Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato
En Ambato, actualmente hay dos monumentos a la memoria de haberse instalado en dicha villa, en 1755, la primera imprenta que tuvo la Real Audiencia de Quito. Uno está hecho en piedra, ubicado en su casco histórico, y otro, supuestamente moderno, concebido como una nave espacial metálica, al decir de la gente, ubicado en una colina llamada Santa Elena, donde Jijón y Caamaño encontró un cementerio aborigen pre inca. Sobre este sitio sagrado, se hizo lo que estuvo de moda hace más de cuatro décadas, unos graderíos para espectáculos masivos en semicírculo, que se llamaban “conchas acústicas”, que al parecer no eran de buena acústica, porque el viento se llevaba hasta la voz de los amplificadores. Total, esto quedó en el abandono y la destrucción. ¿Creen que se justificaría la inversión con la frecuencia de espectáculos y la calidad de los mismos? ¿Cuánto de remembranza a la impresión de libros y periódicos se guarda en la memoria sectorial? ¿Qué tiene que ver una concha acústica con una imprenta? La respuesta está entre las buenas intenciones y la demagogia politiquera.
Preguntémonos, ubicándonos en la época: ¿A qué porcentaje de la población beneficiaría la impresión de los primeros libros religiosos que se hicieron en Ambato? ¿Cuántos sabían leer y escribir? Antes de tener una respuesta desencantadora, conviene la pregunta sin respuesta ¿Por qué decidieron los jesuitas instalar una imprenta en Ambato y no en Quito que era una ciudad con mayor número de posibles lectores? En realidad no se trataba de una imprenta puesta al servicio de la vida colectiva. Se trataba de una imprenta puesta al servicio de la cristianización. La imprenta que nos llegó fue una herramienta para ratificar el dogma y la fe.
Veamos un par de traducciones de lo que se publicó en Ambato en la “Piissima Erga Dei Genitricem Devotio”, consta por ejemplo una “Supplicatio Beatissimae Virgini Mariae”. Ave María, ilumina mis ojos…luego siguen alusiones a la muerte, y rápidamente concluye: “Gloria Patri, e filio, e Spíritui Sancto, sicut erat in principio, nunc, Semper, in saecula saeculorum, Amen, Alleluja”. ¿Qué letrados entendían esto? ¿Qué aporte significó para la cultura colonial de la villa de Ambato? Más orgullo debe demostrar la iglesia tungurahuense por tratarse de asuntos de la fe. Estoy tomando los datos de Letras de Ambato en la Colonia, una publicación que hizo el Municipio de Ambato en 1985, como parte de un proyecto que quedó inconcluso, en la alcaldía de Galo Vela, en la que tuve la oportunidad de ser el investigador de estos documentos (para los cuatro primeros volúmenes), aunque nunca me hicieron constar en los créditos, los señores del Consejo Editorial.
En fin, esta “tierrita linda”, como dice un eslogan municipal, tiene entre sus orgullos, una cuna vacía en doble sentido. Tiene la memoria de haber servido de “cuna” a los primeros impresos religiosos, pero la propia imprenta como bien museable, desde que salió de Ambato a Quito, nunca pudo regresar a su tierra. De los últimos datos que se dispone, se sabe que fue donada a instituciones educativas del austro y fue a parar en el Cañar. El segundo sentido, que a mi entender es el más importante, es que hemos quedado relegados en ser pioneros en publicaciones de libros y periódicos. No hay una conciencia intelectual institucional que desde Ambato promueva publicaciones ‘de primicia’, que irradien al país con libros y periódicos hechos por ecuatorianos ilustres. Desde aquí deben salir impresos en honor a la “cuna” donde vieron la luz obras que ameriten la continuidad de ese orgullo fundacional, en lo que heredamos como Patria.
Creo que hay que superar un repetitivo argumento que se encuentra cuando se buscan datos sobre la primera imprenta en Ambato. Se alude a que, quien sabe por ósmosis, los llamados tres Juanes, son frutos de una semilla de letras. También se dice que muchos periódicos que combatieron opresiones, recibieron los hálitos de la primera imprenta, cuando en realidad, imprimir libros y periódicos, quien sabe, sigan costando no solo esfuerzos personales, sino que hay que ir en oposición a quienes disponen de recursos y de editoras que favorecen a sus alineados. A la distancia del tiempo, las cosas son vistas como productos de quienes se benefician con la imagen de quienes han luchado por sostener la intelectualidad. Habría que preguntar a Espejo que en esta imprenta dio a luz las Primicias de la Cultura de Quito, pero cuando dejó de ser prensa religiosa.
Al dar una mirada sobre la evolución de las imprentas ¿Qué opinan queridos lectores del siguiente dato? “En los años 1572 (se imprimieron) dos Bulas, la del Papa Gregorio XIII y del Papa Pío V, publicaron la divulgación de noticias falsas de los Novelanty, periódico italiano”. ¿Para esto sirve una prensa? Parece ser que imprenta y manipulación son conceptos gemelos irreversibles.
Rafael Augusto Rivera Barba, allá por 1963, al hablar sobre la primera imprenta en Ambato decía: “Como un prenuncio no previsto por las astrologías fementidas, Ambato debía acunar la primera imprenta ecuatoriana. Aquí, en donde más tarde verían la luz del sol ecuatorial las ardientes personalidades de los Tres Juanes, que hicieron del papel impreso el supremo mensaje de sus privilegiados cerebros y de sus corazones fervorosamente patriotas y de artistas de la palabra, fue instalada, allá en los sombríos años del coloniaje, la primera máquina impresora…”(Ver Paradigmas tungurahuenses, 1963). Del lirismo de este testimonio ¿cuánto hemos superado? Para la primera semana de enero, una celebración de carácter nacional debe hacer sentir su peso desde Ambato. ¿Qué publicaciones trascendentes tenemos a la vista para esta celebración?
Vamos viendo a la distancia el surgimiento de algunos primeros periódicos, como el diario en Alemania, que data de 1615, y apareció con el nombre de Die Frandkfurter Ober Pornat Zeitung, creado por Egenel Eurnel, llamado con razón el Padre de los Periodistas. En 1621 en Inglaterra, el News Paper Relations, pasa a ser el The Weekly News, que publica noticas de las guerras alemanas. En 1631 aparece el primer periódico francés, en forma regular, con el nombre de Gaceta de Francia (Gacete de France, publicado por Theophraste Renaudot, denominado creador de la prensa en Francia. Se sabe también que en 1638 llegó una prensa a Massachusetts.
En lo que tiene que ver con Hispanoamérica: en 1722 sale a luz el primer periódico de Hispanoamérica en México, con el nombre de Gaceta de México y Noticias de Nueva España. Recordemos que es aquí mismo a donde llegó la primera imprenta en 1539. Esto evidencia que de tener imprenta a tener periódico hay mucho trecho. En 1729 salió la Gaceta de Guatemala. En 1729 y 1731, se publicaron gacetas mensuales en San José de Costa Rica. En 1764, se publicó en La Habana “El Pensador”, el más antiguo de Cuba. Se dice que en 1781 aparecieron las primeras gacetas impresas en Buenos Aires. En 1790 aparece en Lima el primer periódico, en una imprenta particular de D. Jaime Basante. En 1792 Eugenio Espejo publica Primicias de la Cultura de Quito en la imprenta incautada a los jesuitas. En 1810 aparece la Gaceta de Montevideo. En 1819 aparece en Panamá un periódico titulado “El fiscal y la ley”. En 1821 aparece en Santo Domingo el primer periódico llamado “El Telégrafo Constitucional”, dirigido por Antonio Pineda…