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¿Por qué ir a la universidad?

Por: Ximena Ortiz Crespo

Obtener un título puede aumentar y mejorar las perspectivas de vida de una persona. Con él encontrará una mayor variedad de opciones laborales entre las que pueda elegir, y progresará en la escala profesional. Pero no solamente el que existan opciones laborales más amplias es importante en la vida de un individuo, las estadísticas demuestran que una persona con una licenciatura gana bastante más que la que no tiene estudios superiores. Por otra parte, al graduado universitario le resulta más fácil acceder a un empleo y mantenerlo. La universidad es importante por muchas razones adicionales, entre ellas, el ingreso económico a largo plazo, la estabilidad laboral, la satisfacción profesional, el sentido de identidad y mejor desempeño fuera del trabajo.

La universidad ayuda a los estudiantes a reforzar su confianza en sí mismos y a adquirir independencia, pero también a desarrollar habilidades como la comunicación, la presentación, la capacidad de resolver problemas, la organización y la priorización de tareas, al tiempo que mejora su capacidad para trabajar en equipo.

La universidad es también una oportunidad para establecer contactos –incluso laborales y profesionales– para toda la vida, con compañeros de diferentes orígenes y culturas, así como la ocasión para adaptarse a un nuevo lugar en el que los estudiantes se sienten cómodos y apoyados durante su estancia.

En la encuesta informal que realicé hace dos semanas entre estudiantes del sexto semestre de una universidad pública de Quito es claro el rol que la universidad tiene en su vida. Paola dice: “para mí la universidad es todo. Aquí me encontré a mi misma”. Por su parte, Karol manifiesta: “la universidad me permitió sentir como si me hubieran abierto las puertas de un inmenso mundo de posibilidades”. Jorge, mientras tanto, afirma que sus dotes de liderazgo afloraron en la universidad, y eso le permitió relacionarse con líderes de otras universidades. Para Jonathan sus amistades universitarias son una fuente de regocijo y expansión.

Los estudiantes de la encuesta dicen que poder elegir una carrera porque disfrutaron una asignatura en el colegio les ha permitido profundizar en un campo del saber que les gusta. Además, plantean que muchas de las carreras que les apasionan, como pedagogía, trabajo social, medicina, enfermería, arquitectura, derecho o farmacia, no pueden ejercerse sin un título profesional.

Para los estudiantes de provincias que participaron en esa encuesta vivir de forma independiente ha fomentado un mayor nivel de responsabilidad frente a sus vidas.

Algunos estudiantes comparten con entusiasmo las experiencias que les ha proporcionado la universidad al animarles a “internacionalizarse” y experimentar otras culturas. Esto ha sido decisivo para la formación de su carácter y les ha ayudado a pensar en lo que significa ser ciudadanos globales con las características de flexibilidad, respeto, e inclusión que esa ciudadanía conlleva.

Un tema que los estudiantes consideran muy enriquecedor en su vida académica es el haber podido adquirir experiencia en actividades de vinculación con la sociedad. Ir a barrios, visitar comunidades, trabajar con niños, hacer prácticas preprofesionales ha sido causa de disfrute, sin perder de vista que ha impulsado su empleabilidad a futuro.

Susan Bogle de la Universidad Southern New Hampshire, de los Estados Unidos, en su artículo sobre las razones por las que los jóvenes deben ir a la universidad, cita el resultado de varias investigaciones para afirmar que las personas con título universitario, en comparación con las que tienen un diploma de secundaria como máximo nivel de educación, conocen mejor el manejo del dinero, poseen una cuenta bancaria y son menos propensos a utilizar préstamos con altas tasas de interés; tienen más probabilidades de ser propietarios de una vivienda; les interesa mejorar la vida de la sociedad y de las personas que les rodean; participan en organizaciones de la sociedad civil y votan en las elecciones.

Después de esta reflexión sobre la importancia para la persona de asistir a la universidad, deberemos reflexionar sobre la importancia trascendental que tiene para el país el tener una población con formación universitaria, y buscar respuestas a ese clamor ciudadano sobre el libre ingreso a la universidad. Hoy, sin embargo, nos duele constatar que hay jóvenes que se están retirando de la universidad pública por no tener las condiciones económicas y tecnológicas mínimas para permanecer en ella.

Concluyamos: ir a la universidad es transformar la propia vida. La universidad garantiza la existencia futura del individuo y del país.

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