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Cómo convertir teléfonos móviles de última generación en ‘miniescáneres’

Los móviles 5G y algunos con radar incorporado se pueden transformar en escáneres para ver a través de la ropa, el papel o el cartón, como hacen los dispositivos de seguridad en los aeropuertos. Investigadores de la Universidad de Oviedo han desarrollado un prototipo de este novedoso y barato sistema de imagen.

Ejemplos de pistola y letras ocultas escaneadas con el nuevo sistema, basado en teléfonos con radar incorporado o con tecnología 5G. / Uniovi

Los sistemas de seguridad que se emplean en los aeropuertos son altamente eficaces, pero requieren de dispositivos de gran tamaño y coste elevado.

Ahora un equipo de la Universidad de Oviedo ha conseguido desarrollar un prototipo empleando únicamente sensores presentes en teléfonos móviles de última generación, lo que podría convertirlos en ‘miniescáneres‘ para ver a través de los objetos con idénticos resultados en términos de calidad y eficacia, con un precio mucho más asequible.

Un prototipo usa los sensores de los teléfonos móviles de última generación para convertirlos en ‘miniescáneres’ que permiten ver a través de la ropa y el cartón

“Hemos diseñado un sistema de imagen electromagnética que consigue transformar estos teléfonos móviles en escáneres para ver a través de objetos como el papel, el cartón o la ropa, exactamente igual que los sistemas de seguridad que se utilizan en los aeropuertos de todo el mundo”, apunta uno de sus creadores, Jaime Laviada Martínez, investigador del Grupo de Teoría de la Señal y Comunicación de la universidad asturiana.

Dos tipos de teléfonos móviles avanzados

El avance se apoya en dos tipos de tecnología móvil. Por un lado, teléfonos que llevan un radar incorporado. Es el caso de algunos dispositivos de Google que fueron diseñados para detectar gestos como pasar páginas con el movimiento de la mano. “Nosotros hemos dado una vuelta de tuerca y hemos utilizado ese pequeño radar para abrir un mundo lleno de posibilidades”, comenta Laviada.

Por otra parte está la telefonía 5G, que emite y va a emitir cada vez más en ondas milimétricas muy cortas que permiten conseguir imágenes de una alta resolución. “Con este incremento en la frecuencia ganamos en resolución y lo que antes era una simple mancha ahora es una imagen muy clara. Hemos obtenido imágenes muy nítidas de tijeras o llaves, por ejemplo”, comenta el investigador.

Para convertir los móviles en miniescáneres se han utilizado las cámaras para seguir la posición y las unidades de comunicación para emitir y transmitir, igual que lo hace un radar

Para convertir los móviles en miniescáneres se ha utilizado una tecnología combinada: sus propias cámaras para seguir la posición del móvil y las unidades de comunicación para emitir y transmitir, igual que lo hace un radar. 

“Para obtener la imagen, utilizamos las cámaras del móvil y movemos el teléfono delante de la zona que queremos escanear en zig-zag y, además, empleamos el radar o el propio sistema de comunicación del teléfono para transmitir y recibir ondas. Gracias a esta combinación hemos logrado imágenes tremendamente nítidas”, afirma Laviada.

“Esta investigación permite que cualquier persona tenga acceso a un escáner de ondas milimétricas, que tienen un enorme potencial en multitud de ámbitos”, comenta el investigador.

Aplicaciones en aeropuertos, construcción y alimentación

Según sus creadores, una de las aplicaciones más claras de esta tecnología es la seguridad de los aeropuertos y eventos, pero también podría utilizarse para detectar defectos de fabricación en edificios, en la búsqueda de tuberías viviendas o incluso la exploración de partículas extrañas en alimentos.

El equipo de la Universidad de Oviedo está avanzando ahora en la búsqueda de acuerdos comerciales que permitan la explotación económica de este hallazgo.

Los investigadores buscan acuerdos comerciales que permitan la explotación económica de este hallazgo

Este avance se enmarca en el proyecto Tecnologías avanzadas en ondas milimétricas para dispositivos vestibles o de mano (MILLIHAND), que trata de “resolver retos sociales gracias a la tecnología”.

Dentro de esta iniciativa, el equipo está desarrollando dispositivos que pueden emplearse en la ropa o utilizarse en la propia mano. Uno de los objetivos es diseñar un radar integrado en la ropa, una especie de ‘bastón tecnológico’, que puedan emplear personas con discapacidad visual para detectar y sortear obstáculos.

Fuente:UNIOVI
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El lazo se estrecha alrededor de los trombos asociados a las vacunas de Oxford y Janssen

Confirmar si estos fármacos pueden provocar raros casos de trombosis con plaquetas bajas, entender el mecanismo y qué personas son susceptibles permitirá tratar este infrecuente síndrome. Toda esta información reduciría aún más la probabilidad de daños potenciales.

Un reciente artículo da buenas noticias sobre los raros cuadros de trombosis (aparición de coágulos sanguíneos) y trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas en sangre) en personas vacunadas. / Adobe Stock

Janssen ha paralizado el lanzamiento de su vacuna monodosis en Europa después de que Estados Unidos pausara su uso tras detectar seis casos de trombosis con niveles bajos de plaquetas entre casi siete millones de vacunados. La noticia llega días después de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunciara el “posible vínculo” entre casos similares y el suero de Oxford/AstraZeneca. Como ambas vacunas emplean la misma tecnología, cada vez más investigadores se preguntan si está ahí la clave: la buena noticia es que, además de infrecuentes, estos cuadros serían tratables.

“Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo”. Las palabras pertenecen al investigador de la Universidad de Greifswald (Alemania) Andreas Greinacher, según declaraba a finales de marzo a la revista Science. El médico creía haber encontrado explicación al raro síndrome encontrado en personas vacunadas con Oxford/AstraZeneca. Desde entonces se han acumulado más evidencias y hoy algunos dedos apuntan a los adenovirus modificados en los que se basa este suero, así como el de Janssen/Johnson & JohnsonCanSino y Sputnik V.

Es un efecto adverso muy poco probable y los beneficios superan por mucho a los riesgos

José Jiménez, investigador del King’s College London

“Hace cuatro semanas estaba más en el aire, pero después de todos los estudios que han salido y viendo lo de Johnson & Johnson, cada vez parece más claro que hay una relación [entre el síndrome y las vacunas de adenovirus]”, explica a SINC el investigador del King’s College London (Reino Unido) José Jiménez. “Evidentemente, es un efecto adverso muy poco probable y los beneficios superan por mucho a los riesgos”.

Los estudios a los que hace referencia Jiménez fueron publicados en la revista NEJM la semana pasada por Greinacher y un equipo noruego, de forma independiente pero con conclusiones similares. En ellos se describían estos cuadros de trombosis (aparición de coágulos sanguíneos) y trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas en sangre). Su nombre provisional: “Trombocitopenia trombótica inmune inducida por vacunas” (VITT, por sus siglas en inglés).

“Son fantásticas noticias para el programa de vacunación”, opina Greinacher, autor de los estudios sobre este raro síndrome. El motivo de su optimismo es que pierden peso hipótesis alternativas más difíciles de solucionar

“Son fantásticas noticias para el programa de vacunación”, explicó Greinacher durante una rueda de prensa. El motivo de su optimismo es que perdían peso hipótesis alternativas más difíciles de solucionar. Por ejemplo, que estas reacciones tuvieran lugar en personas que habían sido infectadas por el SARS-CoV-2 previamente. O, todavía peor, que fueran debidas a reacciones cruzadas entre los anticuerpos generados por la vacuna y las plaquetas. Esto último podría haber afectado a otros sueros y puesto en jaque las campañas de inmunización.

La clave está en las plaquetas

Entonces, ¿a qué se deben estos raros cuadros? Greinacher ha dedicado parte de su carrera a estudiar la trombocitopenia inducida por heparina (TIH), con el que estas reacciones guardan cierta similitud. “Se trata de un descenso brusco de plaquetas, tras su activación, en algunos pacientes que reciben el anticoagulante heparina”, explica a SINC el jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, Vicente Vicente.

Esto sucede en muy pocos pacientes que reciben el fármaco, “un 0,1 % o menos” según Vicente, lo que hace que la incidencia de ese tipo de trombocitopenia sea muy superior a la observada de momento con la vacuna de Oxford/AstraZeneca. “Desarrollan anticuerpos porque la heparina y una proteína de las plaquetas llamada factor plaquetario 4 (PF4) forman un complejo”. Mediante un mecanismo desconocido, se generan anticuerpos y se produce una activación de las plaquetas, trombocitopenia y trombosis.

Todas las trombosis que aparecen tras la vacuna han sido venosas, mientras que entre las inducidas por heparina también hay arteriales. Esto es importante desde el punto de vista médico

Vicente Vicente, jefe de Hematología del Hospital Universitario Morales Meseguer (Murcia)

Vicente considera “razonable y acertado” que Greinacher, ‘padre’ de la TIH, haya investigado esta vía dada la similitud entre este fenómeno y el observado en unas pocas personas que han recibido la vacuna de Oxford/AstraZeneca. “Parece que podría ser [algo parecido], pero todavía hay reservas e indudablemente faltan detalles como cuáles son los potenciadores de la activación plaquetaria”, opina el médico.

“Solo hay una diferencia: todas las trombosis que aparecen tras la vacuna han sido venosas, mientras que entre las inducidas por heparina también hay arteriales, que son las importantes”, explica Vicente. El hematólogo aclara que el hecho que sea de un tipo u otro es “importante desde el punto de vista médico”, ya que “los mecanismos son distintos”.

La similitud entre la trombocitopenia inducida por heparina (TIH) y la inducida por la vacuna (VITT) es tal que los test desarrollados por Greinacher para la primera sirvieron, con pequeñas modificaciones, para detectar la segunda. “En este caso no hay heparina, pero sería la unión de algún determinante antigénico del virus con el factor plaquetario 4”, aclara Vicente. Ese sería el detonante activo que activaría las plaquetas y generaría el mecanismo de coagulación y de trombosis.

En busca del posible mecanismo

Pero, ¿qué virus reacciona con las plaquetas? La vacuna de Oxford/AstraZeneca consiste en un adenovirus de chimpancé modificado para que se parezca al SARS-CoV-2 y genere una respuesta inmunitaria sin provocar la enfermedad.

“La teoría que se baraja es que se produce porque el virus tiene el ADN dentro, queda suelto porque alguna partícula se rompe y se une al PF4. Eso forma un complejo que el cuerpo identifica como algo extraño y genera anticuerpos contra él”, comenta Jiménez. De hecho, la presencia de ADN extracelular ya se ha asociado con trombosis en otros contextos.

La teoría que se baraja es que se produce porque el virus tiene el ADN dentro, queda suelto porque alguna partícula se rompe y se une al PF4. Eso forma un complejo que el cuerpo identifica como algo extraño y genera anticuerpos contra él

José Jiménez

Aunque las evidencias se han acumulado en la última semana, todo esto sigue siendo una teoría. “Primero tienen que demostrar que es una respuesta autoinmune al PF4, lo cual estaría bien porque tiene tratamiento y diagnóstico: bloqueas esos anticuerpos que se producen y, además, puedes ver si la persona los tiene”, explica Jiménez. “Una vez lo confirmen tienen que ver qué tiene la vacuna que hace que se produzca, porque si lo identifican lo pueden cambiar”. Por último, “ver qué le pasa a esa persona y si tiene previamente anticuerpos frente al PF4”.

La rueda de prensa ofrecida ayer por la FDA sugiere que estas personas, efectivamente, presentan anticuerpos frente al PF4. Su director Peter Marks explicó que el motivo de la pausa en la vacunación con Janssen es que estos pacientes dejaran de recibir anticoagulantes basados en heparina. En otras palabras, reorganizar la atención médica para que estos raros casos obtengan tratamientos que les ayuden, en lugar de hacer más daño. Pero, ¿cuál es ese tratamiento?

Cómo tratar los trombos asociados a la vacuna

“Con la trombocitopenia inducida por heparina, que es bastante grave, se vio que hay que hacer dos cosas muy rápidas”, dice Vicente. Puesto que nos enfrentamos a una trombosis provocada por la heparina, hay que anticoagular “con algo que no sea heparina, “por ejemplo un análogo”. El hematólogo asegura que también se ha valorado la posibilidad de dar “anticoagulantes orales de acción directa”.

Ante una trombosis de este tipo, el hematólogo Vicente Vicente opina que hay que anticoagular con algo que no sea heparina

Lo segundo es dar dosis altas de inmunoglobulinas. “Tiene sentido porque se usan en muchas enfermedades autoinmunes que destruyen células como la anemia hemolítica autoinmune”, explica Vicente. “Bloquean al receptor que se va a unir al anticuerpo” y, por lo tanto, “no hay reacción y no hay destrucción”. Todo esto hace que las plaquetas “suban de forma rápida” en los pacientes tratados de esta forma.

El tratamiento para los cuadros provocados por la vacuna que proponen los investigadores es similar: “Utilizar grandes dosis de inmunoglobulinas para evitar que las plaquetas sigan descendiendo por activación de la coagulación y, al mismo tiempo, dar algún anticoagulante que no sea heparina para evitar por precaución que interactúe con el factor plaquetario 4”.

Los datos disponibles hasta la fecha sugieren que la incidencia de este problema es baja, con un caso por cada 100.000 vacunados con Oxford/AstraZeneca en Europa. Entender sus mecanismos permitiría diagnosticar y tratar a los afectados, lo que reduciría aún más la probabilidad de daños potenciales. “Dada la analogía que tiene con la TIH, parece que el mecanismo es similar y, como las altas dosis de inmunoglobulinas son efectivas, en este caso podemos pensar que también lo serán”, comenta Vicente.

Vicente cree que es importante insistir en que estos eventos “son rarezas”. La heparina es de los fármacos que más se utilizan para tratar trombosis, aunque uno de cada 1.000 pacientes desarrolle trombocitopenia inducida por ella

El hematólogo aclara que los estudios realizados por Greinacher son in vitro debido al bajo número de pacientes detectados. “Han visto que con altas dosis de inmunoglobulinas se bloquea el anticuerpo específico que va a las plaquetas, por lo que es de suponer que es efectivo [con pacientes reales]”.

Vicente cree que es importante insistir en que estos eventos “son rarezas”. Recuerda que la heparina es de los fármacos que más se utilizan para tratar trombosis aunque un 0,1 % de los pacientes desarrolle trombocitopenia inducida por ella: “Aun así no dejamos de usarla. Todos los fármacos tienen su factura, es el peaje a pagar por su eficacia”.

¿Y si el problema es la proteína S? 

Otra hipótesis menos defendida es la posibilidad de que el culpable sea la proteína S, la espícula que se obliga al adenovirus a producir para desencadenar la respuesta inmunitaria. “Mucha gente lo descarta porque se usa en todas las vacunas, pero hay que tener en cuenta que la proteína S que se utiliza es diferente en cada una porque tiene mutaciones y cualquier pequeño cambio puede hacer que se comporte de forma diferente”, asegura Jiménez.

“Puede ser del adenovirus, que es lo más probable, o del antígeno, de la proteína S”, añade. En este sentido, ya se había descrito un fenómeno similar en pacientes de covid-19 no vacunados: un estudio publicado en febrero en la revista Journal of Thrombosis and Haemostasis mostró complejos plaquetarios en enfermos con trombocitopenia y trombosis.

Fuente: SINC
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La inactividad física duplica el riesgo de sufrir una infección por covid grave

Un nuevo estudio observacional de investigadores estadounidenses indica que las personas que no realizan nada de ejercicio físico y se infectan por covid-19 tienen más del doble de probabilidades de ser ingresados ​​en el hospital, en comparación con aquellos que se ejercitan durante más de dos horas a la semana. Este factor sería incluso más perjudicial que el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión o la pobreza.

La inactividad física también está relacionada con una infección por covid-19 más grave y un mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad./ Pexels

La edad avanzada, el tabaquismo, la obesidad o la pobreza, así como padecer enfermedades como cardiopatías, hipertensión, diabetes, cáncer o Alzheimer, entre otras, son factores de riesgo que pueden definir la gravedad con la que la covid-19 afectará a las personas.

Además, ahora un estudio, publicado en la revista British Journal of Sports Medicine y elaborado por un equipo del departamento de Medicina Familiar y Deportiva del centro Kaiser Permamente (EE UU), ha observado que la inactividad física también está relacionada con una infección por covid-19 más grave y un mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad.

Un simple paseo caminando a ritmo rápido se considera como ejercicio físico

Robert Sallis (Centro Médico Kaiser Permanente)

“Estamos convencidos de que los resultados de este estudio representan una pauta clara que puede ser utilizada por todo el mundo para reducir el riesgo de sufrir la covid-19 de forma grave, incluida la muerte”, declara a SINC Robert Sallis, médico de medicina familiar de este centro estadounidense y primer autor del estudio.

Para dar con esta afirmación, los investigadores recabaron datos sobre la actividad física de 48.440 pacientes adultos con infección confirmada por covid-19 entre enero y octubre de 2020. Según establecieron, un simple paseo caminando a ritmo rápido podría considerarse como ejercicio físico.

La edad media de los pacientes era de 47 años; casi dos tercios eran mujeres (62 %). En el estudio se informa que alrededor de la mitad no tenía ninguna enfermedad subyacente, como diabetes, EPOC, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y cáncer; casi uno de cada cinco (18 %) tenía solo una; y casi un tercio (32 %) tenía dos o más.

El seguimiento que se realizó a los pacientes fue mediante encuestas, en las que se preguntaba cuántos días a la semana realizaban ejercicio, en qué intensidad y, en promedio, cuántos minutos realizan en ejercicio a ese nivel.

Tres niveles de actividad

Después, establecieron tres niveles de actividad: a quienes realizaron algún tipo de actividad física entre 0 y 10 minutos a la semana se les consideró como “constantemente inactivos”; aquellos que se ejercitaron durante 150 minutos a la semana o más “cumplieron las directrices recomendadas” por los expertos; entre medias, los que practicaron ejercicio físico entre los 11 y los 149 minutos a la semana pasaron a engrosar el grupo de los que realizaron “alguna actividad”.

Según los resultados obtenidos, solamente el 6,4 % cumplía constantemente con las pautas de actividad física; el 14,4 % estaba constantemente inactivo y el resto notificó alguna actividad física.

En paralelo, de entre todos los pacientes con covid-19 seleccionados para el estudio, el 8,6 % fueron hospitalizados, el 2,4 % fueron ingresados en la UCI y el 1,6 % falleció.

La inactividad física fue el factor de riesgo más notable en los resultados, comparado con factores de riesgo comunes, como el tabaquismo, la obesidad o la diabetes

Al combinar y analizar ambos datos, los autores constataron que quienes no realizaban ejercicio físico tenían más del doble de probabilidades de ser ingresados ​​en el hospital en comparación con aquellos que registraron más de 150 minutos de ejercicio físico a la semana.

“De hecho, la inactividad física fue el factor de riesgo más notable en los resultados, en comparación con los factores de riesgo comúnmente citados, incluidos el tabaquismo, la obesidad, la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer”, apunta Sallis.

Las probabilidades de muerte fueron 2,49 veces mayores para los pacientes que no realizaban ejercicio físico, en comparación con los pacientes que lo realizaban de manera constante. Además, los inactivos tenían 1,73 veces más de probabilidades de requerir el ingreso en UCI frente a los activos.

Con este estudio, sus responsables esperan que el mensaje de que “con un poco de ejercicio se puede llegar muy lejos” sea escuchado y puesto en práctica.

Pese a la estrecha relación entre ejercicio físico y gravedad de la enfermedad encontrada, los autores no han podido establecer la razón que la explicaría, por tratarse de un estudio observacional

“En general, caminar 30 minutos al día, 5 días a la semana y a un ritmo moderado tendrá un enorme efecto protector contra la covid-19”, recomienda Sallis. “La forma en la que alguien puede medir si está caminando a un ritmo moderado es que esté demasiado agotado para cantar pero todavía pueda hablar”, ejemplifica.

A pesar de la estrecha relación entre ejercicio físico y gravedad de la enfermedad que señalan los investigadores, no han podido establecer la razón que la explicaría.

“Al tratarse de un estudio de observación, no podemos saberlo con certeza. No obstante, la actividad física regular está asociada a mejoras en la capacidad pulmonar, en la salud cardiovascular y en la fuerza muscular que, a su vez, pueden servir para atenuar los efectos negativos de la covid-19 si se contrae. También es sabido que el ejercicio regular mejora la función inmunológica y conduce a mejoras en todas las demás enfermedades crónicas que se asocian con los resultados graves del coronavirus”, concluye Sallis.

Referencia:

Sallis, Robert et al. “Physical inactivity is associated with a higher risk for severe COVID-19 outcomes: a study in 48 440 adult patients”. British Journal of Sports Medicine (2021)

Fuente: SINC
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Por qué es indispensable la EMA para garantizar la eficacia, seguridad y calidad de las vacunas en Europa

Entre la impaciencia y el populismo parecen crecer las voces que pretenden administrar a la población vacunas no autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento. Sería una enorme insensatez, en realidad impensable, echar por la borda todas nuestras garantías.

Personal sanitario vacuna contra la covid-19 a personas en Roma en marzo de 2021 con la vacuna de Oxford-AstraZeneca. / EFE

Es muy inusual ver a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) en las televisiones. Pero la pandemia tiene estas cosas y la EMA se ha hecho popular, inicialmente con las noticias sobre la autorización de comercialización en la Unión Europea (UE) de las vacunas covid-19 de PfizerModernaAztraZeneca y Janssen.

En las últimas semanas, y no sin cierto bullicio, la agencia europea ha sido noticia de nuevo a propósito de confusos anuncios de adquisición de la vacuna Sputnik V por algunos países de la UE (actualmente en fase de revisión continua, pero aún no autorizada por la EMA) y, sobre todo, con la sospecha de efectos adversos de las vacunas de AstraZeneca y Janssen no detectados previamente en los ensayos clínicos y, aun extremadamente raros, potencialmente graves.

Qué es la EMA

La EMA es una agencia descentralizada de la UE, responsable de la evaluación científica, la supervisión y el seguimiento de la seguridad de los medicamentos en la UE.

Se configura como una organización en red cuyas actividades, además de las Agencias de Medicamentos de los Estados miembros, involucran a miles de expertos de toda Europa mediante el trabajo en comités científicos en sus dos principales divisiones, la de medicamentos humanos y la de medicamentos veterinarios.

La EMA y la autorización de medicamentos en Europa

En la UE no se puede comercializar un nuevo medicamento —o vacunas y otros productos con fines medicinales— sin una rigurosa evaluación científica y técnica de su eficacia, seguridad y calidad, incluyendo las buenas prácticas en su fabricación. Salvo algunas situaciones excepcionales que permiten la importación de medicamentos aún no aprobados, tampoco pueden prescribirse o utilizarse medicinas sin esta evaluación previa que es una de las principales tareas que desde 1995 realiza la EMA.

Estas evaluaciones, que históricamente se han basado en ensayos clínicos, permiten caracterizar el balance entre riesgos y beneficios de cada medicamento en cada posible indicación. Los que tienen un perfil riesgo-beneficio positivo recibirán una autorización de comercialización válida en todos los países del Espacio Europeo Común (los de la UE más Noruega, Islandia y Liechtenstein).

La autorización por la EMA, con su análisis de riesgo-beneficio, no implica que los sistemas de aseguramiento público —en el caso de España, el Sistema Nacional de Salud— tengan la obligación de incluir el fármaco en su cartera de prestaciones

La autorización por la EMA, con su análisis de riesgo-beneficio, no implica que los sistemas de aseguramiento público —en el caso de España, el Sistema Nacional de Salud— tengan la obligación de incluir el fármaco en su cartera de prestaciones. Esta decisión, competencia de los Estados Miembros, puede requerir la evaluación del papel del fármaco en el conjunto del arsenal terapéutico con la misma indicación (análisis de efectividad comparativa, valoraciones de posicionamiento terapéutico) y evaluaciones económicas (análisis coste-efectividad, análisis de impacto presupuestario).

Para estas tareas muchos países han creado agencias de evaluación al estilo del NICE británico (en España se ha propuesto una iniciativa en este sentido que es actualmente objeto de debate).

La EMA y la farmacovigilancia

La evaluación previa a la autorización de comercialización es un mecanismo de seguridad fundamental. No es el único previo a la comercialización. La EMA ha estado revisando en diálogo continuo los procesos de desarrollo de las vacunas en sus diferentes estadios, y también coordina las revisiones de buenas prácticas de producción, incluyendo la inspección de las instalaciones de fabricación.

No es inusual que aparezcan nuevos efectos adversos: los medicamentos deben ser monitorizados a lo largo de su uso y en el mundo real

Pero no es suficiente. Los ensayos evalúan la seguridad en un número relativamente pequeño de pacientes (en su mayor parte adultos jóvenes, sin comorbilidades ni tratamientos concomitantes). Pero tras la autorización esos medicamentos serán empleados en muchísimas más personas, de todo tipo y durante más tiempo. No es inusual que aparezcan nuevos efectos adversos: los medicamentos deben ser monitorizados a lo largo de su uso y en el mundo real.

La farmacovigilancia es la disciplina y las actividades dedicadas a la detección, evaluación, análisis causal y prevención de efectos adversos u otros problemas con medicamentos. Y la EMA coordina el sistema de farmacovigilancia de la Unión Europea, desarrollado fundamentalmente por los Estados Miembros, además de apoyar diversas actividades de farmacovigilancia.

El Pharmacovigilance Risk Assessment Committee (PRAC), del que tanto se ha hablado estos días, es el responsable de la evaluación de seguridad en la EMA y, además de representantes de las agencias nacionales, incorpora expertos y representantes de los profesionales y los pacientes.

No podría haber mercado único si los países pudieran vetar medicamentos de otros países, o favorecer a los propios, con argumentos interesados. La evaluación científica objetiva y homogénea de los medicamentos es imprescindible para la UE

La farmacovigilancia es una actividad planificada en la que colaboran todos los agentes implicados. Por ejemplo, en el caso de las vacunas covid-19, el plan de farmacovigilancia incluye un plan de gestión de riesgos con requerimientos específicos, informes de seguridad periódicos (mensuales), la trazabilidad de todos los lotes y el registro de la exposición a la vacuna, estudios observacionales contratados con centros de investigación (como los proyectos ACCES o CONSING), la declaración espontánea de sospecha de reacciones adversas, métodos de detección de señales de riesgo y el intercambio de información con otras agencias.

Son estos mecanismos los que han permitido detectar e iniciar la evaluación de las señales de seguridad relacionadas con los raros casos de trombos combinados con trombopenia en las vacunas de AstraZeneca y Janssen.  Una clara señal de que la monitorización de seguridad en la UE funciona.

La EMA y Europa

La EMA es una pieza esencial en la arquitectura de Europa. No podría haber mercado único si los países pudieran vetar medicamentos de otros países o favorecer a los propios utilizando argumentos de eficacia y seguridad más o menos interesados. La evaluación científica objetiva y homogénea de los medicamentos es imprescindible para la UE.

Pero también lo es el incentivar y facilitar la innovación en una industria esencial para Europa y urgente para muchos pacientes. Que un medicamento tuviera que ser aprobado por cada país con criterios heterogéneos sería una dura barrera para la industria farmacéutica y un despilfarro para un proceso que tiene enormes economías de escala.

Administrar vacunas no autorizadas por la EMA equivaldría a echar por la borda todas nuestras garantías: una enorme insensatez

Que un medicamento eficaz llegue en tiempo a los pacientes es tan importante como evitar el acceso al mercado de otro con un perfil riesgo-beneficio inadecuado. Las estrategias desarrolladas por la EMA para incentivar el acceso de medicamentos para enfermedades minoritarias, para facilitar el acceso de las PYMEs a la comercialización o las propias actuaciones en situaciones de emergencia como la pandemia, son también una parte importante de los servicios que aporta la EMA a la UE. Y es también, no lo olvidemos, una referencia para los países que no pueden disponer de agencias de medicamentos de similar potencia y prestigio.

En resumen, la EMA es la principal garantía de la eficacia, seguridad y calidad de los medicamentos y vacunas que consumimos en Europa. Entre la impaciencia y el populismo parecen crecer las voces que pretenden administrar a la población vacunas no autorizadas por la EMA. Sería una enorme insensatez, en realidad impensable, echar por la borda todas nuestras garantías.

Salvador Peiró es investigador del Área de investigación en servicios de salud y farmacoepidemiología. Fundación para el fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO), València.

Fuente: SINC
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Señales de nueva física tras el bamboleo de una diminuta partícula

Un experimento con muones en el laboratorio Fermilab de EE UU ha detectado que estos ‘primos’ del electrón parecen estar interactuando con partículas o fuerzas de la naturaleza desconocidas para la ciencia. El descubrimiento todavía no se puede confirmar al 100 % pero solo hay una posibilidad entre 40.000 de que sea casual.

Experimento Muon g-2, con su anillo de almacenamiento magnético superconductor de 15 m de diámetro. / Reidar Hahn, Fermilab

El miércoles 7 de abril se han presentado los primeros resultados del experimento Muon g-2 en el Laboratorio Nacional Fermi (Fermilab) del Departamento de Energía de EE UU, y han sorprendido a la comunidad científica al mostrar que unas partículas fundamentales llamadas muones se comportan de una forma que no predice la mejor de las teorías en este campo: el modelo estándar de la física de partículas.

Esto podría insinuar que existe una nueva y emocionante física desconocida hasta la fecha. Los muones actúan como una ventana al mundo subatómico y parecen estar interactuando con partículas o fuerzas que todavía no se han descubierto. Hasta ahora se conocen las fuerzas gravitatoria, electromagnética, fuerte y débil, pero podría haber una quinta.

Los primeros resultados del experimento Muon g-2 de Fermilab (EE UU) muestran que los muones se comportan de una forma que no predice el modelo estándar de la física, por lo que podrían estar interactuando con partículas o fuerzas desconocidas para la ciencia

Este resultado trascendental, publicado también en la revista Physical Review Letters, se ha realizado con una precisión sin precedentes, y confirma una discrepancia que lleva intrigando a los investigadores desde hace dos décadas.

«Hoy es un día extraordinario, largamente esperado no solo por nosotros, sino por toda la comunidad física internacional», ha destacado Graziano Venanzoni, coportavoz del experimento Muon g-2 y físico del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia, quien ha resaltado el importante papel de los jóvenes investigadores en este hallazgo.

La oscilación del muón, el ‘primo’ del electrón

Un muón es unas 200 veces más masivo que su ‘primo’, el electrón. Los muones se producen de forma natural cuando los rayos cósmicos inciden en la atmósfera de la Tierra, y los aceleradores de partículas del Fermilab pueden producirlos en grandes cantidades. Al igual que los electrones, actúan como si tuvieran un pequeño imán interno.

En un campo magnético intenso, la dirección del imán de los muones hace un movimiento de precesión, se bambolea como el eje de una peonza. La fuerza del imán interno determina la velocidad de precesión de esta partícula en un campo magnético externo y se describe mediante un número que los físicos llaman factor g. Este número puede calcularse con enorme precisión.

Lo nuevos datos del Fermilab coinciden con los conseguidos hace dos décadas en Laboratorio Nacional de Brookhaven, divergiendo de la teoría con la medición más precisa realizada hasta la fecha

Mientras los muones circulan por el imán de Muon g-2, también interactúan con una espuma cuántica de partículas subatómicas que aparecen y desaparecen. Las interacciones con estas partículas de corta vida afectan al valor del factor g, haciendo que la precesión de los muones se acelere o se ralentice muy ligeramente.

El modelo estándar predice este denominado momento magnético anómalo con extrema precisión. Pero si la espuma cuántica contiene fuerzas o partículas adicionales que no están contempladas en el modelo, eso modificaría aún más el factor g de los muones, y es lo que parece haber ocurrido.

«La cantidad que medimos refleja las interacciones del muón con todo lo demás en el universo, pero cuando los teóricos calculan esa misma cantidad, utilizando todas las fuerzas y partículas conocidas del modelo estándar, no obtenemos la misma respuesta», explica Renee Fatemi, física de la Universidad de Kentucky y encargada de las simulaciones del experimento, “así que esto es una fuerte evidencia de que el muón es sensible a algo que no está en nuestra mejor teoría».

El experimento predecesor de Muon g-2, realizado en el Laboratorio Nacional de Brookhaven (también del Departamento de Energía de EE UU) y que concluyó en 2001, ya ofreció indicios de que el comportamiento del muón no estaba de acuerdo con el modelo estándar. Ahora la nueva medición en el Fermilab coincide fuertemente con el valor encontrado en Brookhaven y diverge de la teoría con la medición más precisa realizada hasta la fecha.

En concreto, el valor teórico aceptado para el factor g del muón es 2,00233183620 y su momento magnético anómalo 0,00116591810. Sin embargo, los nuevos resultados experimentales anunciados esta semana por la colaboración Muon g-2 son un factor g de 2,00233184122 y un momento magnético anómalo de 0,00116592061.

Una posibilidad entre 40.000 de que sea casualidad

Parece muy poca la diferencia, pero los datos combinados de Fermilab y Brookhaven muestran una discrepancia con la teoría que presenta una desviación estándar o significación de 4,2 sigma, un poco menos de las 5 sigma que los científicos requieren para afirmar un verdadero descubrimiento. Aun así es una evidencia convincente de nueva física, según lo investigadores. La probabilidad de que los resultados sean una fluctuación estadística es de aproximadamente 1 entre 40.000.

Los primeros resultados del experimento Muon g-2 de Fermilab confirman los realizados hace dos décadas en el Laboratorio Nacional de Brookhaven. Ambos muestran una fuerte evidencia de que los muones se apartan de la predicción del modelo estándar de la física de partículas. / Ryan Postel, colaboración Fermilab/Muon g-2

El experimento del Fermilab reutiliza el componente principal del de Brookhaven, un anillo de almacenamiento magnético superconductor de 15 metros de diámetro. En las instalaciones de Muon g-2 se envía un haz de muones a ese anillo, donde circulan miles de veces a casi la velocidad de la luz, y los detectores que lo recubren permiten determinar la velocidad de precesión de los muones.

La discrepancia con la teoría presenta una desviación estándar de 4,2 sigmas, un poco menos de los 5 sigmas que los científicos requieren para confirmar un verdadero descubrimiento, pero aun así es una evidencia convincente de nueva física

En su primer año de funcionamiento, en 2018, Muon g-2  recogió más datos que todos los experimentos anteriores sobre el factor g de muones juntos. Con más de 200 científicos de 35 instituciones de siete países, esta colaboración ha terminado ahora de analizar el movimiento de más de 8.000 millones de muones de su primer run o fase de ejecución.

«Después de los 20 años transcurridos desde que terminó el experimento de Brookhaven, es muy gratificante resolver por fin este misterio», subraya el científico Chris Polly, que fue estudiante en el antiguo experimento y ahora es coportavoz del actual.

Expectación por los futuros datos de Muon g-2

El análisis de los datos del segundo y tercer run de de Muon g-2 ya se está realizando, la cuarta fase también está en curso y hay prevista una quinta. La combinación de los resultados de las cinco ejecuciones proporcionará a los científicos una medición aún más precisa del bamboleo del muón, revelando con mayor certeza si efectivamente se esconde nueva física dentro de la espuma cuántica.

«Hasta ahora hemos analizado menos del 6 % de los datos que el experimento acabará recogiendo”, apunta Polly, quien al igual que sus colegas está expectante por lo que pueda llegar: “Aunque estos primeros resultados nos dicen que hay una diferencia intrigante con el modelo estándar, vamos a aprender mucho más en los próximos dos años».

Fuente:

FERMILAB
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El público que confía en la televisión y Facebook está peor informado sobre la pandemia

Un estudio estadounidense concluye que existe una relación entre la fuente escogida de noticias y el conocimiento del coronavirus: los que se informaban en las webs del Gobierno respondían mejor, pero los que elegían a Facebook obtenían una peor puntuación. Los resultados reflejan la importancia del origen de las noticias para diseñar intervenciones de salud pública.    

Las webs del gobierno estadounidense, la televisión y las comunicaciones del sistema sanitario eran las fuentes más fiables entre los encuestados, según el estudio. / Pixabay

Las personas que consideran Facebook y la televisión como medios fiables para informarse sobre el coronavirus tienen peores conocimientos sobre la covid-19, según un estudio publicado en el último número de la revista Current Medical Research & Opinion, en el que evaluaba cuánto sabía esta población en las primeras etapas de la pandemia.

El trabajo encuestó a 5.948 adultos de Pensilvania (EE UU) entre el 25 y el 31 de marzo de 2020. Así, encontró que en la población que otorga más confianza a las redes sociales y la televisión para las noticias eran menos propensos a informarse correctamente sobre el coronavirus. De hecho, aquellos adultos que usaban Facebook como fuente adicional de información tenían muchas menos probabilidades de responder correctamente a las preguntas sobre la covid-19.

La desinformación y el desconocimiento sobre la covid-19 y sus vías de contagio pueden ser lo que haya alimentado la pandemia

Robert P. Lennon

Robert P. Lennon, profesor asociado de Medicina de Familia y Comunitaria de la universidad estadounidense y uno de los autores del estudio, afirma que el auge de las redes sociales “ha cambiado la manera en la que el mundo se informa, con trabajos que afirman que el 66 % de los estadounidenses confía en las redes sociales para enterarse de las noticias”.

“Esto es preocupante —indica Lennon—, porque la desinformación y el desconocimiento sobre la covid-19 y sus vías de contagio pueden ser lo que haya alimentado la pandemia”. A fecha de publicación de este artículo, el número de fallecidos por covid-19 en el mundo es de 2,9 millones de personas, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.

Encuesta al inicio de la pandemia

Según indican los autores del trabajo, el brote de coronavirus en marzo de 2020 ya era lo suficientemente preocupante como para que los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania elaboraran rápidamente una encuesta.

El trabajo quería explorar el conocimiento, las percepciones y las fuentes de información preferidas por el público para las noticias sobre el coronavirus

Con este trabajo, buscaban explorar el conocimiento, las percepciones y las fuentes de información preferidas por el público para estar al día del coronavirus. Tal fue la velocidad con la que se desarrolló esta encuesta que, a las pocas horas de que se les comunicara que su estudio iba a ser financiado, la OMS declaraba la covid-19 como una pandemia.

La encuesta se envió rápidamente a 5.948 adultos de Pensilvania, que ofrecerían una visión del uso público de la información durante una emergencia nacional. Así, los encuestados respondieron a preguntas sobre la procedencia de las noticias y las fuentes en las que más confiaban. Tras esto, se les ofreció 15 afirmaciones sobre la covid-19, con las que tenían que decir si eran verdaderas o falsas y el grado de confianza en su respuesta.

Estas preguntas abordaban diversas cuestiones, como transmisión, gravedad o tratamientos; y planteaban preguntas consideradas de dificultad fácil, moderada y difícil en cada uno de estos ámbitos. Además, a medida que avanzaba la cobertura mediática, el desarrollo de las preguntas de la encuesta era cada vez más complicado. “Una pregunta casi imposible el lunes era tan fácil el jueves que no se podía utilizar”, dicen los investigadores.

Confianza según las fuentes

Los resultados muestran que las fuentes de información más fiables eran las páginas web del gobierno de EE UU (42, 8 %), seguidos de la televisión (27,2 %) y las comunicaciones del sistema sanitario (9,3 %).

El estudio concluye que existían una clara relación entre la fuente escogida de información y el conocimiento del coronavirus. Como ejemplo, los participantes que confiaban más en las webs del Gobierno eran más propensos a responder correctamente, mientras que los que preferían la televisión obtenían una peor puntuación. Estos resultados descendían mucho en aquellos adultos que elegían Facebook como fuente más fiable o como fuente adicional de información.

Los resultados muestran que las fuentes de información más fiables eran las páginas web del gobierno de EE UU. (42, 8 %), seguidos de la televisión (27,2 %) y las comunicaciones del sistema sanitario (9,3 %)

Estos datos manifiestan la importancia de tener en cuenta el origen de las noticias a la hora de diseñar intervenciones de salud pública. Los mensajes clave como ‘quédate en casa’, ‘lávate las manos’, ‘usa mascarilla’ o ‘mantén la distancia social’ solo son efectivos si se comprenden.

Lennon recuerda que “la comunicación efectiva es un elemento crítico para gestionar con éxito la respuesta a una pandemia”. A esto, el investigador agrega que “el primer paso para cumplir las recomendaciones es comprenderlas”.

“Es vital que los comunicadores sanitarios tengan en cuenta cómo obtiene el público su información y supervisen estos lugares para corregir la desinformación cuando aparezca”, concluye.

Referencia:

Surav Man Sakya et al. “The impact of COVID-19-related changes in media consumption on public knowledge: results of a cross-sectional survey of Pennsylvania adults” (2021). Current Medical Research and Opinion, DOI: 10.1080/03007995.2021.1901679

Fuente: SINC
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Siete preguntas sobre Ingenuity, el helicóptero ‘bebé’ de Perseverance que puede pasar a la historia de la aviación

Esta demostración tecnológica de la NASA intenta convertirse en abril en el primer vuelo a motor realizado en otro planeta. Si tiene éxito, abrirá la puerta a nuevas vías de exploración en Marte, incluso para las misiones con humanos en el planeta rojo.

Ilustración de Ingenuity volando sobre la superficie de Marte. / NASA/JPL-Caltech

¿Qué es exactamente Ingenuity?

Ingenuity es un pequeño helicóptero, un dron, incluido entre los dispositivos que la misión Mars 2020 de la NASA y el rover Perseverance han llevado a Marte. Se trata de una demostración tecnológica, como el experimento MOXIE, y no un instrumento científico como MEDA o PIXL, ya que no tiene el propósito de ayudar o realizar ninguna investigación científica en el planeta rojo.

Otras demostraciones tecnológicas exitosas que NASA ha llevado al planeta rojo son el rover Sojourner de la misión Pathfinder, y Mars Cube One (MarCO) junto a la misión InSight.

¿Qué va a hacer en Marte?

El objetivo principal es intentar un vuelo de helicóptero a motor en ese planeta. Es una frase sencilla pero que engloba una infinidad de obstáculos para que salga bien. El primero de ellos, la atmósfera marciana, que es muy delgada y tiene cerca de un uno por ciento de la densidad de la terrestre.

Ingenuity es extremadamente ligero y necesita que sus aspas logren rotar a una velocidad mucho mayor de la necesaria en la Tierra. La única ventaja de volar en Marte es que la gravedad del planeta es inferior a la terrestre

Por ello, Ingenuity necesita ser extremadamente ligero y lograr que sus aspas roten a una velocidad mucho mayor. La única ventaja de volar en Marte es que la gravedad del planeta rojo es solo un tercio de la terrestre, por lo que hay que hacer menos esfuerzo para levantar la misma cantidad de masa.

Otro objetivo importante de Ingenuity es observar si su estructura es capaz de aguantar las extremas temperaturas de la noche marciana, que pueden bajar hasta los -90 grados Celsius.

¿Cuándo despegará?

La estimación de la NASA es que Ingenuity despegue, por primera vez, este domingo 11 de abril, aunque esta fecha puede cambiar y ya ha variado en ocasiones anteriores. Si ocurre este día, lo sabremos en una rueda de prensa que la agencia ha programado para el lunes, 12 de abril, a las 9.30 h (hora peninsular española).

La ventana de la misión es de 30 soles (31 días terrestres), tiempo en el que Ingenuity intentará varios vuelos de prueba y realizará diferentes tareas, como toma de fotografías y datos ambientales.

¿Dónde ha estado Ingenuity todo este tiempo de misión?

Debajo del ‘vientre’ del cuerpo de Perseverance, encajado lateralmente y protegido del material que se levantó durante el descenso y aterrizaje del rover. Antes, tanto este como el helicóptero viajaron de la Tierra a Marte en una cápsula a lo largo de los 471 millones de kilómetros que separan los dos planetas. Como una ‘pelota’ interplanetaria que llevaba a un kanguro y su bebé.

comparativa ingenuity perseverance

Ilustración que permite comparar el tamaño de Perseverance (grande) e Ingenuity. / NASA/JPL-Caltech

¿Cómo es este pequeño helicóptero?

Ingenuity es como una maleta de mano (13,6 x 19,5 x 16,3 centímetros) y pesa unos 1,8 kilos, a diferencia de Perseverance, que mide lo mismo que un vehículo de ciudad y su masa supera la tonelada.

Pero el tamaño de este helicóptero no tiene nada que ver con su capacidad. Como tendrá que volar por sí solo y sin comunicarse con la Tierra en tiempo real, está preparado para tomar decisiones de manera automática en base a parámetros programados por los ingenieros e ingenieras de NASA: tendrá que ajustar su temperatura interna, analizará el terreno durante el vuelo para mantener su posición y tomará imágenes de la superficie en altura.

¿Qué ha conseguido hasta ahora?

El hecho de construir Ingenuity, defiende NASA, es de por sí un logro. La agencia espacial ha dedicado seis años a diseñar este dron y demostrar que es posible construir una herramienta ultraligera capaz de generar energía suficiente como para despegar del suelo marciano y sobrevivir de forma autónoma en el entorno marciano. En este vídeo (a partir del 2:46) se aprecia cómo vuela este pequeño dron.

Ingenuity ya ha demostrado en las simulaciones en la Tierra que es capaz de volar en condiciones marcianas. Ahora toca demostrarlo en el Marte auténtico

De momento Ingenuity ha superado la fase de lanzamiento de la misión y ha demostrado que puede recargar sus baterías en el trayecto espacial. El pequeño helicóptero ha logrado volar en las cámaras que simulan el escenario de Marte en la Tierra. Ahora toca salir del simulador y demostrarlo en la vida real.

¿Qué pasos tiene que superar antes de volar?

Antes de despegar autónomamente, Ingenuity tiene que cumplir una lista de objetivos previos:

– Sobrevivir el trayecto interplanetario a Marte y el aterrizaje (hecho).

– Desplegarse de manera segura del ‘vientre’ de Perseverance y posarse en tierra (hecho).

– Mantener su temperatura interna durante la noche marciana (hecho).

– Recargar sus baterías con sus paneles solares (hecho).

– Comunicarse con el rover mediante un subsistema de Perseverance y confirmar esta comunicación con NASA (hecho).

– Desbloquear sus rotores (hecho).

– Hacer girar sus rotores por primera vez, sin despegar del suelo.

selfie ingenuity perseverance

Esto no es una ilustración: es un ‘selfie’ que Perseverance ha tomado tras dejar a Ingenuity en suelo marciano. / NASA/JPL-Caltech

¿Qué pasará después si tiene éxito?

Si el primer vuelo tiene éxito, Ingenuity intentará realizar otros durante los 31 días previstos. En cualquier caso, el pequeño helicóptero habrá logrado una proeza de la aviación: demostrar que es posible diseñar un aparato de vuelo a motor ajustado a las características de otro planeta.

Esta demostración tecnológica abrirá el camino para enviar instrumental con capacidad de vuelo en las futuras misiones a Marte, con y sin humanos. Además, ofrecerá un punto de vista único, que no está al alcance de los satélites que orbitan este planeta ni los rovers o estaciones desplegadas en su superficie.

Por último, NASA defiende que un dron en Marte podría potencialmente trasportar cargas ligeras de un sitio a otro sobrevolando la superficie marciana.

Fuente: SINC
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Qué aconseja la EMA a las personas vacunadas con AstraZeneca

Aunque los casos de trombosis se consideran muy poco frecuentes, la Agencia Europea del Medicamento ha advertido a los pacientes inmunizados con el suero de Oxford/AstraZeneca que vigilen su estado de salud durante las dos semanas posteriores a la inoculación para poder identificar los raros, pero posibles síntomas.

Vacuna de AstraZeneca. / EFE/EPA/ALESSANDRO DI MARCO

El suero de Oxford/AstraZeneca, ahora llamado Vaxzevria, es una de las cuatro vacunas autorizadas en la Unión Europea para proteger contra la covid-19. Hasta el momento, los estudios han demostrado que es eficaz para prevenir la enfermedad y reducir el riesgo de hospitalización y muerte, si bien se han producido casos de dos tipos de trombosis con plaquetas bajas en personas inmunizadas.

Como consecuencia, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha subrayado la importancia de un tratamiento médico especializado rápido ante la aparición de varios síntomas en las dos semanas siguientes a la vacunación.

Las personas vacunadas deben buscar asistencia médica si presentan los siguientes síntomas: dificultad para respirar, dolor en el pecho, hinchazón en la pierna y pequeñas manchas de sangre bajo la piel

“La probabilidad de que esto ocurra es muy baja, pero aun así se debe estar atento a los síntomas para poder recibir un tratamiento médico urgente que ayude a la recuperación y evite complicaciones”, han asegurado desde el comité de farmacovigilancia de la EMA (PRAC).

“Si se reconocen los signos de coágulos de sangre y de disminución de las plaquetas y se tratan a tiempo, los profesionales sanitarios pueden ayudar a los afectados en su recuperación y evitar complicaciones”, han declarado.

Así, las personas vacunadas deben buscar asistencia médica inmediatamente si presentan los siguientes síntomas: dificultad para respirar, dolor en el pecho, hinchazón en la pierna, dolor abdominal persistente, síntomas neurológicos (como dolores de cabeza intensos y persistentes o visión borrosa) y pequeñas manchas de sangre bajo la piel más allá del lugar de la inyección.

“Es de gran importancia que los profesionales de la salud y las personas que acuden a vacunarse sean conscientes de estos riesgos y estén atentos a los posibles signos o síntomas que suelen aparecer en las dos primeras semanas tras la vacunación”, ha afirmado Sabine Straus, presidenta del PRAC.

Además, la EMA ha aconsejado consultar con profesionales sanitarios o ponerse en contacto con las autoridades correspondientes ante cualquier duda sobre la implantación de la vacuna en su país.

Fuente: EMA
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La EMA encuentra un posible vínculo entre casos de trombosis y vacuna de AstraZeneca

El regulador de medicamentos europeo aconseja registrar “estos inusuales casos de coágulos de sangre” junto con un descenso de plaquetas como un “efecto secundario muy raro”, pero mantiene que el riesgo-beneficio de la vacunación se mantiene favorable.    

Vacuna de AstraZeneca. / EFE/ Kai Försterling

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha concluído que los cuadros de trombosis venosa cerebral y un descenso de plaquetas observados en pacientes que habían recibido la vacuna de Oxford/AstraZeneca deberían considerarse «efectos secundarios muy raros» de este suero.

Según ha comunicado el regulador europeo de fármacos este miércoles, el comité de farmacovigilancia de la EMA (PRAC) ha tenido en cuenta toda la evidencia científica disponible sobre estos casos.

La EMA ha recordado a las administraciones sanitarias y a las personas que han recibido esta vacuna que “deben ser conscientes” de la posibilidad de que se produzcan casos muy raros de coágulos de sangre combinados con niveles bajos de plaquetas en las dos semanas siguientes a la vacunación

Así, la institución ha recordado a las administraciones sanitarias y a las personas que han recibido esta vacuna que “deben ser conscientes” de la posibilidad de que se produzcan casos muy raros de coágulos de sangre combinados con niveles bajos de plaquetas en las dos semanas siguientes a la vacunación.

Hasta la fecha, la mayoría de los casos notificados se han producido en mujeres menores de 60 años durante este periodo de tiempo. Según las pruebas disponibles actualmente, no se han confirmado los factores de riesgo específicos.

Fuente: SINC
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Las vacunas españolas, bien situadas en la carrera mundial (que es de fondo)

A la vista de cómo marcha el trabajo podemos confiar en que este año tendremos varias vacunas españolas ya en producción. Serán vacunas muy estables, capaces de eliminar la transmisión del virus y luchar contra nuevas variantes.

Investigadora del laboratorio de coronavirus del CNB-CSIC. / Álvaro Muñoz Guzmán, SINC

Desde el principio sabíamos que el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 sería una carrera con más de un caballo ganador. Garantizar una buena protección a millones de personas en todo el planeta exige más de una vacuna.

La solución al reto extraordinario que supone el desarrollo de vacunas en esta pandemia ha llegado antes de lo esperado, afortunadamente. Ya tenemos más de cinco aprobadas, y otras tantas están en las últimas fases de ensayos. La ciencia española también se puso en marcha. Virólogos e inmunólogos con amplia experiencia previa comenzaron muy pronto a desarrollar una vacuna contra el COVID-19 en España.

Necesaria y posible

¿Era posible una vacuna española? ¿Es necesaria? En el CSIC, el mayor centro público de investigación, hay tres proyectos en fase preclínica dirigidos por investigadores que ya han pasado con creces la edad de jubilación y han decidido volver al laboratorio ante la emergencia sanitaria. En universidades, hospitales y otros centros de investigación, seis proyectos más han llegado también a la fase preclínica.

Tenemos tejido científico suficiente como para abordar el diseño y la producción propia de vacunas para no depender de multinacionales extranjeras 

La duda surge cuando ya hay vacunas eficaces. ¿Por qué más? Las razones, brevemente, son múltiples: porque se necesitan más y mejores vacunas; porque se necesita llegar a todos los rincones del planeta; y —¿por qué no decirlo?— porque tenemos tejido científico suficiente como para dar el salto tecnológico y abordar el diseño y la producción propia de vacunas para no depender de multinacionales extranjeras.

Sabemos que las vacunas aprobadas evitan la enfermedad en sus síntomas más graves y tienen, en general, una alta eficacia. Pero aún no sabemos si eliminan la transmisión del virus en personas contagiadas tras la vacunación, por lo que son mejorables. Para erradicar la pandemia necesitamos, además, eliminar la transmisión. Necesitamos vacunas de las llamadas “esterilizantes”.

Una vacuna que sí evitaría la transmisión

El proyecto de Luis Enjuanes e Isabel Sola en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) es de los más innovadores. Lo denominan “virión sintético” porque, a partir del coronavirus SARS-CoV-2, han ido eliminando lo más peligroso del virus, los genes de virulencia, las armas que tiene el virus para infectar nuestras células y dañarlas y las que le permiten transmitirse con tanta facilidad. Una copia perfecta del virus, pero desarmado. Entra, pero no sale.

Luis Enjuanes e Isabel Sola (CNB-CSIC) han creado una copia perfecta del virus, pero desarmado

Lo han conseguido mediante técnicas de manipulación genética y, en el laboratorio y en animales de experimentación, los resultados han sido muy prometedores. Alta eficacia por generación de defensas y eliminación del virus gracias a anticuerpos creados directamente en las mucosas de las vías respiratorias debido a su administración nasal. Es decir, esta vacuna sí es esterilizante. Un proyecto que ya tiene contactos con la empresa BioNTech para los ensayos clínicos y producción.

Entra en las células más fácilmente

El segundo proyecto de vacuna española en fase preclínica lo dirige Mariano Esteban, también en el CNB. Está basada en un virus Vaccinia (el que se usó para erradicar la viruela) muy atenuado, que lleva incorporado ADN de la proteína S del coronavirus. La ventaja que tiene es que a esta vacuna le será más fácil acceder a las células que a las vacunas de ARN, y es muy estable.

Ha demostrado ser 100% efectiva en ratones, y están preparando la producción en colaboración con la empresa española Biofabri. Los ensayos clínicos en humanos comenzarán en primavera y se calcula que la vacuna estará disponible a finales de este año.

Estable y fácil de adaptar a nuevas variantes

El equipo de Vicente Larraga del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) está desarrollando una vacuna genética, basada en ADN recombinante. Larraga y su equipo tienen gran experiencia en este tipo de vacunas, ya han desarrollado una vacuna frente a la leishmaniasis canina que se encuentra en fase IV, comercializada y en fase de posvigilancia.

¿En qué se basa?  En una molécula sintética de ADN como vehículo portador del gen de la proteína S y de otras proteínas del virus SARS-CoV-2. Una vez en el organismo, el ADN sintético se expresará, produciendo las proteínas del virus.

Los ensayos clínicos de la vacuna del grupo de Mariano Esteban (CNB) comienzan esta primavera 

Los ensayos en ratones humanizados utilizando la vacuna con electroporación, técnica que ayuda a que la vacuna penetre en la célula, han sido muy satisfactorios, pues la eficacia ha sido del 100%. Ahora están probando técnicas más simples y asequibles que faciliten la entrada del ADN en las células. Se espera finalizar los estudios preclínicos en unas semanas, con el fin de solicitar a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios las fases clínicas 1/2 lo antes posible.

Producción industrial

El escalado industrial es un posible cuello de botella que se ha solventado, tanto por la experiencia previa con la vacuna para la leishmaniasis canina como por la optimización realizada por el grupo Zendal de forma paralela a los estudios in-vitro y preclínicos. Esta vacuna de ADN tiene la ventaja de ser muy estable y, por lo tanto, no requiere ultracongelación, facilitando tanto el transporte como la conservación. Otra ventaja es la facilidad de rediseñar la vacuna, en menos de un mes, si no es efectiva ante una nueva variante.

La vacuna del equipo de Vicente Larraga (CIB-CSIC) no requiere ultracongelación, lo que facilita el transporte y la logística

Por último, enumeramos otros proyectos nacionales de vacunas en fase preclínica desarrollados en IDIBAPS y el Hospital Clínic, uno dirigido por Antoni Torres y otro por Felipe García. David Escors lidera un proyecto de vacuna para la Fundación Miguel Servet-Navarra Biomed. En la Universidad Ramón Llull, Salvador Borrós y Cristina Fornaguera, en la Universidad de Santiago de Compostela, José Martínez Costas y Rafael Blasco en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria.

Fuente: SINC
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