La estrategia de desarrollo planteada por la SENPLADES apunta a construir en el mediano y largo plazo una economía del bio-conocimiento y la información. El desarrollo de una base industrial alrededor de la biotecnología, la nanotecnología y las ciencias de la información, sustentada en la explotación sostenible de nuestra mayor ventaja comparativa, la bio-diversidad, es la apuesta del modelo del Buen Vivir.
Bajo esta estrategia, el modelo de universidad consiste en una “institución de educación superior pública que promueve la investigación, el desarrollo científico y tecnológico; la generación y difusión del conocimiento, con el propósito de formar profesionales innovadores, competitivos y dinámicos, de alta calidad humana y excelencia profesional que contribuyan al desarrollo del Ecuador y de la región, al cambio en la matriz productiva del país, aporte al progreso y avance científico y tecnológico de la región y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población del Ecuador y de América Latina”.
Peter Drucker, en la Sociedad poscapitalista, lo vaticinó hace 20 años: el recurso económico básico ya no es el capital ni los recursos humanos. Es y será el conocimiento. Así como en el paradigma de la producción en masa el factor básico de la función de producción era el capital, en el nuevo paradigma del conocimiento y la innovación, los recursos y factores claves de la función de producción son el conocimiento y la capacidad creativa del hombre.
El recurso clave del conocimiento y la productividad económica del siglo XXI será, definitivamente, el conocimiento en todas sus manifestaciones y complejidades.
Aunque los recursos naturales, comenzando por la biodiversidad, continuarán siendo muy importantes en el futuro de la humanidad, solo a través del conocimiento es posible su aprovechamiento sostenible con beneficios para nuestro país. Es decir, que únicamente a través del conocimiento los recursos naturales tendrán el máximo valor económico y ambiental.
En ese sentido, el Gobierno le apuesta por una Universidad que genere conocimiento, por una institución de educación superior pública que promueva la investigación, el desarrollo científico y tecnológico; la generación y difusión del conocimiento, con el objeto de formar profesionales innovadores, competitivos y dinámicos, de alta calidad humana y excelencia profesional que contribuyan al desarrollo del Ecuador y de la región, al cambio de la matriz productiva del país, aporte al progreso y avance científico y tecnológico del Ecuador y América Latina.
La reciente inauguración de las actividades académicas en la Universidad Regional Amazónica “IKIAM” y en Yachay Tech, nos hace vislumbrar que este sueño se va haciendo realidad a paso firme.
El apoyo de universidades y organismos internacionales, así como el entusiasmo que demuestran científicos e investigadores de Estados Unidos, Europa y Asia, nos dan la clave. Especialmente la cooperación de los grandes centros de estudio del mundo.
Ecuador vive un momento trascendental en términos de educación superior, tanto por cómo se están estructurando las dinámicas de educación, como por la inversión destinada en los últimos años a este campo. Según declaraciones de René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, el 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB) del Ecuador se destina a inversión en educación superior y el desarrollo de propuestas de investigación. Es la inversión más alta en la región.
Las universidades emblemáticas IKIAM y Yachay Tech buscan transformar la relación existente entre el sistema universitario y el sector productivo mediante la divulgación del saber académico y científico, y la incorporación de profesionales a la vida productiva y económica del Ecuador.
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