Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
1. AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
La Ley Orgánica de Educación Superior en vigencia, en su art. 17 establece que “El Estado reconoce a las universidades y escuelas politécnicas, autonomía académica, administrativa, financiera y orgánica, acorde con los principios establecidos en la Constitución de la República” y la autonomía responsable consiste, entre otras cosas, en la “libertad de expedir sus estatutos en el marco de la Constitución y de la ley”, así como “la capacidad para determinar sus formas y órganos de gobierno”, en concordancia con los principios señalados en la Constitución, e integrar tales órganos en representación de la comunidad universitaria de acuerdo a la ley y a los estatutos de cada institución. Es ineludible la libertad académica para poder determinar sus prioridades y tomar sus decisiones según los valores públicos que fundamentan la ciencia y el bienestar social. El principio de autonomía de la universidad debe ser defendido como garantía de poder investigar.
2. TRANSPARENCIA
La frase “manos limpias” lo dice todo. Necesitamos autoridades académicas que den ejemplo de honradez y responsabilidad social. Ser transparente quiere decir tener principios éticos y morales para todos nuestros actos, públicos y privados. Por ejemplo, la transparencia de nuestra gestión queda demostrada en los balances.
3. AUSTERIDAD
Si el Estado tiene dificultades económicas, las universidades que son parte del mismo, también tienen dificultades, por lo cual es necesario levantar una política de austeridad en los gastos, como respuesta económica a la falta de recursos. Es necesario establecer prioridades en los gastos. No se puede en los momentos actuales edificar construcciones sin el apoyo de la empresa privada. Las universidades, especialmente las particulares, deben mantener las mejores relaciones con la empresa privada, a través de proyectos, con el fin de recibir el apoyo de ellas para su desarrollo.
4. POLÍTICA DE PUERTAS ABIERTAS
No podemos prescindir de esta política de puertas abiertas, es decir, tener mentalidad receptiva para resolver los problemas de las universidades, pero, a través de la participación de todos, de toda la comunidad educativa en la solución de la problemática universitaria.
5. GOBIERNO UNIVERSITARIO EN ÉPOCA DE CRISIS
Hay que gobernar a las universidades con ingenio, buscando nuevas tecnologías para la educación, acciones de emprendimiento, con el fin de cumplir nuestras metas. Las crisis nos obligan a crear nuevas iniciativas para la solución de problemas.