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La vacuna del CSIC más adelantada para la covid-19 muestra una eficacia del 100 % en ratones

La candidata del CSIC ha probado su eficacia en modelos animales, según los últimos datos publicados. Por tanto, está lista para seguir avanzando hacia los primeros ensayos clínicos, fases I/II, que podrían iniciarse en unas semanas.   

La vacuna produce altos niveles de anticuerpos IgG./ CSIC Comunicación

El candidato vacunal MVA-CoV-2-S, que usa como vehículo el virus vaccinia modificado de Ankara (MVA) para transportar una proteína del SARS-CoV-2 (la proteína S) que estimule la defensa inmunitaria contra el coronavirus, ha probado su eficacia en modelos animales, y está por tanto listo para seguir avanzando hacia las pruebas clínicas, según se publica en la prestigiosa revista Journal of Virology.

El proyecto de vacuna para el SARS-CoV-2 que dirigen los virólogos Mariano Esteban y Juan García Arriaza es el más adelantado de las tres vacunas contra la covid-19 que se están desarrollando en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los primeros ensayos clínicos podrían iniciarse en unas semanas

El CSIC colabora con la empresa biotecnológica española Biofabri, perteneciente al grupo Zendal, para producir la vacuna en condiciones de uso en seres humanos. El siguiente paso es la solicitud del permiso a la Agencia Española del Medicamento para los primeros ensayos clínicos, fases I/II, que podrían iniciarse en unas semanas.

“Hemos observado que el candidato vacunal MVA-CoV-2-S genera una respuesta inmunitaria robusta con producción de anticuerpos neutralizantes y activación de linfocitos T en ratones”, explica Mariano Esteban, que dirige el laboratorio de poxvirus y vacunas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).

Máxima protección a ratones humanizados

“Hemos descrito que la vacuna confiere una protección del 100% contra el SARS-CoV-2 en un modelo de ratón humanizado susceptible a la infección por SARS-CoV-2, lo cual es muy importante”, como subraya Juan García Arriaza, investigador del grupo.

En esta ocasión, el virus MVA ha sido modificado para expresar la proteína S completa del SARS-CoV-2, que es la llave que permite la entrada del coronavirus en las células humanas. Incorporada en el vehículo MVA, esta proteína se produce tan pronto como el virus penetra en la célula y es la que enseña al sistema inmunitario cómo debe reconocer al coronavirus real y cómo debe eliminarlo.

 

Los virólogos Mariano Esteban y Juan García Arriaza, del CNB-CSIC. / Vinca Page.-J.G. A. CSIC Comunicación

Lo relevante de esta investigación es que la vacuna produce altos niveles de anticuerpos IgG específicos frente a la proteína S del coronavirus y a su dominio de unión con la proteína ACE2 que sirve de receptor de las células humanas. Además, las muestras serológicas de los ratones vacunados neutralizaron de forma muy potente al SARS-CoV-2 en cultivos celulares.

El estudio ha demostrado que la administración de una o dos dosis de este candidato vacunal protege al 100% de los ratones humanizados de la enfermedad y letalidad causada por el SARS-CoV-2. Con dos dosis de la vacuna se produce una inhibición completa de la replicación del virus en los pulmones.

“Estos resultados demuestran que la vacuna para la covid-19 basada en el vector MVA produce una inmunogenicidad robusta y una eficacia completa en modelos animales, y respaldan su futura aplicación en ensayos clínicos”, indican los investigadores en el artículo del Journal of Virology.

“Los resultados demuestran que la vacuna produce una inmunogenicidad robusta y una eficacia completa en modelos animales”, indican los investigadores

Los investigadores muestran además en el estudio que la vacunación combinada con dos vacunas diferentes, una en primera dosis basada en ácido nucleico (ADN-S) y otra en segunda dosis (MVA-CoV2-S), produce niveles más altos de activación de linfocitos T que la administración de dos dosis de MVA-CoV-2-S, lo que tiene relevancia cuando se pretende incrementar la población de linfocitos T para conseguir respuestas inmunes más amplias y duraderas.

Para definir un mayor espectro de acción de la vacuna y cumplir con los requisitos de las agencias reguladoras para los ensayos clínicos, se están llevando a cabo experimentos de inmunogenicidad y eficacia en el modelo de hámster y próximamente se efectuarán también con macacos. Si todo va según lo previsto, se podrían iniciar las fases clínicas I/II en unas semanas y avanzar posteriormente hacia la fase clínica III.

La biotecnológica Biofabri está fabricando los lotes GMP (Good Manufacturing Procedures, por sus siglas en inglés) que serán usados en dichas pruebas clínicas y ya tiene definido el proceso industrial para la fabricación de lotes comerciales tan pronto como la fase de desarrollo clínico concluya.

Esteban, Mariano et al. «COVID -19 vaccine candidate s based on modified vaccinia virus Ankara expressing the SARS -CoV -2 spike induce robust T – and B -cell immune responses and full efficacy in mice». Journal of Virology, 2021

Fuente: CSIC
Derechos: Creative Commons.

Los medios relegan a científicos y activistas como fuentes secundarias al tratar la crisis climática

2º informe del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático de ECODES

El informe de ECODES evidencia que la prensa escrita y audiovisual acude a los políticos como protagonistas y principales fuentes de información sobre la crisis climática, en detrimento de investigadores y asociaciones. Según este estudio, los temas más tratados en 2020 fueron las olas de calor y el calentamiento global en campañas electorales, aunque también destacan los enfoques sobre justicia y clima tras las denuncias de organizaciones ecologistas al Gobierno por ‘inacción’. 

Aunque la fuente protagonista sea transversal en todos los medios, cada formato tiene tendencias singulares en cuanto a comunicación de la crisis climática. / Pixabay

Los políticos, los gobiernos y las administraciones públicas continúan siendo los protagonistas de la información que hacen los medios de comunicación sobre cambio climático. Esta tendencia es idéntica en radio, prensa escrita, prensa digital y televisión, según recoge el segundo informe del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático, elaborado por la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES).

Este documento evidencia la tendencia que también aparecía en el primer informe, en la que se coloca a los dirigentes como principal fuente y actor noticioso. Los científicos y los activistas aparecen como fuentes secundarias en todos los canales de comunicación analizados.

Aunque la pandemia del coronavirus ha eclipsado el tratamiento informativo, la crisis climática sigue teniendo una presencia estable en los medios

El informe, presentado ayer martes, destaca que el cambio climático aparecía en un 5 % de las informaciones de los medios de comunicación en diciembre de 2019, un valor que se ha tenido estable a lo largo del año, pero eclipsado con la aparición de la pandemia de coronavirus. Este porcentaje ascendió ligeramente con el final de la primera ola de contagios.

Los temas que más han destacado los medios de comunicación en 2020 son las olas de calor, como los registros históricos de temperatura en el Ártico; y la presencia del cambio climático en campañas electorales, tanto nacionales como internacionales. Tras estos, los más repetidos son los incendios, los deshielos y las inundaciones. La justicia y el clima también aparecen en los medios tras las denuncias de organizaciones ecologistas al Gobierno de España por ‘inacción’ ante la crisis climática.

Diferentes tendencias en prensa, radio y televisión

El observatorio destaca que la información sobre cambio climático se trata de manera diferente según el formato de comunicación, aunque existen tendencias transversales comunes en todos los canales.

En el caso de la prensa escrita y digital, el informe recoge 415 unidades de análisis (piezas de información, como noticias o reportajes) procedentes de los rotativos El País, El Mundo, La Vanguardia y Expansión, así como de los nativos digitales eldiario.es y elespañol.com. La mayor parte de las publicaciones en este formato son las noticias, seguidas de los reportajes y los textos de opinión.

La prensa, al contrario que la radio y la televisión, sí hace un esfuerzo por contextualizar el cambio climático y sus conceptos, según el informe

Según valoran los autores del documento, la prensa escrita hace un esfuerzo por contextualizar el cambio climático y las expresiones que lo caracterizan, como huella de carbono, gases de efecto invernadero o sostenibilidad. Así, el 52 % de las unidades de análisis destacan los beneficios de la transición ecológica para el medio ambiente y la salud.

En cuanto a la radio, se han obtenido 103 unidades de análisis las cadenas analizadas son RNE, SER, Onda Cero, COPE, Catalunya Radio, RAC1 y RNE4. La franja predominante para informar sobre cambio climático es la matinal, con piezas de información de entre uno y dos minutos de duración.

El principal marco en el que se colocan las informaciones de cambio climático en radio es el político, seguido del económico. A diferencia de la prensa, el informe señala que no hay esfuerzos por explicar la crisis climática y sus conceptos, y que la información aparece mucho más en los magacines (como Hoy por Hoy de la SER o Más de Uno en Onda Cero) que en los programas de información.

La televisión y la radio comparten un fenómeno de ‘estacionalidad informativa’: hay menos presencia del cambio climático en los meses de julio y agosto

En cuanto a la televisión, el documento recoge 102 unidades de análisis de TVE-1, La Sexta, Antena 3 y Telecinco. El 95 % de las piezas sobre cambio climático en este formato se emiten de lunes a viernes, con más presencia en el informativo del mediodía y en la franja de prime time. La duración de estas piezas es de uno o dos minutos de media, y los formatos más repetidos son el de presentador+pieza de vídeo y presentador+colas, quedando las conexiones en directo en tercer lugar a pesar de ser el primero en el informe de 2019.

Los marcos principales de la información sobre la crisis climática son el ambiental y el político, dejando en segundo plano el económico, el activista y el social. Al igual que en la radio, no existe un esfuerzo informativo por explicar el cambio climático.

Por otro lado, la radio y la televisión comparten un fenómeno de ‘estacionalidad informativa’ sobre el cambio climático. Así, el informe detalla que en los meses de julio y agosto decae la presencia de la crisis climática y términos relacionados, regresando en septiembre a valores previos a los del verano. Este fenómeno, concluye el documento, no afecta a la prensa.

Twitter

El informe también analiza la presencia de 68 medios de comunicación en Twitter, donde se dan unas tendencias muy diferentes a la de los otros canales de comunicación. Así, el documento ha analizado 30.116 tuits publicados en el último año, de las que han extraído 26 unidades de análisis.

Los protagonistas de la comunicación sobre el cambio climático en Twitter son los divulgadores y mediadores

Los enfoques predominantes en esta red social son la educación ambiental, las condiciones ambientales, las incertidumbres y miedos de la crisis climática, y los proyectos y actuaciones para el cambio climático.

A diferencia de la prensa y la radiotelevisión, los protagonistas de la comunicación son los divulgadores y mediadores, seguidos por los gobernantes, los activistas y los educadores.

Percepción de expertos

La segunda parte del informe recoge una encuesta a 100 profesionales relacionados con la crisis climática, la percepción sobre su comunicación en España y qué cambios eran oportunos para transmitirla mejor al gran público.

Los perfiles de los expertos recogidos son: científicos, empresarios, periodistas y divulgadores, educadores, políticos y activistas. Así, los expertos que más cambio perciben sobre esta comunicación son los empresarios y los políticos. En el lado contrario, los científicos, los periodistas y los activistas son los que observan menos variación.

Los empresarios y políticos son los que más perciben un cambio sobre la comunicación del cambio climático. Los que menos, los científicos, periodistas y activistas

Para analizar estas percepciones sobre cómo se comunica la crisis climática, los autores han dividido el análisis en diferentes categorías: causas del cambio climático, consecuencias, medidas de mitigación y medidas de adaptación.

Así, en el apartado de causas del cambio climático, los expertos consideran que se ha hecho más hincapié en informar sobre las distintas fuentes de producción de energía eléctrica, los gases de efecto y los conceptos de huella ecológica y huella de carbono. En cuanto a los impactos, los efectos del cambio climático en el clima y en la salud humana son los que más han variado, según la encuesta.

En cuanto a las medidas de mitigación, los expertos han observado que se incentiva más el uso de energías renovables para los consumidores (autoconsumo) y para la industria, al tiempo que hay más esfuerzos por eliminar el greenwashing. Por último, sobre la adaptación, consideran que se informa más y mejor de los riesgos que conlleva la crisis climática para la salud humana.

Referencia:

Informe del Observatorio de la Comunicación Mediática del Cambio Climático 2020. Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES).

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

¿Cómo piensan las personas que recurren a pseudoterapias sin evidencia científica?

Un estudio cualitativo a través de entrevistas y grupos de discusión intenta comprender por qué algunas personas recurren a la homeopatía, la acupuntura y el reiki. Sus usuarios no parecen renegar de la ciencia, pero sí consideran que la medicina se ha desligado del paciente. Los autores plantean la necesidad de “escuchar estas quejas para mejorar el sistema sanitario y hacer que menos gente dé el paso a pseudociencias peligrosas”.   

La acupuntura es una pseudoterapia sin evidencia científica. / Pixabay

“Lo que es científico dentro de cuatro años igual ya está caduco y no sirve, sin embargo, estamos hablando de una medicina que funcionaba hace cinco mil años y sigue funcionando”. Las palabras hacen referencia a un “milenario” tratamiento sin evidencia científica y pertenecen a uno de los participantes en un estudio llevado a cabo por FECYT sobre el uso y la confianza de estas pseudoterapias. El objetivo era comprender las motivaciones de sus usuarios.

El estudio consistió en diez entrevistas y ocho grupos de discusión a lo largo de 2020. En total participaron 66 personas de diferentes ciudades, edades y clases sociales y consumidoras —habituales u ocasionales— de pseudoterapias como la homeopatía, la acupuntura, la fitoterapia y el reiki.

“Queríamos ver en qué creen, en qué confían, cómo ven el mundo”, explica a SINC el sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid y autor principal del informe, Josep Lobera. “Lo fácil es reírse y polarizar, llamarlos locos”, comenta Lobera. Su intención era entender qué mecanismos llevan a algunas personas a confiar su salud a terapias que no tienen evidencia científica.

“La conclusión principal es que no es gente que reniegue de la ciencia, no son anticiencia”, asegura Lobera. De hecho, “la mayoría confía [en la medicina] y si tuvieran una enfermedad grave irían [a los servicios sanitarios]”. Los tratamientos sin evidencia se conciben, en general, como un complemento.

“Queríamos ver en qué creen, en qué confían, cómo ven el mundo”, explica el autor principal del informe, Josep Lobera. “Lo fácil es reírse y polarizar, llamarlos locos”

“La ciencia la veo bien, lo que no veo bien es el uso corporativista que se hace. El conocimiento sí acaba beneficiando, pero si se usara de manera más noble ayudaría más”, opina uno de los participantes. Sobre la posibilidad de modificar el genoma humano para combatir enfermedades, no se opone, pero se pregunta: “Al final, ¿quién lo va a poder hacer? La gente que tiene dinero”.

Sin embargo, Lobera matiza que los participantes escogidos “se están iniciando, confían y consumen” pseudoterapias, pero no son fanáticos acérrimos. El investigador advierte de que “hay muchos niveles de profundidad” y que, en los más avanzados, estas personas pueden ver las terapias sin evidencia científica como una alternativa en lugar como un complemento. Por ejemplo, uno de los voluntarios aseguraba que conocía un caso de cáncer terminal que el MMS —un blanqueante industrial nocivo para la salud— había conseguido revertir: “Yo creo que lo tomaría”, aseguraba.

El “a mí me funciona” frente a la medicina “corrupta”

Lobera considera llamativo que no exista una “jerarquía de conocimiento” que marque en qué pseudoterapias pueden confiar y qué criterios deben tener para que sean fiables, sino que todo funciona por boca a boca. “No tienen problema con que algo no esté comprobado científicamente, todo les parece fiable: si yo lo elijo es fiable, y lo elijo porque me funciona, y me funciona porque me han recomendado diez cosas hasta que alguna funciona”, dice Lobera.

“Si prueban acupuntura, flores de Bach y homeopatía, y no les funciona, eso no les hace dudar, porque la lógica que siguen es que es un camino individual y personalizado en el que una cosa puede no servirte, sin que eso signifique que esté mal”, continúa Lobera. “Al final prueban, por ejemplo, el reiki, y se sienten mucho mejor”. En ese sentido, uno de los entrevistados comenta: “Lo nuestro no es científico, pero eso no quiere decir que no sea útil o que no sea verdad”.

Sienten que la medicina “se ha alejado de las necesidades humanas” y “en realidad no cura”, sino que “abusa de medicamentos” con efectos secundarios “desastrosos” para la salud que “intoxican”

¿Por qué optar por estas pseudoterapias, que a menudo no les funcionan, en lugar de por una ciencia capaz de encontrar vacunas contra la covid-19 en menos de un año? La opinión de los entrevistados es que la medicina ha sido “corrompida” por los intereses económicos de las grandes farmacéuticas, y que médicos y políticos forman parte del problema.

Sienten que la medicina “se ha alejado de las necesidades humanas” y “en realidad no cura”, sino que “abusa de medicamentos” con efectos secundarios “desastrosos” para la salud que “intoxican”. La prueba, según los participantes, está en el prospecto de los medicamentos, que dice “cosas terribles”. El resultado es que los pacientes reciben productos que pueden ser “dañinos” cuando “no interesa mostrar que hay alternativas sin efectos secundarios”.

Lobera señala la ironía de esta filosofía cuando los tratamientos sin evidencia científica “cada vez mueven más dinero” y su gasto “va en aumento”. Asegura que están convencidos de que existe una intención de lucro “por encima de sus intereses personales” por parte de las farmacéuticas, pero ven como víctimas a las multinacionales, grandes farmacéuticas y empresas que venden pseudoterapias.

Críticas razonables para mejorar nuestro sistema de salud

Lo más interesante del estudio es que varias de las reclamaciones de los entrevistados no desentonarían con una encuesta realizada a la población general. Lobera considera que algunas de las críticas que hicieron los participantes “son aprovechables”, como el poco tiempo que se dedica a los pacientes durante la consulta, las listas de espera, el exceso de medicalización y el trato poco integral y enfocado al síntoma. Todo ello los empuja hacia las pseudoterapias.

Asegura que uno de los deseos de los participantes es que la medicina les dedique tiempo y se ocupe de ellos: “Les duele la cabeza y les despachan en tres minutos, pero el otro se pasa una hora diciendo que sus chakras no están bien y sienten que les funciona porque sin tomar nada hacen unas respiraciones, se ponen la mano en la cabeza y se tranquilizan”.

Uno de los deseos de los participantes es que la medicina les dedique tiempo y se ocupe de ellos: “Les duele la cabeza y les despachan en tres minutos, pero el otro se pasa una hora diciendo que sus chakras no están bien y sienten que les funciona”

“Hay evidencias científicas de que más tiempo de consulta da mejores resultados de diagnóstico, satisfacción y confianza en los tratamientos, que se abandonan menos”, afirma Lobera. También critican el exceso de medicalización. “Llevamos décadas recortando en Sanidad, por lo que los médicos tienen poco tiempo y no preguntan cómo te va; lo más rápido es recetarte un paracetamol y decirte que vuelvas si te sigue doliendo”.

Por todo, ello Lobera considera que se están cometiendo errores que alejan a algunas personas. “Les estamos expulsando” del sistema científico y la ciencia basada en evidencias, lamenta. “Los curanderos exhiben una dinámica de atracción, pero al mismo tiempo existe una dinámica de expulsión” que facilita el proceso.

“Escuchemos sus quejas, porque vamos a mejorar nuestro sistema [sanitario] y hacer que menos gente dé el paso a unas pseudociencias que tienen peligro”, propone Lobera. “Es una oportunidad, gente que se sale del sistema científico en parte, porque no se quieren salir del todo, pero ignoran muchas cosas que nosotros creemos que tienen sentido”.

Es algo que recomienda el informe en sus últimas líneas. “Desde una perspectiva sociológica, incorporar en la medicina con base científica algunas de sus reclamaciones podría incidir en una mayor confianza social en los tratamientos de salud basados en la evidencia y, en general, en el sistema de salud”, escriben los autores.

Lobera cree que los resultados de su estudio son “un síntoma de que algo está pasando. Miremos también cómo está nuestro sistema de salud”. Teme que el problema vaya más allá de la medicina: “Hay un vínculo directo entre esto y problemas con la democracia a corto plazo”. Teme que quien no se fía de los datos y las evidencias termine por hacer lo mismo fuera del contexto médico.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

Resultados prometedores sobre la ivermectina para reducir la transmisión de covid-19 leve

Investigadores españoles han observado cómo el uso del fármaco ivermectina en pacientes con coronavirus moderado produce una tendencia a la reducción de la carga viral y en la duración de algunos síntomas en personas tratadas, comparado con el grupo placebo. Las conclusiones son aún preliminares.   

Equipo científico que ha realizado el estudio. / ISGlobal | Clínica Universidad de Navarra

Un ensayo clínico sugiere que la administración temprana de ivermectina puede disminuir la carga viral y la duración de los síntomas en pacientes con covid-19 moderada, lo que podría también reducir la transmisión del virus. El estudio, que forma parte del proyecto SAINT, ha sido liderado por la Clínica Universidad de Navarra y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”.

Ya hay dos vacunas aprobadas contra el nuevo coronavirus en la Unión Europea, pero se necesitará un mínimo de dos años para inmunizar a un porcentaje suficientemente alto de la población mundial y detener la propagación del virus. Mientras tanto, es necesario encontrar fármacos capaces de tratar o prevenir las infecciones.

Se necesitará un mínimo de dos años para inmunizar a un porcentaje suficientemente alto de la población y detener la propagación del virus. Mientras tanto, es necesario encontrar fármacos eficaces

“Se están realizando esfuerzos notables para desarrollar tratamientos contra la covid-19, pero se ha puesto menos atención en encontrar fármacos que reduzcan la transmisión del virus”, afirma Carlos Chaccour, coordinador del trabajo piloto publicado en la revista EClinicalMedicine, del grupo The Lancet.

El equipo de Chaccour quiso evaluar si la dosis máxima de ivermectina aprobada en Europa puede tener un impacto sobre la transmisión del virus, si se administra rápidamente tras la aparición de síntomas.

La ivermectina es un fármaco antiparasitario que, según se ha demostrado in vitro, puede reducir la replicación del SARS-CoV-2; aunque a concentraciones mucho más elevadas que las recomendadas para uso humano. Esto, junto con los resultados de un estudio preliminar en humanos –que usó datos de origen dudoso y que nunca se publicó en una revista científica–, hizo que la ivermectina comenzara a usarse en muchos países de América Latina a pesar de la falta de evidencia fiable sobre su eficacia en prevenir o tratar la infección.

Necesarios ensayos a mayor escala

El grupo administró una sola dosis de ivermectina o placebo a 24 pacientes con infección confirmada y síntomas moderados, en las 72 horas tras los primeros síntomas. Se tomaron frotis nasofaríngeos y muestras de sangre en el momento del reclutamiento y transcurridas una, dos o tres semanas del tratamiento.

Los resultados obtenidos no muestran ninguna diferencia en el porcentaje de pacientes positivos por PCR al cabo de 7 días postratamiento (el 100 % de los pacientes era positivo en ambos grupos). Sin embargo, la carga viral mediana en el grupo tratado con ivermectina fue menor (unas 3 veces menos transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menor a los 7 días del tratamiento), aunque no se alcanzó una diferencia estadísticamente significativa.

Los pacientes en el grupo tratado también mostraron una reducción en la duración de algunos síntomas (del 50 % en la pérdida del olfato y el gusto y del 30 % en la tos). Todos los pacientes desarrollaron anticuerpos IgG frente al virus pero, de nuevo, el valor medio de dichos anticuerpos en el grupo tratado fue menor que en el grupo placebo. “Esto podría ser el reflejo de una menor carga viral en estos pacientes”, considera Chaccour.

La carga viral media en el grupo con ivermectina fue menor: unas 3 veces menos transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menos a los 7 días del tratamiento. Estos pacientes también mostraron una reducción en la duración de algunos síntomas

El hecho de que no hubo diferencias en la duración de síntomas o marcadores asociados a la inflamación sugiere que la ivermectina puede estar actuando por medio de otro mecanismo que no tiene que ver con un posible efecto antinflamatorio. El equipo investigador propone que podría interferir con la entrada del virus en las células, como sugiere un estudio en hámsteres realizado por el Instituto Pasteur.

“Estos resultados van en la misma línea que los de ensayos recientes en Bangladesh y Argentina”, señala Chaccour. “Aunque es un estudio pequeño y todavía es pronto para establecer conclusiones, las tendencias observadas en la reducción de carga viral, duración de síntomas y niveles de anticuerpos resultan alentadoras y justifican la realización de estudios clínicos controlados a mayor escala y con una mayor diversidad de pacientes”, concluye.

Referencia:

Chaccour C, Casellas A, Blanco-Di Matteo A, et al. The effect of early treatment with ivermectin on viral load, symptoms and humoral response in patients with mild COVID-19: a pilot, double-blind, placebo-controlled, randomized clinical trial. EClinicalMedicine. 2021. DOI: 10.1016/j.eclinm.2020.100720

Fuente: Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)
Derechos: Creative Commons.

Lo que sabemos sobre las secuelas de la covid-19: pacientes graves y leves las comparten

Ha pasado un año desde que se hicieron públicos los primeros casos de una extraña neumonía que causaba diferentes grados de gravedad. Pero solo ahora los médicos están empezando a identificar los efectos secundarios en pulmones y bienestar general en los pacientes que se recuperan. Los síntomas de fatiga y dificultad para respirar se mantienen incluso en los que sufrieron la enfermedad más leve.    

La gravedad inicial de la covid-19 no está asociada con mayores complicaciones en la recuperación, incluso los pacientes con la enfermedad más leve pueden padecerlas. / ATS

Antonio Olave, de 63 años, estuvo tres semanas ingresado en el Hospital Universitario Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, Madrid, a finales de octubre de 2020. Su diagnóstico fue neumonía bilateral grave por covid-19 e insuficiencia respiratoria severa, entre otras afecciones. El día que le dieron el alta había perdido 12,5 kilos y seguía con oxígeno, pero pensó estar totalmente curado. No fue más que el principio de un largo proceso de recuperación que aún hoy continúa.

“Me trajeron en silla de ruedas a casa porque me costaba mucho caminar. Para subir las escaleras a la planta de arriba de mi casa tenía que descansar a mitad del rellano”, cuenta Olave a SINC. A pesar de haber salido del hospital, Antonio sufría un gran cansancio, le dolían todos los músculos, tenía astenia y dificultades para concentrarse y memorizar las cosas, confiesa.

“A los dos o tres meses del alta, cerca de la mitad de los pacientes siguen con síntomas y el más frecuente es la sensación de falta de aire”, asegura Signes-Costa, que ha liderado un estudio en hospitales españoles

Estos efectos poscovid, además de la deshidratación, sobre todo en palmas de manos y pies, duraron varios días después del alta; algunos, incluso semanas, en particular la astenia. “No me podía levantar del sillón”, dice. Pero poco a poco, los síntomas fueron remitiendo, salvo en el caso de los pulmones, que no le dejaban del todo inspirar profundamente.

Como Antonio, unos 65 millones de personas de los 95 millones que se han infectado de SARS-CoV-2 se han curado en todo el mundo. Sin embargo, aún se sabe poco sobre la salud pulmonar y el bienestar general de los supervivientes, independientemente del grado de gravedad de covid-19 que hayan sufrido.

“Solo ahora estamos comenzando a saber realmente cuáles son las secuelas de la covid-19. Se han observado problemas de salud persistentes, en particular fatiga y dificultad para respirar”, señala a SINC Liam Townsend, investigador en el departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital St James’s en Dublín, Irlanda.

Además de la fatiga —el síntoma más común— y de la dificultad para respirar, los pacientes recuperados también reportan dolores y molestias musculares, así como falta de concentración y memoria. “Si bien muchos pacientes pierden el sentido del gusto y el olfato cuando inicialmente no se encuentran bien, esto tiende a recuperarse con el tiempo”, recalca Townsend, que ha liderado un estudio en su país donde han monitorizado durante 75 días después del diagnóstico el restablecimiento de 153 personas.

Estos efectos secundarios se repiten en pacientes en España. “A los dos o tres meses del alta, cerca de la mitad de los pacientes siguen con síntomas y el más frecuente es la disnea, es decir, la sensación de falta de aire”, asegura a SINC Jaime Signes-Costa, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Clínico Universitario de Valencia que ha liderado un proyecto para ver qué ocurría con los pacientes ingresados por neumonía bilateral por SARS-CoV-2 en varios hospitales españoles.

El estudio, que ha contado con el apoyo financiero del Instituto de Salud Carlos III, muestra que muchas personas también se quejan de falta de energía cansancio muscular. “Estas últimas dolencias nos han sorprendido porque en las enfermedades respiratorias de causa viral los síntomas desaparecen a las pocas semanas”, cuenta Signes-Costa, también coordinador del Grupo de Investigación en Enfermedades Respiratorias del Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA).

Distintos enfermos, mismas secuelas

En el estudio irlandés, publicado en la revista Annals of the American Thoracic Society, se realizaron pruebas de esfuerzo físico, como andar durante seis minutos, a los pacientes que se habían restablecido. Más del 62 % de ellos sintió que no había recuperado la salud por completo. Otro 47 % dijo tener fatiga.

La mala salud, la fatiga y la dificultad para respirar son secuelas comunes, pero no están relacionadas con la gravedad inicial de la infección

Pero ¿qué personas tienden a sufrir más estas secuelas? “De momento no conocemos a priori qué pacientes seguirán con síntomas tras la desaparición del cuadro agudo y tampoco por qué ocurre”, admite Signes-Costa. Pero cada vez más investigaciones apuntan a que los efectos secundarios son comunes a todos los pacientes, independientemente de la gravedad de covid-19 que hayan padecido.

“La hipótesis con la que partíamos, ante la experiencia de anteriores epidemias de virus respiratorios, es que cuanto más severo era el cuadro agudo, más posibilidades de aparecer secuelas a corto y medio plazo había”, destaca a SINC el neumólogo español. Pero las secuelas de la covid-19 no son más frecuentes en pacientes más graves.

Los estudios demuestran que puede haber pacientes con una afectación leve que siguen presentando síntomas en los controles posteriores. Aunque aún no se conoce la explicación, una posible razón es que el receptor del virus (ACE-2) se encuentra en muchos órganos diferentes.

“Si bien es posible que los pacientes no experimenten una enfermedad grave durante la infección inicial, el efecto del impacto del virus en varios sistemas podría provocar síntomas prolongados”, informa a SINC Liam Townsend, también en el departamento de Medicina Clínica del Instituto Trinity de Medicina Traslacional del Trinity College.

Esta es una de las principales conclusiones de su estudio: la mala salud, la fatiga y la dificultad para respirar son secuelas comunes, pero no están relacionadas con la gravedad inicial de la infección.

“Además, los pacientes pueden perder su condición física después de la infección, ya que pueden haber estado encamados durante varios días o semanas en casa, y esto puede aumentar el tiempo de recuperación”, afirma Townsend.

Este fenómeno se observa en los pacientes de la segunda ola. “Hay personas que tuvieron una infección leve y siguen con sensación de cansancio y fatiga varias semanas después”, advierte el científico español.

Una lenta recuperación de los pulmones

A la fatiga y malestar general, se unen los efectos en los pulmones. Las pruebas de capacidad pulmonar en España mostraron que el 58 % de los pacientes recuperados tenía alterado el test de difusión pulmonar y cerca del 40 % seguía presentando lesiones en la radiografía de tórax.

Los pulmones parecen restablecerse con el tiempo, aunque aún falta por comprobar cuáles serán las secuelas a más largo plazo, a los doce meses del alta

“Todos estos pacientes se están siguiendo y ya tenemos datos a los seis meses, en los que parece haber una mejoría de todos los datos clínicos, radiográficos y de capacidad pulmonar”, añade el neumólogo español.

Los pulmones parecen restablecerse con el tiempo, o por lo menos los problemas observados en radiografías no persisten, aunque aún falta por comprobar cuáles serán las secuelas a más largo plazo, así como el porcentaje de pacientes que lo presentará. “Esta información la tendremos a los doce meses del alta hospitalaria”, indica Signes-Costa, cuyo estudio muestra los efectos al mes, tres meses, seis meses y año del alta.

En este sentido, aunque pocos estudios habían analizado hasta ahora el estado de los pulmones de los pacientes que han padecido covid-19, las radiografías realizadas son reveladoras. En el estudio liderado por Liam Townsend, el equipo observó una cifra muy baja (el 4 %) de radiografías de tórax anormales con la detección de fibrosis, es decir de infección persistente o cicatrices significativas en los pulmones.

“Esto resulta tranquilizador, ya que es poco probable que haya un daño significativo en los pulmones”, subraya el científico irlandés. Los hallazgos de los autores sugieren así que esta enfermedad no causa una fibrosis importante, según las cicatrices pulmonares observadas en las tomografías computarizadas. Con el tiempo, gran parte de la inflamación y las cicatrices del tejido pulmonar parecen repararse.

¿Se puede prevenir el impacto de la covid-19?

Uno de los objetivos de la comunidad científica es determinar qué pacientes tienen más posibilidad de presentar secuelas. Para ello, en el seguimiento que se realiza en España a las personas recuperadas tras el alta se hace una exploración clínica y una recopilación de datos en la historia clínica (anamnesis), se solicitan, además, pruebas respiratorias, tests de esfuerzo, radiografía y TAC de tórax y analítica con marcadores de fibrogénesis y metabolómica.

Además de los efectos físicos, a Signes-Costa le preocupan los psicológicos. “Pueden ser muy incapacitantes y están poco explorados, por eso hemos puesto en marcha un estudio para analizar la ansiedad, depresión y fobia social en pacientes que han tenido un ingreso por covid-19”

Pero por ahora, “desafortunadamente, no hay forma de predecir quién desarrollará síntomas persistentes, ni es posible prevenir su desarrollo”, señala Townsend, que insiste en la necesidad de realizar más estudios que analicen las razones por las que los pacientes desarrollan estos síntomas prolongados. “Una vez que entendamos eso, será posible tanto tratarlos como prevenirlos”, añade.

Además de los efectos secundarios físicos, a Signes-Costa le preocupan los psicológicos. “Pueden ser muy incapacitantes y además están poco explorados, por eso hemos puesto en marcha un estudio para analizar las alteraciones psicológicas, como ansiedaddepresiónfobia social, etc., que aparecen en pacientes que han tenido un ingreso hospitalario por covid-19”, informa a SINC.

Para los neumólogos, como las que han tratado a Antonio, que hasta la semana pasada se ha inyectado heparina para controlar los trombos de sus pulmones, el seguimiento del paciente es esencial, independientemente de la gravedad de la infección inicial. “Tendrá, además, implicaciones en el sistema sanitario, que sufrirá una mayor carga, porque aún no es posible predecir quién tendrá síntomas continuos”, concluye Townsend.

Fuente: SINC
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Algoritmos para estudiar el lenguaje ayudan a predecir mutaciones del coronavirus

La lucha constante entre los virus y nuestro sistema inmunitario guarda paralelismos con la forma en que interpretamos las palabras. Investigadores del MIT han aplicado herramientas de aprendizaje automático para identificar zonas proteicas que pueden ayudar al coronavirus y otros patógenos a escapar de los anticuerpos y de las vacunas.   

Imágenes de proteínas de virus de la gripe, VIH y SARS-CoV-2 con zonas coloreadas según su potencial para mutar y ‘escapar’ de la respuesta inmunitaria. / B. Hie et al.-MIT/Science

En 1950 Alan Turing, uno de los padres de la computación, predijo que las máquinas llegarían a competir con los hombres en “campos intelectuales» y planteó que incluso podrían aprender a entender y hablar inglés. Es un objetivo muy ambicioso, porque aunque las reglas gramaticales facilitan la construcción de oraciones, es muy difícil que logren inferir los significados.

En el lenguaje natural humano hay muchas formas de expresar la misma idea y a menudo las palabras usadas en un mismo contexto tienen significados parecidos. Sin embargo, pequeñas variaciones de letras pueden cambiar totalmente el sentido de una frase.

Investigadores del MIT han aplicado herramientas de procesamiento automático del lenguaje humano para identificar y predecir mutaciones que permiten al coronavirus, al virus de la gripe y al VIH escapar del sistema inmune

Para enfrentarse a estos retos y entrenar a las computadoras, los científicos han desarrollado herramientas de procesamiento del lenguaje natural basadas en el aprendizaje automático, y ahora, ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en EE UU) se han inspirado en ellas para aplicarlas en un campo totalmente diferente: aprender cómo escapan los virus a las defensas de nuestro organismo.

Basándose en cómo utilizamos las palabras, los investigadores presentan esta semana en la revista Science un nuevo método para identificar y predecir mutaciones (variaciones en la secuencia de aminoácidos de las proteínas) que permiten a los virus escapar de la inmunidad humana y las vacunas. De esta forma se podrían evitar o reducir las costosas técnicas experimentales que se usan actualmente con el mismo objetivo.

Consecuencias de cambiar una letra

Uno de los autores, Bryan Bryson, pone a SINC un ejemplo linguístico: “Consideremos la frase en inglés The boy pats the dog (el chico da palmaditas al perro). Con un único cambio en una letra podemos seguir preservando la gramática y la semántica: The boy pets the dog (el chico acaricia al perro), pero también perder la corrección gramatical: The boy patthe dog (patx no existe)”.

“Pero si, cambiando también solo un carácter, queremos que siga el conjunto de reglas del idioma inglés alterando sustancialmente el significado, podemos decir: The boy eats the dog (el chico se come al perro)». Nada que ver con las frases anteriores.

Como ocurre con el lenguaje, los virus pueden evadir la respuesta inmune mediante mutaciones conservando la ‘gramática o sintaxis’ biológica que gobierna su infectividad viral, pero alterando la ‘semántica’ de una secuencia proteica para no ser reconocida por los anticuerpos

De la misma manera, los autores han descubierto que los virus pueden escapar a la respuesta inmune mediante mutaciones que conservan la ‘gramática o sintaxis’ biológica que gobierna la infectividad viral, pero alterando la ‘semántica’ o significado de una secuencia proteica para que no sea reconocida por los anticuerpos y poder infectar a las células.

Esta capacidad de los virus representa un desafío importante en el desarrollo de vacunas y antivirales, particularmente en la creación de una universal contra la gripe, así como terapias efectivas para el VIH. En la pandemia de covid-19, este ‘escape viral‘ también se ha convertido en una preocupación urgente a la hora de buscar soluciones frente al coronavirus.

“Usando datos públicos (secuencias víricas en bruto sin procesar), demostramos que cuando en el modelo optimizamos un cambio semántico alto manteniendo alta la gramática, especialmente para el virus de la gripe, podemos identificar mutaciones ‘enriquecidas’ para ese escape viral”, comenta Bryson.

“Lo que mostramos en el artículo –continúa–, es que podemos localizar regiones o dominios que son más o menos propensas a escapar. Por ejemplo, mostramos que la ‘cabeza’ de la proteína hemaglutinina (HA) del virus de la gripe es más propensa a hacerlo que el ‘tallo’, y esto coincide con lo que los investigadores de la vacuna contra esa enfermedad han visto después de muchos ensayos”.

Predicciones para el coronavirus

Además de en proteínas del virus de la gripe, los resultados del modelo permitieron predecir con precisión mutaciones y regiones asociadas al escape inmune del virus VIH que causa el sida y el coronavirus responsable de la pandemia de covid-19.

“Para la proteína Spike del SARS-CoV-2, nuestro modelo predice que dos dominios de la proteína (el de la unión al receptor y el llamado N-terminal) son más propensos a escapar que otra región de la proteína llamada S2”, explica Bryson, “y podemos utilizar esta información para diseñar experimentos adicionales en el laboratorio y explorar a qué regiones proteicas se unen los anticuerpos terapéuticos o los generados por la vacuna”.

“La importancia de todo esto es que cuando estás diseñando un nuevo antiviral o desarrollando una vacuna, es posible que desees apuntar a zonas que son menos propensas a escapar, ya que esas regiones serán más estables a medida que pase el tiempo”, concluye el investigador del MIT.

 Proteína spike (que cubre la superficie del SARS-CoV-2 y le permite adentrarse e infectar las células humanas) codificada con colores según el potencial de escape predicho por el modelo.

Referencia:

Brian Hie, Ellen D. Zhong, Bonnie Berger y Bryan Bryson.»Learning the language of viral evolution and escape». Science, 2021

Fuente: SINC
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La agencia SINC organiza el ciclo de debates online ‘Lecciones de un año de periodismo en pandemia’

Con el apoyo de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), periodistas y responsables de comunicación en medios nacionales, locales y autonómicos, audiovisuales e innovadores reflexionarán sobre las dificultades y el aprendizaje adquirido en estos meses de cobertura informativa sobre la covid-19. Las sesiones podrán seguirse en directo a las 19:00 horas los días 20 y 27 de enero y 3 y 10 de febrero.

Cartel del ciclo.

La agencia de noticias científicas SINC de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), con el apoyo de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), ha organizado el ciclo de debates online ‘Lecciones de un año de periodismo en pandemia’, donde periodistas y responsables de comunicación reflexionarán sobre las dificultades y el aprendizaje adquirido en estos meses de cobertura informativa sobre la covid-19.

La epidemia de covid-19 y la emergencia social surgida a partir de ella han convertido la información científica en uno de los asuntos prioritarios en los medios de comunicación. Periodistas especializados, prensa generalista y comunicadores institucionales se han convertido en voces imprescindibles para la ciudadanía, que exige información rigurosa y veraz en momentos de incertidumbre.

Algunos de los temas que más interés informativo han suscitado en la ciudadanía y que han ocupado un gran espacio mediático han sido la mortalidad, la tasa de incidencia y cómo aplanar la curva; pero también otros, como los test de detección, las reinfecciones, los sistemas de ventilación, el sistema inmunitario, la física de los aerosoles, la historia de las pandemias o el desarrollo de vacunas y tratamientos.

El objetivo es poner en valor la experiencia y el conocimiento de los periodistas, tanto de los que estaban especializados en ciencia y salud como de los profesionales que han abordado estos temas a fondo por primera vez durante la pandemia

En este contexto, los medios especializados en ciencia, como la agencia SINC, han adquirido una relevancia y una exposición pública sin precedentes. Por otra parte, muchos periodistas de medios generalistas, locales o nacionales, en prensa escrita o audiovisual, así como de proyectos periodísticos innovadores, han hecho un curso acelerado de periodismo científico y sanitario, y han ejercido su profesión informando a la ciudadanía de forma responsable, con fuentes fiables y rigor.

El objetivo principal de estos encuentros es poner en valor la experiencia y el conocimiento de los periodistas, tanto de los que estaban especializados en ciencia y salud previamente como de los profesionales que han abordado estos temas a fondo por primera vez durante la pandemia; y a la vez fomentar en el público general el pensamiento crítico frente a la desinformación que las redes sociales y otros canales pueden generar.

Todas las sesiones podrán seguirse en directo a las 19:00 horas a través del canal de YouTube y el Facebook de SINC. El público podrá plantear preguntas en cada debate previa inscripción.

Cuatro debates y un cuaderno final

El primer debate, que girará en torno a los medios generalistas nacionales y estará moderado por Pampa García Molina (Agencia SINC), se celebrará el próximo miércoles 20 de enero y en él intervendrán Belén Remacha (eldiario.es), Isabel Valdés (El País Sociedad), Patricia Fernández de Lis (El País Materia) y Noemí Gómez (Agencia EFE). Formulario de inscripción  (abierto hasta el 19 de enero).

El segundo, que se llevará a cabo el 27 de enero, abordará los medios locales y autonómicos, y estará formado por Alfonso Alba (Cordópolis), Michele Catanzaro (El Periódico), Ana Blasco (El Faro de Vigo) y Myriam Sierra (Servicio Gallego de Salud), con la moderación de Eva Rodríguez (Agencia SINC). Formulario de inscripción (abierto hasta el 26 de enero).

El 3 de febrero se emitirá el tercer debate sobre medios audiovisuales con José Antonio Guardiola (RTVE), Margarita del Val (CSIC), Virginia Olmedo (Hospital Clínico San Carlos) y Susana Escudero (Canal Sur), que moderará Verónica Fuentes (Agencia SINC). Formulario de inscripción (abierto hasta el 2 de febrero).

El ciclo se cerrará el 10 de febrero con un último debate, moderado por Adeline Marcos (Agencia SINC), que tendrá como temática los medios innovadores. Para ello, se contará con Clara Jiménez Cruz (Maldita), Nuria Jar (Revista 5W), Antonio Delgado (Datadista) y Mario Viciosa (Newtral). Formulario de inscripción (abierto hasta el 9 de febrero).

Las conclusiones de este ciclo se recogerán en un documento que se publicará el próximo 11 de marzo, cuando se cumple un año desde que se declaró la pandemia.

Fuente: SINC
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Morir con humanidad: lo que hemos aprendido de la primera ola y lo que queda por mejorar

Miles de familias no pudieron despedirse de sus seres queridos durante el inicio de la pandemia. En los últimos meses, a pesar de vivir una nueva escalada de casos, sanitarios y asociaciones de familiares confirman que la situación ha mejorado en hospitales y residencias, aunque los cuidados paliativos siguen siendo insuficientes.

Una mujer visitaba la tumba de sus familiares en el cementerio de San Fernando en Sevilla con motivo de las fiestas de todos los Santos de 2020. EFE/ Raúl Caro

Noelia es neurocirujana y vive con sus hijos en Noruega. El resto de su familia está en España y hace unas semanas les golpeó de lleno la pandemia. Su padre y su hermano, con síndrome de Down, ingresaron en la UCI del Hospital Comarcal Santa Ana de Motril (Granada) con respiración asistida, su hermana estaba muy grave en planta y su madre, confinada en casa. Todos con prueba positiva de covid-19.

Noelia vino a Granada y, gracias al personal de la UCI, pudo estar presente cuando a su hermano le retiraron el respirador. “Pude darle la calma de una cara conocida y la posibilidad de expresarse con sus gestos hasta que lo trasladaron a planta”, cuenta a SINC. Agradece mucho a los médicos que lo trasladaran a la misma habitación que su hermana.

“La experiencia de estar a su lado en su trayectoria final ha supuesto para mí y para mi familia la gota de paz que necesitábamos para despedirlo con dignidad”, afirma Noelia

Lamentablemente, su padre falleció tras 17 días ingresado en la UCI. Su madre, que dio negativo en covid-19 poco antes de que muriera su marido, pudo acompañarlo en sus últimos momentos, y también Noelia. “La experiencia de estar a su lado en su trayectoria final ha supuesto para mí y para mi familia la gota de paz que necesitábamos para despedirlo con dignidad”, afirma.

Tanto ella como su madre contaron con equipos de protección individual (EPI) en todo momento y se sintieron seguras, aunque Noelia, dada su profesión, tiene asumido el riesgo de infección que conlleva su día a día. “El miedo al contagio no fue un impedimento para hacer lo que creí correcto: masajearle sus dedos hinchados, contarle cómo evolucionaba el niño de la casa, ponerle la canción que más le emocionaba o transmitirle que mi madre estaba en casa esperando que todo saliera lo mejor posible pero que aún no podía visitarlo”, describe.

Tras las miles de familias que no pudieron acompañar a sus familiares fallecidos en la primera ola, hoy casos como el de Noelia son más comunes en nuestro país. Lo confirman los expertos consultados por SINC. “En general, en esta segunda ola se ha intentado que, en estos momentos tan difíciles, los pacientes estén bien informados y se les permitan las visitas de sus familiares para despedirse”, señala a SINC María Cruz Martín Delgado, expresidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

Según la especialista esto requiere ciertas precauciones, como tener los circuitos de visitas establecidos para hacerlo con la máxima seguridad y disponer de equipos de protección individual para los familiares.

Un protocolo que contempla la humanización

El pasado mes de julio, una vez que concluyó la devastadora primera ola, la SEMICYUC, la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC) y la Federación Panamericana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (FEPIMCTI) publicaron el Plan de desescalada para los servicios de medicina intensiva tras la pandemia producida por la COVID-19Uno de los puntos está dedicado a la humanización de los cuidados intensivos.

Miembros del equipo de Proyecto HU-CI, creado y dirigido por Gabriel Heras, participaron en su redacción. “Se facilitan actuaciones protocolizadas para que no vuelvan a ocurrir las desgracias que vivimos en la primera ola. Nadie debería morir solo, salvo que sea su deseo. Ni el propio coronavirus ni nadie nos debería robar la humanidad”, indica a SINC Heras, que actualmente es el Jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Intensiva del Área Sur de Granada en el Hospital Comarcal Santa Ana de Motril.

“Se facilitan actuaciones protocolizadas para que no vuelvan a ocurrir las desgracias que vivimos en la primera ola. Nadie debería morir solo, salvo que sea su deseo”, indica Heras

El intensivista formó parte del equipo de médicos que atendieron a la familia de Noelia. “Pudo entrar a acompañar a su hermano y nos ayudó en el proceso de la retirada de la ventilación mecánica tranquilizándole”, recuerda. Aunque su padre lamentablemente falleciera, Heras recalca la importancia de que su hija pudiera acompañarlo y despedirse de él.

El plan de desescalada publicado por las sociedades médicas hace hincapié precisamente en esto, en que se permita el acompañamiento familiar dentro del box o a pie de cama cuando el paciente esté en proceso de morir. También si son pacientes de muy larga estancia o menores de edad, entre otros supuestos.

Eso sí, el documento recoge que si escasearan los EPI, como ocurrió en la primera ola, “las visitas deberían restringirse totalmente hasta que dicho problema se resolviera ya que, durante ese tiempo, se debe garantizar el abastecimiento de EPI para los profesionales”.

Hoy por hoy, no hay escasez de materiales, según los intensivistas. “Afortunadamente no estamos teniendo problemas en el abastecimiento de los recursos materiales y eso facilita la presencia y participación de las familias”, apunta Heras.

Sin despedida el duelo se complica

En la consulta del psicólogo Ricardo de Pascual han aumentado los casos de pacientes que acuden a terapia porque no han podido despedirse de sus familiares como consecuencia de la pandemia. El psicólogo explica que aunque, todos hemos sufrido pérdidas en mayor o menor medida a lo largo de la vida, el número de personas que ha vivido situaciones dramáticas y, sobre todo, inéditas en su vida ahora ha crecido.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística cifran el exceso de mortalidad de enero a mayo de 2020 en 43.537 muertos respecto a 2019, lo que supone un 23,2 % más de defunciones. Por sexo, fallecieron un 24,6 % más de mujeres y un 21,9 % más de hombres.

“Habitualmente nos podemos enfrentar a las situaciones que vivimos, entre otras cosas, porque tenemos modelos de procedimiento. En esta situación no es así. La inmensa mayoría de nosotros no habíamos vivido algo así y eso puede ser muy problemático”, asegura a SINC De Pascual, que es psicólogo en el Instituto Terapéutico de Madrid y profesor en la Universidad Europea de Madrid.

Los datos del INE cifran el exceso de mortalidad de enero a mayo de 2020 en 43.537 muertos respecto a 2019, lo que supone un 23,2 % más de defunciones

Cuando fallece un ser querido experimentamos un proceso de duelo, que es diferente según cada persona. El especialista señala que en todas las culturas existe un cierto ritual que rodea a la muerte y se nos enseña desde pequeños qué es lo que tenemos que hacer, decir o sentir cuando alguien fallece. “Hay un cierto consuelo en ese ritual”, comenta.

Con la primera ola, esos rituales se vieron suspendidos para contener la expansión del coronavirus y eso impidió que esos simbólicos consuelos hicieran su efecto en los allegados. “A muchas personas, esta soledad del difunto en el momento de su agonía y muerte les ha afectado profundamente”, asevera.

Él es una de esas personas que no pudo despedirse de su familiar al principio de la pandemia. Su abuelo falleció con covid-19 en un hospital madrileño. Pudo despedirse de él su tía, pero no le permitieron ni tocarle ni acercarse y él estaba sedado. “Mi abuela, que llevaba casada con él casi 70 años, no pudo ir ni despedirse [se encontraba en cuarentena]. Eso fue muy duro para ella, igual que no poder consolarle”, se lamenta.

En el momento de la cremación, los familiares se conectaron en videollamada para estar juntos, aunque De Pascual no sabe si fue mejor o peor. “Fue durísimo vernos todos así, sin poder tocarnos ni abrazarnos”, alega. Más de un mes después, se celebró el entierro y es cuando pudo ver a su familia.

El último adiós en las residencias

Además de las personas ingresadas en hospitales, las que vivían en residencias tampoco pudieron despedirse de sus familiares en la primera ola. Según un informe de Amnistía Internacional, se vulneraron al menos cinco derechos humanos en estos mayores.

“En las residencias se ha violado el derecho a la salud, a la vida y a la no discriminación de las personas mayores. Además, las decisiones de las autoridades han impactado también en el derecho a la vida privada y familiar y en el derecho a tener una muerte digna”, denunciaba Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

“En las residencias se ha violado el derecho a la salud, a la vida y a la no discriminación de las personas mayores”, denunciaba Esteban Beltrán

El no derivar a hospitales a muchos de estos enfermos, aislándolos en sus habitaciones, es algo que, en algunos casos, está en manos de los tribunales. En esta segunda ola, desde la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias (PLADIGMARE) confirman a SINC que ninguno de sus asociados les ha comunicado que a sus familiares se les haya vetado la derivación hospitalaria.

Luz Cabello, la vicepresidenta de PLADIGMARE, recuerda que, tras numerosas peticiones por parte de la asociación y de otras familias, hacia el final de la primera ola –a mediados de mayo–, se empezó a permitir a un familiar pasar a algunas residencias con los correspondientes EPI para despedirse de algún residente. “Que se permita la despedida es una mejora pero que nos parece tan básica que lo sorprendente es que no se tuviera en consideración, que hubiera que luchar por ello”, resalta.

Desde el Consejo General de Enfermería (CGE), que representa a todas las enfermeras de España incluidas las que trabajan en centros sociosanitarios y ámbito residencial, destacan que en esta segunda ola se han establecido pautas de actuación que han mejorado “un poco” estas circunstancias.

“Las instrucciones establecidas en cada comunidad autónoma han evitado, dentro de lo posible, el aislamiento total de las personas mayores”, puntualiza Guadalupe Fontán

“Las instrucciones establecidas en cada comunidad autónoma, en general y ante la importancia de las situaciones vividas en la primera ola han evitado, dentro de lo posible, el aislamiento total de las personas mayores, excepto en casos de brote en algún centro aislado, en el que las medidas han tenido que ser más restrictivas, pero sin llegar a lo ocurrido en la primera ola”, puntualiza a SINC Guadalupe Fontán, enfermera en el Instituto de Investigación Enfermera del CGE.

La sanitaria confirma que esta vez no ha habido problemas con los EPI pues, además de tener más existencias en el mercado, las comunidades autónomas se han aprovisionado y, por el momento, no les han notificado que haya habido deficiencias.

Familiares de residentes fallecidos en la residencia Adolfo Suárez de Madrid les rinden un homenaje colocando símbolos elaborados por ellos mismos en las inmediaciones del centro, acompañados por miembros de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (Plagdimare). EFE/Víctor Lerena

Familiares de residentes fallecidos en la residencia Adolfo Suárez de Madrid les rinden un homenaje colocando símbolos elaborados por ellos mismos en las inmediaciones del centro, acompañados por miembros de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (Plagdimare). EFE/Víctor Lerena

Los paliativos, la asignatura pendiente

Todos los especialistas consultados por SINC coinciden en algo que todavía hace falta mejorar en este punto de la pandemia: los cuidados paliativos. Estos cuidados están dirigidos a proporcionar bienestar y soporte a los pacientes y a sus familias en las fases finales de una enfermedad terminal.

Su objetivo es tratar de conseguir que los enfermos pasen la fase final de sus vidas conscientes y libres de dolor, con los síntomas bajo control, para que sus últimos días puedan discurrir con dignidad, rodeados de la gente que les quiere.

El equipo de paliativos engloba a profesionales de diferentes disciplinas como la medicina, la enfermería, la psicología y el trabajo social. Antes de la pandemia, la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) ya denunciaba que sus recursos eran insuficientes y cifraba en 80.000 las personas que fallecían cada año sin tener acceso a los paliativos que necesitaban.

Para García Salvador, los protocolos actuales de despedida de pacientes con covid-19 siguen siendo insuficientes

“Esto con la covid-19 se ha agravado, pero lo recursos no se han aumentado”, subraya a SINC Isidro García Salvador, vicepresidente de SECPAL y enfermero. Desde su punto de vista, los protocolos actuales de despedida de pacientes con covid-19 siguen siendo insuficientes, al limitarse estas visitas a momentos muy cortos y puntuales, en el momento final.

“Creo que el sistema está cometiendo los mismos errores. Cuando en mi hospital dijeron que se prohibían las visitas pusimos el grito en el cielo”, declara. García Salvador es uno de los autores de una investigación publicada en Medicina Paliativa en la que, durante la primera ola, estudiaron cómo había sido el acompañamiento y la despedida de pacientes con y sin covid-19 en hospitales, residencias y centros sociosanitarios españoles. Para ello realizaron encuestas online a 335 enfermeras.

Las conclusiones fueron demoledoras: el 52,4 % afirmó haber encontrado algún paciente fallecido al entrar en su habitación. En cuanto a las despedidas, en los casos con covid-19 casi la mitad no pudo despedirse de sus familiares. Esa proporción era menor (cercana al 20 %) en pacientes sin la enfermedad. No han repetido el estudio en esta segunda ola.

“A los pacientes con covid-19 te decían que entraras a lo estrictamente necesario, pero cuando hablamos de cuidar todo es estrictamente necesario”, aduce el vicepresidente de SECPAL, que muestra frustración en sus palabras porque, aunque hacen lo que pueden, “nunca es suficiente”.

Huella psicológica en los sanitarios

¿Cómo afecta al personal sanitario haber tenido que sustituir a los familiares en esos momentos tan duros? En el plan de desescalada publicado en julio por las sociedades de medicina intensiva, los especialistas aseguran que la falta de comunicación entre pacientes y familiares aumentó el estrés y la ansiedad de los profesionales sanitarios.

Junto al estrés físico debido a la alta carga de trabajo, el estrés psicólogo les ha golpeado de lleno, propiciado por diferentes motivos, entre ellos, la soledad y el aislamiento de los pacientes, la dificultad para ofrecer los mejores cuidados, incluidos los del final de la vida, y la exposición al dolor y a la muerte.

Una investigación publicada en JAMA Network Open reveló que en más de 1.200 profesionales sanitarios de China que trataron a pacientes con SARS-CoV-2 al inicio de la pandemia, la mitad mostró ansiedad y depresión, más de un 70 % sufrió estrés y casi un 35 % padeció insomnio. En España, otro estudio mostró que más del 70 % de los sanitarios confirmó haber sufrido un impacto psicológico grave en ese período.

“Durante estos meses hemos visto una elevada mortalidad en muchas unidades y en plantas de hospitalización lo que ha llevado a que muchos profesionales vivieran situaciones muy estresantes que han ocasionado sufrimiento moral, cuidados percibidos como inapropiados y fatiga por compasión”, recalca la expresidenta de la SEMICYUC. “Todo ello puede llevar a medio y largo plazo a un desgaste profesional”, sostiene.

Los especialistas consideran “un imperativo ético” proporcionar cuidados paliativos de alta calidad para todos los pacientes que tienen probabilidades de morir, con independencia de la edad. Eso incluye que las familias visiten y participen en las decisiones de salud de sus seres queridos y es algo que ningún virus debería volver a arrebatar.

Fuente: SINC
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La Fundación BBVA premia a los científicos que cambiaron el paradigma de la actuación frente a la crisis climática

Neil Adger, Ian Burton y Karen O’Brien han sido reconocidos con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático por incorporar la dimensión social a la ciencia del cambio climático con el estudio de las adaptaciones a impactos inevitables. Los tres galardonados son figuras clave en la incorporación de recomendaciones sobre medidas de adaptación en los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas.

De izquierda a derecha, Neil Adger, Ian Burton y Karen O’Brien, premiados por la Fundación BBVA. / FBBVA

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático ha sido concedido en su decimotercera edición a Neil AdgerIan Burton y Karen O’Brien por cambiar el paradigma de la actuación frente al cambio climático, previamente limitada a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, al incorporar el concepto de adaptación a los impactos inevitables.

Este año el galardón reconoce la aportación de las Ciencias Sociales con tres investigadores que han liderado el estudio de cómo las condiciones sociales y la culturales determinan nuestra vulnerabilidad al cambio climático

Este año el galardón reconoce la aportación de las Ciencias Sociales, premiando a tres investigadores que han liderado el estudio de “cómo las condiciones sociales y la culturales determinan nuestra vulnerabilidad al cambio climático y nuestra capacidad de adaptación”, según ha destacado el jurado.

A lo largo de las últimas décadas, la evidencia científica ha demostrado que la crisis climática avanza a un ritmo más rápido de lo esperado. Ese conocimiento ha permitido diseñar escenarios futuros que ayudan a prever el efecto del cambio climático en diferentes regiones del planeta, y cómo puede impactar sobre sus poblaciones.

Adaptarse a unos efectos ya inevitables

El geógrafo Ian Burton (Derby, Reino Unido, 1935), profesor emérito de la Universidad de Toronto, Canadá, llegó al desafío del cambio climático desde la investigación sobre desastres naturales, y fue pionero a la hora de promover el concepto de ‘adaptación’ para hacer frente a los efectos del cambio climático que, a la luz de las previsiones, son ya inevitables.

Burton impulsó una nueva área de investigación para definir las mejores estrategias de adaptación en infraestructuras, urbanismo, agricultura y arquitectura

Burton impulsó así, desde las primeras reuniones internacionales sobre el clima, una nueva área de investigación para definir las mejores estrategias de adaptación en infraestructuras, urbanismo, agricultura y arquitectura, entre otros ámbitos, y que deben ir en paralelo a los esfuerzos para mitigar el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

A mediados de los años 90, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ya incluyó la adaptación como ámbito de estudio de uno de sus Grupos de Trabajo. Tanto Burton como Adger y O’Brien han ejercido, a lo largo de su carrera, un papel de liderazgo en el trabajo de este grupo. Posteriormente, en 2013, la Comisión Europea desarrolló la estrategia de adaptación al cambio climático que los países integrantes de la Unión Europea, entre ellos España, han traspuesto a nivel nacional.

Adger, Burton, y O’Brien “enfatizan la importancia de la interacción entre el cambio ambiental y la globalización”, así como la necesidad de “incorporar la dimensión cultural y, centralmente los valores” a los esfuerzos de adaptación a los impactos del cambio climático que ya no se pueden detener. La investigación de los premiados, que han colaborado en numerosas ocasiones, ha sido instrumental a la hora de trasladar el conocimiento a la toma de decisiones, incorporando el ángulo de análisis propio de las ciencias sociales.

En un principio, el concepto de adaptación no fue fácilmente aceptado. Como explicó ayer por videoconferencia Burton tras conocer el fallo, quienes destacaban la necesidad de las medidas de mitigación –es decir, la reducción de emisiones de gases invernadero– consideraban contraproducente hablar de adaptación.

“Argumentaban que con la mitigación no sería necesaria la adaptación; pero yo defendí, basándome en las evidencias obtenidas en mi investigación, que necesitábamos tanto medidas de adaptación como de mitigación, porque no era posible mitigar lo bastante rápido como para evitar algunos impactos”, señaló.

Migraciones por impactos climáticos

Neil Adger (Ballymena, Irlanda del Norte, Reino Unido, 1964) ha concentrado su investigación en uno de los principales efectos sociales del cambio climático: las migraciones. Gran parte del trabajo de Adger, catedrático de Geografía Humana en la Universidad de Exeter (Reino Unido), incluye la toma de datos sobre el terreno, con la realización de encuestas y entrevistas a población local en países como Vietnam y Bangladesh.

El grado de vulnerabilidad de una población al cambio climático depende muy directamente de medidas sociales y políticas

Sus conclusiones muestran que el grado de vulnerabilidad de una población al cambio climático depende muy directamente de medidas sociales y políticas, no únicamente del clima en sí.

El galardonado, contactado tras el fallo, resaltó que aunque los migrantes raramente mencionan de manera explícita la emergencia climática como causa de su decisión, sí que la atribuyen al dramático deterioro de fuentes tradicionales de recursos, como la agricultura, están asociados en muchos casos al clima.

Adger cree que además de actuar sobre los espacios naturales, las estrategias de adaptación deben fijarse también en las ciudades: “El flujo migratorio que predomina en todo el mundo es el movimiento de las zonas rurales a las ciudades. El cambio climático acelera este proceso, porque sus impactos restan atractivo a las zonas rurales. Las ciudades son un punto clave en la adaptación al cambio climático; necesitamos que se preparen, que planifiquen cómo adaptarse al cambio climático para resistir mejor a esta amenaza”.

También Karen O’Brien (Aquisgrán, Alemania, 1963), catedrática de Geografía Humana de la Universidad de Oslo, Noruega, investiga el impacto en poblaciones vulnerables que, según su trabajo, están sometidas a una doble exposición: al cambio climático y a la globalización.

Según explicó ayer, “si en la fotografía una doble exposición se refiere a dos imágenes que se solapan y crean una imagen borrosa, con este concepto expresamos cómo los procesos de globalización y del cambio climático se superponen y crean desigualdad. Ambos procesos no solo se solapan, sino que se retroalimentan”.

La investigación de O’Brien se refiere además al concepto de adaptación introducido por Burton desde una perspectiva psicosocial y cultural. La científica habla de tres esferas de adaptación para llegar a la transformación que requiere el reto del cambio climático.

“El cambio climático es un problema que trasciende al medio ambiente; es un reto social y cultural. La adaptación ante los efectos del cambio climático requiere una transformación profunda en tres esferas –la práctica, la política y la personal– que interactúan entre sí. La práctica atañe a la tecnología y el comportamiento, la política a las estrategias y medidas concretas, y la personal a los valores. Esta transformación debe promoverse por tanto desde el ámbito tanto colectivo como individual”, reconoció.

“El cambio climático es un problema que trasciende al medio ambiente; es un reto social y cultural”, reconoció O’Brien

O’Brien defiende que uno de los motores más potentes para esta transformación proviene de la educación, al igual que de los medios de comunicación como difusores del conocimiento sobre cambio climático basado en la evidencia.

Una situación de “urgencia”

Los tres galardonados coinciden en que la investigación y las acciones dirigidas tanto a la adaptación como a la mitigación revisten la mayor gravedad y exigen respuestas urgentes basadas en el mejor conocimiento. “No debemos subestimar la importancia y la urgencia del cambio climático”, señala Burton. En su opinión, “no estamos haciendo lo bastante ni en mitigación, ni en una adaptación que sea sostenible, es decir, que no revierta en un mayor impacto”.

Aun así, Burton se declara, “con cautela”, esperanzado: “El actual movimiento de protesta juvenil refleja una creciente concienciación de la sociedad hacia las poblaciones que están sufriendo incendios, tormentas extremas y sequía en otras zonas del mundo”.

Según el investigador, “es importante señalar que el sector privado, que durante mucho tiempo ha evitado expresar preocupación sobre el cambio climático, ahora está empezando a cambiar su visión, y me refiero en particular a los grandes inversores que se están dando cuenta de que deben empezar a invertir más en energías renovables”.

Fuente: FBBVA
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Las personas asintomáticas transmiten el coronavirus en el 59 % de los casos

¿Qué proporción de la propagación de la covid-19 está asociada con los pacientes sin síntomas? La revista JAMA Network Open recoge un modelo analítico que apunta cómo la transmisión de las personas asintomáticas representa más de la mitad de todos los casos.

El uso de mascarillas, la higiene de las manos y el distanciamiento social seguirán siendo fundamentales para frenar la propagación de la enfermedad. / Pixabay

A medida que la covid-19 comenzó a propagarse en el mundo los científicos observaron que, a diferencia del coronavirus causante del brote de 2003, el contagio del SARS-CoV-2 no podía contenerse mediante la detección basada únicamente en los síntomas.

Según las publicaciones científicas de la época, en el SARS-CoV de 2003 las infecciones asintomáticas y clínicamente leves eran poco comunes. Además, no se comunicaron casos de transmisión antes de la aparición de los síntomas. Sin embargo, el nuevo coronavirus se propagó más rápidamente que el anterior y las pruebas han demostrado que sí se transmite de personas sin síntomas.

La identificación y el aislamiento solamente de los individuos con síntomas de covid-19 no conseguirán controlar la propagación actual de la pandemia, concluyen los autores

Lo que falta por conocer con exactitud es la proporción de contagios de covid-19 asociada con estos pacientes. La revista JAMA Network Open acaba de publicar una investigación que apunta cómo la transmisión de las personas sin síntomas representa más de la mitad de todos los casos.

Sus autores, científicos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU), afirman que la identificación y el aislamiento solamente de los individuos con covid-19 sintomático no conseguirán controlar la propagación actual del SARS-CoV-2.

La transmisión por parte de personas infectadas pero que no presentan ningún síntoma puede surgir de dos estados de infección diferentes: individuos presintomáticos (que son infecciosos antes de desarrollar síntomas) e individuos que nunca experimentan síntomas (infecciones asintomáticas o nunca sintomáticas).

Los expertos analizaron la cantidad relativa de contagio de pacientes presintomáticos, nunca sintomáticos y sintomáticos en distintos escenarios en los que la proporción de transmisión de personas que nunca desarrollan síntomas (es decir, permanecen asintomáticas) y el período infeccioso variaron según las mejores estimaciones publicadas.

La importancia de las personas sin síntomas

La hipótesis de base del modelo fue que la capacidad de infección máxima se produce en la mediana de la aparición de los síntomas, que el 30 % de los individuos con infección nunca desarrollan síntomas y que el 75 % son tan infecciosos como los que sí desarrollan síntomas. Combinados, estos supuestos de base implican que las personas con infección que nunca desarrollan síntomas pueden representar aproximadamente el 24 % de toda la transmisión.

Así, los resultados muestran cómo el 59 % de toda la transmisión proviene de la transmisión asintomática, según el escenario de referencia del modelo. Por otro lado, el 35 % de los nuevos casos proceden de personas que infectan a otras antes de mostrar síntomas (individuos presintomáticos); y el 24 %, de personas que nunca desarrollan síntomas.

La transmisión por parte de personas infectadas pero que no presentan ningún síntoma puede surgir de los individuos presintomáticos (que son infecciosos antes de desarrollar síntomas) y los asintomáticos

“Bajo una amplia gama de valores para cada uno de estos supuestos, se estima que al menos el 50 % de las nuevas infecciones por SARS-CoV-2 se originaron por exposición a individuos con infección pero sin síntomas”, exponen los científicos de los CDC.

Los autores aseguran que, además de la identificación y el aislamiento de las personas con covid-19 sintomático, para controlar eficazmente la propagación será necesario reducir el riesgo de transmisión de las personas infectadas que no presentan síntomas.

“Medidas como el uso de mascarillas, la higiene de las manos, el distanciamiento social y las pruebas estratégicas de las personas que no están enfermas seguirán siendo fundamentales para frenar la propagación de la enfermedad hasta que se disponga de vacunas seguras y eficaces y que estas se utilicen ampliamente”, concluyen.

Referencia:

Jay C. Butler et al.: SARS-CoV-2 Transmission From People Without COVID-19 Symptoms. JAMA Netw Open 2021;4(1):e2035057. doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.35057

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.