La persistente manifestación de fenómenos como la corrupción y la ineficiencia en la administración pública ha sido una de las principales causas de la pérdida progresiva de la credibilidad ciudadana en las instituciones democráticas, así como del freno al proceso e modernización de las instituciones.
Por ello, el flamante Presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, inició, desde el primer día de trabajo, advirtiendo: » Nosotros no podemos fallar; este es el gobierno del cambio y el cambio es de verdad». » Nuestro gobierno será de cero corrupción. Nosotros no podemos permitir la corrupción en este gobierno. Primero, porque éticamente es imposible; segundo, porque todas las lupas, de todo lo que ustedes se imaginan, nacionales e internacionales, están sobre nosotros, sobre nuestras vidas, incluso personales, familiares, en los entornos familiares».
“ Nosotros no podemos fallar; este es el Gobierno del cambio y el cambio es de verdad. No es retórico, no es discursivo, no es de maquillaje”, puntualizó.
“Vamos a recuperar, dijo, lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas”.
El Mandatario enfatizó que “ni familia ni amigos ni compañeros ni colaboradores, nadie queda excluido del peso de la ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella”.
Esperamos que Gustavo Petro sepa interpretar los anhelos y aspiraciones de cada uno de sus compatriotas. Su gobierno tiene la responsabilidad histórica de pacificar la vida colombiana, modernizar las instituciones para que respondan a las nuevas necesidades de los ciudadanos y fortalecer la economía para que su Nación sea más pujante, más próspera, más justa.
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