Por: Dr. César Montaño Galarza PhD.
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar
Las redes sociales serán vehículo importante para llevar mensajes y propuestas de los candidatos para los próximos comicios electorales, más si la pandemia aún no ha sido superada. Por esto me parece interesante contarles sobre el documental-drama titulado El dilema social, dirigido por Jeff Orlowski, que explora el peligroso impacto de las redes sociales en la mente; opinan expertos en tecnología huidos de Silicon Valley, sobre los riesgos de sus creaciones: Facebook, Twitter, Tik Tok, Netflix, Instagram, Pinterest, YouTube, Google, etc.
El programa expone puntos de vista técnicos, psicológicos, académicos, económicos y sociológicos; denuncia que el uso indiscriminado afecta la salud mental, contribuye a la polarización social, pone en riesgo información personal y mina la democracia; a esto contribuyen las “fake news”. Las redes sociales son espacio del diálogo global, aunque polarizado, que debe ser mirado con precaución, porque detrás están cerebros paranoicos manejados por otros, entregados a un modelo de negocio poderoso, perverso y lucrativo.
Se afirma que las redes sociales practican agresivas mañas de seducción, dirigen mecanismos generadores de adicción, depresión y ansiedad, desinformación, odio serial, y deseo fijo de perfección. Los algoritmos usan instintos del usuario creando el “efecto burbuja”: cercan mentes y las juntan con las que piensan similar sobre los mismos tópicos, aislándolas de la realidad; construyen patrones de comportamiento capaces de predecir acciones, moldear y manipular; gana el que lo haga mejor.
Ante semejante alerta debemos aplicar una estrategia orientada a lograr “bienestar digital”: buen criterio y más conciencia, no confundir medios con fines, dosificar el uso, acudir a fuentes verificadas y opiniones diversas; para que la carga digital sea manejable. Esto nos sitúa ante un reto mayor, el voto en 2021 debe ser reflexionado, libre de la vorágine dañina de las redes sociales.