Rondó a la Turca

Por: Rodolfo Bueno

Lo de Erdogan, miembro de la Hermandad Musulmana, resulta ser un misterio para cualquiera que quiera comprender lo qué pasa en Turquía. Sin duda, se trata de un político muy hábil que trae de cabeza a sus aliados del mundo entero, porque dizque combate el terrorismo y descaradamente apoya al Estado Islámico, EI; complicó el problema de los kurdos turcos, que aparentemente estaba resuelto, cuando les declaró la guerra abierta y comenzó a exterminarlos indiscriminadamente; encarcela al que chista contra sus diarios abusos; roba que es un contento, y lo hace en complicidad con el EI, al que financia con este tipo de delitos; ha sumado poderes como nadie en la historia de la Turquía republicana; controla a voluntad los tribunales de justicia, internet, Twitter, YouTube y la prensa de cualquier tipo, que ha perdido toda libertad; lleva adonde quiera que va a sus matones, que golpean a mansalva al que se les ocurre, como hicieron en Quito; fabrica auto atentados a su antojo, como cuando masacró la protesta pacífica de Estambul; ha eliminado a los militares que se oponían a su política de islamizar radicalmente a la sociedad turca (no se debe olvidar que en Turquía el Ejército es constitucionalmente el garante de la conservación del Estado Laico); derriba como si nada un avión ruso, que regresaba de cumplir una misión de combate contra los terroristas del EI, y a los siete meses pide perdón a Putin por el crimen cometido. Como se ve, sus delitos son múltiples y abundantes.

Contra todo este descalabro se levantó buena parte de las Fuerzas Armadas de Turquía, sin embargo fracasó porque no contó con el apoyo del pueblo turco, que, más bien, se volcó a las calles para defender a Erdogan, luego de escuchar su llamado. Parte de la explicación de este fenómeno es que los turcos pobres apoyan al gobierno por haber recibido de manos de Erdogan todo tipo de ayuda para paliar sus males. Sin embargo, esto no explica lo pasado, ya que si el Ejército sólidamente hubiera sostenido el levantamiento, el pueblo no hubiera tenido posibilidad de éxito y hubiera sido derrotado, como pasó en Chile y Honduras.

Lo ante dicho significa que un fuerte sector de las Fuerzas Armadas de Turquía está con la línea política de Erdogan, de apoyar al islamismo radical, que cuenta con una gran simpatía por parte de la población turca, por lo tanto es muy probable que el EI se hubiera fortificado con el fracaso del golpe de Estado. Por eso es muy temprano para alegrarse y congratularse por el triunfo de la “democracia” en Turquía, como lo han hecho casi todos los gobernantes de Occidente.

No es que a uno le gusten los golpes de Estado, pero el terrorismo debe ser combatido con métodos originales, pues todo combate convencional está condenado al fracaso. Ha llegado la hora de que los gobiernos del mundo se unan y coordinen sus acciones para combatir esta peste. En primer lugar, no hay que estigmatizar a la religión islámica con el tinte de terrorista. Ninguna religión propugna la violencia entre sus acólitos, más bien todo lo contrario. Al acusar al Islam por los crímenes del EI, se da el mayor de los éxitos a los terroristas y se fortifica al EI entre los despistados que lo apoyan.

El EI es el mayor enemigo del mundo actual, pero no tiene un pelo de tonto.

Deja una respuesta