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La misión árabe Hope alcanza la órbita de Marte

La sonda enviada por los Emiratos Árabes Unidos al planeta rojo se ha insertado con éxito en la órbita programada, convirtiéndose en la primera misión interplanetaria de un país árabe. Su objetivo científico es estudiar los cambios meteorológicos a lo largo de un año marciano.

Ilustración de la sonda Hope (Esperanza en español o Al-Amal en árabe) insertándose en la órbita de Marte. / MBRSC

Tal y como estaba previsto, a las 16:57h (hora peninsular española), la sonda Hope (Esperanza en castellano o Al-Amal en árabe) ha alcanzado la órbita del planeta rojo, según han confirmado los responsables de esta misión de Emiratos Árabes Unidos (EAU), que se convierte así en el quinto país o potencia espacial en conseguirlo (tras Rusia, EE UU, Europa e India).

El acontecimiento se produce justo un día antes de que China inserte también su nave Tianwen-1 en la órbita de Marte, y a una semana de que el vehículo Perseverance de la NASA aterrice en su superficie, el próximo 18 de febrero.

Emiratos Árabes Unidos se convierte en el quinto país o potencia que llega a Marte, después de Rusia, Estados Unidos, Europa e India, y un día antes de que lo haga previsiblemente China

Hope ha tenido que poner en marcha sus seis propulsores Delta-V durante 27 minutos para reducir la velocidad de crucero de 121.000 km/h a unos 18.000 km/h que le han permitido lograr la inserción orbital. La maniobra se ha realizado con sistemas autónomos, ya que existe un retraso en la señal de radio de unos 11 minutos con la Tierra que impide gestionar las operaciones en directo.

“La inserción en la órbita marciana ha sido la parte más crítica y peligrosa de la misión, ya que la sonda Hope estuvo expuesta a tensiones y presiones a las que nunca antes se había enfrentado”, ha señalado Omran Sharaf, director del proyecto desde el Centro Espacial Mohammed bin Rashid (MBRSC).

“Aunque habíamos pasado seis años diseñando y probando sin descanso el sistema, no hay manera de simular completamente el impacto que produce la desaceleración y la navegación necesarias para alcanzar la inserción de forma autónoma”, añade Sharaf, quien ha destacado que tenían encomendado “construir pero no comprar” los sistemas.

Por su parte, Sarah bint Yousef Al Amiri, ministra de Tecnología Avanzada de los Emiratos y presidenta de la Agencia Espacial emiratí, ha recordado que la sonda llega a Marte en un doble aniversario: “En 2021 conmemoramos el 50 aniversario del nacimiento de los Emiratos, y también el medio siglo del desembarco del primer objeto hecho por el hombre en el planeta rojo (la sonda soviética Mars 3 en 1971). Nos marca un punto importante para que los EAU continúen dirigiendo el futuro de su economía hacia la investigación, la ciencia y la tecnología”.

Estudiar la meteorología durante un año marciano

Ahora Hope mantendrá esta órbita, calibrando y probando sus instrumentos de investigación, antes de pasar a su órbita propiamente científica, desde la que proporcionará la primera imagen completa de la meteorología del planeta rojo a lo largo de un año marciano (687 días terrestres).

Hessa Al Matroushi, directora científica de la misión en el MBRSC explica que la nave describirá una órbita elíptica durante los próximos dos años alrededor de Marte, “permitiendo analizar de una forma única la atmósfera del planeta en diferentes lugares y a través de las diferentes estaciones con su instrumentación científica, que explorará las diferentes capas atmosféricas estableciendo una nueva perspectiva nueva y global de su comportamiento y conexiones”.

La sonda Hope, equipada con tres instrumentos científicos (una cámara y dos espectrómetros) proporcionará la primera imagen completa de la meteorología del planeta rojo a lo largo de un año marciano

Durante los dos próximos meses Hope realizará pruebas de instrumentación y sistemas desplazándose en una órbita elíptica entre los 1.000 y los 49.380 km por encima de la superficie de Marte. Después de una fase de pruebas y validación de datos, unas seis semanas después de estar navegando por esa órbita, en abril de 2021, comenzará la exploración científica.

La sonda tiene una órbita de ciencia elíptica de 20.000-43.000 km, que completará cada 55 horas obteniendo una imagen global del planeta cada nueve días. Sus tres instrumentos, una cámara de alta resolución y dos espectrómetros (uno infrarrojo y otro ultravioleta), permitirán estudiar los cambios en el clima marciano entre la atmósfera superior e inferior, así como completar la primera imagen de la dinámica atmosférica y el clima del planeta en todo momento del día y a través de todas las estaciones del año.

Los tres instrumentos de la sonda Hope. / EMM

En el desarrollo de los instrumentos científicos, los ingenieros emiratíes han contado con la colaboración y el asesoramiento de colegas estadounidenses que trabajan en las universidades de Colorado, California, Arizona y Berkeley. En conjunto, el proyecto ha costado unos 200 millones de dólares.

Los primeros datos de la misión se publicarán en septiembre y se pondrán a disposición de la comunidad científica internacional. Después, los resultados de las investigaciones se presentarán a principios de diciembre.

Según sus promotores, esta misión fue diseñada para acelerar la innovación y la investigación científica en los Emiratos, así como para inspirar a las generaciones más jóvenes en Oriente Medio a estudiar carreras científicas y tecnológicas.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

¿Nos estamos inmunizando al dolor de las muertes por la pandemia?

Hasta el momento, más de 2,2 millones de personas en todo el mundo han fallecido por coronavirus. En España, la tercera ola está dejando desde hace días terribles cifras de afectados y muertos. Marisa Páez, doctora en Psicología y directora del Instituto ACT, nos cuenta por qué la sociedad parece hastiada de los números de la pandemia.

¿Ya no nos preocupa la saturación de los hospitales? ¿Estamos menospreciando la magnitud de esta tercera ola? / Adobe Stock

En ciudades como Madrid, la calle bulle de gente. Parece que se está imponiendo el after work –muchos bares están promoviendo el tomarse algo por la tarde–, hacer el brunch los domingos, salir de terrazas o juntarse en las plazas para hacer botellón, pasar el rato o hacer cola para aprovechar la rebajas. También son conocidas las fiestas ilegales en las que no se han respetado aforos ni restricciones horarias, e incluso, reuniones de empresas en las que se han incumplido las medidas preventivas.

¿Qué está pasando? ¿Es que las cifras no nos afectan? ¿Los 400, 500 o 700 muertos al día ya no nos duelen? ¿Ya no nos preocupa la saturación de los hospitales o los contagios que siguen produciéndose en las residencias de mayores? ¿Estamos menospreciando la magnitud de esta tercera ola?

Pues sí, no es fácil mantener la guardia después de un año. La sociedad está cansada de los números de la pandemia, de los giros en los criterios, confunde tanta información y desinformación: las cosas han dejado de cuadrarnos. En este contexto las ideas conspiranoicas y el auge de explicaciones y uso de tratamientos pseudocientíficos circulan con rapidez en redes, a la velocidad del propio virus.

Para los seres humanos es fundamental que las cosas resulten coherentes. Por ello, cada uno hace lo que puede para cuadrar la realidad que hoy se nos hace tan distópica

Para los seres humanos con habilidades cognitivas es fundamental que las cosas resulten coherentes, nos encajen. Por ello, cada uno hace lo que sabe hacer, lo que puede, para cuadrar la realidad que hoy se nos hace tan distópica. El concepto de inflexibilidad psicológica nos puede ayudar a entender estas actitudes humana y científicamente comprensibles.

Se trata de un concepto que ha tomado fuerza en los últimos años y hoy nos permite entender multitud de fenómenos humanos problemáticos: desde los bloqueos que ocurren en la ansiedad, la falta de actividad en la depresión, el mantenimiento de la angustia en el estrés postraumático; hasta los problemas de relación en las parejas, de comunicación con los hijos o el mayor o menor rendimiento deportistas de élite.

Esta inflexibilidad la forman dos procesos centrales: la fusión cognitiva y la evitación de experiencias dolorosas. La primera hace referencia a quedarnos atrapados en los propios pensamientos, ideas, o sentimientos. Es decir, creernos todo lo que pensamos o dejarnos arrastrar por la euforia del momento, las ganas, o el miedo. Por su parte, la segunda tiene que ver con lo que hacemos para no pensar, no sentir lo que sentimos o minimizar lo que estamos experimentando, especialmente cuando esto es incierto o doloroso.

La fusión cognitiva, detrás de la euforia

Especialmente a corto plazo, los dos procesos de la inflexibilidad psicológica nos protegen, nos ayudan a afrontar el dolor, el miedo, el estrés, la angustia y a darle forma lógica y coherente a aquello que no entendemos.

Por ejemplo, la fusión cognitiva nos ha llevado, quizás, a la euforia sobre la vacunación, a creernos que la solución definitiva ha llegado y que funcionará de manera inmediata, aunque sabemos o deberíamos saber que las vacunas actuales nos protegerán de las formas más graves de la enfermedad, pero no acabarán con la pandemia, por ahora. También es la base para creer en tratamientos pseudocientíficos o engañarnos pensando que la covid-19 no nos tocará, ya que es un problema exclusivamente para los mayores.

La fusión cognitiva nos ha llevado quizás a la euforia sobre la vacunación, a creernos que la solución ha llegado y que funcionará de manera inmediata. También es la base para creer en tratamientos pseudocientíficos

Probablemente este proceso nos haya llevado también a dejarnos llevar por la emoción del momento e ir a una fiesta; o a sentirnos omnipotentes en nuestra capacidad de curar a los enfermos, como puede ser el caso de sanitarios que han terminado extenuados porque no han podido parar o reconocer sus límites.

Igualmente, puede ocurrir que la unión de este proceso con el miedo en muchos casos haya llevado a limitarnos en exceso, a lavarnos las manos compulsivamente o a estar hipervigilantes ante supuestos síntomas menores.

mascarillas tendidas

Hay muchos estudios sobre cómo la resiliencia ha influido en la salud mental en este año tan duro. / Pixabay

Evitación para desconectar del dolor

Por su parte, la evitación experiencial nos ayuda a entender la minimización de los riesgos, el “a mí no me va a pasar”, a desconectar del dolor de las cientos de pérdidas diarias, a transformarlas en meras cifras sin ninguna emoción asociada, a no querer ver lo que ocurre “esto es la gripe de todos los años” o a negar los comportamientos no cívicos en los que incurrimos todos a veces.

Seguramente ambos procesos nos estén protegiendo del sufrimiento y de la incertidumbre actual, nos ayuden a seguir adelante, a hacer nuestro día a día, pero solo son útiles en un primer momento.

La evitación experiencial nos ayuda a entender la minimización de los riesgos, el “a mí no me va a pasar”, a desconectar del dolor de las cientos de pérdidas diarias y a transformarlas en meras cifras sin ninguna emoción asociada

Cuando el tiempo pasa, estas estrategias de afrontamiento pueden ser perjudiciales ya que consumen mucha atención y energía. Además, perdemos sensibilidad, nos desconectamos del presente, de las emociones, y nuestra habilidad para aprender y adaptarnos a nuevas condiciones ambientales se estrecha.

Lo peor de todo es que puede llevarnos a descuidar aspectos valiosos de nuestra vida, como el autocuidado, la conexión con otros, la empatía, la búsqueda activa de alternativas o del bien común, etc. En definitiva, podemos dejar de hacer lo que toca hacer en estos momentos (minimizar los contactos sociales, nuestra exposición al virus en espacios cerrados o usar correctamente la mascarilla) o confiar e ir ajustándonos a lo que se nos pide como ciudadanos.

La clave, la resiliencia

La buena noticia es que también se ha estudiado empíricamente la contrapartida de la inflexibilidad, denominada flexibilidad psicológica, que es lo que comúnmente llamamos resiliencia. Se trata de la habilidad para ser capaces de construir una vida satisfactoria, o la capacidad para recomponernos ante las adversidades, afrontar el dolor o cambiar de rumbo cuando la vida nos impone limitaciones. En relación a la pandemia se han publicado numerosos estudios en torno a estas habilidades y cómo han influido en la salud mental, gestión del estrés y calidad de vida tanto psicológica como física, durante el confinamiento y a lo largo de ese duro año.

Lo más interesante de todo, es que la flexibilidad psicológica es una habilidad que puede entrenarse a través del fomento de la conciencia y la atención, la apertura a emociones difíciles y la implicación en comportamientos alineados a lo que es importante para cada uno.

Fomentar estas habilidades nos ayudaría a ajustarnos de forma equilibrada al momento de crisis que estamos viviendo: a aumentar nuestra conciencia sobre los riesgos, a estar más presentes y atentos y responder eficazmente a las nuevas demandas en el entorno laboral, académico o social, e implementar de forma exitosa nuevas conductas ajustadas a lo que está ocurriendo.

Ojalá esta crisis sirviera para poner en valor la importancia de la gestión de las emociones: podríamos construir una sociedad mejor si fuéramos capaces de afrontar ‘flexiblemente’ el mundo incierto que parece que nos tocará vivir

De la misma forma optimizaría nuestra gestión de la frustración, nuestra impotencia y rabia, a conectar más fluidamente con el dolor ajeno y mejorar nuestra empatía, conexión social y solidaridad y a centrarnos en lo esencial y verdaderamente más importante para cada uno.

Adaptarse para ser feliz

Estamos haciendo lo que podemos, lo que sabemos hacer. La incoherencia, la incertidumbre, la contradicción o la pérdida no nos gustan a los humanos. Todo lo contrario, nos duele, nos incomoda y nos estresa, y ante esto todos reaccionamos. Lo que está claro es que el comportamiento flexible nos protege, nos ayuda a adaptarnos al cambio; mientras que el inflexible nos limita, nos deja en el mismo sitio.

Ya quisiéramos muchos psicólogos que esta crisis nos sirviera para poner en valor la importancia del aprendizaje de la gestión de las emociones desde una perspectiva científica: podríamos construir una sociedad mejor si fuéramos capaces de afrontar ‘flexiblemente’ el mundo incierto que parece que nos tocará vivir.

Marisa Páez es doctora en Psicología y directora del Instituto ACT.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

¿Cómo afectan las vacunas frente a la covid-19 a niños, embarazadas y madres lactantes?

Olga Ramírez Balza, del Grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, responde a todas nuestras dudas sobre la vacunación contra el SARS-Cov-2 en diferentes colectivos vulnerables como mujeres gestantes o que buscan un embarazo, madres lactantes y niños.

La vacunación contra la covid-19 en España se inició el pasado diciembre. / Pixabay

Desde que el 27 de diciembre de 2020 se iniciara la vacunación contra la covid-19 en España, son muchas las incertidumbres que han surgido en torno a la misma. Debido a que no se han realizado ensayos clínicos en determinados grupos, los posicionamientos respecto a niños, mujeres embarazadas y lactantes han sido muy dispares.

En el caso de mujeres durante la etapa de gestación, ningún ensayo clínico hasta el momento ha incluido a este colectivo ya que, por motivos evidentes, cualquier estudio en embarazadas resulta más complejo. La premura en obtener una vacuna eficaz ha dado lugar a que los estudios en animales de laboratorio gestantes, para descartar una posible teratogenicidad en este grupo, se hayan pospuesto o no se hayan considerado prioritarios.

Aunque al parecer no se han observado riesgos en los pocos casos en los que se ha vacunado a mujeres embarazadas, no existen suficientes datos para establecer una seguridad respecto a la inmunización en este estado. Por ello, tanto los propios laboratorios fabricantes como la mayor parte de las sociedades científicas no las recomiendan de forma generalizada.

La premura en obtener una vacuna eficaz ha provocado que los estudios en animales de laboratorio en periodo de gestación, para descartar una posible teratogenicidad en este grupo, se hayan pospuesto o no se hayan considerado prioritarios

De hecho, a pesar de que el propio documento del Ministerio de Sanidad recoge una mayor gravedad del coronavirus durante el embarazo, el mismo informe concluye que “no hay evidencia suficiente para recomendar su uso durante el embarazo. En términos generales, debe posponerse la vacunación de embarazadas hasta el final de la gestación”. Eso sí, si la embarazada tiene alto riesgo de exposición o de complicaciones, puede valorarse la vacunación de manera individualizada.

La propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) reconoce que, si bien los pocos y limitados estudios en modelos animales no han mostrado efectos dañinos en el embarazo, el uso de la vacuna en mujeres embarazadas debe hacerse tras la valoración de un profesional sanitario que decidirá de forma individual el beneficio/riesgo en cada caso.

Así lo recoge la propia ficha técnica de las vacunas disponibles en el momento actual. Ambas coinciden que aunque los estudios en animales no sugieren efectos perjudiciales directos ni indirectos con respecto al embarazo, el desarrollo fetal, el parto y desarrollo postparto, solo se debe considerar su administración durante el embarazo si los posibles beneficios superan los posibles riesgos para la madre y el feto.

En este mismo sentido se declaran otras sociedades científicas internacionales. Organismos como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) afirman que hasta que los resultados de ensayos clínicos y  otros estudios estén disponibles, solo se dispone de datos limitados sobre la seguridad de las vacunas covid-19, incluidas las vacunas de ARNm, administradas durante el embarazo. Sin embargo, ACIP lo considera una elección personal de cada mujer, guiada o informada por un profesional sanitario.

De ahí que en el contexto actual se contemple la opción de ofrecer la vacunación contra la covid-19 a embarazadas de alto riesgo de exposición al virus o de elevado riesgo de enfermedad grave (edad avanzada, obesidad, hipertensión o diabetes). La propia gestante podrá decidir si aceptar la vacunación o no, tras ser debidamente informada.

Basándonos en un principio de prudencia, en el caso de mujeres que desean quedarse embarazadas, el criterio es recomendar esperar entre dos semanas y un mes entre la segunda dosis y el embarazo. En caso de que el embarazo se haya sabido una vez realizada la vacunación, la mayor parte de organismos –incluyendo la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME)– afirman que “no se debe recomendar la interrupción del embarazo después de una vacunación inadvertida a una mujer embarazada, ya que los datos disponibles no muestran efectos dañinos directos o indirectos sobre el feto, tal y como se explica en el apartado anterior”. Eso sí, se recomienda esperar a terminar el embarazo antes de finalizar el ciclo de vacunación.

lactancia materna

Por el momento no hay datos sobre los posibles efectos de la vacuna durante la lactancia. / Pixabay

Lactancia y vacunación

A este respecto existe algo más de discrepancia. El documento del Ministerio de Sanidad recoge que “no hay datos sobre los posibles efectos de la vacuna durante la lactancia (ni sobre la producción de leche ni sobre el lactante), aunque teniendo en cuenta el tipo de vacuna actualmente autorizada (Comirnaty, de Pfizer/BioNTech y la vacuna frente a la covid-19 de Moderna) no se considera que suponga un riesgo para el lactante, por lo que en el caso de mujeres que amamantan y que tienen alto riesgo de exposición o alto riesgo de complicaciones puede valorarse la vacunación de manera individualizada”.

Aunque las propias fichas técnicas de las actuales vacunas recogen que se desconoce si la vacuna se excreta por la leche materna y no hace referencia explícita a su uso durante la lactancia, la AEMPS refiere que “la decisión del empleo de la vacuna en mujeres embarazadas o durante la lactancia materna debería hacerse con la valoración de un profesional sanitario para evaluar individualmente los beneficios y riesgos según cada caso”.

Entidades como FACME declaran que “la vacunación de la madre frente a la covid-19 se considera segura para la propia mujer, para la lactancia, así como para el bebé”. Afirman que las vacunas basadas en el ARNm no contienen microorganismos vivos ni tienen capacidad infectiva. Sin embargo, refieren que tanto la lactancia como la vacunación deben responder a una decisión informada de la madre, que debe disponer de la mejor información posible para tomar esta decisión.

Dada la importancia de la lactancia materna y la experiencia acumulada con otras vacunas inactivadas, los expertos valoran no interrumpirla en mujeres que reciban la vacuna y tampoco demorar la inmunización, si está indicada, por este motivo

Por su parte, CDC y ACIP declaran que “aunque no hay datos sobre la seguridad de las vacunas covid-19 en mujeres lactantes o sobre los efectos de las vacunas de ARNm en el lactante o en la producción y excreción de leche, no se cree que las vacunas de ARNm sean un riesgo para el lactante. Las madres que están amamantando y forman parte de un grupo recomendado para recibir la vacuna, como el personal sanitario, pueden optar por hacerlo”.

Sin embargo, otras entidades científicas se declaran sin ningún lugar a dudas a favor de no interrumpir la lactancia si la mujer ha de vacunarse durante la misma. Así, la Academia American de Obstetricia y Ginecología (ACOG) recomienda que “las vacunas covid-19 deben ofrecerse a las madres lactantes de forma similar a las no lactantes cuando cumplan los criterios para recibirla según los grupos de priorización descritos”.

Igualmente, la Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia (IHAN) considera que “la vacunación en madres que amamantan es compatible y segura.  A aquellas que pertenezcan a grupos de riesgo susceptibles se les debe ofrecer sin restricciones y deben tener la posibilidad de tomar una decisión informada. NO existe ninguna justificación para suspender la lactancia materna como condición para administrar la vacuna”.

Por tanto, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV) indica que, considerando la importancia de la lactancia materna y la experiencia acumulada con otras vacunas inactivadas, “hay que valorar iniciar con normalidad, no interrumpir la lactancia materna en mujeres que reciban la vacuna y no demorar la vacunación, si está indicada, por este motivo”.

Vacunas contra la covid-19 en la infancia

En estos grupos de edad no se han realizado ensayos clínicos, en parte debido a que no han sido considerados un grupo prioritario por su incidencia y gravedad. El Ministerio de Sanidad subraya que “con la evidencia actual, la población infantojuvenil no puede considerarse un grupo prioritario de vacunación en este momento. Además, de forma inicial, las vacunas que se autoricen posiblemente no dispondrán de resultados de utilización en esta población”.

Además, deja claro que quedan pendientes algunas incertidumbres, como el papel que puede tener este colectivo en la transmisión y los aspectos relativos a la seguridad y eficacia de la vacuna, por lo que será fundamental revisar esta afirmación con la nueva evidencia que vaya estando disponible.

Ante la falta de datos, la vacunación frente a la covid-19 en niños no estaría indicada por el momento

Por su parte, la AEMPS afirma que las vacunas se recomiendan actualmente solo a personas a partir de 16 o 18 años de edad, en relación a las de Pfizer y de Moderna respectivamente: “La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha acordado con el laboratorio realizar un plan de investigación de la vacuna en niños en una fase posterior”.

La propia ficha técnica de la vacuna incluye que “no se ha establecido todavía la seguridad y eficacia en niños y adolescentes menores de 16 y 18 años de edad según el tipo de vacuna”. Ante la falta de datos, en este caso podemos concluir que la vacunación frente a la covid-19 en niños no estaría indicada por el momento.

Fuente: SINC
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La pandemia amenaza a millones de hogares de países en desarrollo con caer en la pobreza

Una encuesta en 30.000 hogares de nueve países de África, Asia y América Latina pone de manifiesto la caída de ingresos y las dificultades para acceder a los alimentos que la crisis derivada de la covid-19 ha generado en las zonas más empobrecidas.

Muchas familias tuvieron que reducir comidas por la crisis. / Mehedi Hasan, Dhaka Tribune

Los daños económicos que ha provocado la crisis de la covid-19 son perceptibles en todo el mundo, pero su impacto ha ahondado más en las heridas ya existentes de los países en vías de desarrollo. Estas zonas han sufrido una fuerte disminución de los niveles de vida, así como una creciente inseguridad alimentaria.

Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un equipo internacional de investigadores y cuyo trabajo se han publicado en la revista Science Advances. Junto con este informe, advierten de que si no se aplican programas de protección, millones de hogares corren el riesgo de caer en la pobreza.

“La evidencia que hemos reunido muestra graves consecuencias económicas, incluido el aumento de la inseguridad alimentaria y la caída de los ingresos, que, si no se controlan, podrían llevar a millones de hogares vulnerables a la pobreza”, señala Susan Athey, economista en la Universidad de Standford en EE UU y coautora del estudio.

La evidencia que hemos reunido muestra graves consecuencias económicas que, si no se controlan, podrían llevar a millones de hogares vulnerables a la pobreza

Susan Athey

El trabajo, que cuenta con la participación del Banco Mundial y de universidades de varios continentes, ofrece una visión en profundidad de los efectos socioeconómicos que la pandemia ha provocado en países con ingresos bajos durante los primeros meses, entre marzo y julio de 2020.

Para lograrlo, el equipo realizó más de 30.000 encuestas telefónicas en ciudades que contienen a más de 100.000 habitantes de nueve países de África, Asia y América Latina. En concreto, la muestra escogida reunió a hogares de Burkina Faso, Ghana, Kenia, Ruanda, Sierra Leona, Bangladesh, Nepal, Filipinas y Colombia. Hay que destacar que muchos de los encuestados se obtuvieron al azar, por lo que la muestra incluye a personas y familias con distintos niveles de renta.

“Al examinar los datos que hemos recopilado en tantos países diferentes, ha quedado claro que la mayoría ha tenido que luchar o sufrir de verdad a causa de la pandemia. Han perdido trabajos, han luchado para alimentar a sus familias y a menudo han tenido dificultades para acceder a los mercados y a la atención sanitaria. Es terrible ver cómo esto ocurre en tantas sociedades diferentes”, expresa a SINC Edward Miguel, coautor del estudio, profesor de economía ambiental y recursos en la Universidad de Berkeley, en California (EE UU) y director del Center for Effective Global Action (CEGA) también en Berkeley.

Ingresos, alimentos, empleo y salud

Las encuestas telefónicas, realizadas por profesionales locales de cada país para que idiomas, dialectos y acentos coincidiesen, incluían preguntas sobre ingresos económicosempleo, acceso a los mercados de alimentación, retrasos en la atención médica, omisión de comidas y ayudas por parte de organizaciones y gobiernos. También, recabaron datos de la misma naturaleza en los lugares donde se hicieron encuestas similares en años previos con los que poder comparar.

De esta forma, obtuvieron que, en general, los ingresos habían bajado un 70 %. Mientras que en Kenia la caída fue del 25 %, en Colombia fue del 87 %, con grupos de población donde el descenso ha llegado hasta el 95 %. “Tras décadas de ingresos en constante aumento en las principales regiones del mundo, el fuerte aumento de la pobreza mundial en 2020 que documentamos no tiene precedentes”, indica el estudio.

Según el estudio, el fuerte aumento de la pobreza mundial que han documentado en 2020 no tiene precedentes

En cuanto al empleo, dependiendo de la región las cifras varían enormemente. Cuando en Ruanda en torno al 40 % de los encuestados afirma haber perdido su empleo, en algunas regiones de Sierra Leona solo lo ha corroborado el 5 %.

“Al hablar directamente con los hogares, nuestro estudio proporciona datos que son en muchos sentidos más relevantes que las medidas macroeconómicas existentes que, a menudo, no tienen en cuenta la actividad económica informal. Tampoco preguntan sobre las experiencias vividas por la gente en materia de inseguridad alimentaria, por ejemplo”, explica Miguel. Según se menciona en el estudio, “más de una cuarta parte de la actividad económica y la mitad de todos los trabajadores en África, Asia y América Latina están en el sector informal y, por lo tanto, no se incluyen en la mayoría de las estadísticas oficiales”.

En cuanto el acceso a los alimentos, el 87 % del mismo grupo de encuestados en Sierra Leona confiesa que ha tenido que omitir o reducir comidas debido a su situación económica. Con valores no tan elevados pero también relevantes, le ha ocurrido lo mismo a más de la mitad de los ghaneses y ruandeses encuestados; también, al 48 % de los hogares rurales de Kenia o al 69 % de los hogares agrícolas sin tierras en Bangladesh. De media, el 45 % del total de encuestados se vio obligado a comer menos de lo habitual.

De media, el 45 % del total de encuestados se vio obligado a comer menos de lo habitual, llegando hasta el 87 % en algunas zonas de Sierra Leona

“La comparación con los datos de referencia preexistentes verifica que estos niveles superan en gran medida la inseguridad alimentaria que se experimenta normalmente en esta época del año”, menciona el estudio.

Donde más se ha notado la falta de accesibilidad a los mercados debido al desabastecimiento y a las restricciones a la movilidad, entre otros motivos, ha sido en Filipinas (77 %), Colombia (68 %) y Kenia (67 %).

Las familias reportaron dificultades para acceder a los alimentos./ Mehedi Hasan, Dhaka Tribune

Ayudas, donaciones y vacunas

Para el profesor de economía de Universidad de Berkeley, los efectos más adversos que ha percibido al realizar este estudio son los que perjudican en este sentido a los niños.

Los niños podrían sufrir las consecuencias de la pandemia durante mucho tiempo

Edward Miguel

“La inseguridad alimentaria y la falta de comidas pueden afectar a su crecimiento y desarrollo. La escolarización se ha visto interrumpida en la mayoría de los países, mientras que los niveles de violencia doméstica siguen siendo preocupantemente altos. Por todo ello, los niños, podrían sufrir las consecuencias de la pandemia durante mucho tiempo”, expone el experto.

Además de las consecuencias directas que la caída de ingresos y la desnutrición pueden generar sobre la salud, el hambre pone en riesgo la productividad y el crecimiento a largo plazo, “ya que los hogares compensan reduciendo otras inversiones en bienes productivos como fertilizantes, en educación y el desarrollo infantil a largo plazo”, dice el estudio. Además, una parte significativa de los encuestados (13 %) ha reportado retrasos u otras dificultades para acceder a la atención médica.

No saldremos de esta pandemia hasta que todo el mundo tenga acceso a las vacunas y la pandemia esté controlada en todas partes

Edward Miguel

Una solución a estos problemas podría estar en la acción política, a través de programas de protección social. No obstante, los expertos señalan que estos países no cuentan con fondos suficientes “incluso en mejores tiempos”. “Durante una recesión económica, la reducción de los ingresos fiscales dificultará aún más la financiación de dichos programas y los mercados de deuda no estarán disponibles para los países de ingresos bajos y medianos”, se describe en el informe.

Por ello, el equipo interpela al resto de países con mayores ingresos para que dirijan su mirada hacia las naciones en vías de desarrollo y presten su ayuda, no solo mediante donaciones o préstamos, sino también compartiendo sus vacunas.

“Los ciudadanos de las sociedades enriquecidas deben reconocer que no saldremos de esta pandemia hasta que todo el mundo tenga acceso a las vacunas y la pandemia esté controlada en todas partes. Tenemos que ver esto como un esfuerzo para sacar de la crisis a la humanidad en su conjunto”, concluye Edward Miguel.

Referencia:

Egger, D. et al. «Falling living standards during the COVID-19 crisis: Quantitative evidence from nine developing countries». Science Advances (2021)

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

Sorpresas de la vacuna de Astrazeneca: tres meses entre dosis y menos contagios

Los nuevos datos del ensayo de Oxford-AstraZeneca han revelado resultados inesperados. La primera dosis mantiene su eficacia hasta al menos 90 días, incluso es recomendable retrasar hasta entonces la segunda inyección para optimizar la respuesta. Además de los síntomas, la vacuna redujo el número de casos positivos, lo que sugiere que podría ayudar a frenar la transmisión.   

La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha optado este jueves por reservar las primeras dosis de la vacuna de AstraZeneca que empezarán a llegar este fin de semana a los profesionales sanitarios y sociosanitarios en activo que no sean de primera línea. EFE

La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha optado este jueves por reservar las primeras dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca a los profesionales sanitarios y sociosanitarios en activo que no sean de primera línea. ¿Qué sabemos de ella?

Esta semana, una actualización con nuevos datos de la vacuna ha sido publicado como preprint —no revisado aún por otros especialistas— en la revista The Lancet. Los resultados confirman la eficacia global de la vacuna, similar a los resultados de diciembre, pero también incluyen sorpresas.

El dato más alentador es que, hasta el momento, previene por completo la enfermedad grave

La primera dosis no pierde actividad frente a los síntomas y la enfermedad grave hasta pasados al menos 90 días, lo que permitiría extender la población inmunizada antes de necesitar una segunda dosis. Contra lo que cabría esperar, la eficacia parece incluso mayor si se esperan esos tres meses. Además, el número de personas con PCR positivas se redujo aproximadamente a la mitad, lo que sugiere que podría contribuir a frenar la transmisión.

Contra la enfermedad grave

La primera publicación del ensayo incluyó 131 casos positivos, ahora se han añadido 201 más. A las dosis aprobadas, la vacuna tiene un 63 % de eficacia a la hora de prevenir los síntomas de la enfermedad, similar al 62% de diciembre. Pero el dato más alentador es que, hasta el momento, previene por completo la enfermedad grave. Una vez que habían pasado tres semanas de la primera dosis, 15 voluntarios tuvieron que ser hospitalizados, y los 15 estaban en el grupo control.

“Eso son muy buenas noticias”, comenta Marcos López Hoyos, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander) y presidente de la Sociedad Española de Inmunología, “ese es el objetivo principal de las vacunas, al fin y al cabo”.

Las sorpresas vinieron cuando se desgranaron los datos. El Reino Unido tomó la decisión sobrevenida de aumentar la separación entre las dosis de las vacunas hasta tres meses, lo cual motivó que los reguladores pidieran un análisis específico de qué podía suponer en términos de riesgo y eficacia. El desarrollo del ensayo, un tanto a trompicones, lo facilitó.

Esperar 90 días para obtener el refuerzo no solo permitiría aumentar el número de personas inmunizadas, sino que la respuesta obtenida parece incluso mayor

“Es algo extraño”, reconoce Hoyos. “No tiene sentido que la eficacia parezca mayor con una dosis que con dos. Seguramente no sea así, y el resultado tenga que ver con el tipo de análisis —a posteriori del diseño del ensayo, lo que suele restar fiabilidad— y los grupos que se comparan. Por otro lado, a partir de 90 días sí parece que hay una caída de eficacia, aunque los números son pequeños. Necesitamos más datos al respecto. En cualquier caso, parece que la inmunidad no decae hasta pasados al menos esos tres meses, lo que es positivo. Y, desde luego, eso en ningún caso significa que haya que renunciar a la segunda dosis”.

La siguiente sorpresa vino al analizar la eficacia según el tiempo de espera hasta la segunda dosis. Si el intervalo era de menos de 6 semanas, se situaba en un 55 %. En cambio, si se hacía a las 12 semanas o más, esta subía hasta un 82 %. Es decir, esperar 90 días para obtener el refuerzo no solo permitiría aumentar el número de personas inmunizadas, sino que la respuesta obtenida parece incluso mayor. La estrategia tiene visos de win-win.

Ahora bien, ¿cómo pueden explicarse estos resultados? ¿Por qué esperar más tiempo incrementa la eficacia? “Sinceramente, no tengo una explicación”, confiesa Hoyos. “Los investigadores citan que es algo que ya se ha visto con otras vacunas como en la gripe o la malaria, pero en principio si ya han pasado 3- 4 semanas no debería ser muy diferente. En cualquier caso, tiende a aumentar con cada intervalo estudiado, por lo que parece consistente”.

Con todos estos datos, la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad ha decidido establecer un intervalo de 10 a 12 semanas entre las dos dosis.

Sobre la transmisión

Una de las conclusiones que se han publicado a partir del preprint es que la vacuna disminuye la transmisión del virus en un 67 %. Sin embargo, este es un dato que aún desconocemos y que no se puede extrapolar directamente del ensayo.

Si disminuye los casos positivos, también debería reducir los posibles contagios. Sin embargo, no podemos tener la certeza, y menos aún del número exacto

En realidad ese número indica que, en el grupo de voluntarios que recibieron la primera dosis de la vacuna, hubo un 67 % menos de casos con PCR positiva que en el grupo de voluntarios que recibieron placebo. En el caso de los que habían recibido dos dosis, el porcentaje fue del 49 % (que se antoja más fiable, por el mayor número de casos y por responder al diseño original).

Para obtener estos datos aprovecharon que, en la cohorte del Reino Unido (había también de Brasil y Sudáfrica), se pidió a los voluntarios hacerse ellos mismos un test semanal. Así pudieron detectar no solo las infecciones evidentes, sino también aquellas que podían pasar de forma asintomática. La vacuna no alteró al número de infecciones que transcurrieron sin síntomas, pero sí disminuyo el número de infecciones totales.

En buena lógica, si disminuye los casos positivos, también debería reducir los posibles contagios. Sin embargo, aunque es muy probable que lo haga, no podemos tener la certeza, y menos aún del número exacto. «No hemos medido específicamente la transmisión porque ese es un tipo de estudio diferente», aclaró Andrew Pollard, director del Grupo de Vacunas de Oxford durante una conferencia de prensa el miércoles. «Lo que tenemos es un estudio que indica la cantidad de personas que ya no están infectadas y, si usted no está infectado, se supone que no puede transmitir el virus».

Algunas variables de la vida real podrían ir a favor. Por ejemplo, si los vacunados que pasan la enfermedad lo hacen con menos síntomas, podrían ser menos contagiosos. Pero también hay que considerar que los test en asintomáticos los hicieron los propios voluntarios y solo la mitad presentaron los resultados, lo que podría alterar los números de infectados reales.

Seguimos sin tener mucha información sobre sus resultados en mayores de 65 años, por lo que podría ser recomendable administrarla en un principio a gente más joven

Marcos López Hoyos

La opinión en la revista Stat de Kathleen Neuzil, directora del Centro para el Desarrollo de Vacunas de la Universidad de Maryland, es que “hay demasiadas variables como para sacar demasiadas conclusiones de este resultado. Sin embargo, la tendencia es consistente y va en la dirección correcta”.

Así lo considera también López Hoyos. Además, teniendo en cuenta no solo las reservas, sino el hecho de que la vacuna parece disminuir las infecciones pero ni mucho menos las elimina, recalca que “al menos hasta alcanzar una inmunidad de grupo, las personas vacunadas deben seguir las medidas de precaución igual que si no lo estuvieran”.

En general, “estaría bien ampliar los datos sobre algunos aspectos, y desde luego conviene esperar a la revisión del artículo por otros especialistas”, resume López Hoyos. “Por ejemplo, seguimos sin tener mucha información sobre sus resultados en mayores de 65 años, por lo que sí podría ser recomendable administrarla en un principio a gente más joven. Pero en global parece segura y eficaz, especialmente sobre la enfermedad grave, que al fin y al cabo es lo más importante”.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Cómo reducir la toxicidad de la quimioterapia sin restar efectividad

4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer

Investigadores del Grupo Español de Cáncer de Pulmón muestran los beneficios de la denominada ‘quimioterapia metronómica’, que permite combinar dosis bajas de varios fármacos de forma ininterrumpida, lo que reduce el riesgo de reacciones adversas. Los expertos consiguieron resultados de supervivencia y progresión de la enfermedad similares al tratamiento estándar, pero reduciendo la toxicidad un 80 %.
 

El cáncer es una de las primeras causas de fallecimiento en todo el mundo. / © Fotolia

El tratamiento de los tumores de pulmón en estadios localmente avanzados no operables ha experimentado pocos avances en los últimos años. Por ello, uno de los objetivos de los investigadores del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) ha sido mejorar los esquemas de tratamiento y evitar las elevadas toxicidades.

El estudio NORA, cuyos resultados acaban de ser publicados en Lung Cancer, confirma los beneficios de la quimioterapia ‘metronómica’ en este grupo de pacientes: “En lugar del uso intermitente y en dosis altas de uno o dos medicamentos, se combinan dosis bajas de varios fármacos con un régimen ininterrumpido. Es un avance más que permite reducir significativamente la toxicidad de la terapia actual”, explica a SINC Mariano Provencio, presidente del GECP y autor principal”.

Con este tipo de tratamiento a dosis más bajas se obtuvieron resultados de supervivencia y progresión del cáncer similares al tratamiento estándar, pero reduciendo la toxicidad en torno a un 80 %

Los investigadores trataron un total de 65 pacientes con dos fármacos diferentes junto a sesiones de radioterapia a dosis bajas. Del total que completaron el tratamiento, un 66,2 % respondió al tratamiento, con un total de 11 meses y medio de supervivencia libre de progresión de la patología.

Se produjeron acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento en cerca del 20,5 % de los pacientes durante todo el esquema de tratamiento, ocurriendo esofagitis en el 3 % (frente al 23 % de los modelos de administración tradicionales), neumonitis en el 1,5 % (frente al 12 % del esquema clásico), y neutropenia en el 6,2 % de los pacientes (frente al 54 %).

“Con este método de dosis bajas –pionero en el mundo– hay menos riesgo de reacciones adversas, lo que permite administrar un tratamiento continúo siendo igualmente eficaz y menos dañino”, añade Provencio. “Obtuvimos resultados de supervivencia y progresión de la enfermedad similares al tratamiento estándar, pero reduciendo la toxicidad en torno a un 80 %”.

El futuro de la biopsia líquida

La pregunta es cómo pueden estos resultados cambiar el tratamiento del cáncer de pulmón. Este trabajo también ha evaluado la correlación entre los niveles de ADN tumoral circulante (ctDNA) y la supervivencia, lo que abre la puerta a la estandarización en el uso de la biopsia líquida como herramienta para monitorizar la respuesta al tratamiento.

La biopsia líquida o biopsia de fluido es una nueva técnica de diagnóstico y seguimiento del cáncer. Consiste en un análisis de sangre que permite confirmar o descartar la presencia de células tumorales en la sangre y, de estar presentes, analizar el ADN de las mismas para personalizar o adaptar el tratamiento.

Según los autores, este trabajo permite establecer las bases para futuras investigaciones con control de biopsia liquida en estos pacientes

Después de un seguimiento de tres meses, los pacientes con ADN tumoral indetectable tuvieron una supervivencia mayor que aquellos que permanecieron positivos en ese momento.

“Nuestro estudio ofrece nuevas vías de abordar la concomitancia a la terapia tradicional”, asegura Provencio, jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro. “Permite establecer las bases para futuras investigaciones con control de biopsia liquida en estos pacientes”.

Referencia:

Mariano Provencio et al.: ‘Phase II clinical trial with metronomic oral vinorelbine and tri-weekly cisplatin as induction therapy, subsequently concomitant with radiotherapy (RT) in patients with locally advanced, unresectable, non-small cell lung cancer’. Lung Cancer

Fuente: GECP
Derechos: Creative Commons.

Vacunas covid y cáncer: por qué los expertos creen prioritario inmunizar a los pacientes

Cada 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer

Las personas afectadas por tumores cancerosos son especialmente vulnerables a la covid. Investigadores y organizaciones de especialistas, incluida la Sociedad Europea de Oncología Médica, insisten en que deben vacunarse y piden que se considere como una prioridad de salud pública.
 

Al igual que otras vacunas similares, las desarrolladas contra la covid-19 se consideran adecuadas para los pacientes con cáncer. / Adobe Stock

La pandemia ha provocado retrasos significativos y devastadores en las estrategias de cribado, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con cáncer. Esto, a su vez, puede traducirse en un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad relacionadas con la enfermedad, como apunta la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su informe ‘Las cifras del cáncer en España 2021’, hecho público con motivo del Día Mundial de esta patología.

Además, se ha demostrado que estos pacientes poseen un mayor riesgo de covid-19 grave, especialmente entre aquellos con neoplasias hematológicas y pulmonares, tumores sólidos o enfermedad metastásica, aunque siguen siendo necesarios más estudios al respecto. Entonces, ¿los pacientes con cáncer deberían ser vacunados contra el SARS-CoV-2?

Para los oncólogos, la vacuna es segura, al igual que lo es para el resto de la población, por lo que es importante inmunizar al mayor número de pacientes y lo más rápido posible

“Estas vacunas están basadas en ARNm, que es rápidamente degradado en el interior celular y no tiene capacidad de reinserción ni de replicación. Por ello, al igual que otras similares, las consideramos adecuadas para los pacientes con cáncer”, explica a SINC Pilar Garrido, presidenta de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).

“El mensaje que hay que dar es que la vacuna es segura, al igual que lo es para el resto de la población, así que hay que inmunizar al mayor número de pacientes y lo más rápido posible”, afirma Thomas Powles, investigador del Instituto del Cáncer Barts en Londres (Reino Unido). “Aunque no han sido probadas en pacientes con cáncer, el beneficio puede ser muy grande si se genera rápidamente algún tipo de inmunidad”.

“Es cierto que la información sobre sus efectos en los pacientes con cáncer es aún muy limitada, pero con los datos actualmente disponibles no hay recomendaciones explícitas para excluir ningún grupo de pacientes adultos”, añade Garrido, responsable también de la iniciativa Women for Oncology.

Más dudas existen en relación al cáncer pediátrico, ya que las vacunas aprobadas hasta ahora están indicadas en personas de 16 y 18 años en adelante. “No cuentan con información sobre la eficacia y seguridad en niños y adolescentes de menor edad. Tampoco hay datos sobre su impacto en la transmisión de la infección por lo que, por el momento, la decisión de vacunar debe descansar sobre el beneficio esperado de la protección individual”, continúa la oncóloga española.

Priorizar a este grupo, sí o no

La pregunta ahora sería si, independientemente de cualquier otra indicación (por ejemplo, la edad), debería colocarse a este grupo vulnerable en una posición de alta prioridad. La Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) ha publicado recientemente un documento recomendando a todos los estados miembros de la Unión Europea que anticipen su vacunación por el alto impacto del coronavirus en estos  pacientes.

La presidenta de la Sociedad Europea de Oncología Médica piensa que hay que verbalizar la alta mortalidad por covid-19 de los pacientes con cáncer para hacer entender a la sociedad por qué es tan importante impulsar la vacunación

“Pedimos que los pacientes en tratamiento por cáncer sean una prioridad en la vacunación”, explica Solange Peters, presidenta de ESMO. “También queremos más ensayos que analicen sus posibles efectos secundarios en este grupo vulnerable y más educación para que la gente entienda la importancia de la inmunización, que los beneficios siempre son que los riesgos”.

La experta, que trabaja en el Hospital Universitario de Vaudois (CHUV), en Lausana (Suiza), piensa que hay que verbalizar la alta mortalidad por covid-19 de los pacientes con cáncer para hacer entender a la sociedad por qué es importante impulsar la inmunización. “Y para los que dudan de la duración de la inmunidad, solo decir que alguna protección siempre es mejor que ninguna”, añade.

paciente con cáncer

Los pacientes con cáncer poseen un mayor riesgo de sufrir covid-19 grave. / Adobe Stock

En España, las recomendaciones de la FACME para la vacunación en grupos de especial interés sostienen también que los pacientes con cáncer son un grupo a priorizar puesto que tienen mayor riesgo de muerte: “Deberían priorizarse los pacientes que están recibiendo tratamiento o los que tienen un tumor avanzado, especialmente aquellos con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas”.

Lo que no está claro es si esta recomendación de priorización debería aplicarse también a pacientes con un diagnóstico previo de cáncer que ya no estén en tratamiento activo, puesto que se puede considerar que los supervivientes tienen el mismo riesgo que otras personas con la misma edad y otros factores de riesgo.

Las recomendaciones de la FACME son que deberían priorizarse aquellos pacientes que están recibiendo tratamiento o los que tienen un tumor avanzado, especialmente aquellos con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas

“Hay distintos tipos de pacientes de cáncer y en los últimos días se ha anunciado que la vacunación en ese grupo se iniciará por los mayores de 80 años”, apunta Pilar Garrido. “De momento, no disponemos de más detalles sobre la priorización prevista”.

Lo que sí se ha identificado es que, si el objetivo es proteger al paciente en tratamiento inmunosupresor, una medida complementaria a su vacunación será la inmunización de su entorno. “Los cuidadores deberían ser igualmente una prioridad en la vacunación”, matiza Peters. “Todo lo que hacemos en el tratamiento del cáncer al final recae sobre los hombros de las personas que cuidan de los enfermos”.

Vigilancia y efectos adversos

La eficacia y la duración de la inmunidad en los pacientes con cáncer son todavía desconocidas. “Los datos sobre la respuesta humoral o celular a la vacunación son escasos en pacientes con cáncer, por lo que aún no sabemos si el grado de inmunidad que adquieren –es decir la protección frente a la infección– es la misma que en las personas sanas”, indica Garrido.

Eso sí, dado su compromiso inmunitario y fragilidad, los expertos reclaman un seguimiento en los registros y ensayos clínicos específicos, así como una evaluación de los posibles eventos adversos.

A día de hoy tampoco se cuenta con suficientes datos para evaluar las interacciones entre los diversos tratamientos oncológicos con la vacunación de covid-19. No obstante, puesto que la vacuna parece proporcionar un mayor nivel de anticuerpos neutralizantes que la infección natural, se recomienda la inmunización en pacientes que reciben quimioterapia.

A pesar de las vacunas, las medidas de distanciamiento físico, mascarillas, desinfectantes e higiene seguirán siendo necesarias durante la pandemia y, sin duda, deben acompañar a las estrategias de vacunación

Según FACME, “no debe modificarse la pauta de quimioterapia a causa de la vacunación y tampoco existe evidencia para recomendar un momento especial en el contexto de este tratamiento. En todo caso, sería razonable administrarla en un punto medio del intervalo entre dosis o ciclos de aquellos medicamentos que puedan disminuir el desarrollo de la respuesta inmunitaria”. Tampoco se requiere ninguna modificación en los pacientes que están realizando un tratamiento con radioterapia.

“Respecto a la inmunoterapia con los fármacos denominados inhibidores de los puntos de control inmunológicos (fármacos inhibidores  PD-1, PDL1 y CTLA4), no hay evidencia de que estos fármacos aumenten los efectos secundarios o las complicaciones de cualquier vacuna”, puntualiza la experta española. “Sabemos que los pacientes que se infectan mientras están recibiendo este tipo de fármacos pueden tener más complicaciones por coronavirus, por lo que se recomienda la vacunación también en este grupo”.

Sin embargo, a pesar de la mejora en la inmunización de las personas con cáncer los oncólogos insisten: distanciamiento físicomascarillas, desinfectantes e higiene son medidas que seguirán siendo necesarias durante la pandemia y, sin duda, deben acompañar a las estrategias de vacunación.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

¿Qué pasará con las primeras huellas humanas en la Luna?

La casi ausencia de procesos erosivos en la superficie lunar ayuda a conservar las pisadas que dejaron los astronautas, pero ¿hasta cuándo? ¿Quedarán cómo las de los dinosaurios en la Tierra? ¿Deberían ser patrimonio de la humanidad? Un equipo de investigadores argentinos reflexiona sobre estas cuestiones, además de recrear en 3D la icónica huella de Buzz Aldrin.

Huella del piloto del módulo lunar de la misión Apolo 11, Buzz Aldrin, en la superficie lunar. Su bota (con nueve costillas) era más grande que la de Armstrong (ocho costillas), por lo que sería posible individualizar las huellas de cada uno. / NASA

La noche del 20 al 21 de julio de 1969 los tripulantes de la misión Apolo 11 llegaron a la Luna y, como dijo Neil Armstrong al poner su pie allí, supuso “un pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad”. Minutos después descendió Buzz Aldrin y, entre otras tareas, fotografió sus huellas como parte de una investigación sobre la mecánica del suelo lunar, pero una de las imágenes se convertiría en icónica.

Cuando en 2019 se celebró el 50 aniversario de aquella hazaña de la humanidad, científicos de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina se fijaron precisamente en las primeras huellas que dejaron los astronautas y se hicieron preguntas: ¿sobre qué sustrato han quedado estampadas? ¿Tenían algo en especial para aquellos que las dejaron? ¿Se conservarán para siempre?

Los rastros dejados por los humanos en la Luna hacen repensar el alcance fuera de la Tierra de la icnología, una disciplina que estudia las huellas, trazas o señales de actividad dejadas en sedimentos o rocas por los organismos vivos

Estas y otras cuestiones las han planteado en un estudio que acaba de publicar la revista Earth Science Reviews, aunque el propio Neil Armstrong ya ofreció algunas respuestas cuando pisó la Luna: “La superficie es fina y polvorienta. Puedo levantarla con mi pie. Se adhiere en finas capas como carbón en polvo a la suela y los laterales de mis botas. Me hundo solo una fracción de pulgada, quizá un octavo (1 pulgada=2,54 cm), pero puedo ver las huellas de mis botas y las marcas en las finas partículas de arena”. 

Uno de los autores del trabajo, Ignacio Díaz Martínez, geólogo español de la UNRN y CONICET, comenta: “Las primeras preguntas que nos hicimos estaban muy ligadas a la ciencia a la que nos dedicamos los autores: la icnología, que estudia los rastros, trazas o señales de actividad dejadas en el sustrato (sedimentos o rocas) por los organismos vivos. Nosotros estudiamos principalmente huellas de vertebrados, sobre todo dinosaurios y mamíferos, así que el enfoque inicial de este trabajo lo planteamos de forma similar”.

Semejanzas icnológicas

En este contexto, y aunque el entorno lunar es muy diferente al de la Tierra debido a la ausencia de atmósfera, campo magnético, agua, materia orgánica y vida, los científicos encontraron tres analogías icnológicas entre nuestro planeta y su satélite.

En primer lugar, las huellas en la superficie de la Luna están sometidas a tasas de sedimentación muy lentas, similares a las que se producen en los fondos abisales o en las cuevas, entre otros entornos terrestres.

Por otra parte, las propiedades físicas y mecánicas permiten comparar los procesos que conducen a la formación de trazas o rastros que dejaron los animales  en depósitos de cenizas volcánicas con aquellos que actúan en el suelo y el regolito lunar.

Por último, también se han identificado similitudes culturales entre las huellas impresas por los humanos en la Luna y las que dejaron los miembros de expediciones comparables de la humanidad, como las primeras que llegaron a la Antártida y al Polo Norte.

Las huellas e incluso todos los artefactos que hemos dejado en la Luna podrían ser una parte de la expresión del propio comportamiento del ser humano, reflexionan los autores

Pero más allá de estas similitudes, los investigadores se dieron cuenta de que el estudio de las pisadas humanas en la superficie lunar abría un campo que no habían imaginado, relacionado con la propia naturaleza del Homo sapiens: “Siguiendo una línea de pensamiento más filosófica, ¿son las huellas e incluso todos los artefactos que hemos dejado en la Luna una parte de la expresión del propio comportamiento del ser humano?”, dice Díaz Martínez.

Los autores relacionan esa pregunta con el concepto del fenotipo extendido propuesto por el etólogo y divulgador británico Richard Dawkins, quien plantea que artefactos animales como los termiteros o las presas de los castores son también expresiones fenotípicas de los genes en su entorno. Los rastros y objetos que han dejado los astronautas en la Luna también se podrían considerar como un fenotipo extendido de nuestra especie, aunque localizado a 384.400 km de distancia.

Antropoceno, tecnofósiles y tecnotrazas

“Además, esta parte del trabajo también la relacionamos con el Antropoceno (era geológica actual no oficial caracterizada por el impacto global de las actividades humanas), y más concretamente con el Antropoceno fuera de la Tierra”, destaca el geólogo español.

“En este contexto –continúa–, los artefactos realizados por los humanos con una finalidad se llamarían tecnofósiles (en la superficie lunar estarían la bandera, placas conmemorativas, un libro religioso, pelotas de golf, ‘aterrizadores’ o landers y otros objetos que quedaron allí), y proponemos un nuevo término para las trazas que dejarían esos tecnofósiles: tecnotrazas (como las huellas de botas y agujeros de perforación que realizaron los astronautas)”.

Charles Conrad, comandante del Apolo 12, junto al ‘lander’ Surveyor 3, un ejemplo de tecnofósil. / NASA, Alan L. Bean

Por tanto, según los investigadores, tanto esas huellas humanas en la Luna, así como otras que se encuentran en otros cuerpos celestes o incluso en el espacio, pueden considerarse pruebas de la extensión del fenotipo del Homo sapiens y del Antropoceno más allá de la Tierra.

Patrimonio de la Humanidad fuera de la Tierra

Finalmente, buscando analogías entre el viaje a la Luna y otros hitos de la humanidad como la llegada a los polos de la Tierra, los autores abordan en su estudio si las zonas de aterrizaje de las misiones Apolo deberían ser patrimonio de la humanidad.

Recientemente el Gobierno de EE UU ha aprobado una ley (One Small Step to Protect Human Heritage in Space Act) para proteger los lugares de aterrizaje y artefactos que dejó la misión Apolo 11, exigiendo a las futuras misiones a la Luna que los respeten.

El Gobierno de EE UU ha aprobado una ley para proteger los lugares de aterrizaje y artefactos de la misión Apolo 11, exigiendo a las futuras misiones a la Luna que los respeten

“Este hecho es relevante porque indirectamente EE UU se ‘adueña’ de este patrimonio”, apunta Díaz Martínez, que, junto a los otros autores, deja abierta la cuestión, «aunque, como un aspecto novedoso, hemos generado un modelo 3D fotogramétrico de la famosa huella de Buzz Aldrin que se podría usar como una forma de salvaguardar ese patrimonio”. 

Para elaborarlo se han utilizado tres fotos históricas que tomó el propio Aldrin. Además, el modelo se puede descargar de forma gratuita y usar para reproducir la huella del astronauta con una impresora 3D.

Aunque algunos rastros cercanos al módulo lunar se difuminaron cuando la nave despegó, “la zona donde fotografió Aldrin su huella no estaba muy cerca, por lo que estimo que no se borró, aunque no descarto que el polvo levantado durante el despegue pudiera haberla tapado un poco”, especula el geólogo.

Quizá en el futuro se pueda sobrevolar u observar de cerca el escenario sin alterarlo para ver cómo siguen los tecnofósiles y las tecnotrazas. Mientras tanto, en 2024 está previsto que una misión tripulada del programa Artemisa llegue de nuevo a la Luna y, por primera vez, una mujer pondrá el pie sobre su superficie.

Referencia: 

Ignacio Díaz-Martínez, Carlos Cónsole-Gonella, Paolo Citton y Silvina de Valais. “Half a century after the first bootprint on the lunar surface: the ichnological side of the Moon”. Earth-Science Reviews, 2021

Fuente: SINC
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Nuevos módulos de servicio europeos para la vuelta de astronautas a la Luna

INGENIERÍA ESPACIAL ASTRONOMÍA Y ASTROFÍSICA

Programa Artemisa
Las naves Orion de la NASA pronto llevarán tripulantes a la Luna propulsados por módulos fabricados en Europa. La ESA ha firmado un contrato con Airbus para construir tres nuevas unidades en Alemania, aunque desde España y otros países europeos también se proporcionará hardware y diversos componentes.

El programa Artemisa o Artemis, que pretende llevar “a la primera mujer y al próximo hombre” a la Luna, está liderado por la NASA, pero en el proyecto colaboran diversas agencias espaciales.

Entre ellas figura la Agencia Espacial Europea (ESA), que esta semana ha firmado un nuevo contrato con la compañía Airbus para fabricar tres Módulos de Servicio Europeo (ESM) como parte de la nave Orion en la que viajarán los astronautas.

Los Módulos de Servicio Europeo (ESM) proporcionan electricidad y propulsión para la nave Orion, además de facilitar aire y consumibles a los tripulantes durante su viaje a la Luna

Los ESM proporcionan electricidad, propulsión, aire y los consumibles que los tripulantes necesitan para vivir. De forma muy similar a como una locomotora mueve los vagones de pasajeros y suministra energía, se encargará de llevar el módulo tripulado de Orion a su destino y traerlo de vuelta a la Tierra

Los tres nuevos módulos, que se suman otros tantos ya en producción, se integrarán en Bremen (Alemania). Por su parte, la construcción y la provisión del hardware y los componentes correrá a cargo de empresas en diez países europeos: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, España, Suecia y Suiza.

Estos módulos son cilindros de cuatro metros de diámetro y altura. Presentan cuatro paneles solares de 19 metros de envergadura una vez desplegados, capaces de generar suficiente energía para dos hogares.

Las 8,6 toneladas de combustible de cada unidad puede alimentar un motor principal y 32 propulsores menores. También proporcionan a la tripulación los elementos clave de soporte vital, como agua y oxígeno, y regulan el control térmico mientras está acoplado al módulo tripulado.

Ilustración de la nave Orion con su módulo de servicio europeo (ESM) con los paneles solares desplegados. / NASA

“El contrato que hemos firmado redobla el compromiso de Europa de proporcionar el hardware vital para enviar a la humanidad a la Luna a bordo de Orion”, subraya David Parker, director de Exploración Humana y Robótica de la ESA.

“Junto con los elementos que estamos construyendo para la estación orbital lunar Gateway –añade–, es una forma de garantizar una plaza para que los astronautas de la ESA exploren nuestro sistema solar y afianzar el empleo y los conocimientos técnicos en Europa”.

Por su parte, Andreas Hammer, director de Exploración Espacial de Airbus, también destaca que Europa ha entrado en una nueva década de exploración: “Es un socio fuerte y de confianza para las misiones Artemis de la NASA, y estos módulos representa una contribución crucial”.

Calendario del programa Artemisa

Artemis I, que supone el primer vuelo de pruebas sin tripulación de Orion con su ESM-1, se está cargando de combustible en el Centro Espacial Kennedy de Florida (EE UU) de cara a su lanzamiento a finales de este año.

La siguiente misión, Artemis II, llevará a los primeros astronautas a la órbita lunar y los traerá de vuelta a la Tierra. La integración de su módulo ESM-2 está finalizando en Bremen. Ahora se somete a diversos ensayos antes de trasladarlo a EE UU a finales de verano. En esta segunda fase hasta cuatro astronautas orbitarán alrededor de nuestro satélite.

Los ESM europeos también contribuirán a la futura estación orbital lunar Gateway

Luego vendrá Artemis III, la misión con la que la NASA pondrá a la primera mujer y al próximo hombre en la Luna, prevista en principio para 2024, cuando volverán a pisar la superficie lunar los primeros humanos desde diciembre de 1972.

Los módulos anunciados ahora se utilizarán en las misiones Artemis IV a VI. Los dos primeros constituyen la contribución europea a la futura plataforma internacional Gateway, una estación espacial que orbitará alrededor de la Luna y cuyos primeros elementos se podrían lanzar el año que viene.

Ilustración de Gateway, una estación orbital lunar construida con socios comerciales e internacionales fundamental para la exploración sostenible de la Luna y que servirá de modelo para futuras misiones a Marte. / NASA
Fuente: ESA
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La eficacia de la vacuna de Pfizer genera gran expectativa en Israel

La eficacia de la vacuna Pfizer sería similar a la pronosticada./ EFE

Con más del 30 % de su población inoculada en tan solo un mes y medio, Israel está funcionando como una prueba global de la vacuna Pfizer. Según las primeras cifras, la vacuna demuestra ser tan efectiva como se pensaba, aunque expertos insisten en que aún falta para tener información concluyente.

Las cifras difundidas por Israel hasta el momento tras 3 millones de vacunaciones arrojan más claridad: la efectividad de la vacuna Pfizer sería prácticamente la misma que la prevista por la farmacéutica en sus pruebas clínicas.

Según los datos difundidos por el Ministerio de Sanidad israelí, de las 715.425 personas que recibieron la segunda dosis hace al menos una semana, tan solo 317 testearon positivo por coronavirus, y únicamente 16 debieron ser hospitalizadas.

Fuente: EFE
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