
Por: Dr. Pedro C. Martínez Suárez, PhD
Vicerrector de Investigación, Innovación, Vinculación con la Sociedad y Posgrados de la Universidad Católica de Cuenca
Dice Foucault en su artículo “La investigación científica y la Psicología”, en 1957, que Auguste Comte creía, con algunas reservas, que la Psicología era una ciencia ilusoria, imposible, y la despreció. Tal es así que existe incluso un texto del psicólogo José María Aranda Pérez, de la UNAM, de interesante lectura, que se denomina “Psicología o la ciencia imposible”.
Por otra parte, el archiconocido estudioso de la gnoseología psicológica, José Bautista Fuentes Ortega escribió ya en la Revista Meta, en 1992 un artículo titulado “La Psicología: ¿Una anomalía para el cierre categorial?”. Para rematar Muñiz (1998, p.2) señala “El yo psicológico, la individualidad, la consciencia, y por ende la conducta, surgen de la interacción entre la estimulación ambiental y nuestra constitución biológica, pero no se explican ni se agotan en ninguno de estos dos polos, son otra cosa. Precisamente es ese el campo interactivo en el que se mueven los psicólogos, por eso no son ni biólogos, ni neurólogos, ni sociólogos, ni filósofos, son psicólogos”
La Psicología, diría Froxán, es una disciplina sobre la que todos opinan y muy pocos comprenden. Tan es así que son los mitos populares los que conducen a nuestros estudiantes a las Facultades de Psicología y estos mitos en pocas ocasiones se desmontan durante la carrera y en muchos casos, al menos en la realidad latinoamericana se perpetúan con mallas curriculares en sus Facultades obsoletas o pseudocientíficas.
La Psicología no sólo es una ciencia que nace dividida, con concepciones de la mente y la conducta diametralmente opuestas, métodos, técnicas y procedimientos muy dispares en función de la escuela a que el psicólogo se adscriba. Además, desde el 2011, se produce un cisma y un hecho muy relevante en esta trágica y corta trayectoria, a saber, se publica el artículo “Feeling the Future: Experimental Evidence for Anomalous Retroactive Influences on Cognition de Affect, de Daryl J. Bem (Cornell University). Hasta aquí todo aparentemente normal, si no fuera porque se trata de un artículo que en el peor de los casos demuestra la existencia de percepción extrasensorial (ESP) o en el mejor de los casos demostraría que existe una doble direccionalidad en el tiempo y que es posible detectarlo. El estudio, a la luz de los muchos investigadores que lo han revisado, presenta una metodología correcta. Sin embargo, en ese mismo año, se publica “False-Positive Psychology: Undisclosed Flexibility in Data Collection and Analysis Allows Presenting Anything as Significant” por Joseph P. Simmons , Leif D. Nelson , y Uri Simonsohn de The Wharton School, University of Pennsylvania, y Haas School of Business, University of California, Berkeley. Es desde entonces que se comienza a hablar de crisis de replicación, de pésima recolección y uso de data para pre-prints (cfr. Sophie Scott del UCL artículo del 2013 titulado Pre-registration would put science in chains,). Por si todo esto fuera poco, se desata el escándalo de Diederik Stapel que fue suspendido en la Tiburg University en Holanda, en 2011, por fabricación de datos, sin duda no es el primer caso en Psicología puesto que ya en la primera mitad siglo pasado Cyril Burt que fuera presidente de la sociedad británica de Psicología, fue reprobado por su falsificación de datos para demostrar la heredabilidad de la inteligencia. Ni que decir tiene de los estudios pioneros de Nikola Schipkowensky, en los años 60 y 70 denunciando la iatrogenia que supone el Psicoanálisis.
Por todo lo mencionado y un sinfín de controversias más que han jalonado la Psicología en los últimos (y primeros) 100 años de esta ciencia es necesario más que nunca repensar epistemológicamente la Psicología, quién sabe si sería conveniente como propuso Julie Vargas diferenciarla de las Ciencias de la conducta o si la Psicología basada en la Evidencia nos seguirá arrojando luz en el camino, como ya se ha venido intentando desde comienzos de siglo o si bien, este camino está plagado de trampas hacia una justificación de cualquier teoría y cualquier planteamiento siempre y cuando pase los supuestos filtros de calidad de los metaanálisis. Son interrogantes que aún quedan para que el lector resuelva…