Por: Rodolfo Bueno
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La escasez de productos básicos en la URSS, consecuencia de los destrozos causados por la II Guerra Mundial, dio aire al mercado negro y a la formación paulatina de una nueva clase compuesta por seres carentes de principios morales, éticos y religiosos que, luego de instituir sus propias reglas de propiedad, tomaron el control del aparato productivo y de los bienes de la sociedad. Se trata de los cerdos de Orwell convertidos en hipopótamos.

Sus intereses de rapiña coincidían con los de los altos círculos gobernantes y eran el reflejo de una economía de nuevo cuño, caracterizada por la unidad entre la delincuencia común, el crimen organizado y los administradores más altos del Estado. La toma del poder por esta clase se hizo inicialmente de manera timorata, luego sus tentáculos se disgregaron por los interminables laberintos de la URSS y del campo socialista.

La desintegración del sistema socialista fue la mayor tragedia de la humanidad, pues rompió el equilibrio estratégico del planeta mantenido luego de la derrota del nazismo, debilitó a las fuerzas revolucionarias del mundo y facultó al imperialismo a actuar con total desfachatez.
La nueva clase, devenida en la oligarquía mafiosa que actualmente gobierna a la mayoría de los antiguos países socialistas, tuvo por meta apoderarse de todos los bienes de la sociedad, y así lo hizo en contubernio con las mafias de Occidente. Esto explica por qué los gobernantes de Ucrania no tienen escrúpulos, cumplen los mandatos del imperio y conviven y se apoyan en organizaciones nazis para exterminar a la población ucraniana antifascista que denodadamente los combate.

¿Por qué la UE y EE.UU. financiaron la toma del poder por la ultraderecha ucraniana? Por la misma razón por la que apoyan a Al Qaeda en el Medio Oriente, para usar a los miembros de estas organizaciones de carne de cañón y conseguir a bajo precio sus objetivos geopolíticos sin emplear sus fuerzas armadas.

Presidente Obama, la agresión de EE.UU. en Ucrania está condenada al fracaso, estás escupiendo hacia arriba y la situación se va a revertir en contra tuya, tus fracasos en Afganistán e Irak demuestran que es imposible derrotar a un pueblo en armas y que el levantamiento popular en el sureste de Ucrania vencerá al régimen fascista que con tu ayuda intenta exterminarlo.

Los pueblos conscientes del mundo tienen la obligación de apoyar la lucha de la nación ucraniana en contra del nazi-fascismo, que ha resucitado en la UE y EE.UU. después de 70 años de haber sido derrotado por la humanidad progresista.