El arquitecto Rodrigo Pallares Zaldumbide logró que la UNESCO declarara a Quito Patrimonio Cultural de la Humanidad. Consiguió además que las Islas Galápagos sean declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad el 8 de septiembre de 1978.
En su calidad de miembro del Comité Mundial de Patrimonio, en representación de los países iberoamericanos, el Arq. Pallares, en nombre del Ecuador, debidamente autorizado, presentó la candidatura ecuatoriana con la respectiva documentación de Quito y Galápagos, acompañando también la opinión de los más importantes periodistas de los medios de comunicación de mayor prestigio internacional, como Expreso de Roma, Le Monde de París, el Times de Londres y el New York Times de Estados Unidos, que habían publicado y difundido sendos reportajes acerca de Quito, su arte y su cultura.
Gracias a la prolija presentación de Pallares, durante las sesiones del Comité Mundial, en su segunda reunión en Washington, Quito fue la primera ciudad del mundo junto a Cracovia en recibir esta distinción incluso antes que Roma, que no pudo pasar el límite final, por carecer de un requisito importante: la delimitación urbana del bien patrimonial.
“El reconocimiento de Quito no fue un hecho casual. Fueron la historia de la ciudad, su casco antiguo, sus obras de arte, su entorno siempre verde, su aire transparente y la personalidad definida de su habitante, que siempre representa el primer lugar de la historia y la naturaleza, los factores determinantes”, señala el manabita Darío Moreira, ex funcionario de la UNESCO, que tiene solo palabras de elogio para Rodrigo Pallares Zaldumbide.
En 1979 Rodrigo Pallares logró la creación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Fue el primer director del Instituto de Patrimonio Cultural cuando éste aún dependía de la Casa de Cultura Ecuatoriana y redactó la ley de Patrimonio Cultural que le dio vida autónoma a este organismo.
En 1983, luego de siete años de procesos judiciales ante la Corte de Turín, en Italia, en su calidad de Director del Instituto de Patrimonio Cultural, consiguió la restitución de 12 mil piezas arqueológicas que habían sido ilícitamente extraídas del Ecuador, constituyéndose en su momento, en la mayor recuperación de objetos patrimoniales en la historia. Ecuador, un país pequeño y sin recursos, fue el primero en el mundo que logró una recuperación de su patrimonio cultural.
Creó una unidad de restauración que a través de fondos de cooperación internacional se ocupó de la recuperación de templos históricos como: Santo Domingo, San Agustín, San Francisco.
Todos estos logros culturales no solo fueron obra del arquitecto Rodrigo Pallares, sino de un gran equipo de trabajo compuesto por quiteños y destacadas personalidades de otras ciudades del país, porque Quito también es un crisol de todos los ecuatorianos.
Rodrigo Pallares fue por más de treinta años un incansable gestor cultural. Por eso, en agosto de 2008 recibió el Premio Nacional Eugenio Espejo, máximo reconocimiento que otorga el Gobierno Nacional a distinguidas personalidades que se destacan en actividades culturales, científicas y artísticas.
El Consejo Nacional de Educación Superior (CONESUP) también le otorgó en diciembre de 2008, la PRESEA AL MÉRITO CULTURAL, en virtud de su sobresaliente e innovadora trayectoria profesional y su aporte al desarrollo de la cultura.
