Por: Su Xiaohuan
Enviar personal a estudiar al extranjero con el fondo público era una política educacional de comienzos de la Nueva China.
En 1950, la República Popular China mandó el primer grupo de 35 estudiantes a cinco países: Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Hungría y Bulgaria. En 951, el primer grupo de 375 estudiantes enviados a la Unión Soviética, incluidos 136 de posgrado, salió de China, lo que fue preludio al envío masivo de educandos a ese país. Hasta el año 1965, China había enviado un total de 8. 414 estudiantes a la URSS. Con sus estudios enteramente costeados por el Estado, la mayoría de ellos aprendían ingeniería. Durante muchos años, los estudiantes repatriados de la Unión Soviética constituyeron la espina dorsal en los centros de enseñanza superior, las instituciones de investigación científica y los departamentos económicos.
En 1978, el Estado tomó la decisión de enviar más estudiantes. El 26 de diciembre del mismo año salió a Estados Unidos un primer grupo de 52 estudiantes visitantes, procedentes de 22 entidades y dedicados a cerca de 50 disciplinas de ciencia, con edades de entre 36 a 49 años, y cuyos temas de investigación eran de necesidad apremiante para la construcción económica del país. También en ese año, el Estado envió más de 800 estudiantes jóvenes a más de 20 países, entre ellos, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón y Canadá, donde aprendían principalmente especialidades de ciencias naturales. En 1981 comenzaron a salir del país estudiantes por cuenta propia, cuyas carreras cubrían casi todas las disciplinas y categorías de la ciencia. Mientras el Estado enviaba un gran número de estudiantes al extranjero, muchos chinos patriotas residentes en ultramar y amigos locales crearon programas de estudio para dichos estudiantes, les proporcionaron becas o las consiguieron para ellos y recurrieron a otras formas para apoyar la causa del envío de estudiantes de China.
Cuando el Estado y las entidades enviaban personal a estudiar al extranjero, contemplaban el objetivo de que ellos volvieran a servir al país. Sin embargo, muchos de los que salieron en la década del 80 no regresaron a tiempo. Con todo, estimularlos a volver formaba parte importante del trabajo de administración de los estudiantes enviados. En 1985, cuando los estudiantes de posgrado del primer grupo enviado después de la reforma y apertura del país se recibieron de doctores en el extranjero, China creó estaciones móviles de investigación científica para estudiantes de posdoctorado, con el fin de atraerlos a regresar y trabajar en el país. A principios de los años 1990, el Estado formuló la política de “apoyo a salir a estudiar, estímulo a regresar y libertad de ir y venir” y estableció el “fondo para el estudio en el extranjero”, a objeto de apoyar el trabajo de investigación científica del personal repatriado y proporcionarle condiciones favorables para su creación de empresas en el país.
Entretanto, los gobiernos locales lanzaron, sucesivamente, medidas políticas preferenciales para el mismo propósito. En 1996 se puso en práctica el nuevo método de “solicitud individual, evaluación a cargo de expertos, competencia en pie de igualdad, selección de los mejores, envío mediante contrato firmado e indemnización por la violación del contrato”, en reemplazo de la práctica anterior que consistía en señalar a las entidades de nivel en nivel el número de estudiantes por enviar. El nuevo método, que encarna el principio de apertura, imparcialidad y justicia, ha mejorado la calidad de los estudiantes enviados. Desde su puesta en práctica, más del 90 % de los estudiantes enviados por el Estado han regresado a tiempo, en tato que los restantes, que son pocos y han fallado en hacerlo, han pagado en 100 % sus gastos de estudio sufragados por el Estado.
En años recientes, conforme la economía china ha crecido con pujanza, volver al país en busca del desarrollo propio ha devenido la primera elección de muchos chinos que estudian en ultramar. Por igual ha aumentado sin cesar el número de estudiantes repatriados que tenían empleo o habían obtenido el derecho de residencia permanente en países extranjeros, y por otro lado un buen número de estudiantes vuelven por temporadas para participar en simposios académicos, dar conferencias, desarrollar la cooperación en la investigación científica, etc., a fin de servir al país en diversas modalidades. Haciendo uso de los conocimientos especializados adquiridos en el extranjero, muchos repatriados trabajan con entusiasmo en los campos de los estudios académicos, las finanzas y la administración e incluso en el campo del Internet que está de moda en la actualidad. En 1999, por ejemplo, seis de los 12 estudiantes chinos recibidos de maestría en administración empresarial en la Universidad Harvard de Estados Unidos volvieron al país para su propio desarrollo. En los pasados cuatro años, ha vuelto en promedio anual 13 % de los estudiantes que han culminado sus carreras en el extranjero. En 1998, según datos, regresaron a China 7.379 estudiantes, casi cinco veces la cifra del año 1990. El mayor atractivo para su regreso radica en la economía china de rápido crecimiento y el ambiente de inversión cada vez más abierto del país.
Hasta la fecha, siguen aprendiendo o trabajado en el extranjero más de 200.000 estudiantes, quienes son una preciosa riqueza y un importante recurso intelectual del país, así como una apreciada fuerza impulsora del desarrollo social. En 1997, la Comisión Estatal de Educación puso en marcha el Plan Chun Hui (Sol de la Primavera), con una asignación especial destinada a crear las condiciones necesarias para conducir a los estudiantes chinos en ultramar a servir al país bajo diversas formas. En menos de dos años, el plan financió a más de 600 de ellos para su participación en simposios académicos importantes celebrados en el país, en la investigación cooperativa de programas y proyectos estatales prioritarios o importantes de ciencia y educación, en la construcción de bases de categoría estatal para la investigación y la preparación de personas de valía, en la preparación conjunta de estudiantes de doctorado, en el desarrollo cooperativo de industrias de alta ciencia y tecnología y la ampliación del mercado internacional, etc.
Según se desarrolla con celeridad la economía nacional y se eleva en amplio margen el nivel de vida del pueblo, un creciente número de jóvenes desean ir a estudiar al extranjero para ampliar su visión y aumentar sus conocimientos. En julio de 1999, con el fin de garantizar los derechos e intereses legales de las personas que salen del país y pagan sus estudios por cuenta propia, el Estado promulgó las Estipulaciones sobre la Administración del Servicio Intermediario para los Estudios en el Extranjero por Cuenta Propia, según las cuales los organismos de servicio intermediario legales de este tipo deben obtener para su operación el “certificado de calificación de organismo de servicio intermediario para los estudios fuera del país por cuenta propia” expedido conjuntamente por el Ministerio de Educación, el Ministerio de Seguridad Pública y la Administración de Industria y Comercio. En las referidas estipulaciones se especifica además que en el presente los organismos fuera del territorio nacional, las empresas de capital foráneo y las empresas de capital mixto chino-foráneo no están autorizados a ofrecer servicios de esta índole.
Con respecto a la conformación que se está realizando en China de los diplomas obtenidas en ultramar por los estudiantes repatriados, este trabajo se lleva a cabo a cargo de los departamentos autorizados que responden de ver y examinar el certificado del último currículo de estudios y grado académico obtenido antes de salir de China, el original del certificado del currículo de estudios obtenido en el extranjero, la copia de las calificaciones de los estudios o del prólogo de la ponencia realizados en el extranjero, el original del “certificado de estudiante repatriado” expedido por la embajada (o consulado) china acredita en el país en cuestión y la copia del pasaporte, todos documentos que haya entregado el estudiante regresado, así como el sitio en Internet del centro docente extranjero donde estudió el solicitante.
• Artículo publicado en el libro EDUCACIÓN DE CHINA: Reforma e Innovación, editado en Mayo de 2002.
• NOTA DEL DIRECTOR: Más de 1,3 millones de estudiantes chinos se encontraban en el extranjero a finales de 2010, lo que ha convertido a China en la mayor fuente de estudiantes extranjeros en el mundo. Con el intercambio universitario en aumento entre China y otros países, el aprendizaje de idiomas se ha vuelto una prioridad en la agenda de la mayoría de estudiantes. Hoy en día, cerca de 240 millones de estudiantes chinos aprenden inglés. El número de alumnos que están aprendiendo japonés y francés ha alcanzado 700.000 y 100.000, respectivamente. Mientras tanto, cada vez más gente de todo el mundo está estudiando chino.