Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Cientos de ciudadanos iraquíes, entre ellos musulmanes y cristianos, protagonizaron el jueves una manifestación en el norte de Irak para fustigar los actos violentos que ejerce el grupo baasista-takfirí del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL o Daesh, en árabe) contra los cristianos en las regiones bajo su control.
La marcha tuvo lugar frente a la oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán, donde los manifestantes llamaron a la comunidad internacional a adoptar medidas para poner fin a los actos terroristas contra los cristianos, y proteger al pueblo iraquí ante la violencia de los terroristas del EIIL.
También pidieron a la ONU y al Gobierno iraquí que hicieran su mayor esfuerzo para eliminar la “amenaza terrorista” que pesa sobre las minorías religiosas en Irak, y proporcionen ayuda humanitaria a los desplazados por este conflicto.
Esta tercera semana del mes de julio de 2014, los parlantes de las mezquitas de Mosul anunciaron que todos los cristianos deben abandonar la ciudad sin ninguna pertenencia personal. En estos días, incautaron las casas de los cristianos y les impusieron un ultimátum que finalizaba el 19 de julio de 2014, al mediodía: o se convertían al islam, o pagaban un impuesto o debían abandonar su hogar, bajo condena de pena de muerte. Se les dio tres opciones:
1. Convertirse al islam;
2. Irse de la ciudad sin pertenencia alguna; o,
3. Ser asesinados.
Ya todos los cristianos abandonaron la ciudad, en los puntos del control se les quitó lo poco que tenían dejándolos sin nada. El arzobispado de Mosul fue incendiado, la iglesia más vieja del mundo de 1800 años de antigüedad, erigida en honor a la figura bíblica de Jonás, fue incendiada. El 24 de julio de 2014, por primera vez en 1600 años, en Mosul no se dio misa.
Debemos orar por los cristianos de Irak, Siria, Nigeria, Sudán, Corea del Norte y los de China. No los abandonemos. Protestemos y hablemos en las redes sociales de esto todos los días.
El odio en el mundo ha llegado a extremos insospechados. En Ucrania, en la Ciudad de Slaviansk, los neonazis, crucifican a niños y asesinan a sus madres que han visto la agonía de sus hijos; los sionistas de Israel, asesinan a niños indefensos en la franja de Gaza, en un acto de genocidio inhumano. Hay que detener y juzgar a los criminales de guerra que andan sueltos en el mundo y están convirtiendo a la vida humana en una pesadilla.