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Por qué, pese a los estudios, no sabemos de ningún suplemento que ayude frente a la covid

Una investigación ha encontrado que ciertos suplementos como la vitamina D podrían disminuir el riesgo de contagiarse por el nuevo coronavirus. Sin embargo, es un trabajo del que no se pueden extraer conclusiones: ningún complemento aislado ha demostrado mejorar la inmunidad. Explicamos qué estudios permiten sacar según qué mensajes y qué podemos hacer realmente para optimizar nuestras defensas.

Las decenas y decenas de ensayos clínicos que se han realizado sobre los beneficios de los suplementos vitamínicos para la covid han fracasado en general. / Adobe Stock

Las ventas de suplementos alimenticios, que ya eran altas, se dispararon con la pandemia. En el Reino Unido, el mercado de las multivitaminas creció casi un 100 % en marzo del año pasado. En Estados Unidos, la demanda de suplementos de zinc fue un 400 % mayor la primera semana de aquel mes. Todo ello sin que ningún complemento aislado haya demostrado mejorar la inmunidad, salvo en casos de déficit particular.

Ahora, un nuevo estudio con más de 300.000 voluntarios muestra que tomar multivitaminas, probióticos, pastillas de omega3 o suplementos de vitamina D se asocia con una reducción en aproximadamente el 10 % de infectarse con el nuevo coronavirus.

Un estudio con más de 300.000 voluntarios muestra que tomar suplementos se asocia con una reducción en 10 % de infectarse de coronavirus. Pero los propios autores dicen que el diseño del trabajo “no permite inferir causalidad”

¿Hay motivos para deshacernos del escepticismo, para lanzarnos a las calles y suplementarnos? Por muchas razones, no. Como dicen los propios autores del trabajo: “El diseño de nuestro estudio no permite inferir causalidad”, se necesitan otro tipo de ensayos “antes de poder hacer cualquier tipo de recomendación”.

Su trabajo, sin embargo, sí es una buena oportunidad para analizar qué tipo de estudios permiten sacar según qué conclusiones. Y para recordar lo que sí sabemos que puede mejorar la inmunidad.

El estudio

Investigadores del King´s College de Londres colaboraron para lanzar una app y estudiar los síntomas de la covid al comienzo de la pandemia. Entre los muchos datos recogidos de los voluntarios estaba si en algún momento daban positivo en un test de covid, pero también si tomaban algún tipo de suplemento alimenticio (casi la mitad de ellos lo hacían).

Con esa información vieron que había una reducción del riesgo de ser positivo entre un 9 y un 14 % si se tomaban complementos como probióticos, ácidos omega 3, multivitaminas o vitamina D. Por el contrario, no vieron que el riesgo fuera menor con la vitamina C, el zinc o suplementos con extracto de ajo.

Las personas que consumen suplementos podrían estar más preocupadas por su salud, por lo que toman más precauciones para evitar infectarse e incluso tienen hábitos más saludables. Además, podría haber un factor socioeconómico: seguramente pertenezcan a una clase social más alta

“Este tipo de estudios permiten formular hipótesis, pero no establecer conclusiones”, asegura Moisés Labrador, especialista en inmunología y alergología en el Hospital Vall d´Hebron de Barcelona. Se llaman estudios observacionales y, como apunta José Antonio Riancho, catedrático de medicina y jefe de sección de Medicina Interna en el Hospital de Valdecilla de Santander, en general “no permiten establecer que hay una relación causal: las personas que toman suplementos podrían no ser iguales ni comparables a aquellas que no las toman”.

En la jerga, esto se conoce como factores de confusión. Por ejemplo, las personas que consumen suplementos podrían estar más preocupadas por su salud, por lo que toman más precauciones para evitar infectarse e incluso, muy posiblemente, tienen hábitos más saludables. Además, podría haber un factor socioeconómico: quienes compran suplementos seguramente pertenezcan a una clase social más alta en general y, por diferentes razones, los contagios son más frecuentes entre las clases desfavorecidas. En palabras del estadístico Kevin McConway, “las diferencias en el riesgo de contagio podrían deberse, al menos en parte, a los suplementos. Pero también es posible que se deban completamente a otras cosas”.

“Cuando explico esto a mis alumnos suelo poner un ejemplo tonto, pero creo que es útil”, apunta Riancho. “La mayor parte de los toreros son morenos. ¿Significa esto que el pelo moreno influye en ser torero? Evidentemente no. Lo que sucede es que el toreo es algo más típico de países latinos, donde hay menos personas rubias”.

Aunque la estadística puede usarse para corregir parte de estas variaciones, “el ajuste del estudio es muy parcial”, apunta Labrador, “y hay muchas más variables que no se pueden tener en cuenta”.

La mayor parte de los toreros son morenos. ¿Significa esto que el pelo moreno influye en ser torero? Evidentemente no. Lo que sucede es que el toreo es algo más típico de países latinos, donde hay menos personas rubias

ose Antonio Riancho, catedrático de Medicina

Hay más limitaciones en el trabajo, como el hecho de los datos sean a través de encuestas, que no se tengan en cuenta las dosis de los suplementos ni, en muchos casos, su composición. O que la asociación tenga lugar solo en mujeres, y no en hombres. “Los autores intentan formular hipótesis para explicarlo, pero no hay una base biológica clara, la verdad”, explica Riancho.

¿Cómo debería comprobarse, entonces? Idealmente, a través de un ensayo clínico lo suficientemente potente y bien diseñado —en realidad, a través de varios— que confirmara lo observado. En ese tipo de estudio se establecerían a priori y al azar dos grupos de voluntarios, lo que los haría más homogéneos. Su clase social, sus preocupaciones y hábitos se repartirían aleatoriamente. Entonces, a un grupo se le daría una dosis conocida de un suplemento y al otro un placebo. Nadie sabría lo que estaría tomando (tampoco quien les dé las pastillas), por lo que no alterarían sus comportamientos en base a ello. Al cabo de un tiempo, se analizarían los resultados.

Esto es lo que se ha hecho en muchas otras ocasiones, aunque no haya dado apenas tiempo con la covid. Y, en general, ha llevado a decepciones. Un ejemplo de libro ha sido, precisamente, el de la vitamina D.

El boom de la vitamina D y un baño de realidad

La vitamina D tenía una fascinante y casi insuperable narrativa de presentación. Apenas se obtiene de la dieta, sino que se produce en la piel al contacto con el sol. Al alejarnos de la vida al aire libre y pasar más tiempo encerrados en interiores, era lógico pensar que sus niveles se iban a resentir.

Los estudios de observación encontraron que valores bajos de vitamina D se asociaban con todo tipo de males, desde cáncer hasta depresión. ¿Podemos mejorar la salud global usando un simple suplemento? No, y los ensayos clínicos en este sentido han fracasado

Además, no se trata de una vitamina como tal, sino de una hormona con múltiples funciones más allá de su conocido papel sobre el calcio y la salud de los huesos, incluida una relación con la inmunidad. Los estudios de observación encontraron que valores más bajos de vitamina D se asociaban con todo tipo de males: desde el cáncer a la diabetes, pasando por la depresión, el riesgo de infecciones o incluso el de alzheimer. ¿Sería tan sencillo mejorar la salud global usando un simple suplemento?

No lo era. Las decenas y decenas de ensayos clínicos que se han realizado han fracasado en general. “Hay distintas hipótesis que podrían explicarlo”, comenta Riancho. Una de las que mejor encajaría y que cada vez está más extendida es que los valores bajos de vitamina D no actuarían como un factor causal claro, sino que se trataría de “un marcador de mala salud, un marcador de fragilidad”. De hecho, sus niveles disminuyen cuando tienen lugar enfermedades con una inflamación importante, pero no es la disminución la que provoca la enfermedad.

Una de las hipótesis cada vez más extendida es que los valores bajos de vitamina D no actuarían como un factor causal claro, sino como un marcador de mala salud

Otras hipótesis no excluyentes tienen que ver con el metabolismo de la vitamina, que es complejo y comprende toda una serie de pasos de activación y regulación. “Quizás los suplementos empleados no mejoran su actividad”, apunta Riancho. Además, “podría ser que tuviera un efecto umbral: cuando se alcanza un nivel, no se producen mejoras por más que lo aumentemos. Es como si damos hierro para corregir una anemia.

Una vez que hay suficiente ya no se producen más glóbulos rojos, por más hierro que añadas”. Por otro lado, “no tiene mucho sentido que se hable de que en países en latitudes como la de España hay un 70 % de personas con déficit de vitamina D. Hay mucha discusión sobre cuáles son realmente los valores normales”, añade Labrador.

Sin pruebas contra la covid

Curiosamente, uno de los pocos efectos que mostraron los ensayos clínicos de la vitamina D fue reducir el riesgo de infección respiratoria, aunque “el efecto es muy moderado y tampoco está del todo aceptado”, apunta Riancho. Con la pandemia, era lógico investigar su papel sobre la covid.

Se empezó por estudios observacionales, del estilo del realizado con la app y los suplementos. Aunque algunos no encontraron relaciónotros sí vieron que niveles bajos de vitamina D se asociaban con más riesgo de infección y de gravedad —aunque muchos factores en realidad son comunes, como la obesidad, y no siempre es fácil separarlos—.

De momento hay apenas dos ensayos clínicos administrando suplementos que se hayan publicado, ambos como tratamiento y no como prevención. Uno realizado en Córdoba (España) mostró resultados espectaculares, disminuyendo mucho el riesgo de los hospitalizados de tener que ingresar en la UCI. Aunque era preliminar, tenía algunas deficiencias y el grupo control parecía tener más riesgo de base, sus conclusiones abrieron un debate sobre su uso en el parlamento del Reino Unido.

“No hay ninguna evidencia ahora mismo que permita recomendar el uso de suplementos de vitamina D contra la covid”, reconoce Riancho

El otro ensayo, que usaba un tipo de suplemento con un protocolo diferente, no encontró que hubiera ningún beneficio. Hubo un tercero, publicado como prepublicación en la revista The Lancet, realizado en Barcelona y con la participación de algunos de los autores del ensayo de Córdoba. Aunque ofrecía resultados positivos, fue rápidamente muy criticado por contener múltiples errores y la revista lo retiró.

No hay ninguna evidencia ahora mismo que permita recomendar el uso de suplementos de vitamina D contra la covid”, reconoce Riancho. En general, tampoco las hay para tomarlos en general, “salvo que haya algún caso de deficiencia clara, como por la toma de ciertos medicamentos o por no poder salir lo suficiente al aire libre”. Las recomendaciones en países como España son exponer cara y brazos al sol durante 15 minutos al menos tres días a la semana. “Con eso debería ser suficiente”, resume Labrador.

Aunque la toxicidad de los suplementos no es alta, “deberían ser pautados por un médico”, añade Riancho. En España, por ejemplo, las farmacias venden muchas veces hidroferol, que es una forma más activa de la vitamina D que la clásica y que podría elevar en excesos los niveles.

Cómo optimizar la inmunidad

En general, “salvo que haya una deficiencia, ningún suplemento aislado ha demostrado mejorar la inmunidad”, resume Labrador. Por ejemplo, sobre los complementos que el estudio con la app encontró que podrían ser útiles: de entre todo lo estudiado, la vitamina C aislada solo ha mostrado influir muy ligeramente en el tiempo con síntomas de resfriado (lo acorta en menos de un día), y aún se discute que el efecto sea real. Los variados complejos de multivitaminas no han mostrado ningún beneficio claro.

Los ácidos omega 3 se han relacionado sobre todo con la enfermedad cardiovascular. Una dieta rica en ellos como la mediterránea parece protectora, pero no está claro su beneficio cuando se dan aislados en pastillas. “La dieta es algo complejo, no es fácil identificar y separar componentes específicos y pensar que van a funcionar por separado”, admite Labrador.

Lo que sabemos que funciona para optimizar nuestra inmunidad son las recomendaciones generales de siempre: seguir una dieta variada como la mediterránea, practicar ejercicio moderado, evitar el tabaco y tener unas pautas de sueño adecuadas

Moisés Labrador, especialista en inmunología y alergología en el Hospital Vall d´Hebron

Los probióticos no pueden considerarse una entidad única: comprenden muchos microorganismos diferentes y estudiados a diferentes dosis. De momento, “solo algunos de ellos han mostrado beneficios”, apunta Labrador, “y únicamente sobre ciertos tipos de diarrea, como la que sigue a la toma de antibióticos”.

Aunque “a las dosis habituales la toma de suplementos no suele provocar efectos secundarios”, reconoce Riancho, si se recomiendan o toman de forma generalizada “sí podríamos encontrarlos. Lo que son, desde luego, es un gasto de dinero”.

¿Qué hacer, entonces, para optimizar nuestra inmunidad? “Lo que sabemos que funciona son las recomendaciones generales de siempre”, resume Labrador. “Hay que seguir una dieta variada como la mediterránea, practicar ejercicio moderado, evitar el tabaco y tener unas pautas de sueño adecuadas”. Así de simple, aunque no tan sencillo.

Decía el crítico George Steiner que “un lugar común es una verdad cansada”. Sobre la inmunidad, por el momento, este sigue siendo el único lugar seguro que conocemos.

Fuente: SINC
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El deshielo de todos los glaciares del mundo se ha acelerado en lo que llevamos de siglo

En los últimos 20 años, los glaciares han perdido de media un total de 267 gigatoneladas de hielo cada año, según las observaciones realizadas en más de 200.000 de ellos. Los resultados, que se incluirán en el próximo informe del IPCC, muestran que este deshielo es la causa del 21 % del aumento observado en el nivel del mar desde el año 2000.

El glaciar Klinaklini es el mayor glaciar del oeste de Canadá (casi 500 km²), y también el nombre del ordenador de alto rendimiento de la Universidad del Norte de la Columbia Británica que procesó las imágenes estereoscópicas ASTER que cubren todos los glaciares del mundo. El esfuerzo supuso un año entero de cálculos. / Brian Menounos

Los glaciares son indicadores muy sensibles de la crisis climática. Prueba de ello es que desde mediados del siglo XX estas masas de hielo están experimentando un deshielo considerable en todo el mundo, independientemente de la altitud o latitud en la que se encuentren. Pero, hasta ahora, esta pérdida de masa solo había sido medida de manera parcial, analizando solo una parte de estas grandes masas de hielo.

Entre 2000 y 2004 los glaciares perdieron 227 gigatoneladas de hielo al año, mientras que entre 2015 y 2019, la masa perdida ascendió a los 298 gigatones por año

Inés Dussaillant

Un nuevo trabajo ha estimado por primera vez el deshielo de todos los glaciares inventariados del mundo, es decir unos 217.175 (sin contar con los mantos de hielo continental de la Antártida y Groenlandia) “con una resolución espacial y temporal sin precedentes”, detalla a SINC Inés Dussaillant, del Servicio de Monitorización Mundial de Glaciares de la Universidad de Zúrich, Suiza, y coautora del estudio.

Los resultados, publicados hoy en la revista Nature, revelan lo rápido que los glaciares han perdido espesor y masa de hielo desde el año 2000 hasta el 2019. En las últimas dos décadas, “los glaciares del mundo perdieron un total de 267 gigatoneladas de hielo al año en promedio”, indica Dussaillant.

Además, según el estudio, el retroceso de la masa de hielo se aceleró drásticamente durante ese periodo. “Entre 2000 y 2004 los glaciares perdieron 227 gigatoneladas de hielo por año, mientras que entre 2015 y 2019, al final del periodo de estudio, la masa perdida ascendió a los 298 gigatones por año”, precisa a SINC la investigadora.

Para calcular los cambios en el espesor y masa de hielo, así como la incesante aceleración de este deshielo global, el equipo internacional de científicos, liderado por Romain Hugonnet, de la Universidad de Toulouse en Francia, utilizó el archivo completo de imágenes estereoscópicas ASTER, tomadas por el satélite Terra de la NASA. “Esto nos permitió crear modelos digitales de elevación de alta resolución de todos los glaciares del mundo y reconstruir una serie temporal de cambios de elevación glaciar desde el 2000”, subraya la investigadora.

Glaciares

Una corriente de agua de deshielo conecta los glaciares Morteratsch y Pers (derecha), Engadina, Suiza. Hace unos años, los glaciares estaban conectados. / ETH Zurich

Un aumento continuado del nivel del mar

La pérdida de masa de hielo observado a lo largo de los últimos 20 años ha sido responsable del 21 % del aumento del nivel del mar en el mismo periodo, lo que representa unos 0,74 mm cada año, recalcan los autores. De hecho, el retroceso de los glaciares de montaña son el segundo factor que más contribuye al aumento del nivel del mar actual.

“La primera causa, responsable de cerca de la mitad del aumento del nivel del mar, se debe a la expansión térmica del agua a medida que se calienta. El agua del deshielo de los mantos de hielo continental de la Antártica y Groenlandia y el almacenamiento de agua terrestre representan el tercio restante”, explica la autora suiza.

Los hallazgos permitirán mejorar los modelos hidrológicos y hacer predicciones más precisas a escala global y local

El trabajo supone un gran avance científico sobre los efectos de la crisis climática, por eso los resultados se incluirán en el próximo Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), que se publicará a finales de este año.

Los hallazgos permitirán, además, mejorar los modelos hidrológicos y hacer predicciones más precisas a escala global y local, como por ejemplo, para estimar la proporción de la contribución del deshielo de los glaciares a los ríos que nacen del Himalaya o de los Andes durante los próximos años, dos regiones de gran preocupación hídrica.

“Si el retroceso de sus glaciares continúa acelerándose, países densamente poblados como India y Bangladesh y algunas regiones de ChileArgentina y Perú podrían enfrentarse a la escasez de agua o de alimentos en unas pocas décadas a venir”, advierte la científica.

Pero para Dussaillant, el mensaje de esta investigación es sobre todo de gran relevancia política: “El mundo debe entender que es de suma importancia actuar ahora para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y luchar para lograr un escenario de cambio climático en el que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Referencia:

Romain Hugonnet et al. “Accelerated global glacier mass loss in the early twenty-first century” Nature

Fuente: SINC
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COVAX y el desafío de la equidad de las vacunas de la covid

La iniciativa COVAX quiere inmunizar al 20 % de la población mundial en 2021, sobre todo los países con menos recursos, para acabar con la fase aguda de la pandemia.

Un ciudadano palestino recibe una dosis de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V recibida a través de la iniciativa COVAX. / © Mahmoud Issa/SOPA Images

En marzo se cumplió el primer aniversario del día en que una pandemia dio la vuelta por completo a nuestra cotidianidad. Una situación en la que aún nos encontramos y que solo dejaremos atrás cuando dispongamos de vacunas y tratamientos específicos para la covid-19 accesibles para todo el mundo. Entonces se podrán levantar las restricciones que han marcado nuestra vida el último año.

Durante todo este tiempo hemos tenido que hacer frente a un buen número de desafíos.

El primero, el de desarrollar un catálogo de vacunas en tiempo récord, es un reto que se consiguió en menos de un año, cuando lo habitual es que este proceso lleve décadas. Esto ha supuesto un hito sin precedentes. La ciencia ha cumplido y, en gran medida, se lo debemos a la importante movilización de recursos económicos públicos y privados para lograr este objetivo común. He aquí una primera e importante lección que extraer: la inversión en ciencia es fundamental para estar preparados y ser capaces de responder a amenazas como esta que, tal y como nos advierte la propia ciencia, serán más frecuentes debido a la pérdida de biodiversidad y la crisis climática.

En este contexto, la iniciativa COVAX se ha creado para hacer frente al segundo gran desafío: garantizar una inmunización equitativa de al menos el 20 % de la población de todos los países, también los de recursos medios y escasos, que permita acabar con la fase aguda de la pandemia a finales de este 2021. Pero, a diferencia del punto anterior, en este caso nos encontramos muy lejos de superar el desafío. Aunque con toda certeza a finales de este año logremos superar el umbral del 20 % de la población mundial inmunizada, esta se concentrará principalmente en los países de mayores recursos, mientras que en los países de recursos medios y escasos esta cifra quedará, con toda probabilidad, muy lejos.

Los países europeos, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Japón alcanzaron acuerdos bilaterales con la industria farmacéutica para inmunizar varias veces al conjunto de su población

¿Por qué si hemos creado un mecanismo ad hoc, no parece que vayamos a lograr el objetivo? Pese a apoyar la iniciativa, los países de la Unión EuropeaReino UnidoCanadáEstados Unidos y Japón alcanzaron acuerdos bilaterales con la industria farmacéutica para la adquisición de una cantidad de dosis de vacunas que les permitía inmunizar varias veces al conjunto de su población. Así, cuando las vacunas empezaron a producirse, hace ya más de tres meses, estos países fueron los primeros en recibirlas y poner en marcha sus campañas de vacunación. España, por ejemplo, que ha adquirido las vacunas a través de las negociaciones y acuerdos alcanzados por la Comisión Europea, ha recibido más de quince millones de dosis de diferentes vacunas que han hecho posible vacunar a más de catorce millones y medio de personas con al menos una dosis desde finales de diciembre.

Mientras tanto, COVAX apenas ha empezado a distribuir las vacunas a países de rentas medias y bajas hace escasos días, marcando un hito importante en la lucha global contra la covid-19.

COVAX apenas ha empezado a distribuir vacunas a países de rentas medias y bajas hace escasos días, marcando un hito importante en la lucha contra la covid-19

COVAX consta de dos grandes herramientas. Una diseñada para que los actores de mayores ingresos —los primeros países en adquirir y disponer de vacunas, así como el sector privado y filantrópico— realicen donaciones con las que poder comprar y distribuir la vacuna entre los 92 países de muy bajos o medios ingresos que de otra forma no podrían acceder a ellas. Y otra prevista para los 50 países restantes, cuya compra de vacunas ha sido intermediada por COVAX, agregando la demanda para mejorar sus condiciones de negociación con la industria.

Cuando este mecanismo se diseñó la primavera pasada, tenía la vocación de convertirse en la herramienta global por excelencia para la adquisición de vacunas. Sin embargo, al final esta aspiración se ha limitado, convirtiéndose eso sí en la principal esperanza para un importante número de países de renta media, sobre todo en América Latina, que dependen de sus propios recursos para poder acceder a las vacunas en un horizonte temporal próximo y que, gracias a COVAX, han podido obtener mejores condiciones de negociación con la industria.

Si COVAX no se ha convertido en la herramienta de adquisición global a la que aspiraba ser ha sido porque los países más ricos y con mayor capacidad de negociación con la industria han antepuesto la inmunización de su población a la respuesta global que quería representar esta iniciativa. Habrá que esperar a finales de 2021 para ver cuánto nos alejamos de superar el desafío de la equidad que se marcaba como objetivo.

Virginia Rodríguez Bartolomé es responsable del proyecto de incidencia política del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Esta tribuna se publicó originalmente en Voces expertas, una sección coordinada por SINC en la web de la estrategia de vacunación española vacunacovid.gob.es.

Fuente: SINC
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Un modelo calcula el exceso de mortalidad al pausar la vacunación con Oxford/AstraZeneca

Un nuevo estudio analiza el impacto de esta decisión en la situación epidemiológica de dos países europeos: Italia y Francia. Aunque la interrupción fuera de apenas unos pocos días, las consecuencias serían difíciles de paliar y se seguirían notando tanto en los fallecimientos como en la confianza ciudadana en las vacunas.

La EMA confirmó un posible vínculo entre la vacuna de Oxford/AstraZeneca y casos muy infrecuentes de trombosis con trombocitopenia. / EFE/ Kai Försterling

A comienzos de abril de 2021, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmó que Vaxzevria, la vacuna de Oxford/AstraZeneca contra la covid-19, podría tener un vínculo con los casos muy infrecuentes de trombosis con trombocitopenia que se habían reportado en el continente.

Tras esta comunicación, algunos estados de la Unión Europea, como España, decidieron paralizar la administración de este fármaco, a pesar de que la EMA insistió en que el beneficio de la vacunación es mucho mayor que el posible daño que pueda causar este efecto secundario muy raro.

El modelo epidemiológico SEIR estima el exceso de mortalidad en dos escenarios, Francia e Italia, cada uno con una situación epidemiológica particular

A partir de esta parón, un equipo liderado por el Laboratorio Matemático de Londres ha explorado qué consecuencias tendría esta decisión en la salud de la población y en la situación de la pandemia. Para ello, han empleado un modelo epidemiológico llamado SEIR con el que han estimado el exceso de mortalidad por covid-19 y posibles secuelas en dos escenarios: Francia e Italia. Los resultados se publican en el último número de Chaos.

La principal conclusión del modelo es que el exceso de mortalidad por la interrupción de esta vacuna supera ampliamente a los fallecimientos provocados por trombosis, incluso en los peores escenarios de frecuencia y gravedad de los efectos secundarios del fármaco.

exceso mortalidad modelo SEIR astrazeneca

Evolución del exceso de mortalidad causado por pausar la vacuna de Oxford/AstraZeneca en función del número de días de interrupción. / Davide Faranda, Tommaso Alberti, Maxence Arutkin, Valerio Lembo, and Valerio Lucarini

Davide Faranda, autor principal del trabajo, explica a SINC que el modelo SEIR asume que la población puede ser dividida en cuatro grupos: los que pueden contraer el virus (susceptibles), los contagiados asintomáticos (expuestos), los contagiados con síntomas (infectados) y los recuperados. “En este último compartimento no solo contamos a los que han superado la enfermedad, también a los fallecidos y a los vacunados”, precisa.

A través de los movimientos del modelo se puede estimar el exceso de mortalidad por covid-19 y por estos efectos secundarios relacionados con la vacuna

Así, el modelo ‘mueve’ a la población de un compartimento a otro según la situación epidemiológica, la propagación, el tiempo que se tarda en mostrar síntomas y en curarse del virus. A través de estos movimientos, se puede estimar el exceso de mortalidad por covid-19 y por estos efectos secundarios relacionados con la vacuna.

Debido a la gran cantidad de incertidumbres de estas trombosis con trombocitopenia, de las que aún no se conoce qué grupos son más vulnerables o su incidencia real en la población vacunada, los investigadores calcularon el peor escenario posible y asumieron que estos efectos secundarios iban a tener una mayor mortalidad asociada que la reportada actualmente.

“Nuestro trabajo muestra que suspender las vacunación con AstraZeneca durante tres días, sin reemplazarlas por otra opción, lleva a 260 muertes adicionales en Francia y 130 en Italia”, indica Faranda. La diferencia se debe a que, a 15 de marzo de 2021, ambos países tienen situaciones epidemiológicas y un número de reproducción o R0 distintos.

Qué ocurre al duplicar los esfuerzos de vacunación

El modelo interpreta que, si se reanuda la vacunación con Vaxzevria al mismo ritmo que antes de la interrupción, seguirá habiendo un exceso de mortalidad notable: los que no han sido vacunados en ese periodo pueden contagiarse y contaminar a otras personas.

Es más, aunque se reanudara la campaña con el doble de dosis inyectadas durante el mismo número de días de la pausa, el exceso de mortalidad continuaría en los próximos días, aunque con cifras algo más reducidas que en la reanudación estándar. “Esto es un resultado evidente de los efectos no lineales de la dinámica epidemiológica”, responde el investigador principal.

exceso mortalidad modelo SEIR astrazeneca por administración estándar y doble

Exceso de mortalidad si se reanuda la adminstración de Oxford/AstraZeneca a ritmo normal y a ritmo doble. / Davide Faranda, Tommaso Alberti, Maxence Arutkin, Valerio Lembo, and Valerio Lucarini

Esto demuestra, según apuntan los autores, que los efectos de la interrupción son difíciles de contrarrestar y seguirían en el tiempo. A todo esto se añade que la confianza ciudadana en las vacunas descenderá, algo que afecta directamente a la salud pública pero que este estudio no recoge.

Limitaciones del modelo

Faranda reconoce a SINC que esta interpretación matemática, a pesar de sus “resultados robustos” y útiles para interpretar el efecto de una decisión en salud pública, encuentra varias “limitaciones fuertes”.

A pesar de los resultados “robustos” del modelo, los investigadores encuentran otras limitaciones: solo interpretan uno de los fármacos aprobados y no incluye la edad como factor de riesgo

La primera, señala, es que el modelo asume que solo existe una vacuna con las características de Oxford/AstraZeneca y ‘olvida’ el resto de opciones aprobadas en Europa. Al tiempo, interpreta que la pausa en este fármaco no se sustituye por otra vacuna contra la covid-19.

Por último, el modelo no incluye a la edad como un factor de riesgo, algo que la EMA está evaluando en el caso de los efectos secundarios relacionados con esta vacuna.

Referencia:

Faranda, D. et al. “Interrupting vaccination policies can greatly spread SARS-CoV-2 and enhance mortality from COVID-19 disease: The AstraZeneca case for France and Italy”. Chaos (2021). DOI: 10.1063/5.0050887

Fuente: SINC
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Una cita de Jane Austen codificada en un polímero

Investigadores de EE UU han utilizado un novedoso método de almacenamiento de datos moleculares para codificar un pasaje de una novela de la escritora británica Jane Austen en una serie de oligómeros. Para lograrlo, han comprimido el texto en una cadena de bits mediante un algoritmo.

Esta imagen muestra una cita de Mansfield Park, de Jane Austen, escrita en oligouretanos./ Sarah Moor

Si un plan de felicidad falla, la naturaleza humana recurre a otro; si el primer cálculo es erróneo, hacemos un segundo mejor: encontramos consuelo en alguna parte

Esta cita de la novela Mansfield Park de Jane Austen ha sido codificada en un polímero por un grupo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EE UU), que eligieron este pasaje porque “es edificante en estos tiempos difíciles y se entiende fácilmente sin el contexto del libro”.

Los investigadores, que publican su avance en la revista Cell Reports Physical Science, han usado una novedosa técnica de almacenamiento de datos moleculares para codificar la cita de Austen en una serie de oligómeros.

El equipo asegura haber desarrollado un método de codificación de datos, usando  plásticos similares al uretano, que permite una mayor densidad de información que los basados en ADN

El método de codificación permite una mayor densidad de información que los enfoques basados en ADN. En concreto, en este trabajo se han utilizado plásticos similares al uretano —materias primas químicas altamente accesibles y estructuralmente modificables—, en lugar de ácidos nucleicos.

Los autores comprimieron la cita en una cadena de bits mediante un algoritmo antes de convertirlo en el sistema numérico hexadecimal, que consta de 16 símbolos y permite a los ordenadores organizar grandes cadenas de dígitos binarios.

Reproducción exacta del pasaje

A continuación, la cadena hexadecimal resultante de 158 caracteres se sintetizó en 18 oligouretanos, de 10 monómeros cada uno. Para descifrar la información recién codificada, secuenciaron los oligómeros e introdujeron los datos de secuenciación en un software decodificador, que asignó las moléculas a sus correspondientes caracteres hexadecimales. Finalmente, el equipo consiguió reproducir el pasaje intacto con total exactitud.

Con objeto de verificar la técnica, los investigadores pidieron a un colega que no estaba afiliado al proyecto que ‘leyera’ el material codificado siguiendo una serie de instrucciones. El participante descifró correctamente todos los caracteres menos dos en su primer intento y, cuando se le dio un conjunto de instrucciones ligeramente modificado, leyó correctamente todos los monómeros en su segundo intento.

Con objeto de verificar la técnica, los investigadores pidieron a un colega que no estaba afiliado al proyecto que ‘leyera’ el material codificado siguiendo una serie de instrucciones

Según Eric Anslyn, profesor de Química de la universidad estadounidense y uno de los autores, el estudio «supone un paso más en el objetivo a largo plazo de utilizar polímeros sintéticos definidos por la secuencia para el almacenamiento de información, e inspira nuevos trabajos que profundicen en el uso práctico de las moléculas para almacenar información”.

Los científicos continúan buscando alternativas para preservar de manera duradera y rentable la creciente cantidad de datos que produce la sociedad. Los métodos moleculares ofrecen una solución especialmente atractiva porque pueden retener la información a densidades mucho mayores que las principales tecnologías basadas en el silicio.

“En teoría, cualquier tipo de información puede codificarse en polímeros”, dice Anslyn, que añade: “De hecho, ya hemos visto libros e imágenes, entre otras cosas, almacenadas en moléculas”.

Sin embargo, pese al enorme potencial de almacenamiento de información en polímeros como los plásticos, hasta ahora no se habían logrado enfoques rentables, eficientes y reproducibles a gran escala para ‘escribir’ y ‘leer’ información.

Referencia:

Dahlhauser et al. “Efficient Molecular Encoding in Multifunctional Self-Immolative Urethanes”. Cell Reports Physical Science (abril 2021).

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

Aumenta la lista de sospechosos tras los trombos asociados a la vacuna de Oxford

Un estudio pendiente de revisión arroja más luz sobre los mecanismos que provocan los raros cuadros de trombosis con plaquetas bajas. El suero de Astrazeneca incluye proteínas celulares ‘arrastradas’ durante el proceso de fabricación que podrían favorecer la reacción autoinmune. Además, un componente de la vacuna, el EDTA, facilitaría su diseminación por el torrente sanguíneo. El resultado, extremadamente infrecuente, es “una reacción inmunitaria fuera de control causada por una buena vacuna”.   

Ilustración de un trombo. / Adobe Stock

El lazo continua estrechándose alrededor de los infrecuentes trombos con plaquetas bajas asociados a la vacuna de Oxford/AstraZenecaUna nueva prepublicación pendiente de revisión por pares, compartida ayer por el investigador de la Universidad de Greifswald (Alemania) Andreas Greinacher, arroja más luz sobre el mecanismo por el que se produce este fenómeno muy poco frecuente, cuya incidencia se estima en tan solo 1 caso por cada 100.000 vacunados.

Al mismo tiempo, aumenta la lista de posibles ‘culpables’ y mantiene las dudas sobre si otras vacunas basadas en adenovirus estarán afectadas y cuánto, qué personas son susceptibles y si es posible atajar el problema de raíz para erradicar este raro efecto secundario.

“No toda la historia está contada, hacerlo llevará años, pero los aspectos clave están ahora claros”, aseguró ayer un exultante Greinacher durante una reunión telemática a la que tuvo acceso SINC.

Los investigadores creen que algo en la vacuna interactúa con una proteína de las plaquetas llamada factor plaquetario 4 (PF4), lo cual desencadena una reacción autoinmune. Hasta ahora el principal sospechoso era el adenovirus que usa el fármaco para engañar a nuestro cuerpo y convencerlo de generar una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2.

Las conclusiones son claras: se forman complejos, aumenta la permeabilidad vascular y los componentes del virus causan una reacción inflamatoria

Vicente Vicente, hematólogo

Pero antes de acabar en el interior de la jeringuilla, los adenovirus tienen que multiplicarse. Como todos los virus, necesitan crecer dentro de una célula. Ahí reside el primer hallazgo del nuevo estudio: el suero de Oxford/AstraZeneca contiene proteínas no virales que se originan durante el proceso de fabricación. “No son solo del adenovirus, la mitad son derivadas de las células humanas que se usan para que se multipliquen”, anunciaba Greinacher.

Algo más que el adenovirus

Los investigadores recurrieron a tres técnicas de imagen para observar los complejos inmunitarios que forma el PF4. Según Greinacher, estos incluyen las proteína del adenovirus, pero “probablemente” también las arrastradas durante la fabricación.

Además, comprobaron que uno de los componentes de la vacuna, el EDTA (ácido etilendiaminotetraacético), presente en cantidades “relativamente altas”, provocaba fugas capilares en ratones. Esto explicaría que una inyección intramuscular provocara una respuesta inmunitaria general con formación de anticuerpos. Las piezas del puzle iban encajando.

Las flechas muestran los complejos formados una vez se añade el PF4 a la vacuna. Imagen obtenida por micrografía electrónica.

“Encontramos en todos los individuos afectados anticuerpos contra las proteínas presentes en la vacuna que, cuando entran en el sistema vascular, forman complejos inmunitarios que provocan inflamación”, aseguró Greinacher. Esto hace que se activen las plaquetas y se inicie la reacción autoinmune.

“Las conclusiones son muy claras: se forman complejos, el EDTA aumenta la permeabilidad vascular y los componentes del virus causan una reacción inflamatoria”, resume a SINC el jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, Vicente Vicente, que no ha participado en el estudio. Sin embargo, el trabajo plantea nuevos interrogantes.

Nos centramos en entender qué componentes de la vacuna pueden ser responsables para prevenirlo en el futuro e informar de aproximaciones terapéuticas y recomendaciones

Andreas Greinacher, líder del estudio sobre los trombos asociados a las vacunas

“El problema es que se amplía el espectro”, comenta el investigador del King’s College London (Reino Unido) José Jiménez sobre el nuevo sospechoso que ha entrado en escena. “Han visto el mecanismo en pacientes que lo han sufrido, pero ¿qué pasa en los que no? No sabemos por qué sucede en algunas personas y no en otras”, se pregunta Vicente.

“Nos centramos en entender qué componentes de la vacuna pueden ser responsables para prevenirlo en el futuro e informar de aproximaciones terapéuticas y recomendaciones”, comentó Greinacher durante la reunión, consciente de que todavía quedan muchas incógnitas por despejar.

¿Qué pasa con otras vacunas de adenovirus?

El estudio de Greinacher fue realizado con muestras de pacientes de VITT (trombocitopenia trombótica inmune inducida por vacunas) que habían recibido el suero de Oxford/AstraZeneca, pero su hipótesis es que los mecanismos implicados podrían afectar a otras basadas en adenovirus. Poco antes, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunciaba un posible vínculo entre estos cuadros infrecuentes y la vacuna de Janssen.

“El siguiente paso debería ser comparar distintas vacunas de adenovirus para ver si son muy diferentes, porque cada una utiliza una proteína S distinta”, explica Jiménez. “Si miran uno por uno los componentes de la vacuna y las proteínas del adenovirus para ver cuál se une al PF4 descartarían si es el adenovirus o no”.

Consciente de que la vacuna de Janssen también está en el punto de mira, el investigador adelantó que su equipo va a unir fuerzas con la empresa para entender mejor lo que pasa

“Otros investigadores han encontrado que las proteínas de los adenovirus se unen a las plaquetas y al PF4, pero los adenovirus de las vacunas son diferentes entre sí y no estoy seguro de que lo que hemos encontrado sea generalizable a otros. Hay que estudiarlo y todavía no lo hemos hecho”, admitía Greinacher. Consciente de que la vacuna de Janssen también está en el punto de mira, el investigador adelantó que su equipo va a unir fuerzas con la empresa para entender mejor lo que pasa.

Unión del PF4 (verde) a conglomerados de proteínas de la vacuna (morado). Imagen obtenida por microscopía de superresolución

Unión del PF4 (verde) a proteínas de la vacuna (morado). Imagen obtenida por microscopía de superresolución.

Hasta la fecha se han encontrado 8 casos asociados a la vacuna de Janssen, 287 asociados a la de Oxford/AstraZeneca y ninguno conectado con la rusa Sputnik V o con la de la china CanSino. Aunque diversos factores podrían explicar estas diferencias, incluida la capacidad de detección, Greinacher teoriza que la respuesta podría estar en esas proteínas no virales arrastradas en la fabricación, que forman complejos inmunitarios. “No sé si otras vacunas también las tendrán, probablemente tengan menos, por lo que se formen complejos más pequeños que causen menos inflamación” y por lo tanto, una respuesta más suave.

Jiménez, sin embargo, muestra cautela acerca del papel que juegan las proteínas no virales en este proceso: “Han detectado cantidades muy pequeñas y eso no significa que sean resposables o tengan un efecto en la persona”. En ese sentido, Greinacher cree que el problema “seguramente dependa de muchas cosas”, desde la cantidad de EDTA —que la vacuna de Janssen no utiliza— a la de proteínas celulares.

Que el origen del problema estuviera en el procesado de la vacuna podría explicar que no se hayan encontrado casos asociados a la vacuna Sputnik V, cuyos responsables presumen de su producto “altamente purificado” mediante una “tecnología de cuatro fases”

Los autores explican en la prepublicación que la respuesta inflamatoria producida por los componentes de la vacuna “parece un cofactor importante y potencialmente remediable” en este proceso. Por eso añaden que “podría disminuirse reduciendo las impurezas y dejando de utilizar el EDTA”, si es que esto último es una posibilidad.

Que el origen del problema estuviera en el procesado de la vacuna podría explicar que no se hayan encontrado casos asociados a la vacuna Sputnik V, cuyos responsables presumen de su producto “altamente purificado” mediante una “tecnología de cuatro fases”.

“No es una enfermedad de mujeres jóvenes”

La gran proporción inicial de casos de VITT entre mujeres jóvenes llevó a plantear si este grupo poblacional se encontraba en un riesgo especial. Preguntado por SINC al respecto, Greinacher aseguró que es “cada vez más escéptico” sobre esta correlación.

“En Alemania ocurre en mujeres jóvenes porque el 73 % de los sanitarios lo son”, explicó. Aunque comentó que las mujeres son algo más propensas a desarrollar una respuesta contra el PF4, cree que lo observado es un artefacto debido a que gran parte de la población vacunada es femenina.

“La información que tengo de Canadá es que empiezan a verlo en hombres y mujeres por igual, y en Reino Unido está bastante equilibrado aunque tienda algo hacia las mujeres. No es una enfermedad de mujeres jóvenes”, tranquilizó.

Un dragón que nunca debió despertar

La incidencia de la trombocitopenia trombótica inmune inducida por vacunas (VITT) es muy baja y se estima en 1 caso por cada 100.000 personas vacunadas. Greinacher considera que es tan infrecuente porque se trata de una reacción en cadena que solo puede ocurrir si no se para en ningún punto: “La naturaleza ha construido contramedidas y para saltarlas todas deben fallar todos los pasos inhibitorios del camino. Solo la coincidencia de nueve o diez debilidades juntas permiten atravesar las defensas. Si no, estas nos mantienen a salvo”.

Greinacher comparó la reacción autoinmune que provoca la vacuna en unas pocas personas con “un dragón en una cueva que estaba durmiendo durante mucho tiempo y ha sido alterado por alguien que le tira una piedra”. Se refiere a la generación de anticuerpos contra el PF4, que ha formado complejos y que el cuerpo interpreta como un patógeno.

“Todo esto ocurre inmediatamente tras la vacunación y el complejo se elimina, pero los viejos linfocitos B [que generan los anticuerpos contra el PF4] han despertado”. Estas células creen que la señal original sigue en el cuerpo y lo atacan. El extraño resultado, entre cinco y diez días tras la vacunación, es “una reacción inmunitaria fuera de control provocada por una reacción inflamatoria causada por una buena vacuna”.

Fuente: SINC
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El helicóptero Ingenuity de la NASA logra el primer vuelo propulsado en otro planeta

El dron de la agencia espacial estadounidense ha conseguido volar casi 40 segundos sobre la superficie de Marte, pasando a la historia como el primer vuelo a motor y controlado realizado en otro planeta. Esta demostración tecnológica abre el camino a nuevas vías de exploración del planeta rojo, ofreciendo un punto de vista único que no está al alcance de los rovers ni los satélites que lo orbitan.  

Primera imagen de Ingenuity en vuelo tomada por el ‘rover’ Perseverance en Marte. / NASA/JPL-Caltech

El pequeño helicóptero Ingenuity, enviado junto al rover Perseverance en la misión de la NASA Mars 2020, ha entrado en la historia de la aviación: ha conseguido elevarse del suelo y lograr, por primera vez, un vuelo motorizado en Marte.

Tras completar los pasos previos a la operación, el dron ha estado levitando durante 30 segundos sobre la superficie marciana. Los datos de telemetría confirman que el vuelo completo ha durado 39,1 segundos (incluyendo fase de despegue y aterrizaje), ha alcanzado una altitud de tres metros y ha aterrizado de manera segura.

Además de los datos de vuelo, tanto Ingenuity como el rover Perseverance han tomado fotografías de este hito. En una imagen del dron facilitada por la NASA se aprecia la sombra que dejaba en el suelo marciano.

Primera imagen tomada por Ingenuity en vuelo. / NASA/JPL-Caltech

Por su parte, la secuencia de vídeo de Perseverance permite ver  el ascenso del helicóptero y el movimiento de sus aspas.

El helicóptero Ingenuity ha sido construido y controlado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Este centro remitió este domingo los comandos para que el dron realizase su vuelo de forma automática.

Tras recibirlos horas después –debido a la distancia que separa la Tierra y Marte–, la pequeña nave ha ejecutado la orden con éxito y ha enviado de vuelta los resultados de su prueba a una pequeña estación de comunicación en Perseverance, que ha sido quien ha rebotado los datos de vuelta a nuestro planeta.

Ahora Ingenuity seguirá haciendo pruebas de vuelo en el planeta rojo durante un mes.

Fuente: NASA
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Un ensayo clínico en España probará la eficacia de combinar AstraZeneca y Pfizer

Una sanitaria a las puertas del Hospital La Paz de Madrid. / EFE | Mariscal | Archivo

La restricción de vacunar con AstraZeneca a menores de 60 en España ha provocado que muchas personas solo se hayan inmunizado con una dosis de este fármaco. Por ese motivo, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha promovido un ensayo clínico que evaluará la posibilidad de administrar una segunda dosis de Pfizer en estos casos.

El estudio, denominado CombivacS, analizará en 600 pacientes el posible efecto protector y la seguridad de suministrar una dosis de esta vacuna de ARN mensajero para covid-19 a personas que ya han recibido una primera del laboratorio británico una vez hayan transcurrido un mínimo de 8 semanas desde la primera inyección.

CombivacS analizará en 600 pacientes el posible efecto protector y la seguridad de suministrar una dosis de Pfizer a personas que ya han recibido una primera de AstraZeneca una vez hayan transcurrido 8 semanas desde la primera inyección

Durante la presentación del ensayo, la directora del ISCIII, Raquel Yotti, ha señalado que se trata de “generar evidencia científica” para constatar la seguridad de combinar otras vacunas con el fármaco británico y “sustentar la toma de decisiones en relación a posibles alternativas a los ya inmunizados con una dosis de AstraZeneca”.

Durante el desarrollo clínico de las vacunas Comirnaty (Pfizer) y Vaxzevria (AstraZeneca) se han desarrollado distintos estudios para definir la dosis, eficacia, seguridad y condiciones de utilización de cada una de ellas de forma individual. Aunque ambas llevan ya un tiempo disponibles en Europa, hasta ahora no existen datos clínicos sobre su posible uso combinado.

La utilización conjunta parece posible e incluso deseable, ya que son vacunas que actúan con mecanismos de acción diferente y hay pruebas de que esta forma de abordar otras enfermedades puede resultar beneficiosa, pero es necesario llevar a cabo ensayos clínicos como este para comprobarlo.

De hecho, CombivacS es uno de los primeros ensayos clínicos que analizará la seguridad e inmunogenicidad de este tipo de pautas combinadas. El estudio se desarrollará en cinco hospitales: La Paz y Clínico San Carlos de Madrid; Vall d’Hebron y Clinic, de Barcelona, y Cruces en Vizcaya. El Centro Nacional de Microbiología (CNM) actuará como laboratorio central del ensayo, que ha contado con la asesoría de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Cuantificar el número de anticuerpos

Se trata de un ensayo clínico en fase 2, comparativo, aleatorizado y adaptativo, para evaluar la seguridad e inmunogenicidad (capacidad del sistema inmunitario de responder con éxito a una infección) de una dosis de la vacuna denominada Comirnaty (Pfizer) en personas que han recibido previamente una dosis de la vacuna Vaxcevria (AstraZeneca).

El estudio analiza la posible combinación de más de una vacuna (pauta de vacunación heteróloga) con distintos mecanismos de acción para completar la inmunización deseada. La hipótesis de partida es que la citada inmunogenicidad será mayor en el grupo que recibe dos dosis de vacunas diferentes frente a la dosis única.

El objetivo primario del ensayo es comprobar si en las personas que ya han recibido una dosis de la vacuna de AstraZeneca existe un incremento significativo a los 14 días en sus cifras de anticuerpos frente a SARS-CoV-2 tras recibir una dosis de Pfizer

El objetivo primario del ensayo es, por tanto, comprobar si en las personas que ya han recibido una dosis de la vacuna de AstraZeneca existe un incremento significativo a los 14 días en sus cifras de anticuerpos frente a SARS-CoV-2 tras recibir una dosis de Pfizer.

Por motivos logísticos solo serán elegibles personas residentes en las provincias donde se sitúan los cinco hospitales participantes. Se espera poder contar con los primeros resultados 5 semanas después del inicio del ensayo. Si esos resultados fueran favorables en seguridad y eficacia al esquema de vacunación secuencial, se ofrecerá una dosis de Pfizer a todas las personas participantes del grupo control.

Metodología del estudio

En el ensayo participarán personas voluntarias divididas en dos grupos, a los que serán asignadas de forma aleatoria. Por un lado, el grupo 1 o grupo de intervención, formado por 400 personas, recibirá una dosis de la vacuna Comirnaty (Pfizer), seguida de 28 días de observación clínica y análisis de anticuerpos durante un año.

Por su parte, el grupo 2, que estará formado por 200 personas, no recibirá inicialmente ninguna vacuna. Este grupo 2 actuará como grupo control, siendo todos los procedimientos de vigilancia, seguridad y análisis idénticos a los del grupo experimental. La comparación de respuesta inmunitaria entre los dos grupos se realizará sobre unos análisis obtenidos a los 14 días de la inclusión de cada persona voluntaria, sin perjuicio de otros análisis muy exhaustivos que se realizarán a lo largo de un año.

No es esperable obtener resultados de este estudio antes de 4 semanas desde que la primera persona reciba una dosis de Pfizer

Teniendo en cuenta que las personas participantes precisarán de un mínimo de 7 días para incorporarse al estudio y que deben analizarse miles de muestras, no es esperable obtener resultados antes de 4 semanas desde que la primera persona reciba una dosis de Comirnaty (Pfizer). En cualquier caso, si los resultados lo aconsejan, 28 días después de iniciado el estudio se ofrecerá la vacuna de Pfizer a todos los pacientes que inicialmente no la habían recibido (grupo 2).

Por último, los investigadores buscan obtener también conocimientos sobre la respuesta inmunitaria conferida por la combinación secuencial de ambas vacunas a lo largo de un año, así como la protección ante las variantes del SARS-CoV-2 a los 14 y a los 28 días después de completar la vacunación.

Fuente: Instituto de Salud Carlos III
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Científicos de China y EE UU generan embriones quiméricos humano-mono

Juan Carlos Izpisúa ha vuelto a hacerlo. Como ya avanzó en 2019, su equipo ha inyectado células madre de personas en embriones de primates para desarrollar nuevos modelos de enfermedades humanas y generar órganos trasplantables. Este ambicioso experimento no solo plantea problemas biológicos, sino también éticos. 

Referencia a ‘la creación de Adán’, de Michelangelo. La imagen muestra una mano humana y una mano de mono que se acercan a un blastocisto humano-mono de quimera. / Ivan D. Gromicho (KAUST)

En biología, el término quimera se refiere a aquellos animales generados al mezclar células embrionarias de dos individuos distintos, de la misma o distinta especie. En los últimos años, la formación de quimeras interespecie ha supuesto una estrategia prometedora para diversas aplicaciones de medicina regenerativa, incluida la generación de órganos y tejidos para trasplantes.

Ahora, científicos de China y EE UU han inyectado células madre humanas en embriones de primates y han podido cultivar estos embriones quiméricos durante un periodo de tiempo considerable: hasta 20 días. El trabajo, publicado en la revista Cell, tiene implicaciones para el desarrollo de nuevos modelos de biología y enfermedades humanas.

“Este tipo de investigación es importante para desarrollar conocimientos sobre la comunicación celular y el desarrollo biológico durante la embriogénesis y la evolución, así como para una variedad de aplicaciones de investigación y medicina regenerativa”, explica a SINC Juan Carlos Izpisúa Belmonte, investigador del Instituto Salk de Ciencias Biológicas y autor principal del estudio.

Estos estudios podrían dar lugar a la posibilidad de cultivar tejidos humanos de sustitución, como los del corazón y riñones. También probar medicamentos candidatos para enfermedades humanas con más precisión que los modelos animales, o entender el envejecimiento

Juan Carlos Izpisúa Belmonte

El especialista español enfatiza la importancia de este tipo de estudios: “Como no podemos realizar ciertos tipos de experimentos en humanos, es esencial que tengamos mejores modelos para estudiar y comprender con mayor precisión las enfermedades humanas en condiciones in vivo”.

“Por ejemplo, algún día podría dar lugar a la posibilidad de cultivar tejidos humanos de sustitución, como los del corazón y los riñones. También ayudar a probar medicamentos candidatos para enfermedades humanas con más precisión que los modelos animales tradicionales, o entender procesos como el envejecimiento, el principal factor de riesgo en alzhéimer, enfermedades cardíacas o cáncer”, añade.

Para Josep M. Canals, experto en células madre y medicina regenerativa de la Universidad de Barcelona (UBNeuro) que no ha participado en el estudio de Izpisúa, “el modelo utilizado de quimeras humano-mono muestra diferencias en las primeras fases del desarrollo entre estas dos especies. Este tipo de aproximaciones abre un fascinante campo de investigación que puede explicar las diferencias y especificidades del inicio del desarrollo humano”.

Pero, a pesar de su relevancia, “estos modelos raramente llegarán a proveer de soluciones terapéuticas mediante el trasplante de órganos desarrollados por estas quimeras, aunque los autores apunten a esta posibilidad”, puntualiza a SINC Canals.

El primer paso se dio en 2019

El avance que hizo posible el estudio actual se produjo en 2019, cuando el equipo de Izpisúa Belmonte —en colaboración con Weizhi Ji, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming, en Yunnan (China), también autor del nuevo trabajo— generó una tecnología que permitía a los embriones de macaco permanecer vivos y crecer fuera del cuerpo durante un periodo de tiempo prolongado, pero que “no incluyó quimeras, es decir, células de más de una especie”, enfatiza el investigador español.

Sin embargo, en el estudio actual se inyectó a cada uno de los embriones de mono (que se encontraban en la fase de blastocisto, es decir, con seis días de desarrollo) 25 células humanas. Las células procedían de una línea celular pluripotente inducida conocida como células madre pluripotentes extendidas, que tienen el potencial de contribuir tanto a los tejidos embrionarios como a los extraembrionarios.

Al cabo de un día, se detectaron células humanas en 132 embriones. A los 10 días, 103 de los embriones quiméricos seguían desarrollándose. La supervivencia pronto empezó a disminuir y, en el día 19, solo tres quimeras seguían vivas. No obstante, los autores destacan que el porcentaje de células humanas en los embriones se mantuvo alto durante todo el tiempo que siguieron creciendo.

A cada uno de los embriones de mono se les inyectó 25 células humanas. Al cabo de un día, se detectaron células humanas en 132 embriones. A los 10 días, 103 de los embriones quiméricos seguían desarrollándose. En el día 19, solo tres quimeras seguían vivas

“Históricamente, la generación de quimeras entre humanos y animales ha soportado una baja eficiencia e integración de las células humanas en la especie huésped”, afirma Izpisúa Belmonte.

“La creación de una quimera entre un humano y un primate no humano —una especie más estrechamente relacionada con nosotros que todas las especies utilizadas anteriormente, como el ratón o el cerdo— facilitará el mejor conocimiento sobre si existen barreras impuestas por la evolución para la generación de dichas quimeras y si hay algún medio para superarlas”, continúa.

Con todo, hay que tener en cuenta que “todos los experimentos de este artículo se han ejecutado en el laboratorio y no se ha realizado ninguna implantación en animales para un desarrollo de tejidos u órganos más allá de las primeras fases embrionarias. Por tanto, no se sabe si esto sería científicamente posible y si estas quimeras podrían desarrollarse a estadios más complejos”, aclara Canals.

Eso sí, insiste, “las diferencias que se muestran a escala celular entre las dos especies apuntan a que un desarrollo a estadios posteriores no sería viable. Y la implantación de estos preembriones en úteros que hoy en día la legislación no permite, tendría consideraciones ético-científicas muy relevantes”.

Blastocisto de quimera

Blastocisto de quimera. / Weizhi Ji, Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming (China)

Los dilemas éticos de esta técnica

Además de estos conceptos puramente técnicos, este trabajo no está exento de problemas éticos. En un artículo relacionado, publicado también en la revista Cell, se exponen las posibles consideraciones sobre la generación de quimeras de primates humanos y no humanos.

“La medicina necesita mejores modelos para comprender la biología y las enfermedades humanas y realizar en ellos experimentos que serían éticamente problemáticos en humanos”, indican los autores. “Pero a medida que desarrollamos nuevos modelos vivos que se aproximan más a los humanos, nos acercamos a los mismos problemas éticos que intentamos evitar”.

Además de los problemas técnicos, este trabajo no está exento de dilemas éticos. En un artículo relacionado, publicado también en Cell, se exponen las posibles consideraciones sobre la generación de quimeras de primates humanos y no humanos

Según Canals, “como en todo trabajo realizado con células madre pluripotentes humanas, las consideraciones éticas vienen determinadas por su potencial de generar un ser humano cuando se desarrolla en el contexto de gestación dentro del útero de una mujer”.

“En este artículo van un paso más allá, mezclando células humanas con preembriones de mono. Pero en ningún caso se implantan estos preembriones en el útero de monos gestantes para llevar el desarrollo más allá de la pura investigación en laboratorio: los estudios quedan circunscritos al ámbito de la investigación”, especifica.

Eso sí, hay que tener en cuenta que este es el primer artículo que muestra la posibilidad de hacer quimeras humano-mono y, por tanto, abre la puerta a posibles estudios que vayan más allá en el desarrollo de las quimeras en países donde los controles éticos en la investigación no sean tan estrictos.

“De realizarse estudios de implantación de estas quimeras en úteros gestantes, las complicaciones éticas serían muy graves por la generación de posibles especies de primates nuevas que podría tener consecuencias inesperadas e incontrolables”, vaticina Canals.

La gente está preocupada por la investigación sobre quimeras, lo cual es comprensible. Es nuestra responsabilidad como científicos seguir todas las normas éticas, legales y sociales vigentes. Todo nuestro trabajo se rige siempre por estas pautas y se someterá a la revisión de los comités pertinentes

Juan Carlos Izpisúa Belmonte

Izpisúa Belmonte defiende así su trabajo: “Antes de comenzar se realizaron consultas y revisiones éticas tanto a escala institucional como a través de la divulgación a bioeticistas no afiliados y con experiencia en políticas estatales y nacionales en esta área de investigación. Este proceso ayudó a guiar nuestros experimentos, que se centraron por completo en los embriones quiméricos ex vivo”.

“La gente está preocupada por la investigación sobre quimeras, lo cual es comprensible. Es nuestra responsabilidad como científicos trabajar de forma reflexiva, siguiendo todas las normas éticas, legales y sociales vigentes. Todo nuestro trabajo se rige siempre por estas pautas y se someterá a la revisión y aprobación de todos los comités pertinentes”, concluye.

Quimeras entre especies desde 1970

Las quimeras interespecíficas en mamíferos se realizan desde la década de 1970, cuando se generaron en roedores y se utilizaron para estudiar los primeros procesos de desarrollo.

En 2017, el equipo de Izpisúa Belmonte creó embriones quiméricos entre humano y cerdo con células madre de seres humanos, lo que supuso un primer paso para la incubación de órganos humanos en animales con el objetivo de usarlos en trasplantes y medicina regenerativa. Previamente los mismos expertos desarrollaron un ratón con órganos de rata.

Referencia:

Tan et al.: Chimeric contribution of human extended pluripotent stem cells to monkey embryos ex vivo. Cell

Fuente: SINC
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Farmacovigilancia: así se investiga si un medicamento ya en uso produce un efecto inesperado

“Los reguladores deben hallar un equilibrio entre poner nuevos fármacos a disposición de los pacientes lo antes posible y recabar información suficiente sobre su calidad, seguridad y eficacia”, explica la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Un sistema cuidadosamente diseñado detecta cuanto antes eventos no esperados que los ensayos clínicos no podían advertir.   

Una persona recibe una dosis de vacuna covid-19 en Madrid. / EFE

Con la vacunación de la covid-19 el sistema internacional de farmacovigilancia está siendo puesto a prueba como nunca antes. “Estamos en una situación excepcional, única, y estamos vigilando muy de cerca, casi en tiempo real”, afirma un experto de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), responsable de la farmacovigilancia en España. A escala europea el organismo responsable es la EMA.

El objetivo, añaden en la AEMPS, es “detectar efectos que no pueden aparecer en las primeras fases de los ensayos, sino solo cuando un medicamento se administra a muchas personas. Sin la farmacovigilancia tendríamos una falsa sensación de seguridad”.

Los ensayos previos no han fallado

La aparición de un efecto inesperado en un fármaco ya aprobado no implica un fallo en los ensayos clínicos previos. Hay variables imposibles de contemplar incluso en los ensayos mejor diseñados.Hay efectos que solo emergen tras una exposición muy prolongada o por la interacción con otros fármacos. Puede que su incidencia sea muy baja, como explican en una tribuna expertos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Los efectos raros, que afectan a un caso entre cientos de miles y que empiezan a dar la cara tras la inoculación de millones de dosis, solo los caza la farmacovigilancia

Como afirma la EMA, “los pacientes pueden estar tomando otras medicinas, [o el efecto puede emerger] solo cuando el fármaco ha sido usado por un número muy elevado de personas o por mucho tiempo”.

Los efectos más raros, para la farmacovigilancia

Las vacunas contra la covid-19 disponibles en Europa han sido ensayadas con miles de voluntarios. Son ensayos que responden “preguntas sobre eficacia, y sobre la incidencia de acontecimientos adversos bastante comunes”, como dolor en el lugar del pinchazo o dolores de cabeza, declara a Nature Hilda Bastian, colaboradora de Cochrane, una red global de investigadores y médicos que genera información sobre salud sin intereses comerciales.

Los efectos raros, que afectan a un caso entre cientos de miles y que empiezan a dar la cara tras la inoculación de millones de dosis, solo los caza la farmacovigilancia.

¿Coincidencia temporal o relación causal?

El gran desafío de la farmacovigilancia es determinar cuándo un efecto que coincide en el tiempo con la administración del fármaco (días o semanas) está efectivamente causado por este.

El proceso está abierto: además de los profesionales sanitarios, toda la ciudadanía puede notificar cualquier acontecimiento que considere sospechoso

La farmacovigilancia empieza cuando el fármaco sale al mercado y dura mientras esté en uso. En 2007 se creó la Red Europea de Centros de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia, de la EMA. Pero el proceso está abierto a la población general: además de los profesionales sanitarios, toda la ciudadanía puede notificar cualquier acontecimiento que considere sospechoso.

Bases de datos internacionales

Las notificaciones llegan a una gran base de datos de la AEMPS llamada FEDRA, conectada con otra en Europa, EudraVigilance. Expertos españoles y europeos —del Comité Europeo para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia, el PRAC— analizan la información.

“En esta evaluación se tiene en cuenta todos los datos disponibles a escala mundial”, explica la AEMPS, y sus recomendaciones “se aplican en todos los países de la Unión Europea”.

“Todas las notificaciones se analizan a fondo”, afirman en la AEMPS. Se revisa con detalle si hay otros factores que puedan haber causado los acontecimientos y si el número de casos es mayor del esperable en condiciones normales: “Hay que tener en cuenta que en el periodo en que se administra un fármaco o una vacuna las demás enfermedades no desaparecen”.

En 2018, en dos meses, se produjeron por cada millón de habitantes 205 ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio; 357 ingresos por enfermedad cerebrovascular aguda; 77 ingresos por asma; 123 nuevos casos de epilepsia o convulsiones; y 580 nuevos casos de diabetes mellitus.

Las alarmas pueden saltar si la frecuencia de un acontecimiento adverso notificado es superior a la que se considera habitual.

Se revisa con detalle si hay otros factores que puedan haber causado los acontecimientos y si el número de casos es mayor del esperable en condiciones normales

Acontecimiento adverso no es reacción adversa

El análisis de los expertos decide cuándo un acontecimiento adverso —la notificación de una coincidencia temporal— pasa a ser una reacción adversa —se confirma que el fármaco está en su origen—.

La información sobre una reacción adversa confirmada debe ser incluida en el prospecto del fármaco.

Además los expertos tratarán de descubrir el mecanismo biológico que desencadena la reacción adversa, algo que puede llevar tiempo.

Este artículo se publicó originalmente en Voces expertas, una sección coordinada por SINC en la web de la estrategia de vacunación española vacunacovid.gob.es.

Fuente: SINC
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