, el gran pedagogo, estipuló a su tiempo que lo particular de la enseñanza de las matemáticas radica en que esta ciencia se fundamenta en abstracciones. “Cuando observamos 3 sillas, se observan las sillas, el 3 es una abstracción”, afirmaba basándose en el hecho de que los números existen únicamente en la mente del ser humano. Esto se cumple también con el concepto de punto, obligando a concluir que la recta, las figuras geométricas y todas las relaciones entre los números son imaginaciones que responden a leyes que las rigen.

No vamos a discernir si esas leyes han sido planteadas por el ser humano o si rigen el universo, más no cabe duda de que existen y norman la naturaleza y las relaciones del hombre con su entorno. Es decir, la existencia de las matemáticas es una realidad que la vivimos en la práctica en toda circunstancia. Pero los elementos que constituyen la esencia de este ciencia son absolutamente abstractas e ideales.

Además, se debe tener claro que enseñar matemáticas tiene que ver con despertar las competencias matemáticas en los individuos, con el fin de que estos sean capaces de utilizarlas en su diario vivir. Es decir enseñar matemáticas es un proceso direccionado al ciudadano común que requiere herramientas a fin de entender su entorno; es decir, actitudes que le posibiliten razonar, entender, proponer y fundamentar los hechos sociales.

La idea de que los algoritmos de las matemáticas caracterizan el intelecto de un individuo irrespeta la directriz que debe caracterizar esta enseñanza, por cuanto ha impuesto la idea de que únicamente quien maneja fórmulas complejas, teoremas y demostraciones formales, está dotado de las destrezas matemáticas. Confundiendo escenarios de desarrolladores puros de la ciencia con lo vivencial de cada individuo.

Cabe entonces una propuesta didáctica, donde se establezca recuperar esa relación equilibrada del individuo con su medio en base de una utilización correcta y simple de elementos matemáticos básicos, construyendo herramientas y actividades didácticas que tangibilicen esa relación y permitan reconstruir en aula la realidad.

Se propone que la creatividad y la imaginación construyan materiales que hagan concreto lo abstracto, de forma que el conocimiento sea sentido y vivencializado con esa energía que tienen los objetos vivos, porque viva es la naturaleza y vivas son las relaciones del hombre con su entorno. Que se establezcan los contenidos teóricos mínimos debidamente profundizados para entender las definiciones y construir los procesos de aprendizaje, ligando estos a los resultados de manipular esos materiales concretos.

Se propone, además, que la crítica, libre y reflexiva establezca el camino y las preguntas para provocar la investigación educativa, a fin de que esta iniciativa nunca arroje resultados finales, sino más bien constituya senderos por donde el profesor esté transitando continuamente afinando siempre sus recursos y actividades.

La importancia de mejorar continuamente el proceso de enseñanza aprendizaje amerita compromiso y voluntad continua de innovar, aclarando que innovar no se limita al uso de las tecnologías de la comunicación ni tampoco a la utilización de lo nuevo, tiene que ver con ingeniarse herramientas que mejoren dicho proceso, siempre sujeto al sentido de calidad y de pertinencia.

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