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Sobre los participantes en el descubrimiento del Amazonas

Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Según el presbítero Vicente Navarro: Orellana “Preparó una expedición de 210 españoles, 4.000 indios, 200 caballos, 1.000 perros y 5.000 cerdos y muchas llamas que habían de portear el cuantioso bagaje, al que contribuyó Orellana con 40.000 escudos y a finales de febrero se ponía en marcha.”

Pero qué curioso, este mismo autor dice renglones más adelante que siendo Gonzalo Díaz de Pineda el primer explorador que conoció el camino, “Orellana le seguiría después desde Guayaquil, acompañado de 30 hombres, al parecer armadores o carpinteros, dándose cita en Zumaco. Gonzalo Díaz de Pineda, que antes había explorado la ruta, guiaba la expedición. Reunidos Orellana y Pizarro en Zumaco, éste nombró al primero su teniente general”. Supongamos que es aquí, en Sumaco, donde se juntan los líderes de la expedición.

Leamos ahora lo que nos relata la Monografía del Oriente. Pensando en Gonzalo Pizarro redacta: “Fuertes capitales empleó en la compra de armas; se almacenó gran cantidad de víveres; fueron recogidos numerosos caballos y gallinas, dos mil cerdos y dos mil llamas. El número de valientes deseosos de tomar parte activa en aquella arriesgada empresa, aumentaba cada día, entre los que no faltaron los vagos y los deudores morosos, los estancieros y los encomenderos, los viejos soldados, que ya les hacía falta el usar de sus enmohecidas espadas, los chapetones forasteros en estas tierras que deseaban probar fortuna en alguna aventura; en total, más que todos los habitantes de Quito de aquel entonces, esto es 400 hombres. No faltó el indio, vehículo cómodo y barato del que no se preocupaban por ninguna clase de accesorios; fueron 4.000 indios los destinados a conducir el forraje de los animales, las armas que debían servir para sus hermanos de raza, las ropas de los soldados, y tal vez servir de caballito a algunos y quien sabe si de alimento. Por el mes de marzo de 1541, después de sus prácticas de devoción, es decir, después de asistir a misa, en la que se bendijeron sus armas, oyóse la voz de la trompeta que daba la señal de partida” (Sarmiento, p. 72-73).

Debo decir que no conozco autor que haya puesto los datos que siguen sobre una nómina de participantes en la expedición. Por lo menos se dispone de estos nacidos en Extremadura:

Nómina de los extremeños que intervinieron en el descubrimiento del Amazonas, comentarios

1 Alcántara, Juan de.-

2 Arévalo Rodrigo.- o Juan

3 Carvajal, Gaspar de.- Fray dominico

4 Enríquez, Cristóbal, el Comendador

5 García de Paredes, Diego

6 Gutiérrez Badajoz, Alonso

7 Herrera de Zalamea, Gonzalo

8 Matamoro, Diego

9 Matamoro, Fulano

10.Moreno, Pedro

11.Muñoz, Antonio

12.Muñoz, Francisco

13.Obeso, Francisca de

14.Orellana de Obeso, Vicente

15 Orellana (Hernández), Francisco de

16.Orellana, Francisco de

17.Plasencia, Francisco de

18.Robles Alonso.

19 Sánchez de Vargas, Hernando

Otros nombres deducidos de este mismo expediente

20.Vera, Gonzalo de, sacerdote mercedario

21.- Pizarro, Gonzalo

22.- Orellana Obeso, Vicente, hijo de Francisco de Orellana Hernández”.

Si el propio presbítero dice que fueron 210 españoles, hagan cuenta cuántos nombres están en el olvido. ¿No los habría registrado el padre Carvajal? Sería un fallo de la crónica no disponer de un registro. Esto no solo tiene que ver con un “descuido” imperdonable, sino que: o es falso, o se ocultó por las razones de sedición e infidelidades que había en la época entre aventureros del enriquecimiento.

Si la expedición fue de 210 españoles y había 200 caballos, quiere decir que 10 españoles iban a pie.

Comentando al presbítero español Navarro, me parece hiperbólica la numeración de recursos: “4.000 indios, 200 caballos, 1.000 perros y 5.000 cerdos y muchas llamas que habían de portear el cuantioso bagaje”.

Preguntas: ¿Cómo es que reclutaron 4.000 indios? Cifras parecidas se manejan cuando Pizarro fue a la captura de Atahualpa, pero se debía a opositores al incario. Sabemos que las encomiendas eran reparto de tierras con indios numerados. Esto debió haber generado conflictos con los encomenderos que no estaban involucrados en el objetivo de la canela. Los indios no eran cosa de cogerlos como manadas de ovejas a disposición de cualquier conquistador.

¿Cómo alimentar 4.000 indios hasta llegar al río Coca? ¿Cómo alimentar a 1.000 perros y a 5.000 cerdos? ¿De dónde sacaron tanto indio, tanto perro y tanto cerdo? Este autor, menos mal que dice que llevaron “muchas llamas”, en tanto que en la Monografía, sin citar fuente para el dato, alegremente se dice que fueron 2.000 llamas: “fueron recogidos numerosos caballos y gallinas, dos mil cerdos y dos mil llamas”. Queridos lectores. ¿Saben acaso lo que significa movilizar un cerdo a campo libre? Un puerco no es ni un perro ni una oveja que obedece guianza. Tampoco es cosa fácil de echarlo al hombro o hacerlo que lo cargue un indio. Por más que hayan llevado con hocicos amarrados, sus guarridos o gruñidos habrían sido cosa desesperante. No olvidemos que más que cronistas, eran fabuladores quienes relataban el “prodigio” de la conquista. Con esto “justificamos” el relato del siglo XVI, pero la Monografía, escrita en el siglo XX, es decir, 400 años después, sigue en el mito, y hasta lo perfecciona.

De otra parte, el autor de la Monografía dice que los indios, se supone no todos estaban “destinados a conducir el forraje de los animales”, de los caballos se entiende. Esta es una apreciación torpe, porque iban por los prados llenos de hierba. ¿Qué hierba llevarían a la selva? ¿Acaso ya había alfalfares en estos primeros cinco años de conquistas por Quito? Quien sabe porque se dice que Pizarro en 1532 ya llegó con alfalfa al Perú y se sabe que se sembró por las zonas del Cusco, pensamos en alfalfa porque con ello se movieron a vacas y caballos.

Nueva pregunta: ¿Por qué ruta se movilizó toda esta expedición? Muchos creen que no había caminos. Piensan que todo lo “hicieron” los aventureros. Minimizan que los indígenas tenían sus sendas de comunicación, y que ellos lo aprovecharon en los tramos que se consideraban pertinentes. Esto vale para referirnos a las rutas Guayaquil-Quito; y Quito-Sumaco.

Otra reflexión: si Orellana viajaba desde Guayaquil a Sumaco, seguro que lo haría a caballo. Son 30 jinetes. ¿Convenía a semejante expedición ir a quedarse en espera incierta en Sumaco? Creo que lo más lógico haya sido que salieran juntos desde Quito.

De otro lado se dice: “fueron recogidos numerosos caballos…” Aquí no es cosa fácil decir que hayan tenido que recoger caballos. El caballo era un vehículo con dueño. El caballo era un vehículo costoso y en esa época, el conquistador con caballo era un inversionista que sacaba provecho de su participación en estas que eran “empresas” conquistadoras. Si lo hacía con caballo tenía mejores condiciones en los repartos de utilidades de los saqueos, así como en vínculos a encomiendas.

Creo que hay que tener presente cómo funcionó la “empresa” que conquistó el incario. Gonzalo sabía perfectamente lo que hizo su hermano Francisco con Almagro y con Luque, que hasta comulgaron partiendo en tres pedazos la hostia, para asegurarse las “fidelidades”. Una cosa que nadie menciona en esta conquista de La Canela es el tipo de expectativa que se mantendría después del asesinato de Almagro que ocurrió finalmente luego de su apresamiento. “Finalmente, fue ejecutado el 8 de julio de 1538 en la cárcel por estrangulamiento de torniquete y su cadáver decapitado en la Plaza Mayor de Cuzco”. Después de atraer a nuestra memoria este dato, pensemos con quién estamos tratando. Un Pizarro tan ambicioso que sabemos se reveló a obedecer al propio Rey. Estamos también frente a un Orellana que “contribuyó con 40.000 escudos”. Vaya generosidad entre saqueadores.

Hay que fundamentarse en las causas y consecuencias de la muerte de Almagro, luego de la batalla de las Salinas. El empeño de ir al País de la Canela, del que derivó el descenso al Amazonas, en búsqueda de pueblos de riqueza legendaria; se daba, por una parte, por el control en la delimitación de territorios asignados a los Pizarro y a los Almagro; y por otra, por la propia codicia de ser quizá los descubridores de otra fortaleza o imperio de riquezas inesperadas.

Importante también decir que este hecho se dio luego del enriquecimiento de los aventureros por el rescate de Atahualpa, el asunto de los Pizarro, y en particular de Gonzalo, conlleva a suponer que hubo negociación previa para conseguir los adeptos. De esto puede deducirse que algo de verdad tendría el dato de haber reclutado los 4.000 indios para la odisea. En lo que no podemos estar de acuerdo es en lo que dice la mayoría de historiadores que fue Orellana quien “organizó” la expedición, relegando a un segundo plano a Gonzalo Pizarro que, como queda dicho, era quien tenía la sartén por el mango.

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