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Educación en línea, ¿la nueva revolución?

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Mèdicas de la UIDE

El confinamiento ha inducido a que escuelas, colegios y universidades se obliguen a la implementación de la educación “en línea”.

La evolución tecnológica determinó, en diferentes tiempos, su incorporación a la educación. En los años 30, la radio intentó constituirse en un vector de educación formal, sin éxito. En los 50, la televisión intentó asumir dicho papel y vio sucumbir el propósito ante el lucro del entretenimiento. En los 90, la aparición de la internet facilitó el desarrollo de la educación telemática con la oferta de programas de educación superior y la aparición de instituciones dedicadas exclusivamente a la educación en línea.

Más aún, en la segunda década del siglo XXI, la universidad de Stanford, con el lanzamiento de Coursera, una plataforma virtual, dio lugar al concepto de Cursos Masivos de Educación En-Línea, que hoy se ofrecen, por muchas otras plataformas y universidades, gratuitamente o por pago. No hay duda que la educación en línea se ha establecido firmemente, tiene enorme potencial y reemplazará, en algunas circunstancias, a la educación universitaria presencial. Si bien es cierto que la educación en línea permite estudiar a quienes, por razones de trabajo, horario o compromisos familiares, no pueden asistir presencialmente y en horarios definidos a las universidades, la educación en línea, en mi opinión, no alcanza a cumplir con la calidad de la educación presencial, cara a cara, en el salón de clases, en el campus universitario.

La pandemia ha permitido evaluar como un experimento forzoso las limitaciones de la educación en línea, como ya lo han advertido, antes de la pandemia, análisis que miden el desempeño. En efecto, estudios prospectivos y aleatorizados que comparan rendimiento, compleción de los cursos y aprendizaje, realizados en ambientes controlados y en entornos universitarios muestran que, los estudiantes en los grupos de educación presencial, tuvieron mejores resultados (Protopsaltis, Baum, Figlio, Rush, Lu Yin, Quan – 2016-2019-).

La educación en línea, es fundamental en el mundo actual y tiene su espacio incontestable; más aún, apenas estamos en los albores de su desarrollo. No obstante, la educación presencial, aquella que es connatural al hombre, con conversación directa entre pares, con el maestro y con interacción natural, aquella, es irremplazable.

Por Diana, con respeto

Por: Dr.  Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UIDE

Estamos abrumados por la corrupción. Vivimos el engaño de que la corrupción se limita a la política y es patrimonio de políticos. Falacia absoluta. La corrupción infiltra todos los sectores de la sociedad, todas las profesiones, todos los estratos sociales, todas las instituciones.

Sin embargo, nos indigna especialmente cuando vemos que funcionarios del Estado, en cualquiera de sus poderes: ejecutivo, legislativo, judicial, electoral, participación ciudadana y control social; en los gobiernos provinciales y municipales; en la seguridad social, nos han robado nuestro dinero, nuestro trabajo, nuestro futuro. El robo perpetrado por funcionarios del Estado es un perjuicio al campesino del altiplano o del litoral, al pescador, al obrero, al maestro de escuela, al albañil, al profesor universitario, al profesional, al emprendedor, pequeño, mediano o grande. El atraco, el latrocinio cruel desmoraliza a la sociedad. La injusticia desmoraliza a la sociedad.

No puede ser que el trabajo titánico desplegado por la Fiscal General del Estado, Diana Salazar, trabajo valiente, decidido, intenso; trabajo de riesgo, de exposición, de honor, sea neutralizado por el repudiable comportamiento de jueces que facilitan la libertad de los poderosos personajes capturados. Es una vergüenza para todo el país el ver la corrupción sistémica que se ha descubierto en medio de la pandemia; no obstante, los montos del latrocinio palidecen frente a los mega atracos en el gobierno anterior. En dicho gobierno tres fiscales sometidos al Poder Ejecutivo vieron, callaron, taparon y archivaron.  En dicho gobierno el entonces Presidente, eufemísticamente, llamaba al soborno “acuerdo entre privados”; en dicho gobierno el entonces Presidente hacía un homenaje al falsificador de título, Gerente del Banco Central y primo suyo y aprobó su viaje a Miami para el matrimonio de su hijo. En dicho gobierno las denuncias eran coartadas y los denunciantes perseguidos; en dicho gobierno el hurto a mansalva fue celosamente escondido y la cloaca se destapó completamente tras su salida. Estamos en una nueva época en la que una Fiscalía sustancialmente diferente trabaja febril y decididamente para combatir el azote de la corrupción. Diana Salazar merece el respaldo total de los honestos del Ecuador.

Solidaridad, razón y reconstrucción

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Internacional del Ecuador

Pese a que la economía, después de la pandemia de covid-19 será catastrófica, se prevé que el Ecuador estará peor que otros países de América Latina. La razón es doble. Por un lado, hemos sufrido, hasta ahora, un altísimo nivel de contagio y una mortalidad por millón de habitantes, que es mayor a la de cualquier otro país de Latinoamérica; y, por otro lado, enfrentamos la pandemia en medio de una crisis económica sin precedentes.

Mientras otros países de la región generaron reservas económicas ante contingencias eventuales que les han permitido, por ejemplo, al Perú, destinar $ 26 mil millones para paliar la crisis, nosotros no tenemos reservas. Se recordará que el expresidente Rafael Correa, doctor en economía, se mofaba de los fondos de ahorro, denigraba a los economistas que los promovían y acabó desapareciéndolos en el gasto corriente. Huelgan los comentarios.

Tras la crisis debemos recuperarnos. Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, se repuso pronto y llegó a convertirse en la tercera economía mundial. Aquella situación era peor para ellos que la que tendremos nosotros tras la pandemia.

La recuperación del Ecuador debe pasar por el desarrollo de un sentido de solidaridad que implique necesarios sacrificios de todos los sectores. No puede ser que los empresarios, sistemáticamente, al igual que los partidos políticos de derecha, se opongan con vehemencia a las indispensables contribuciones que aporten a la vacía caja fiscal. Tampoco es razonable que los sectores de izquierda revolucionaria repudien cualquier intento de flexibilización laboral que, finalmente, lo que procura es facilitar el acceso al trabajo. Parecería que la razón impone morigerar las posiciones radicales y antagónicas y buscar una fórmula de contrato social entre el capital y el trabajo en un entorno de consenso político. Todo esto implica solidaridad, generosidad de espíritu y desapego a la vanidad. La posibilidad de que afloren estas virtudes y esta disposición a acuerdos depende mucho de la fortaleza de los liderazgos y de su ejemplaridad ética.

La Alemania de la posguerra tuvo a personajes de estas cualidades: al demócrata cristiano Konrad Adenauer y al social demócrata Willy Brandt, entre otros. Ojalá, en febrero de 2021, elijamos bien.

17 de mayo de 2020

Virtud y ruindad

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UIDE

El 4 de mayo se inicia el proceso de retorno a la actividad laboral en aquellas áreas consideradas no esenciales. Las esenciales, como salud, seguridad, servicios públicos y provisión de alimentos y medicina nunca se interrumpieron.

La decisión es arriesgada pero inevitable. El período de aislamiento logró, con dos excepciones, reducir la velocidad de incremento en la cifra de infectados y de fallecidos. En este lapso hubo dos picos descomunales: el 10 y el 24 de abril con 2.196 y 11.536 de nuevos casos respectivamente. Aunque en ambos picos la explicación estuvo en que los resultados represados de pruebas diagnósticas fueron conocidos, la repentina duplicación en el número de casos registrados causó malestar y desconcierto.

Pese a que debió ser obvio para el Ministerio de Salud Pública que esto pasaría, fue un error de bulto el no haberlo anunciado reiteradamente para que, justamente, no haya una sensación de zozobra y de suspicacia de que faltaba transparencia en los datos. El amarillismo de cierta prensa extranjera generó una pobrísima imagen internacional de nuestro país, cuando, en mi opinión, en el gran esquema de cosas, el Ecuador ha enfrentado la crisis con acierto. Especialmente destacable ha sido todo el esfuerzo implementado por sostener un confinamiento en el que la fuerza pública ha jugado un papel especialmente destacado. Una tarea que va más allá de toda ponderación ha sido la labor incansable, empática y sacrificada del cuerpo de profesionales y trabajadores de la salud quienes, cumpliendo su sagrada misión han dejado, literalmente, la vida, por el servicio consagrado a la humanidad.

En medio de la tragedia y, contrastando con estas manifestaciones de virtud, hemos visto también las expresiones más ruines de la condición humana, la de aquellos que han buscado destruir y descarrilar los esfuerzos; los que urdiendo desde afuera y activando a sus células nacionales, han buscado destrozar la democracia a través de incitación a la violencia, recurriendo a la calumnia y a la fragua perversa de noticias falsas.

El 4 de mayo volveremos, con temor, ansiedad y preocupación; también con optimismo. Imbuidos de solidaridad, humanismo, generosidad y mucho trabajo, saldremos adelante.

26 de abril de 2020

Trágica dualidad

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UIDE

La pandemia de covid-19 ha forzado una dualidad en todo el mundo: el proteger a la salud de la población o proteger a la economía. Trágica dualidad.

Intuitivamente pensaríamos que debería prevalecer la necesidad de proteger a la salud; sin embargo, en la práctica, el asunto no es tan claro ni tan obvio pues, la inatención a los aspectos económicos puede provocar un estado de cosas en el que la propia salud y la vida de muchos seres humanos puede afectarse por una economía catastrófica.

Frente a la realidad que enfrentamos, es preciso definir, categóricamente, un plan de retorno a las actividades regulares. Ya ha pasado suficiente tiempo para analizar el comportamiento epidemiológico de la nueva enfermedad y ya hemos visto ejemplos de algunos países en los que, con mucha disciplina, se ha podido enfrentar la pandemia sin que necesariamente el cierre de la economía se haya materializado.

Creo que el Ecuador, en general, ha realizado razonablemente bien la tarea de contención de la enfermedad. De hecho, a 16 de abril, la mortalidad por covid-19 es de 23/millón de habitantes. Por contraste, la mortalidad en Bélgica, España, Italia, Francia, EE.UU. y Reino Unido, entre los que están cuatro de los 10 países con los mejores sistemas de salud del mundo -(Francia, Reino Unido, España e Italia)-, es entre 5 y 20 veces mayor. Se dirá que en Ecuador hay subregistro; es verdad, pero también lo hay en los países mencionados en los que los fallecidos contabilizados son solo aquellos que tuvieron diagnóstico confirmado de covid-19. Esperemos que las cifras de incidencia y mortalidad en el Ecuador mantengan la tendencia de ralentización.

Nos toca enfrentar el cataclismo económico. En poco tiempo deberemos recomenzar con la actividad laboral entendiendo que es posible un resurgimiento en la incidencia de la enfermedad, frente a lo cual habrá nuevas medidas episódicas de contención y aislamiento, conforme lo señalado por un artículo del Imperial College de Londres. En este tránsito, políticos, gobernantes, empresarios, asambleístas, profesionales, empleados, y todos los ciudadanos debemos pensar menos en nosotros y actuar por los que menos tienen.

19 de abril de 2020

Dr. Bernardo Sandoval: “La solidaridad de toda la sociedad debe emerger para sostener la devastada economía”

El Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Internacional del Ecuador –UIDE- plantea que “ la solidaridad de toda la sociedad debe emerger para sostener la devastada economía. La banca privada debería donar el 20% de su utilidad; todo ecuatoriano que gane más de 1000 dólares al mes debería donar, por seis meses, el 10% de su sueldo; las empresas que han tenido utilidades extras por la crisis, deberían donar el 30% del excedente; aumentar a 35%, por dos años, el impuesto a la renta a las empresas y, finalmente, acabar con esta abominación del subsidio a los combustibles.”

En su argumentación para llegar a esta conclusión, anota: Tras timoratas declaraciones, la OMS finalmente se atrevió, el 11 de marzo de 2020, a afirmar que lo que vivíamos era una pandemia de covid-19. Siendo nuevo el tipo de patógeno, nada sabíamos de su verdadera magnitud y, en medio de su desarrollo especulábamos sobre qué tan serio sería el problema. Experiencias en 2003 y 2012 con el SARS y el MERS, causados también por otros coronavirus, nos alentaban a pensar que el problema sería transitorio.

La evidencia, agrega, nos demuestra que la pandemia probablemente durará mucho tiempo y ante la ausencia de vacuna o tratamiento las consecuencias serán devastadoras para la salud y para la economía. Para ilustrar la magnitud de la situación, un estudio del Imperial College of London señaló que, en el mejor escenario de mitigación (confinamiento de contagiados, reclusión en casa y aislamiento social de personas de la tercera edad), la mortalidad final sería de 250 mil personas en el Reino Unido y algo más de un millón de personas en los Estados Unidos.

Expresa que en Ecuador y América Latina aún no hemos alcanzado la progresión vertiginosa de los contagios y esperemos que esta no llegue; sin embargo, no hay razones que nos estimulen a creer que no ocurrirá.

Frente a esta realidad, prcisa, debemos ser pragmáticos y solidarios. Asumir la realidad dolorosa y enfrentarla. Todo el sector de la salud volcado a tratar pacientes infectados entendiendo que esas, la de consagrar la vida al servicio de la humanidad y la de entender que el bienestar del paciente es su prioridad fundamental, son elementos consustanciales a su profesión, aun a riesgo de sus propias vidas.

De esta manera llega a la conclusión de que “la solidaridad de toda la sociedad debe emerger para sostener la devastada economía”.

www.EcuadorUniversitario.Com

Ingobernabilidad y pandemonium

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UIDE

En Ecuador enfrentamos una crisis compleja. Crisis moral, crisis económica, crisis política, crisis de salud, crisis de educación, crisis de civismo. Cientos de editoriales se refieren, más o menos, a lo mismo, sin que pueda apreciarse que logren marcar una diferencia.

Sin embargo, a pesar de su poca difusión, los editoriales mantienen vivo el pensamiento crítico que es indispensable para evitar una completa sociedad de autómatas que vivan guiados por sus instintos o intereses, por el bienestar de sus bolsillos o sus afanes, por su metro cuadrado de espacio. Alguien debe pensar y proponer, alguien debe analizar y criticar, alguien debe hacer notar, a los pocos que leen, lo malo que se hace y que se dice desde los estamentos de poder y desde distintos sectores de la sociedad.

La coyuntura que vivimos es patética. Una pandemia de infección por coronavirus, tardíamente declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud; la caída de los precios del petróleo; una crisis económica terrible, que se arrastra como consecuencia del despilfarro y latrocinio del gobierno anterior y que el actual gobierno no ha podido mitigar y; un desempleo galopante que desalienta a cualquier sociedad.

En este contexto de drama, el gobierno plantea una serie de medidas para paliar la catástrofe y automáticamente surgen las voces de oposición, justamente de aquellos que, defendiendo su parcela de intereses no están de acuerdo con contribuir. Para sobrevivir con alguna dignidad, el Estado requiere dinero para educación, salud y seguridad y ello implica no decenas ni cientos, sino miles de millones de dólares y las mínimas soluciones, como recortar el sueldo a los asambleístas y eliminar la pensión de ex-Presidentes apenas representaría unos 20 millones de dólares.

Entre Coca- Codo- Sinclair, el terraplén de la refinería del Pacífico y la fallida repotenciación de la refinería de Esmeraldas, el gobierno anterior, despilfarró más de 4.000 millones de dólares. En subsidios al gas licuado de petróleo, gasolina y diésel son casi 3.000 millones de dólares anuales. Si alguien osa eliminar los subsidios las hordas de vándalos azuzados por Iza y Vargas se toman el país. País ingobernable en donde el pandemónium es el status quo.

15 de marzo de 2020

Bachiller: ser o no

Por: Dr. Bernardo Sandoval
Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Internacional del Ecuador

Gobernar es complejo, hacerlo bien es todavía más difícil, contentar a la mayoría es casi imposible y contentar a todos, decididamente imposible.

Muchos se han manifestado por la eliminación del examen Ser Bachiller y a favor de regresar al sistema del libre ingreso a las universidades. Quienes están más a la izquierda en el espectro político son los más acérrimos defensores del libre ingreso a las universidades y los más fervientes opositores al examen Ser Bachiller. No obstante, sectores de la derecha política, en preámbulo electoral, también coquetean con la idea del libre ingreso a la Universidad. ¡Pura demagogia!

Supongamos que se adopta el libre ingreso, para “permitir la concreción de los sueños de los estudiantes”. La verdad es que la capacidad instalada del sistema de Educación Superior en Ecuador solo permitiría el ingreso del 55% de los postulantes. ¿Cómo se puede hacer cuando en los últimos 10 años se cerraron 26 universidades? Lo cierto es que habría que crear muchas nuevas universidades o liberar los cupos en las existentes, con lo cual se potenciaría la masificación, se proyectaría el hacinamiento y se destrozaría la calidad de la educación universitaria.

¿Acaso se promovería la aparición de nuevas universidades de garaje, baratas y malas, paralelos de 250 estudiantes o la aprobación de nuevas carreras de alta demanda, como Medicina, con profesores mediocres e infraestructura deficiente? Parafraseando a un antiguo ministro de Educación francés, Alain Peyrefitte: “Sería como organizar un naufragio para ver quién puede nadar”.

El examen Ser Bachiller debe sobrevivir. Ya no es el único elemento de consideración para el acceso a la Universidad pues, con razón, se ha tomado en cuenta la historia académica del postulante como el elemento de mayor valor ponderal. Por otro lado, quien quiere perseguir sus sueños y concretar una determinada carrera, puede seguir preparándose y rendir el examen las veces que necesite para obtener la nota deseada. No es un examen de rendición única.

Como decía Ovidio, el poeta romano: “La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia”.

23 de febrero de 2020

De acuerdos y credibilidad

Por: Dr. Bernardo Sandoval

El lograr acuerdos estratégicos, perdurables, que trasciendan varios gobiernos y que se constituyan en política de Estado es, indudablemente un propósito plausible. Si estos se refieren a temas como educación, trabajo, seguridad social, seguridad ciudadana, institucionalidad, no violencia y adicciones, debería entenderse que el pueblo apoyaría esta iniciativa. No obstante, la posibilidad de que sean bien recibidos depende, en gran medida de la credibilidad del gobierno y, dicha credibilidad, sin duda, se ve afectada por las inconsistencias que ha mostrado el poder Ejecutivo.

Evidentemente ha sido notable el que el presidente Moreno no haya encubierto las trapacerías del correato y que haya promovido una consulta popular que permitió allanar el camino para la re-institucionalización del país; sin embargo, no hay que olvidar que Moreno tiene el inri de haber sido, por varios años, vicepresidente de Rafael Correa y en todo ese tiempo no fue capaz de darse cuenta del latrocinio, de la egomanía y del autoritarismo concurrentes con la égida del ahora prófugo expresidente.

Otorgándole al presidente Moreno el beneficio de la duda de que, en efecto, nada conocía de los monstruosos deslices del gobierno anterior, deberíamos creer en estas propuestas loables, de acuerdos, que podrían iniciar un sendero de bienestar y desarrollo. El que los acuerdos sean concretados y que se proyecten en el tiempo dependerá de que el diálogo que se plantea sea genuino. Que los interlocutores sean apreciados como aportantes de ideas válidas y que no se incurra en la deplorable práctica del gobierno anterior de convocar a diálogos cuando, de antemano, se sabía que la única postura válida era la del gobierno.

En este escenario temporal de los “acuerdos”, cae pésimo que el gobierno cometa la barbaridad de expedir un acuerdo entre los ministerios de salud y trabajo recortando el ya exiguo estipendio que se da a los internos rotativos de las carreras de medicina, enfermería, obstetricia y nutrición. Regresión de derechos que constituye una grosera violación constitucional, maltrato a los internos y maltrato a la salud. Hace una semana escribí que creía que pronto se rectificaría la barbaridad. Me equivoqué. El gobierno de los acuerdos y los diálogos sigue insensible y habrá que luchar con denuedo para que prime la razón y la justicia.

FUENTE: EL TELÉGRAFO
12 de mayo de 2019