Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
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La Navidad debe ser una fecha de inculcar valores morales, dar alegría y esperanza, no solo para concentrarse en el consumo masivo. Se debe ver la unidad familiar, el hecho de estar juntos en el hogar y compartir las cosas sencillas de la vida.
La época navideña es muy especial para todos, son días de alegría, de fiesta, de consumismo que tanto fascina a la gente. Todos se concentran en regalar y en esperar recibir algún regalo de parte de algún ser querido o amigo. En fin, se trata de cosas materiales. No obstante, nos olvidamos de los valores espirituales.
Basta con recordar que Jesús nació en un pesebre de Belén, para comprender que la Navidad es una fiesta de la humildad. Jesús, debe nacer también “en el pesebre de tu corazón”. Él ha nacido en cada uno de nosotros, porque Dios está con nosotros.
¿Qué debemos regalar en Navidad? Amor y paz a todos los que pasen en nuestro camino, conocidos o no conocidos. Regalar y brindar felicidad a los que la necesitan y dar enseñanzas que duran para toda la vida a los que se aman. Esperanza a un niño necesitado o a un anciano que no esperaba un obsequio, regalar brillo de alegría en los ojos de una mujer o un hombre por medio de un presente o un gesto de bondad.
Que mejores regalos que ver la cara de satisfacción de estas personas y ver la expresión de orgullo en el rostro de tus hijos al ver los actos de bondad que se practican y deseando algún día poder hacer lo mismo por voluntad propia. Debemos recordar que son las acciones y comportamientos los que definen la clase de persona que se es y ese ejemplo entregar a nuestros descendientes.
Que nuestro Señor sea el centro de atención en el día de su cumpleaños y el invitado de honor en nuestras casas y que hagamos con toda la familia una sencilla oración que de verdad salga del corazón en la que invitemos a Jesús a sentarse a la mesa en nuestras casas y a bendecirnos con su presencia.
“Feliz Navidad, hermanos. Feliz Navidad, Señor Jesús de Nazaret, nacido en Belén en el Pesebre. Amén”.