Morir en Slaviansk

Por: Rodolfo Bueno
rsbueno@netlife.ec

El gobierno de Ucrania es más nazi que Hitler. Cuando por razones tácticas, la defensa popular abandonó Slaviansk para retirarse a Donetsk, se le unió casi todo habitante en edad de tomar las armas y combatir. El sector de Derecha, que comanda las tropas enviadas por Kiev a arrasar el sureste de Ucrania, decidió escarmentar a los ancianos, mujeres y niños de ese lugar.

Los reunió en la plaza de Slavianks y, para aterrorizarlos, escogió a un niño de tres años, hijo de un combatiente y, ¡óigase bien!, igual que a Jesucristo lo clavó en un madero por sus manos y pies. Antes de ser destripado, durante dos largas horas el niño mártir estuvo agonizando ante la aterrorizada mirada de su madre y de una población que se desmayaba por lo inconcebible del macabro espectáculo. Luego su madre fue amarrada a un tanque y arrastrada hasta fallecer; el sector de Derecha en cada acto intenta superar el sadismo del anterior.

Es que como al gobierno fascista de Kiev, la UE y los EE.UU. no le dicen nada, y más bien le protegen, se cree en el derecho de hacer lo que le viene en gana. Por eso llama traidores y subhumanos a sus opositores, amedrenta a la disidencia, utiliza armas prohibidas en contra de sus compatriotas, bombardea Rusia, ajusticia al herido que se le rinde o captura, da 50 mil dólares de recompensa por la cabeza de un periodista; ya antes había aporreado a los candidatos de la oposición, había prohibido hablar ruso y había quemado vivo a los refugiados en la Casa de los Sindicatos de Odesa, sin que la “prensa libre” lo publicara y menos aún lo criticara. Por eso ahora crucifica niños y arrastra a sus madres, superando así, con creces, las barbaridades cometidas por los nazis.

Presidentes Hollande y Obama, canciller Merkel, la pregunta: ¿No les da verguenza?, se va a cambiar por: ¿No les da miedo? A fin de cuentas por mucho menos fueron juzgados los nazis en Núremberg, porque entre las barbaridades que estos permitieron cometer o no impidieron, sobre lo cual hay material abundante, nunca se oyó la crucifixión de niños; en el Viento Negro, de Malaparte, se crucifica a mayores, pero no a niños.

La opinión pública debe tomar conciencia de las atrocidades que se comenten en el sureste de Ucrania y parar la mano a los gobiernos de la UE y los EE.UU., que las auspician.

Pensar que todo comenzó porque el sureste de Ucrania aspiraba a ser federal, a lo que se opuso la canciller Mercek de la República Federal Alemana, que seguía los dictados de Obama, presidente de un país fedederal. ¡Vaya sí son lógicos!

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