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Qué hay de nuevo sobre la covid persistente y otras secuelas del coronavirus

La infección por SARS-CoV-2 afecta de forma variable a las personas, también tras superarla. Puede dar lugar a síntomas que se prolongan el tiempo, con la preocupación de que algunos casos evolucionen a un síndrome de fatiga crónica. Tras un año de mucho ruido, ¿qué sabemos sobre sus consecuencias?

La dificultad que algunas personas experimentan para recuperarse no es algo exclusivo de este virus. / Adobe Stock

“La muerte no es lo único que importa. También debemos tener en cuenta las vidas cambiadas». Esto era lo que decía en un artículo en la revista The Atlantic Nisreen Alwan, una investigadora en salud pública de la universidad de Southampton.

Alwan se refería a la covid persistente que ella misma estaba sufriendo, la prolongación de síntomas en el tiempo tras superar aparentemente la infección. Pero también podría aplicarse a las secuelas físicas que podrían quedar tras la enfermedad, especialmente en los casos más graves. Secuelas como fibrosis del pulmón, daños neurológicos o del corazón.

Un año después de la declaración de pandemia, quedan muchas cosas por estudiar y resolver acerca de las secuelas del coronavirus y de la covid persistente

Desde el inicio de la pandemia se han publicado numerosos estudios sobre las posibles consecuencias del virus, dando la impresión en ocasiones de estar ante un “monstruo de mil cabezas”. ¿Era así realmente o estábamos ante un virus nuevo, potencialmente muy grave, pero algo distorsionado por los millones de casos simultáneos y una atención inusitada?

“Es difícil encontrar un equilibrio”, decía el virólogo Efraín Rivera-Serrano. “No es un virus zombi apocalíptico que sea tan diferente de todo lo demás y que de repente pueda hacerle todas estas cosas al cuerpo. Pero tampoco quieres trivializar lo que está sucediendo».

Un año después, resulta algo más sencillo bucear entre el ruido. Aunque aún quedan muchas cosas por estudiar y resolver, esto es lo que vamos sabiendo sobre lo que puede suceder tras superar la covid.

Secuelas: el tiempo está jugando a favor

Las secuelas se entienden como un daño en un órgano consecuencia de la infección y que puede objetivarse mediante una prueba diagnóstica.

“La terminología es algo confusa —reconoce Salud Santos, jefa del Servicio de Neumología y responsable de la unidad postcovid en el Hospital de Bellvitge, en Barcelona—. Cuando hablamos de secuelas solemos entenderlas como algo permanente, pero en este caso no tienen por qué serlo. Muchos de los daños que quedan en las primeras semanas parecen mejorar con el tiempo”.

Cuando hablamos de secuelas solemos entenderlas como algo permanente, pero en este caso no tienen por qué serlo: muchos de los daños parecen mejorar con el tiempo

Salud Santos, jefa de Neumología y responsable de unidad post-covid en el Hospital de Bellvitge

Aunque la covid grave puede afectar a muchos órganos, “las secuelas más importantes son las pulmonares”, afirma Santos. “Los pacientes que no necesitan ingresar en un hospital es muy poco probable que tengan algún problema, pero los más graves sí pueden desarrollar alteraciones, por ejemplo fibrosis de pulmón”. Estas cicatrices son una de las complicaciones que se tratan en la unidad postcovid, tanto con fármacos como con rehabilitación.

fases de la infección

Muchos de los enfermos graves que han sido hospitalizados tardan en recuperarse. Parte de la debilidad que muestran tras recibir el alta se refiere al llamado síndrome post-UCI, consecuencia de haber pasado semanas en una cama de cuidados intensivos, pero no es la única causa: “Realmente la covid severa produce neumonías más graves que otros virus respiratorios a los que estamos acostumbrados”, reconoce Santos.

Parte de la debilidad que muestran los enfermos graves que han sido hospitalizados se refiere al llamado síndrome post-UCI

Ahora bien, ¿cuáles son las consecuencias a largo plazo? ¿Cuántos terminan recuperando el funcionamiento de sus pulmones de forma completa? Algunos de los primeros datos fueron alarmantes: uno de los estudios iniciales encontró que el 98 % de los pacientes hospitalizados seguía teniendo alguna alteración en la imagen pulmonar un mes después del diagnóstico.

Sin embargo, los números mejoran mucho con el tiempo, aunque puedan cambiar según la gravedad de los pacientes. Por ejemplo, un trabajo encontró que un mes después del alta el 65 % tiene imágenes pulmonares normales. Otro, tres meses después del alta, lo redujo al 30 %. ¿La buena noticia? El 75 % tenían ya una función respiratoria normal.

“El funcionamiento del pulmón mejora antes que las pruebas de imagen”, confirma José Ramón Blanco, médico adjunto del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro en Logroño y director del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR). “Lo que estamos viendo es que la mayoría de los pacientes mejora y se recupera con el tiempo. Dos meses después del inicio de la pandemia, la conversación sería muy diferente. Parece que, en este sentido, el tiempo está jugando a nuestro favor”.

Mucho ruido más allá del pulmón

En octubre de 2020, las alarmantes conclusiones de una prepublicación saltaron a muchos titulares, afirmando que un 70 % de los jóvenes contagiados tenían algún órgano dañado cuatro meses después del diagnóstico. El extraño trabajo incluyó 200 personas y un sinfín de irregularidades: un tercio no habían tenido un diagnóstico por PCR o anticuerpos, prácticamente casi el 100 % seguían teniendo síntomas a los cuatro meses, no había personas sanas para comparar ni pruebas previas que cotejar. Cinco meses después sigue sin publicarse en ninguna revista científica.

El SARS-CoV-2 es capaz de infectar células distintas a las del pulmón. Esto, junto con la inflamación que provoca en ocasiones, puede en ciertos casos dar lugar a daños en lugares como el sistema nervioso o el corazón, entre otros. Sin embargo, parecen estar lejos de lo que se dijo en un principio.

Aunque las cifras más exactas sobre las consecuencias de la enfermedad del coronavirus tardarán en conocerse, parecen estar lejos de las alarmantes conclusiones que se decían en principio

En verano del año pasado se comentaba que más de la mitad de los contagiados desarrollaba síntomas neurológicos. En cambio, la letra pequeña decía que en su gran mayoría eran dolores de cabeza y pérdida de olfato, “que, aunque puedan tardar un tiempo en recuperarse, lo hacen en la inmensa mayoría de los casos”, asegura José Ramón Blanco.

Se dijo también que los infectados podrían tener más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo, enfermedad de Parkinson o de Alzheimer con el tiempo.

Las declaraciones se basaban en la idea de que algunos virus pueden aumentar ese riesgo, pero “no hay evidencia para sostener esa idea, es hablar sobre hipótesis”, matiza Blanco. Según ese planteamiento, algunos tipos de gripe se han relacionado con el párkinson, y virus de tipo herpes casi omnipresentes en la población con el alzhéimer. Si fuera cierta, el mundo ya era antes un lugar peligroso.

Los ictus o infartos cerebrales fueron también un motivo de alarma porque parecían poder afectar a gente joven y sin factores de riesgo aparente. Una revisión de estudios encontró que la covid sí aumentaba el riesgo por el desarrollo de coágulos, pero en gente ya hospitalizada. Otro estudio realizado en el hospital Vall d´Hebron en Barcelona no vio, sin embargo, que el riesgo fuera significativo. Y los casos que podían atribuirse a la covid se daban en pacientes particularmente graves.

Que un virus provoque una inflamación no significa que tenga consecuencias: muchos virus provocan miocarditiss que en su mayoría pasan desapercibidas y desaparecen, incluidos los de la gripe u otros estomacales

Por otro lado, aunque el virus puede provocar daños cardiacos en los pacientes con peor pronóstico —e incluso aumentar el riesgo cardiovascular semanas después de ser dados de alta, como se ha comunicado—, el miedo creció cuando se publicó que hasta el 60 % de los contagiados, independientemente de su edad y gravedad, presentaban alteraciones en el corazón típicas de miocarditis (una inflamación) cuando se les hacían pruebas de imagen. El trabajo fue criticado y tuvieron que corregir datos, pero los autores mantuvieron sus conclusiones.

Personal de una unidad de cuidados intensivos atendiendo a un paciente con covid-19. / Adobe Stock

Sin embargo, que un virus provoque una inflamación no significa ni mucho menos que esta tenga consecuencias. “No hemos visto problemas relevantes por esto en los hospitales”, reconoce Blanco. Muchos virus provocan miocarditis que pasan desapercibidas y desaparecen, incluidos los de la gripe u otros intestinales, como los de tipo Coxsackie B. La cuestión es que solo se hacen pruebas de imagen cuando dan síntomas, que es lo que se recomienda. En realidad, nadie sabe hasta qué punto puede ser común en la población.

Lo real no es solo aquello en lo que reparamos, muchas cosas suceden en la sombra. La atención que ha despertado el nuevo coronavirus ha llevado muchas a la luz, distorsionando en ocasiones los contornos. “Eso no significa quitarle importancia, pero hay que ponerlo en contexto”, asegura Blanco.

La covid persistente: un problema por definir

La covid persistente se refiere a la presencia de síntomas sin daño aparente y que algunos pacientes dicen sufrir después de superar la infección aguda

Si las secuelas implican que hay algún órgano dañado y que se puede observar, la covid persistente tiene que ver con algo distinto: se refiere a la presencia de síntomas sin daño aparente y que algunos pacientes refieren sufrir tiempo después de haber superado la infección aguda.

Como con las secuelas, los primeros datos fueron muy alarmantes: un estudio hecho en Italia a principios de la pandemia mostró que la mitad de los pacientes seguían presentando problemas como fatiga a los dos meses. Sin embargo, se trataba de personas hospitalizadas, donde la gravedad de la enfermedad y el ingreso prolongado hacen más lenta la recuperación.

Poco tiempo después aparecieron otros, algunos de ellos muy comentados. Una encuesta internacional organizada por pacientes publicó que hasta el 90 % de los contagiados, independientemente de su gravedad, presentaban síntomas 40 días después de la infección.

El problema es que los datos no podían interpretarse así. En realidad, la encuesta estaba dirigida a aquellas personas que tenían dificultades para recuperarse (lo que hinchaba los porcentajes), solo una de cada cuatro había tenido un test positivo y algunos de los síntomas eran muy vagos. Es difícil considerar como síntoma específico una mayor ansiedad cuando se estaba en confinamiento por una pandemia.

No tenemos definiciones claras de lo que sucede [con covid persistente] pero es algo evidente y real. Jóvenes que corrían maratones ahora deben pensarse si podrán caminar 300 metros

José Ramón Blanco, médico de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro (Logroño) y director del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja

Probablemente, el mejor y más representativo estudio hasta la fecha se ha publicado recientemente en la revista Nature Medicine. A través de registros de miles de pacientes en una app desde el momento del diagnóstico, se estimó que un 13 % sigue experimentando síntomas después de un mes. El porcentaje baja al 4,5 % a los dos meses y al 2 % a los tres.

“Debido al diseño del trabajo, las proporciones reales podrían ser algo mayores, pero en conjunto no creemos que cambien mucho”, comenta a SINC Clare Steves, investigadora del King´s College de Londres y una de las responsables del estudio. La edad, la gravedad o la presencia de más síntomas al inicio aumentan las posibilidades de sufrirlo, aunque jóvenes y y con cursos más leves no están exentos de riesgo, con más probabilidades en caso de ser mujer.

De entre las decenas de síntomas descritos, uno destaca en todos los estudios: la sensación de fatiga, en ocasiones extrema. “El problema es que no tenemos definiciones claras de lo que está sucediendo”, reconoce Blanco. “Pero cuando vemos muchos de estos casos te das cuenta de que es algo evidente y real. Jóvenes que corrían maratones ahora deben pensarse si podrán caminar 300 metros para bajar la basura”.

Aunque los porcentajes sean menores de los que se habló en un principio, la acumulación de millones de contagios implica que muchas personas se están encontrando con problemas para recuperarse. Además, el perfil de los síntomas ha despertado la preocupación de que algunos de estos casos evolucionen a un síndrome de fatiga crónica.

“Creo que hay que mandar un mensaje de tranquilidad”, opina Jordi Casademont, director del Servicio de Medicina Interna y responsable de la Unidad Funcional de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica en el Hospital Sant Pau de Barcelona. Aparte de que habría que hacer un diagnóstico específico que las encuestas no permiten, “técnicamente se necesitan seis meses de evolución para poder empezar a considerarlo. La inmensa mayoría de las personas se recuperan antes, y eso es lo que tienen que pensar”, explica.

El síndrome postviral

“El síndrome postviral es conocido, se produce en ocasiones cuando tiene lugar una respuesta inmunitaria potente”, asegura Casademont. Aunque con distintas frecuencias, “prácticamente cualquier proceso infeccioso puede dar un síndrome postviral”, añade Blanco. “El problema es que no sabemos a quiénes les va a suceder”.

Tampoco se conocen bien los mecanismos. En el caso de la covid se han propuesto varios. “Lo más probable es que se deba a un estado de inflamación prolongada”, explica Blanco, aunque “podría haber casos de reacciones autoinmunes”, entre otras hipótesis. “Probablemente estemos llamando con el mismo nombre a procesos diferentes”, considera.

Se han propuesto varios mecanismos que expliquen el síndrome postviral del coronavirus. Lo más probable es que sea un estado de inflamación prolongada, con algunos casos de reacciones autoinmunes

Uno de los virus que con más frecuencia produce este síndrome es el virus de Epstein Barr o de la mononucleosis (la enfermedad del beso). Y, aunque no demostradauna teoría es que una parte de los casos de fatiga crónica podría producirse tras ciertas infecciones particularmente sintomáticas, entre ellas la mononucleosis.

“La fatiga crónica se considera un síndrome de sensibilización central y suele darse ante una situación de estrés, que puede ser de muchos tipos. También biológico, como el resultante de una infección —explica Casademont—. Pero en general se trata de algo muy multifactorial”.

Eso sí, aunque no exista ningún marcador objetivo que la acredite, “los pacientes no se lo inventan. Las pruebas muestran que en sus cerebros las áreas relacionadas están más activas”, asegura.

Una mayor edad o gravedad al inicio aumentan las posibilidades de sufrir covid persistente, con más probabilidades en caso de ser mujer. / Adobe Stock

Una mayor edad o gravedad al inicio aumentan las posibilidades de sufrir covid persistente, con más probabilidades en caso de ser mujer. / Adobe Stock

Ayudar, tratar e investigar

Si el síndrome postviral es importante, “el abordaje debe ser físico, psicológico e incluso social”, asegura Blanco. “Hay que evitar el estigma y las connotaciones que se le asocian. Y recordar que la gran mayoría de los casos se recuperarán”. Casademont considera que el porcentaje que llegará a desarrollar un síndrome de fatiga crónica será muy reducido, por lo que “tienen que pensar que no va a suceder, deben evitar caer en un círculo vicioso”.

Más que unidades especializadas, lo que estos pacientes necesitan es que se les dedique tiempo en atención primaria. Pero, ¿qué médico de atención primaria tiene ese tiempo?

Jordi Casademont

En caso de que cronificara, Casademont considera que “en general pueden ser ayudados en atención primaria. Más que unidades especializadas, lo que estos pacientes necesitan es que se les dedique tiempo. Pero, ¿qué médico de atención primaria tiene ese tiempo?”. Blanco reclama: “Necesitamos una estructura de atención a estos pacientes y también para la investigación”.

La acumulación de casos en directo, la atención y el dinero pueden facilitar los estudios. Estados Unidos acaba de anunciar un proyecto financiado con más de mil millones de dólares para estudiar durante cuatro años las consecuencias de la covid. Entre sus propósitos está estudiar la evolución de más de 40.000 contagiados.

Casademont, sin embargo, no espera grandes revelaciones respecto a la fatiga crónica. “No es cierto que no se haya estudiado su relación con los virus. Se ha hecho, y mucho. Pero influyen tantos factores que nunca han aparecido resultados claros”. En cuanto al síndrome postviral, Blanco es más optimista: “Algunos resultados incluso podrían ser extrapolables y darnos respuestas a problemas que no las tenían hasta ahora”.

Un año después, vamos viendo con algo más de claridad qué sucede tras superar la covid, pero queda aún bastante por desentrañar. Muchos estudios en marcha ayudarán a clarificarlo. “Es imposible comprender completamente las consecuencias a largo plazo de una enfermedad que no existía hace un año”, decía en un artículo el especialista en enfermedades infecciosas Steven Deeks. “Llevará tiempo, pero estamos haciendo todo lo posible”.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

¿Rebelión robótica? Cien años de amor y odio a los autómatas

En Frankestein (1818) un hombre artificial se rebela contra su creador, pero tuvieron que transcurrir más de cien años para que, en 1921, el checoslovaco Karel Capek imaginara autómatas capaces de amenazar a la humanidad en R.U.R., la obra teatral del en la que se acuñó el término “robot”. Un siglo después, oscilamos entre el flechazo y el temor a las máquinas.

En 2021 se cumplen 100 años de la publicación de R.U.R., obra teatral de Karel Capek en la que por primera vez los autómatas se rebelan contra los humanos. En la foto C-3P0 y R2-D2. / Zonared

Es 1921 y los robots de R.U.R. se amotinan en el escenario del Teatro Nacional de Praga. Un año más tarde, la pieza teatral se estrena en Nueva York, y al siguiente ya ha sido traducida a 30 idiomas. El éxito de la obra de Karel Capek prueba que los tiempos están maduros para una trama hasta entonces impensable y marca un punto de inflexión en nuestra actitud hacia las máquinas: a diferencia de la criatura de Frankestein, sus autómatas amenazan al conjunto de la especie humana.

R.U.R. son las siglas de Rossum’s Universal Robots, una compañía ficticia que fabrica robots en esta obra, término acuñado por Capek a partir del eslavo robota (“trabajo forzado”). Destinados a sustituir a los obreros en las fábricas y a los soldados en los campos de batallas, sus humanoides se alzan contra sus creadores y exterminan a todas las personas, excepto al ingeniero de la empresa.

La ficción de R.U.R. otorga una nueva perspectiva sobre los autómatas: producidos en masa, más hábiles y fuertes, y amenazando a la humanidad

El distópico argumento acusa el impacto de las matanzas perpetradas en la Primera Guerra Mundial gracias a la tecnificación del arte de matar. Alain Musset, geógrafo de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París) especializado en la ciencia ficción, explica a SINC su originalidad: “Antes, los autómatas eran máquinas maravillosas o aterradoras, encargadas de llenar un vacío emocional, moral o religioso en un individuo: la androide en La Eva futura de Villiers de l’Isle Adam o la bella Olympia en Ehombre de arena de E.T. A. Hoffmann. Capek nos traslada a otra dimensión: producidos en masa, más hábiles y más fuertes que nosotros, los robots amenazan el futuro de la humanidad. En nuestro imaginario colectivo, el asombro da paso al miedo”.

tumba de Capek

Tumba de Capek en el cementerio de Vyšehrad, en Praga (República Checa). / Wikipedia

Golpe de estado de las máquinas

La historia de amor y odio con las máquinas no ha hecho más que comenzar. En 1939, la firma Westinghouse presenta a Electro, un hombre-robot que habla y fuma; y en 1966, The Wall Street Journal vaticina que el granjero del año 2000 “será un ejecutivo sofisticado con un ordenador haciendo de capataz”. Cada paso que se da hacia la mecanización evoca el fantasma de R.U.R. En 1969 se materializa en HAL, el maligno cerebro electrónico de Una odisea del Espacio de Arthur C. Clarke.

En 1997, Big Blue, el ordenador de IBM, derrota al campeón de ajedrez Gari Kasparov. Poco más tarde, Billy Joy, el diseñador del sistema Java, alerta del golpe de Estado de las máquinas: “Los robots, los nanobots y los organismos construidos pueden replicarse por sí mismos (…) y volverse incontrolables muy pronto”. Joy pone fecha a esa pesadilla: “La posibilidad de tener un potencial informático similar al cerebro humano en unos 30 años ha hecho surgir una nueva idea: la de estar elaborando herramientas que permitirán construir la tecnología que reemplazará a nuestra especie”.

Electro, HAL 9000 y Big Blue son algunos de los robots, reales y ficticios, que más se han acercado a esa idea de autómata que amenaza al humano

En 2004 tuvo lugar el primer ataque mortal de un dron en Pakistán; los ensayos que anuncian inminentes apocalipsis cibernéticos se venden como rosquillas; el francés Eric Sadin prevé algoritmos que se rebelan contra sus creadores; y el israelí Yuval Harari avisa que, en una o dos generaciones, seremos sojuzgados por la inteligencia artificial y los autómatas. Cunde la inquietud: en 2017, Elon Musk, Stephen Hawking y otros expertos exigen una moratoria en el diseño de robots asesinos.

Automatic Love Story

También en 2017 Arabia Saudí otorga la ciudadanía a Sophia, el primer autómata en obtener ese estatuto legal. Así, se multiplican las novelas y películas que muestran personas que empatizan con replicantes, se enamoran de un software o tienen hijos con androides.

“La sociedad patriarcal y los roles de género se reflejan en estas representaciones”, comenta a SINC la profesora Marta Piñol, especialista en cine de la Universidad de Barcelona. “Hoy, más que reflejar un temor acerca de la identidad de género, tratan de superarla: un texto clave como el Manifiesto Cyborg, de Donna Haraway, ya en 1983 consideró, a partir de la noción de ciborg, la idea de un ser humano-máquina que difuminaría las líneas de género como las que separan lo natural y lo artificial”.

La posibilidad de tener un potencial informático similar al cerebro humano ha hecho surgir una nueva idea: la de estar elaborando herramientas que permitirán construir tecnología que reemplaze a nuestra especie

Billy Joy, diseñador del sistema Java

Nuestras relaciones con los robots han entrado en una nueva fase, sostiene Piñol, y la ciencia ficción proporciona pistas al respecto: “Buena parte de sus obras ya no se enmarca en el cyberpunk, el sub-género que presentaba un mundo dominado por la tecnología y donde los hackers luchaban contra las grandes corporaciones”. Ahora lo que se lleva es el biopunk, que “pone el acento en la biotecnología, con historias protagonizadas por biohackers que tratan de vivir en sociedades biocapitalistas controladas por la ingeniería genética. En estos filmes, la esperanza de vida y la natalidad devienen temas clave y se traspasan muchos límites, entre ellos el amoroso-afectivo. Un ejemplo podría ser Blade Runner 2049, en la que se transgrede el límite reproductivo”.

No todas las transgresiones son bienvenidas. A Kathleen Richardson, profesora de Ética de los Robots en la Universidad Montford (Inglaterra), le subleva la idea de que las mujeres pueden ser sustituidas por “máquinas del sexo”. Para combatirla lanzó la Campaña contra los Robots Sexuales. “Te están diciendo que no te preocupes, si no tienes amigo o compañero de vida, pueden crear un robot novia para ti”, comentó a la BBC. “Una relación de pareja se basa en la intimidad, apego y reciprocidad. Son cosas que no pueden ser replicadas por una máquina”.

Esperanzas y pesadillas incumplidas

Transcurrido un siglo del estreno de R.U.R., seguimos al mando de las máquinas, pero la distopía de Capek sigue estremeciéndonos, pese a que la robótica apenas ha cumplido con las expectativas y los temores suscitados. Los robots no nos han liberado del trabajo; el proletariado continúa sudando la gota gorda, y las tareas domésticas sobrecargan a las mujeres por más ayuda que reciban de la Thermomix. Pese a los drones militares, las tropas no han sido reemplazadas por máquinas de matar: quienes libran las batallas son soldados que sufren y mueren llamando a sus madres.

Un siglo después del estreno de R.U.R., la robótica apenas ha cumplido con las expectativas y temores suscitados

Cierto, la banca electrónica y los cajeros automáticos han eliminado oficinas enteras, pero la creatividad, la experiencia o la dirección de equipos no se han podido automatizar. Destrezas sencillas como desenvolver un paquete, atar un alambre o cambiar pañales no son fáciles de inculcar en máquinas mucho más caras que un trabajador de carne y hueso, la razón de que no haya robots-albañiles ni robots-camareros.

En 2017, Estados Unidos solo contaba con 233.000 robots industriales, una nimiedad comparada con sus 160 millones de trabajadores activos. La mayoría se concentra en las líneas de montaje, y algunos se desempeñan de bisturíes inteligentes en hospitales; en las demás ramas de la producción el obrero de toda la vida es irremplazable. Lo resumió Hetti O’Brien, editora de opinión de The Guardian: “suele ser más fácil y más barato emplear humanos para que actúen como máquinas que desarrollar máquinas que imiten la conducta humana”.

Terminator de cera Madame Tussaud

La saga de Terminator manifiesta el peligro de dejar nuestro destino en manos de la inteligencia artificial. / Wikipedia

La automatización no debe aumentar forzosamente el paro, asegura Shannon Vallor, miembro de la Fundación para una Robótica Responsable. Esta profesora de la Universidad de Edimburgo defiende las plantillas podrían mantenerse mediante la reducción de la jornada. La ética de la inteligencia artificial que propone no pasa por diseñar unos ‘diez mandamientos’ para robots al estilo de las célebres leyes de Asimov, sino por imponer reglas a quienes los diseñan para que sus máquinas actúen al servicio del bienestar colectivo y no de la ganancia individual. Por lo pronto, que resulte más verosímil una rebelión de autómatas que el reparto del trabajo dice mucho de nuestra incapacidad de concebir relaciones laborales distintas de las actuales.

La ética de la inteligencia artificial propone imponer reglas a quienes diseñan los robots para que sus máquinas actúen al servicio del bienestar colectivo y no de la ganancia individual

No tienen mayor sustento los pronósticos de una sublevación robótica. En el horizonte no se divisan señales de nada semejante. Quienes se horrorizan ante tal perspectiva se tranquilizarán al saber que, según los filósofos John Basl y Eric Schwitzgebel, en el corto plazo solo tendremos autómatas cognitivamente sofisticados como un ratón o un perro, como mucho. Y el economista de la Universidad de Yale, William Nordhaus, añade que, al ritmo de las tendencias actuales, pasarán unos cien años antes de que adquieran las habilidades requeridas por la automatización total.

Icono de la cultura de masas

“Desde Capek, el estatus social de los robots ha oscilado entre el del esclavo sumiso y el de la amenaza potencial. Por un lado, los robots femeninos diseñados para el placer se han impuesto desde 1961 con El breviario de los robots, de Stanisla Lem. Del otro, la saga de Terminator puso de manifiesto el peligro de dejar nuestro destino en manos de la inteligencia artificial”, resume Alain Musset.

Al autor checoslovaco se le reprochó el haber exagerado la autonomía de las máquinas. Unos tomaron su su rebelión robótica como una alegoría de la revolución obrera; otros detectaron en ella una alusión al desempleo masivo, el embrutecimiento de los operarios y demás estragos causados por el tecnocapitalismo; y otros vieron una crítica a la visión del ser humano como una máquina manejable desde el exterior.

El robot, icono de la cultura de masas, ha dado pie a fantasías e interpretaciones que revisan las fronteras entre seres animados e inanimados

Lo cierto es que el robot, icono de la cultura de masas, ha dado pie a un sinfín de fantasías e interpretaciones, obligándonos a revisar las fronteras entre los seres animados y los inanimados y a redefinir los conceptos de inteligencia, trabajo e identidad humana.

Aunque nos hemos criado en cuartos de juguetes repletos de robots entrañables con luces de colores, andar patoso y voz chirriante, las inquietudes que nos inspiran se resisten a desaparecer. “Nos dicen que siempre se necesitarán seres humanos para crear las máquinas. Pero ¿hasta qué punto?”, se pregunta Musset. “¿Seremos siempre necesarios? Es lo que teme C-3PO cuando descubre las cadenas de montaje de droides en El ataque de los clones: ‘Máquinas que hacen máquinas. ¡Qué perversión!’. La ciencia ficción ha intentado mostrarnos que los robots pueden ser amigos e incluso adquirir conciencia, como el Andrew de Isaac Asimov. ¿Puede esto hacernos cambiar de opinión? No lo creo. Cuanto más se acerquen a nosotros, más amenazados nos sentiremos”.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

¿Por qué es importante que haya más mujeres astronautas?

La respuesta es simple: por la misma razón que es importante que haya hombres. Pero hay muchos más motivos. Cecilia Hernández, de la Red de Mujeres por la Innovación y la Tecnología (AMIT-MIT) y delegada del Programa Científico de la ESA en el CDTI, repasa la historia de las viajeras espaciales ahora que la agencia europea busca activamente candidatas para sus tripulaciones.

Claudie Haigneré saludaba desde la nave espacial Soyuz que la trajo de vuelta a la Tierra tras su misión Andromède de 10 días a la Estación Espacial Internacional el 31 de octubre de 2001. Fue la primera mujer astronauta de la Agencia Espacial Europea. / ESA

Cuando me hacen esta pregunta, la primera respuesta que se me viene a la cabeza es la más simple: por la misma razón que es importante que haya hombres astronautas. Otra muy simple también: si a largo plazo el ser humano quiere convertirse en especie interplanetaria, tendrá que contar con todas sus opciones.

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de abrir, desde el 31 de marzo, su primer proceso de selección de astronautas después de once años y busca activamente candidatas dispuestas a cumplir el sueño de volar al espacio.

Los y las astronautas deben ser personas altamente cualificadas, que además de contar con una buena forma física y entrenamiento, dispongan de una excelente formación científico-técnica. Tienen que ser capaces de utilizar tecnología muy avanzada y llevar cabo experimentos científicos. No contar con las mujeres sería, como en tantos otros ámbitos, desperdiciar la mitad del talento.

En este momento en el que las vocaciones STEM disminuyen muy particularmente entre las mujeres, las astronautas pueden convertirse en excelentes referentes para las niñas

Pero además de todo esto, las figuras de los y las astronautas son icónicas. Se les considera héroes y heroínas, quizá los mayores de nuestra época. En este momento en el que las vocaciones STEM disminuyen muy particularmente, pero no solo, entre las mujeres, las astronautas pueden convertirse en excelentes referentes para las niñas. Aquí tenemos otra poderosa razón: pocos modelos pueden tener mayor impacto mediático y social que el de alguien que ha volado al espacio.

La pionera Tereshkova y muchas más

Desde los comienzos de la carrera espacial se supo que era importante contar con mujeres.  En 1961 culminó con éxito la aventura de Yuri Gagarin, primer ser humano en viajar al espacio en la cápsula Vostok 1. Solo dos años más tarde, un día antes de que yo naciera,  el 16 de junio de 1963, Valentina Tereshkova ​se convirtió en la primera mujer que hacía un viaje espacial a bordo de la Vostok 6, y también en la inspiración para tantas mujeres y niñas de entonces y ahora.

Pero, y a pesar de ese primer esfuerzo, sumadas las de la URSS y Rusia, solo ha habido cuatro mujeres cosmonautas: Valentina TereshkovaSvetlana SavitskayaElena Kondakova y Elena Serova. A modo de comparación, la NASA ha enviado a 47 mujeres al espacio hasta la fecha, es decir, casi doce veces más. Recientemente, una de ellas, Peggy Whilson, se convirtió en la comandante de la Estación Espacial Internacional que ha permanecido  más tiempo en el espacio.

En 2019, la agencia espacial rusa, consciente de la anomalía en su cuerpo, anunció la formación de un destacamento de mujeres cosmonautas. Además, la agencia adaptará el traje a las mujeres

En 2019, la agencia espacial rusa, Roskosmos, consciente de la anomalía en su cuerpo de cosmonautas, se propuso corregirla y anunció la formación de un destacamento de mujeres cosmonautas. Además, la agencia adaptará el traje de cosmonauta a las mujeres, incluyendo elementos de exoesqueleto para fortalecer las manos de las operadoras cuando realicen trabajos pesados ​​como parte de actividades extra vehiculares, en particular fuera de la Estación Espacial Internacional.

McClain, la astronauta que no voló porque no había traje

Puede sorprender ese anuncio de la agencia espacial rusa, pero cuando en octubre de 2019 por primera vez dos mujeres astronautasChristina Koch y Jessica Meir, ambas de la NASA, hicieron su paseo espacial juntas para reemplazar una unidad de control de energía, pocos sabían que ese hito venía después de un primer intento, el de la astronauta Anne McClain, que regresó a Tierra sin haber hecho su paseo porque no había un traje de tamaño mediano para ella.

En la aventura espacial todavía quedan muchas primeras veces, como la de que una mujer pise la Luna. La llegada de la primera mujer a nuestro satélite podría ser en 2024, en el marco de las misiones ARTEMISA con la que el ser humano volvería a pisar la superficie lunar. Las candidatas ya se encuentran en las filas de la NASA. Llegaron en 2017 y acaban de terminar su curso de preparación de dos años. Para el Equipo ARTEMISA se ha seleccionado ya a 18 astronautas, nueve hombres y nueve mujeres, y cada una de las mitades representa la diversidad social estadounidense, hay afroamericanos, latinos, personas de origen asiático, etc.

Convocatoria de la ESA

Convocatoria de la ESA, abierta desde el 31 de marzo en www.esa.int.

Europeas: es el momento de tocar las estrellas

Por su parte, la Agencia Espacia Europea (ESA), contribuyente de la Estación Espacial Internacional aunque sin acceso independiente a los vuelos tripulados, colabora tradicionalmente en misiones con otras agencias. Si por algo se podría caracterizar su cuerpo de astronautas es por la ausencia de mujeres: Samantha Cristoforetti, única mujer entre los siete astronautas ahora en activo, y a la que solo se suma otra más en la historia de la agencia, Claudie Haigneré.

Si por algo se podría caracterizar el cuerpo de astronautas europeo es por la ausencia de mujeres

En 1998 voló, en la misión STS-95 de la NASA, el primer, y por el momento único, astronauta español, ingeniero aeronáutico perteneciente al cuerpo de astronautas de la ESA y hoy Ministro de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, Pedro Duque.

Tuve el privilegio de acompañar a los miembros de la tripulación de esta misión durante una visita a nuestro país a lo largo de una semana en la que el grupo de astronautas atrapó la atención de los niños y niñas que empezaron a soñar con ser astronautas. En aquella misión voló también la astronauta japonesa, médica especializada en cirugía cardiovascular, Chiaki Mukai, que se convirtió en la referencia de las niñas, a las que siempre se dirigía de forma muy particular para transmitirles que tenían que aspirar a lo más alto en sus vidas.

¿Conoceremos a la primera mujer española astronauta? Sin duda estamos en el momento preciso para que las mujeres den el paso, se animen a presentar su candidatura y se preparen para tocar las estrellas.

Cecilia Hernández es Delegada del Programa Científico de la ESA en el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI)

Fuente: SINC
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¿Serán las vacunas eficaces contra las nuevas variantes de SARS-CoV-2?

Las farmacéuticas están tomando una actitud proactiva para mantener la eficacia de sus vacunas frente a las variantes. Prevenir la aparición de nuevas versiones preocupantes del coronavirus exige seguir frenando los contagios, con mascarilla y distancia física.

Con solo una parte pequeña de la población vacunada es crucial seguir frenando la transmisión del coronavirus.  / © Adobe Stock.

Desde el comienzo de la epidemia de SARS-CoV-2 a finales de 2019 se han hecho esfuerzos tremendos a escala global para investigar la variabilidad genética del nuevo coronavirus. Esto ha permitido identificar diferentes variantes consideradas de interés para la salud pública, por estar asociadas a una mayor capacidad de transmisión y haber desplazado al resto de las que circulaban previamente en un territorio concreto.

Entre estas variantes, las que más preocupan ahora son las B.1.1.7, B.1.351 y P.1, descritas por primera vez en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, respectivamente. Aunque en este momento es difícil estimar su frecuencia real en nuestro país, la variante B.1.1.7 es la que parece estar circulando con mayor frecuencia por toda España.

De entre las nuevas variantes, la B.1.1.7 es la que parece estar circulando más por toda España

España ya ha iniciado la vacunación con los productos de Pfizer-BioNTech, Moderna y de la Universidad de Oxford/AstraZeneca, y en unas semanas lo hará con la de Janssen. Con estas vacunas se busca estimular el sistema inmunitario, de forma que produzca tanto anticuerpos específicos que nos protejan de la infección, como células que impidan el desarrollo de la enfermedad. Además, se pretende conseguir una memoria inmunitaria, que ayude al organismo a responder rápida y específicamente si la infección por SARS-CoV-2 se acaba produciendo. Esta memoria depende en gran medida de la producción del tipo de anticuerpos denominados neutralizantes.

Resistencia a los anticuerpos neutralizantes

Pfizer ha publicado un estudio reciente que demuestra que su vacuna estimula la producción de anticuerpos neutralizantes eficaces frente a las variantes preocupantes, aunque detectaron una menor capacidad para neutralizar las variantes B.1.351 y P.1 en comparación con B.1.1.7 y la variante de Wuhan (la primera secuenciada). Otros estudios parecen confirmar una marcada resistencia a la neutralización de la variante B.1.351 en individuos que han recibido vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca.

Mientras no se consiga controlar los niveles de circulación del virus es probable que surjan nuevas variantes de interés para la salud pública

Los resultados de los ensayos clínicos en Sudáfrica de otras vacunas, como la de Novavax Johnson&Johnson, también muestran una reducción de la eficacia frente a la variante B.1.351, del 80-90% de eficacia a en torno el 60%.

Resulta especialmente preocupante la segunda oleada de infecciones asociada a la variante P.1 observada en Manaus, ciudad brasileña donde un 76% de su población ya había sido infectada por otras variantes durante una primera oleada, generando una respuesta inmunitaria que a priori no sería tan eficaz frente a la nueva variante.

Ante esta situación, la mayoría de las compañías farmacéuticas han asegurado en comunicados de prensa que están tomando una actitud proactiva para mantener la eficacia de sus vacunas frente a estas variantes. Moderna ha propuesto dos estrategias: una tercera dosis para incrementar aún más el título de anticuerpos generados frente al SARS-CoV-2; o bien la producción de una nueva vacuna para hacer frente a la variante B.1.351.

Mantener la protección individual

En cualquier caso, mientras no se consiga controlar los niveles de circulación del virus -especialmente ahora que solo un bajo porcentaje de la población está vacunada-, es probable que surjan nuevas variantes de interés para la salud pública, como la observada recientemente en Reino Unido en 35 casos que combina las mutaciones de la variante B.1.1.7 con la mutación E484K típica de las variantes B.1.351 y P.1 y que el gobierno británico considera ya como preocupante.

Por ello resulta de vital importancia en este momento tanto el control de la diseminación del virus manteniendo las medidas de protección individual —uso de mascarillas y distanciamiento social—, como aumentar los ritmos de vacunación a nivel global.

Francisco Díez-Fuertes es investigador en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en la Unidad de Inmunopatología del SIDA.

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Las vacunas de Pfizer y Moderna son efectivas para prevenir contagios, según los CDC

Un estudio con casi 4.000 participantes elaborado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU revela que las vacunas de Pfizer y Moderna son efectivas para reducir los contagios hasta en un 90 %, si se aplican las dos dosis recomendadas. En una única dosis la protección es del 80 %. 

Aunque una sola dosis ya es efectiva, se recomienda la pauta completa en ambas vacunas. / EFE

Una sola dosis de las vacunas contra la covid-19 de Pfizer y de Moderna tiene una efectividad del 80 % para prevenir el contagio. Al suministrar las dos dosis recomendadas, la efectividad asciende hasta el 90 %. Estos datos se desprenden de un estudio publicado este lunes por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE UU.

Cada semana, e independientemente de que mostrasen síntomas o fuesen asintomáticos, se realizaron pruebas rutinarias para detectar infecciones por SARS-CoV-2 entre los voluntarios

“Estoy entusiasmada de compartir información sobre este nuevo estudio […] que evalúa la efectividad de las vacunas de Pfizer y Moderna a la hora de prevenir las infecciones”, anunció la directora de los CDC, Rochelle Wallensky, en una rueda de prensa.

El efecto ha sido observado dos semanas después de la administración de la primera dosis a los participantes en el estudio, realizado en 3.950 trabajadores sanitarios entre el 14 de diciembre y el 13 de marzo. Cada semana, e independientemente de que mostrasen síntomas o fuesen asintomáticos, se realizaron pruebas rutinarias para detectar infecciones por SARS-CoV-2 entre los voluntarios.

Tasa de incidencia menor en los vacunados

De entre todos los voluntarios, que debían no tener antecedentes de infecciones por covid-19, el 62,8 % (2.479) recibió las dos dosis recomendadas y 477 (el 12,1 %), solo una dosis de la vacuna. El resto de participantes no fueron vacunados.

En aquellos que no recibieron ninguna vacuna se registró una tasa de incidencia de 1,38 infecciones por cada 1.000 voluntarios, mientras que en los que sí se vacunaron total o parcialmente solamente se registraron unas tasas de incidencia de 0,04 y 0,19 infecciones por cada 1.000 personas, respectivamente.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, estos hallazgos indican que las vacunas de ARNm autorizadas son efectivas para prevenir la infección por SARS-CoV-2

Se notificaron 8 infecciones confirmadas por PCR entre las personas con inmunización parcial (una dosis) y otras 3 infecciones entre quienes se vacunaron con la pauta completa. Para los autores, estos hallazgos indican que las vacunas de ARNm autorizadas son efectivas para prevenir la infección por SARS-CoV-2, independientemente del estado de los síntomas.

“Estos resultados provisionales […] demuestran que los esfuerzos actuales de vacunación se traducen en beneficios preventivos sustanciales entre adultos en edad de trabajar. Refuerzan la recomendación de los CDC de una inmunización completa de dos dosis con vacunas de ARNm. Se recomienda la vacuna contra la covid-19 para todas las personas candidatas”, concluye el estudio.

Referencia: 

Thompson MG et al. “Interim Estimates of Vaccine Effectiveness of BNT162b2 and mRNA-1273 COVID-19 Vaccines in Preventing SARS-CoV-2 Infection Among Health Care Personnel, First Responders, and Other Essential and Frontline Workers”. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. (2021)

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Intrigantes resultados del experimento LHCb del Laboratorio Europeo de Física de Partículas

La colaboración científica del Large Hadron Collider beauty del CERN ha observado una posible desviación de la llamada universalidad leptónica entre el electrón y el muon. De confirmarse, sería un indicio de violación del modelo estándar de física de partículas.

Visualización de un evento en los detectores del LHCb (desintegración muy rara de un mesón B o belleza en la que participan un electrón y un positrón). / CERN

El experimento LHCb (Large Hadron Collider beauty) localizado en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) ha observado nuevos resultados que, de confirmarse, sugerirían indicios de una violación del modelo estándar de la física de partículas. Estos resultados se han anunciado recientemente en la conferencia Moriond y en un seminario celebrado en el CERN.

LHCb es uno de los cuatro grandes experimentos del Gran Colisionador de Hadrones del CERN, situado bajo tierra en la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra. Está diseñado para comparar dos tipos de desintegración de quarks belleza, un tipo de partícula fundamental. En la primera desintegración interviene el electrón y en la segunda el muon, otra partícula elemental similar al electrón pero aproximadamente 200 veces más pesada.

Los últimos resultados del experimento LHCb del CERN muestran indicios de la desviación de la universalidad leptónica entre el electrón y muón, que de confirmarse sería un indicio de violación del modelo estándar de física de partículas

El electrón y el muón, junto con una tercera partícula llamada tau, son tipos de leptones y la diferencia entre ellos se denomina ‘sabores‘. El modelo estándar de la física de partículas predice que las desintegraciones que implican diferentes sabores de leptones, como la del estudio del LHCb, deberían ocurrir con la misma probabilidad, una característica conocida como universalidad leptónica que se suele medir por la relación entre las probabilidades de desintegración. En este modelo, la relación debería ser muy cercana a uno.

Los últimos resultados muestran indicios de la desviación de la universalidad leptónica entre el electrón y muón: la importancia estadística del resultado es de 3,1 desviaciones estándar, lo que implica una probabilidad de alrededor del 0,1 % de que los datos sean compatibles con las predicciones del modelo estándar.

«Si se confirmara una violación de la universalidad del sabor de los leptones, se requeriría un nuevo proceso físico, como la existencia de nuevas partículas o interacciones fundamentales», afirma el portavoz del LHCb, el profesor Chris Parkes, de la Universidad de Manchester y el CERN, que apunta: «Se están realizando más estudios sobre procesos relacionados utilizando los datos existentes del LHCb. Estaremos encantados de ver si refuerzan los intrigantes indicios de los resultados actuales».

Todos los datos del LHCb

Esta desviación es consistente con un patrón de anomalías medidas en procesos similares por LHCb y otros experimentos en todo el mundo durante la última década. Los nuevos resultados determinan la relación entre las probabilidades de desintegración con mayor precisión que las mediciones anteriores y utilizan por primera vez todos los datos recogidos por el detector LHCb hasta el momento.

“Aunque con cautela, estos resultados son muy emocionantes porque son persistentes en el comportamiento de los anteriores, ahora con más datos y más estudios sistemáticos que descartan posibles efectos experimentales. Los nuevos resultados de procesos similares que esperan ver la luz en los próximos meses serán clave”, han manifestado los investigadores Arantza Oyanguren Campos y Fernando Martínez Vidal, dos de los investigadores del IFIC que participan en LHCb.

De cara al futuro, el experimento LHCb está bien situado para aclarar la posible existencia de nuevos efectos físicos insinuados en las desintegraciones analizadas en este estudio. Se espera que el experimento LHCb comience a recoger nuevos datos el próximo año tras una actualización del detector.

Desviaciones en términos de desviación estándar entre las medidas experimentales (en azul) y las predicciones teóricas (amarillo) del nuevo resultado (RK) y procesos similares por LHCb y otros experimentos obtenidos durante la última década. / IFIC

Fuente: CERN/IFIC
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Qué dice la EMA sobre el lote inmovilizado de vacunas de AstraZeneca y los casos de trombos

La Agencia Europea del Medicamento estudia si existe un defecto de calidad en las vacunas de AstraZeneca, aunque lo consideran “improbable” dada la actual fase de administración. Austria suspendió el uso de un lote de estas dosis tras registrar dos casos de trombosis y Dinamarca ha pausado temporalmente su uso. España no ha registrado ningún caso relacionado.

Vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca. / EFE/EPA/ROLEX DELA PENA

El Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no ha encontrado relación entre dos casos reportados de trombosis en dos pacientes que fueron vacunados en Austria y un lote de vacunas de AstraZeneca inmovilizado por la autoridad competente de la nación.

Este país suspendió el uso de un lote de esta vacuna (concretamente el ABV5300) tras informar de un paciente de 49 años diagnosticado con trombosis múltiple y que falleció diez días después de la vacunación, y otro de 35 años hospitalizado por tromboembolismo pulmonar que también recibió la dosis. La EMA señala en un comunicado que no ha encontrado indicios de que esta vacuna haya causado estas afecciones, que “no figuran como efectos secundarios”.

Este lote de vacunas, compuesto por un millón de dosis, se entregó a 17 países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España

Dicho lote, compuesto por un millón de dosis, había sido entregado a 17 países de la Unión Europea, entre los que se encuentra España. Algunas naciones (a 9 de marzo, Estonia, Lituania, Luxemburgo y Letonia) han decidido suspender la administración de vacunas de este lote como medida preventiva, mientras el organismo europeo completa la investigación.

“La información disponible nos dice que el número de casos de trombosis en la población vacunada no es mayor que en la población general: 22 casos reportados a 9 de marzo entre las tres millones de personas que han recibido la vacuna de AstraZeneca en el área económica europea”, indica la EMA.

Este comité investiga si hay un defecto de calidad en este lote, aunque señala que es “improbable” en la actual fase de la administración de la vacuna.

AEMPS no registra ningún caso relacionado

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), por su parte, indica en un comunicado que no ha registrado ningún acontecimiento relevante similar a los que ha notificado Austria respecto a este lote.

Por ello, consideran que “no existen motivos” para tomar medidas cautelares sobre este lote de la vacuna: “Podrá seguirse con el plan de vacunación previsto”. A pesar de todo, la agencia española comunicará cualquier nueva información relevante sobre este asunto.

Según los datos aportados por la institución española, España recibió este lote el pasado 12 de febrero, y ha distribuido un total de 228.000 dosis.

La AEMPS indica que aunque sucedan problemas de salud graves, como las trombosis reportadas por Austria, cerca de las fechas de administración de las dosis, no tienen por qué estar relacionados

Por último, la agencia indica que aunque sucedan problemas de salud graves, como las trombosis reportadas por Austria, cerca de las fechas de administración de las dosis, no tienen por qué estar relacionados.

En España, en 2018, se produjeron 11 ingresos hospitalarios por cada 100.000 habitantes de 35 a 39 años por embolismo pulmonar. Esta cifra se incrementa a 82 casos por cada 100.000 personas de 65 a 69 años y es mayor en personas de edad más avanzada.

Suspensión temporal en Dinamarca

Por su parte, la Autoridad Danesa de Salud y Medicamentos ha decidido “por precaución” suspender durante 14 días la vacunación de covid-19 con dosis de AstraZeneca.

Esta autoridad ha comunicado que esta suspensión temporal se ha decidido después de los casos reportados de trombos en Europa, aunque insisten en que la vacuna es segura y efectiva. “Tenemos que reaccionar ante los casos de posibles efectos adversos de Dinamarca y otros países. Esto nos muestra que el sistema de monitorización funciona”, destaca el país nórdico.

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La variante sudafricana se rebela contra los anticuerpos, pero la respuesta inmunitaria va mucho más allá

Estudios recientes muestran que la variante B.1.351 es capaz de resistir incluso el plasma de pacientes convalecientes y el suero de personas vacunadas. Otros trabajos en condiciones de laboratorio nos recuerdan que nuestro sistema de defensa es complejo y no se queda de brazos cruzados mientras el SARS-CoV-2 muta.

Una enfermera sudafricana administra la vacuna de Johnson and Johnson a un trabajador sanitario en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 17 de febrero de 2021. EFE/EPA/NIC BOTHMA

En los últimos meses se han descubierto tres “variantes preocupantes” (del inglés, Variant of Concern, VOC) del SARS-CoV-2. Uno de los motivos tras este nombre es la posibilidad de que nuestra respuesta inmunitaria, ya sea natural o mediada por vacunas y tratamientos contra la covid-19, se vea mermada por su culpa. Un artículo publicado esta semana en la revista Nature a partir de experimentos de laboratorio arroja algo de luz sobre el asunto.

Varios investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) analizaron la susceptibilidad de virus auténticos y artificiales (pseudovirus) de las variantes  B.1.1.7 (británica) y  B.1.351 (sudafricana) a la neutralización con 30 anticuerpos monoclonalesplasma de 20 pacientes convalecientes y suero de 22 personas vacunadas.

En el trabajo participó la empresa biotecnológica Regeneron, responsable de uno de los tratamientos con anticuerpos monoclonales cuya eficacia han puesto en jaque las variantes. Esto es debido a que estas terapias se diseñaron para trabajar frente a una versión distinta del SARS-CoV-2, al unirse a unas zonas específicas del virus que hoy han cambiado demasiado.

La variante B.1.1.7, dominante en Reino Unido e Israel, resiste la neutralización de anticuerpos monoclonales; sin embargo, no es capaz de escapar del plasma de pacientes ni al suero de personas vacunadas

Los resultados mostraron que la variante B.1.1.7, dominante en países como Reino Unido e Israel, resiste la neutralización por parte de la mayoría de anticuerpos monoclonales dirigidos a una de las zonas de la espícula afectada por las mutaciones (el dominio N-terminnal, NTD). Sin embargo, no es capaz de escapar del plasma de pacientes que hayan superado la enfermedad ni al suero de personas vacunadas contra la covid-19.

Estas diferencias son debidas a que los anticuerpos monoclonales son idénticos y se unen al mismo sitio, por lo que una mutación puede impedir su tarea. Por el contrario, en nuestro cuerpo la respuesta inmunitaria es más compleja e incluye un cóctail de anticuerpos diferentes, entre otras medidas, que dificultan que haya problemas en condiciones reales. Los datos procedentes de países como Israel y Reino Unido, y publicados en revistas como NEJM, corroboran la idea de que las vacunas contra la covid-19 funcionan contra la variante B. 1.1.7.

El problema de la variante sudafricana

Los autores consideran más “preocupantes” los experimentos llevados a cabo con la variante B.1.351 que hoy es dominante en Sudáfrica, y una de las que más temor ha causado en relación con la respuesta inmunitaria y las vacunas.

En este caso, no solo observaron una resistencia a los anticuerpos monoclonales dirigidos al dominio NTD, sino también al RBD (dominio receptor-obligatorio). Esta es la zona afectada por la mutación más característica de esta variante, la E484K.

En la variante B.1.351, dominante en Sudáfrica, observaron una resistencia unas diez veces superior al plasma de convalecientes y de vacunados

Los investigadores también observaron una resistencia unas diez veces superior al plasma de convalecientes y de vacunados. “La B.1.351 y otras variantes emergentes con mutaciones similares en la espícula presentan nuevos retos para las terapias con anticuerpos monoclonales y amenazan la eficacia protectora de las vacunas actuales”, escriben los autores del estudio.

Estos resultados van en la línea de otros recientes. Un trabajo publicado la semana pasada en Nature Medicine alertó de que pseudovirus de la variante sudafricana mostraron, en condiciones de laboratorio, “un escape entre sustancial y completo” a la neutralización en plasma de pacientes convalecientes.

Los investigadores no utilizaron la variante P.1 (brasileña) en su estudio pero, como esta comparte algunas mutaciones con la B.1.351, teorizan que podría mostrar resistencias similares. Sin embargo, una prepublicación pendiente de revisión compartida este mes contradice esta hipótesis: en ella se vio que la variante es resistente a múltiples anticuerpos monoclonales, pero menos al plasma de pacientes convalecientes y, sobre todo, al de personas vacunadas.

Por este motivo, los autores de la prepublicación concluían que “la variante P.1 amenaza las terapias con anticuerpos actuales, pero menos la eficacia protectora de nuestras vacunas”. Respecto a este trabajo, el inmunólogo de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí (EE UU) aseguró que la variante brasileña “parece un problema menor” que la sudafricana.

La vida real es distinta al laboratorio

Es importante señalar que los resultados de los experimentos llevados a cabo en condiciones de laboratorio, en ocasiones con virus artificiales, no tienen por qué ser un reflejo exacto de lo que suceda cuando ese virus infecte un cuerpo humano real. Por ejemplo, Reuters ha asegurado que Oxford/AstraZeneca publicará pronto datos que muestran que su vacuna es eficaz contra la variante brasileña. Además, un estudio publicado esta semana en NEJM muestra que la vacuna de Pfizer es capaz de neutralizar las tres variantes motivo de preocupación.

Los resultados de los experimentos de laboratorio, en ocasiones con virus artificiales, no tienen por qué ser un reflejo exacto de lo que suceda cuando ese virus infecte un cuerpo humano real

Incluso los experimentos de laboratorio nos recuerdan que el sistema inmunitario es complejo y, sobre todo, que no se queda mirando mientras los virus se adaptan. Una prepublicación pendiente de revisión por pares compartida esta semana muestra que los anticuerpos también evolucionan para obtener “resiliencia” ante las mutaciones de su enemigo. De no hacerlo, “permitiría al SARS-CoV-2 escapar de sus efectos neutralizantes”.

Otro preprint, este compartido la semana pasada, asegura que el esfuerzo inmunitario que suponga la temida variante sudafricana podría no ser en balde. Sus resultados concluyen que el suero de los pacientes previamente infectados con la B.1.351 no solo es capaz de neutralizarla con eficacia, sino que también son capaces de acabar con las variantes originales e incluso con la brasileña.

“Estos datos sugieren que la respuesta de los anticuerpos en pacientes infectados con la variante sudafricana tiene una amplia especifidad, y que las vacunas diseñadas [con la secuencia de la B.1.351] pueden obtener respuestas cruzadas”, escriben los autores.

A todo esto hay que sumar que los anticuerpos no son la única arma con la que cuenta el sistema inmunitario: una prepublicación reciente afirma que las variantes británica, sudafricana, brasileña y californiana tienen un efecto «despreciable» sobre los linfocitos T, células especializadas en matar a aquellas compañeras que han sido infectadas por el coronavirus.

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Una camiseta es capaz de cargar pequeños dispositivos electrónicos a partir del movimiento y el sudor

Científicos de la Universidad de California (EE UU) han diseñado una prenda de vestir con la que la persona que lo la lleva puede hacer funcionar pequeños dispositivos, como un reloj, mediante su movimiento y sudor.

Sus responsables han bautizado la camiseta como microrred portátil./ Escuela de Ingeniería Jacobs de San Diego

Al igual que las microrredes comunitarias son capaces de producir energía y autoabastecerse por sí mismas, los seres humanos podríamos disponer de nuestra propia microrred personal, con la que seríamos capaces de alimentar dispositivos electrónicos a partir de la energía que produce nuestro cuerpo.

Estamos aplicando el concepto de la microrred para crear sistemas portátiles que funcionan de manera sostenible, segura e independiente

Lu Yin

Es la idea que ha plasmado sobre una camiseta un equipo de nanoingenieros de la Universidad de California, (UC) cuyos resultados se exponen en la revista Nature Communications. Su tecnología, según indican, está directamente basada en esas microrredes comunitarias.

“Estamos aplicando el concepto de la microrred para crear sistemas portátiles que funcionan de manera sostenible, segura e independiente”, señala el coautor del estudio Lu Yin, de la Escuela de Ingeniería Jacobs de UC San Diego.

“Al igual que una microrred de una ciudad integra una variedad de fuentes de energía renovables locales, como la eólica y la solar, una microrred portátil integra dispositivos que recolectan energía de forma local procedente de diferentes partes del cuerpo, como el sudor y el movimiento, a la vez que almacenan la energía”, expone.

Para certificar su funcionamiento, el equipo probó la prenda de vestir sobre una persona en sesiones de 30 minutos, que consistían en hacerle correr o pedalear durante 10 minutos, seguidos de otros 20 de descanso. Simplemente con este ejercicio, la camiseta suministraba la energía suficiente para que funcionase correctamente un reloj digital de pulsera o para que se activase una pantalla electrocromática, un dispositivo que cambia de color en respuesta a un voltaje determinado.

La denominada ‘microrred portátil’ funciona a partir de tres ejes principales: células de biocombustible impulsadas por el sudor, generadores triboeléctricos impulsados por el movimiento y supercondensadores de almacenamiento de la energía

Impresa sobre una camiseta, con piezas flexibles y lavables —eso sí, sin detergente—, la denominada ‘microrred portátil’ funciona a partir de tres ejes principales: células de biocombustible impulsadas por el sudor, generadores triboeléctricos impulsados por el movimiento y supercondensadores de almacenamiento de la energía. Cada una de las partes está serigrafiada en la camiseta y colocada de una manera que optimiza la cantidad de energía recolectada.

Dos sistemas complementarios para generar energía

Por un lado, las células de biocombustible fueron ubicadas en la parte interior de la camiseta, en la zona del pecho. Estas están equipadas con enzimas que desencadenan un intercambio de electrones entre las moléculas de lactato y oxígeno en el sudor humano para generar electricidad. Estas celdas proporcionan corriente continua de voltajes bajos.

Por otro lado, los generadores triboeléctricos están hechos de un material cargado negativamente, colocado en los antebrazos, y un material cargado positivamente, colocado a los lados del torso, a la altura de la cintura. Cuando los brazos se balancean contra el torso al caminar o correr, los materiales con carga opuesta generan electricidad que emite pulsos de alto voltaje.

Por último, los supercondensadores, colocados en la parte exterior de la prenda, sobre la zona del pecho, almacenan temporalmente la energía obtenida de los otros dos dispositivos. Posteriormente, la descargan para alimentar a pequeños dispositivos electrónicos conectados según convenga.

Cuando sumas estos dos sistemas juntos, compensan las deficiencias del otro. Son complementarios y sinérgicos para permitir un inicio rápido y una potencia continua

Lu Yin

Los investigadores combinación de ambas fuentes de energía, lo que permite a la camiseta funcionar de forma rápida y continua. El movimiento del cuerpo transmite corriente casi de forma instantánea, mientras que la que procede del sudor proporcionan energía incluso una vez que el usuario ha dejado de moverse.

Este conjunto de sistemas arranca dos veces más rápido y dura tres veces más que los sistemas por separado. “Cuando sumas estos dos juntos, compensan las deficiencias del otro. Son complementarios y sinérgicos para permitir un inicio rápido y una potencia continua”, explica Yin.

Para ejemplificar su funcionamiento, el autor lo compara con un sistema de suministro de agua. “Imagina que las células de biocombustible son como un grifo que fluye lentamente y los generadores triboeléctricos son como una manguera que lanza chorros de agua. Los supercondensadores son el tanque al que ambos alimentan y puedes extraer agua de ese tanque según necesites”.

La principal innovación de este trabajo, indica el nanoingeniero, no son los dispositivos portátiles en sí mismos, sino la integración sistemática y eficiente de todos los dispositivos. Aunque a priori está concebido para atletas y deportistas, los investigadores creen que esta tecnología tiene posibilidades ilimitadas. Por ello, anuncian que están trabajando en otros diseños que puedan recolectar energía en diferentes situaciones, como por ejemplo mientras el usuario está sentado en la oficina.

“No nos estamos limitando a este diseño. Podemos adaptar el sistema seleccionando diferentes tipos de recolectores de energía para diferentes escenarios”, concluye Yin.

Referencia:

Lu Yin et al. «A self-sustainable wearable multi-modular E-textile bioenergy microgrid system». Nature Communications (2021)

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La salud de las mujeres mayores está determinada por las características de su pareja

Un estudio pionero realizado en España analiza por primera vez la información sobre el nivel educativo, socioeconómico, edad y estado de salud de los dos miembros de la pareja de forma combinada, y no por separado. Los resultados afirman que vivir con un marido mayor y una salud delicada penaliza la salud femenina.

Las desigualdades en salud quedan más determinadas en gran medida a escala doméstica que a escala individual. / Pixabay

La salud de las mujeres de 65 años y más muestra estar relacionada, además de con sus propias características socioeconómicas, con las de sus parejas, como consecuencia de las normas de género tradicionales. Esta es una de las principales conclusiones de una investigación realizada por expertos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), centrada en el caso de España.

Según Jordi Gumà, miembro del Grupo de Investigación en Sociodemografía (DEMOSOC) de la UPF y líder del trabajo, esta situación se agrava por varios motivos. “El hecho de tratarse en muchos casos de las cuidadoras de sus parejas (hombres) implica un doble impacto sobre la salud femenina como consecuencia de las desigualdades de género: por ser dependientes económicamente de sus parejas y por tener que asumir una mayor carga diaria”, explica Gumà.

El estudio demuestra que la convivencia con una pareja que no tiene buena salud se asocia con casi el doble de probabilidades de estar en la misma situación

El estudio, publicado en Gaceta Sanitaria, analiza las diferencias de salud entre la población española de 65 a 81 años que vive en pareja, considerando tanto las características socioeconómicas de ambos miembros de manera individual como combinada. Se trata de un enfoque pionero respecto a las investigaciones realizadas hasta ahora, que se han centrado en el análisis individual.

El objetivo general fue determinar si, además del nivel educativo del propio individuo –un indicador habitual en este tipo de investigaciones–, también las características de la pareja (nivel educativo y estado de salud) y del hogar en general (capacidad económica y brecha de edad del cónyuge) afectan a la salud de las personas de 65 años y más que viven conjuntamente.

El otro miembro de la pareja, un factor determinante

El estudio demuestra que la convivencia con una pareja que no tiene buena salud se asocia con casi el doble de probabilidades de estar en la misma situación, y que la salud de las mujeres es significativamente mejor si su nivel educativo es superior al de su pareja, un resultado que fue menos significativo en el caso de los hombres.

“El estado de salud del otro miembro de la pareja es la variable que muestra el mayor efecto sobre la salud de la población española de 65 años y más que vive bajo este modelo de convivencia, aunque la salud de las mujeres parece ser más sensible al nivel educativo de su pareja y a la situación económica general del hogar”, afirman los autores.

En este sentido, la investigación encuentra una clara implicación de género: “Vivir con un marido mayor, con una salud delicada, penaliza la salud femenina. Por el contrario, la carga de trabajo adicional es menor para ellos cuando sus mujeres tienen una salud deficiente, ya que los hombres suelen compartir esta carga con otros familiares, principalmente mujeres, sobre todo hijas o nueras”, apuntan.

Por otra parte, el estudio ha demostrado la existencia de un efecto de apareamiento selectivo (parejas que se parecen a uno mismo), ya que es más probable que coincidan dos personas con un perfil socioeconómico y, muchas veces, un comportamiento similar. Este apareamiento selectivo a edades más jóvenes puede tener un efecto acumulativo sobre la salud a lo largo de los años, como consecuencia de factores de comportamiento, como fumar, dieta, consumo de alcohol, etc.

Vivir con un marido mayor y de salud delicada penaliza la salud femenina. Por el contrario, la carga de trabajo adicional es menor para ellos cuando sus mujeres tienen una salud deficiente, ya que suelen compartir esta carga con hijas o nueras

El caso peculiar de España

El estudio se ha centrado en analizar el caso de España a partir de una muestra tomada en 2015 de cerca de 1.800 personas de la Encuesta Europea de Ingresos y Condiciones de Vida de personas mayores (de 65 a 81 años) que conviven en pareja. A partir de modelos de regresión logística independientes para mujeres y hombres, los autores obtuvieron la estimación de las probabilidades de no tener buena salud autopercibida, es decir, cómo una persona percibe su propio estado de salud general.

Hasta ahora, las investigaciones sobre la relación entre perfiles educativos conjuntos (de la pareja y propios) y estado de salud se habían centrado en EE UU o en los países del norte, oeste y centro de Europa, pero no se había analizado ningún país del sur del continente europeo.

Para los autores, España es un caso especialmente interesante porque la expansión educativa y la inserción masiva de mujeres en el mercado laboral se inició más tarde que en otros países de la Europa occidental.

Los roles productivos y reproductivos en España siguen unos patrones muy tradicionales de género, por lo que el estado socioeconómico femenino está muy determinado por el estatus de sus parejas

En consecuencia, “los roles productivos y reproductivos en España siguen unos patrones muy tradicionales de género para las cohortes más antiguas estudiadas, por lo que el estado socioeconómico femenino está muy determinado por el estatus de sus parejas”, subrayan.

Orientar las políticas sanitarias

Según los expertos, una contribución relevante que su estudio puede aportar a las políticas públicas es que “no solo deben orientarse hacia los grupos vulnerables típicos, como las familias monoparentales o con bajos ingresos, sino también hacia las personas jubiladas con pareja de baja formación”.

“Los resultados son particularmente relevantes para los profesionales de la salud que están en contacto diario con pacientes, ya que demuestran que las desigualdades en salud quedan más determinadas en gran medida a escala doméstica que a escala individual”, concluyen.

Referencia:

Gumà, J., Spijker, J. (marzo 2021). «¿Son importantes las características de la pareja para entender la salud en edades avanzadas? El caso español». Gaceta Sanitaria (volumen 35, número 2, pp.193-198) https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2019.07.005

Fuente: UPF y UAB
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