¿Periodistas de investigación?

Por: Rodolfo Bueno

Cuando el anecdótico multimillonario Buffet cuestionó el cobro de impuestos en EE.UU., porque su secretaria aportaba más que todas sus grandes empresas, desnudó un sistema que permite a las multinacionales pagar legalmente al gobierno federal cero impuestos por las ganancias obtenidas. El presidente Obama intentó corregir esta anomalía mediante la ‘ley Buffet’, pero fracasó por no tener el visto bueno del Senado.

El método más empleado para pagar menos impuestos es la sociedad offshore, que puede hacer negocios en el mundo entero y garantiza el anonimato total de sus socios; una offshore fácilmente se puede convertir en corporación y viceversa. Nada de impuestos ni de IVA ni de contribuciones sociales. Para fundarla, se contrata los servicios de un experto, se da nombre a la empresa, se realiza el primer pago, unos 2.000 dólares, y la sociedad, sin requisitos de capital, se funda en dos días. Se exigen pocos documentos, no hay ni responsabilidades personales ni dirección de oficina ni inversión mínima ni pleitos sobre las acciones de la empresa, que se pueden transferir de inmediato. Costo anual, 700 dólares. Propietarios, a gusto y paladar del que guste: individuos de cualquier nacionalidad, independientemente de su relación con la empresa, corporaciones, sociedades, fideicomisos. ¡Bravo!, BBB. Mejor imposible. Ni siquiera el diablo tienta tan bonito. Esta es, en esencia, una estructura que permite maximizar ganancias.

En Delaware, el estado más pequeño después de Rhode Island -650.000 habitantes-, apodado ‘tierra libre de impuestos’ y uno de los mayores centros bancarios de EE.UU., hay, según su portal oficial, más de un millón de empresas, el 60% de las cuales cotiza en la bolsa de Nueva York. Delaware, además de garantizar el secreto bancario ilimitado, posee un sistema judicial que resuelve los conflictos legales a favor de las empresas de este Estado; lo que lo convierte en la meta ideal para la creación de sociedades, pues no hay límites al tipo de negocios legales o ilegales que puedan realizarse. No se exige ser residente ni la ciudadanía de EE.UU. ni viajar ni hacer negocios en Delaware, basta con desearlo para crear una compañía, tal como la lámpara de Aladino.

¿Es el único lugar de EE.UU.? ¡Qué va! “Son pocos, pero son”, y no son investigados por los periodistas de investigación, como pasó con la firma panameña Mossack Fonseca, a la que robaron información para manipular a la opinión pública mundial. Se parece al derribo del avión de Malasia sobre Ucrania, se acusó a Rusia sin pruebas y después ocultaron las que señalaban a la Junta de Kiev. Putin no gobierna un país de santos y tendrá que andar con pies de plomo cada vez que se den estos escándalos, porque el enemigo no duerme y lo tiene en su mira.

Lo que no cuadra en estos mal llamados periodistas de investigación, se aclara cuando se conoce que son financiados por el Departamento de Estado de EE.UU., la Usaid y el Fondo Soros para, entre otros objetivos, atraer el dinero sucio del mundo a los paraísos fiscales de EE.UU. y desestabilizar Rusia.

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