Rigor científico de la planificación universitaria

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Nada de lo que se planifique en las universidades puede hacerse sin rigor científico, es decir, sin tomar en cuenta procesos, tiempo y recursos.

Actualmente, es intolerable que un profesional planifique una estrategia sin aplicar rigor científico. Es inaceptable que un profesional continúe realizando un análisis FODA clásico en forma subjetiva, si lo que en realidad quiere es investigar en forma endógena y exógena las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de una organización, para luego avanzar en la creación del Plan Estratégico. El análisis tradicional, además de subjetivo, es 100% inseguro para crear objetivos para un Plan Estratégico que definirá el futuro de una organización a 3 o 5 años. Inseguro, porque carece de rigor científico, sin una validación matemática que demuestre que esos objetivos definidos son realmente los que la organización necesita. La única explicación que aportan quienes utilizan el modelo clásico es que lo hacen porque siempre lo han hecho así o porque tienen amplio conocimiento de su institución de educación superior.

El método es objetivo, probado por cientos de profesionales, que demostró que aporta resultados serios, objetivos, que crean más valor y que permiten a esos profesionales dar una respuesta cierta, científica, con soporte matemático, porque han creado uno o más objetivos.

Es necesario reflexionar sobre la importancia de la planificación docente para el desarrollo de competencias en la formación universitaria, las características y componentes, así como los elementos diferenciales en nuestro sistema latinoamericano.

La incorporación del conocimiento actual sobre el proceso de aprendizaje, el uso de criterios válidos para seleccionar estrategias adecuadas para lograr diferentes resultados de aprendizaje y un fuerte impulso a la tutoría académica son algunas de las características más relevantes, junto a las implicaciones que nuestro sistema tiene en la planificación y gestión del tiempo de aprendizaje y enseñanza.

La función del docente se ve intensamente afectada por estos cambios y necesita reforzar una nueva caracterización profesional, asimilando los cambios que se suscitan en la sociedad.

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